POR BERNT ENTSCHEV

Presidente y fundador de The Bernt

Recientemente, mi agenda como consultor de gestión de talentos ha cambiado mucho debido al momento pandémico. Antes, la vida en empresas y los puentes aéreos consumían la mayor parte del tiempo. Hoy, sin embargo, el trabajo continúa ocupando una gran parte del horario comercial, pero con un fuerte uso de los recursos en línea.

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Mientras realizo las actividades, escucho noticias en las radios, interactúo en los medios electrónicos, leo periódicos y sigo las redes sociales, todo esto es parte de la rutina. Esto me ha permitido hacer un análisis más profundo de cómo está la comunicación de muchos profesionales en este momento de la pandemia.

He visto muchas cosas inteligentes, personas que se han reinventado a sí mismas, que están superando el momento con facilidad. Estas son incluso fuentes que me inspiran.

Sin embargo, he visto que muchos otros profesionales, que al leer o ver sus exposiciones, me dejan con el síndrome del cisne, el deseo de cavar un hoyo en el suelo y poner la cabeza para evitar el sentimiento de vergüenza ajena. Y son personas de todas las áreas: dueños de empresas, proveedores de servicios, empleados de multinacionales, representantes públicos, profesionales liberales, todos, excediéndose y/o tropezando feo en la comunicación, dañando así la imagen o la imagen de la empresa que representa.

Veo de todo. Desde publicaciones que dan la connotación de extremismo hasta textos que carecen de sílabas, descuidadas, acompañadas de adjetivos terribles. Peor aún, publicaciones que aún crean discusiones que no conducen a nada, que generan pérdida de oportunidad, enemistad, ruidos, evaluación negativa de quien levanta la liebre.

Creo que es hora de respirar y detenernos a pensar en lo que queremos comunicar para evitar que la comunicación tenga ruidos. Para eso, recomiendo que se acostumbre a escuchar lo que ha grabado o a leer con calma lo que ha escrito, por ejemplo. Preferiblemente, después de producir esta comunicación, por un período de tiempo, y después de unos minutos, vuelva a trabajar en lo que escribió. Verá que muchas cosas necesitan ser cambiadas.

También recuerdo que las personas tienen diferentes percepciones en el medio en el que se difunde la comunicación. Por ejemplo, los oyentes y los lectores reciben la misma información de diferentes maneras. Si va a realizar una presentación en video, debe ser didáctico. Si va a utilizar un término técnico, tradúzcalo.

Errores gramaticales en presentaciones, correos electrónicos, etcétera, ni hablar. La forma de evitar estos resbalones es practicar la lectura. Elija una buena obra, inspiradora, que le agregue algo. Lea, y el mundo se abrirá cada vez más para usted y su comunicación. ¡Resuélvalo con facilidad!

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