Se suelen dar situaciones en que uno cuenta con liquidez y pretende hacerlo rentable, a través de la generación de ingresos pasivos.
Para cada caso, como dueños de nuestro dinero, deberíamos de sopesarlo previamente, buscando la mejor alternativa y tasa de retorno.
La plata “no tiene pariente”, por lo que un eventual préstamo dinerario lleva aparejado un costo financiero y es bueno que podamos proteger y mantener el valor real de nuestro dinero.
Dentro del mundo de las finanzas, “negocios son los negocios”, y se hacen entre hombres y mujeres, por lo que uno debe saber manejar de la mejor forma posible las oportunidades que se puedan ir presentando.
El dinero lleva implícito un costo, lo que hace que desde el punto de vista financiero tenga que tener un precio, pues quien más quien menos desea hacerlo lo más rentable posible.
Su valor intrínseco va depreciándose en función a los índices de inflación, por lo que cuando nos disponemos a hacer una transacción financiera lo ideal es que tenga un retorno positivo, más aún hoy día en que disponemos dentro del mercado una variedad de instrumentos financieros que nos pueden ir devengando intereses, que protejan su valor adquisitivo.
Otorgar un préstamo sin que nos genere ingreso por intereses es decisión de cada uno, en función a las diversas situaciones y coyunturas que se puedan ir presentando.
Como dueños de nuestro dinero tengamos en cuenta el costo de oportunidad, que es la rentabilidad que podríamos obtener en otros tipos de inversiones.
Dentro de nuestro mercado de capitales se presentan varias opciones que brindan buenos retornos, y con la ventaja de contar con un mercado secundario, donde podremos negociar los bonos (renta fija o variable), incluso mucho antes de sus vencimientos.
Es recomendable antes de tomar nuestras decisiones de préstamos a terceros recabar informaciones básicas acerca del manejo que le da a sus ingresos y deudas contraídas, como así también cuáles son los activos corrientes y fijos con que cuenta, al igual que las inversiones dentro del mercado de capitales, en donde todas las emisiones de bonos cuentan con calificaciones de riesgos, donde en detalle se analizan los principales aspectos cualitativos y cuantitativos del emisor, sirviendo de base para nuestra toma de decisión.
Si llegamos a la conclusión de que el potencial prestatario no maneja con prolijidad sus finanzas, el prestarle el dinero con el solo afán de ayudarlo conllevaría riesgos, ya que no tendríamos la certeza de que la fuente de repago del capital e intereses serían honrados en tiempo y forma.
Si por el contrario, muestra responsabilidad en términos financieros, entonces “cambia la película” y la financiación podría ser viable, pero siempre tomando de antemano los recaudos que pudieran corresponder.
No es “ningún pecado” sincerarse ante el potencial deudor en caso de que no sea posible la concreción del desembolso.
Ganar dinero de buena forma implica sacrificio, por lo que sería recomendable hacérselo saber al que lo solicita las razones por las que no nos sería posible desembolsarlos, puesto que en créditos un préstamo correctamente otorgado siempre tendría posibilidades de recuperar en tiempo y forma el capital y los intereses devengados, por más que es bien sabido que riesgo cero no existe.
El mundo de las finanzas es apasionante, pero uno debe tratar de manejarlo “con mente fría”, por lo que se recomienda que podamos mantenernos actualizados, dado que los mercados hoy día muestran mucho dinamismo y los cambios se van produciendo en forma vertiginosa, pues vivimos dentro de un mundo totalmente globalizado, en donde casi todo lo tenemos al alcance de un clic.