“Duele decirlo, pero hay que decirlo”

Por Pablo Alfredo Herken Krauer

Analista de la economía

Email: pherken@gmail.com

En exactamente dos meses (desde fines de marzo 2020 a finales de mayo 2020) el Gobierno puso en los mercados –la cocina económica nacional– un total aproximado de 1.500 millones de dólares, naturalmente en nuestra moneda, inyectando tal monto de dinero (en cash) haciendo funcionar con normalidad su maquinaria, por un lado: jamás se atrasó en el pago de los salarios por ejemplo (tres al hilo) o los disminuyó o los convirtió en bonos (experiencias argentinas) ni debilitó sus programas sociales como “abuelitas y abuelitos” o Tekoporã ni incumplió con jubilados o pensionados, transfirió a gobernaciones y municipalidades lo correspondiente, cubrió cuentas con sus proveedores y desarrolló obras públicas, entre otros tantos compromisos que no abandonó, sin hacer juicio de valor sobre la calidad del gasto; por el otro lado, se sumó la plata entregada en el marco de los objetivos de la Ley de Emergencia Económica, no siendo dicho dinero lanzado en este concepto el más importante.

Lo primero: ¿Ayuda o no a un plan de emergencia que el Gobierno continúe funcionando diría con absoluta normalidad? Reitero, sin hacer juicio de valor. Sí, ayuda, y mucho. ¿Escucharon a los funcionarios públicos quejarse por el pago de sus salarios? No. Han sido los grandes privilegiados en esta pandemia sanitaria y económica. Por lejos, los menos perjudicados y los grandes privilegiados. Pero en este caso no importa lo que son sino el dinero que recibieron: El 45% de los 1.500 millones de dólares. ¡45%! Con este agregado: En dos meses, abril y mayo 2020, los impuestos no fueron suficientes para cubrir los sueldos y había que destinarlos a otras prioridades, por lo que el Gobierno se endeudó según algunos cálculos por 226 a 243 millones de dólares, lo cual está previsto perfectamente en la Ley de Emergencia. Lo estrictamente vinculado a programas de contención social y económica en el actual escenario de emergencia y en base a la Ley sumó alrededor de 140 millones de dólares. El resto, que no es poco, se distribuyó entre jubilaciones y pensiones, transferencias a “autoridades del interior”, proveedores, obras públicas y programas sociales normales incluidos en el Presupuesto 2020 (modificado) que incluso se fortalecieron.

Lo segundo: Siempre lo dije. No es correcto separar como instrumentos desconectados entre sí lo que, por un lado, se hace ejecutando con normalidad el Presupuesto fiscal y, por el otro lado, lo que se hace ejecutando la Ley de Emergencia Económica. Hay que sumarlos. Juntos pero diferentes. Cuidar y medir el avance de ambos instrumentos que tienen como conjunto un mismo frente de batalla, un enemigo común. Hasta hoy el amigo Benigno López nos habla hasta el cansancio –que ya nos irrita– de las “transferencias” que se realizaron de los 1.600 o 1.990 millones de dólares de endeudamiento conseguido (el último monto de “transferencia” es de 1.009 millones de dólares), pero es casi nula la información sobre la “ejecución” de lo “transferido”, con excepción de algunos programas que podemos deducir como Pytyvõ o IPS. Y, como un lector me mencionó, Pablo no te olvides de los “resultados” logrados en función a las “metas” establecidas (números de cama) en la ejecución de lo transferido de lo endeudado. El análisis de la eficacia y de la eficiencia.

Lo último: ¿Por qué Hacienda es disciplinado y responsable cuando nos entrega periódicamente (mensual) sus informes sobre ejecución financiera? Lo cual incluso se elogia a nivel internacional. Y nos permite saber sin problema alguno que ya se endeudó entre 226 y 243 millones de dólares para pagar sueldos a los funcionarios públicos. Examen que aprobó uno de mis alumnos junior al entrar en la página web de Hacienda. Algo que la Comisión Bicameral del Parlamento no lo sabe. Por inútiles e ignorantes. No ejercen su poder de contralor. La economía cayó -16% y -12% en abril con respecto a marzo último y abril del año pasado. ¿Cuánto habríamos caído sin el dinero tirado por el Gobierno? Perú cayó -40,5%, Chile -14,1%, Argentina -11,5% con una inflación y devaluación del demonio. Nosotros -12%. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo pero hay que decirlo. DDPHQD

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