“Duele decirlo, pero hay que decirlo”
Por Pablo Alfredo Herken Krauer
Analista de la economía
Email: pabloherken@yahoo.com
El presidente del Banco Central del Paraguay (BCP), José Cantero, manifestó en una exposición virtual que los técnicos de la entidad proyectan para el 2021 un crecimiento económico del 4%, al mismo tiempo que anunciaba que este año de pandemia nuestra economía caería según los cálculos oficiales -1% (el menor retroceso en el continente americano).
Le pregunté unos días después si lo del 4% sería un crecimiento económico con mejoría en la calidad de vida la gente, por lo de aquello que el crecimiento por sí solo casi como que no importa porque no es sinónimo de “buena salud”, al punto que no pocos desprecian nuestro menor derrumbe en el 2020, así como les pica que sea el Campo el actor principal de lo positivo, ya que el descenso empezamos con un -2,5% en abril pasado (en términos del Producto Interno Bruto, PIB), pasamos a un -3,5% en julio, redujimos la velocidad del retroceso en -1,5% en octubre, para finalmente, darnos José Cantero la proyección última corregida del -1%. Y a mi pregunta el titular del BCP me respondió: “Ponle un -4% para el 2021 como escenario de caída, recesión, incluso depresión, de la economía y verás cómo los anticrecimiento y anticampo presagian una explosión social”. Pequeña gran diferencia. Un más o un menos. Vida o muerte.
Hoy por hoy casi todas las instituciones privadas, nacionales y externas, proyectan “en promedio” un crecimiento del 4% para el 2021. Nadie adelanta otra vuelta atrás o un nuevo estancamiento como el del 2019 -0,4%. Y eso es muy importante. Hay que valorarlo, e incluso respetarlo. Es un punto de partida positivo, una base sobre la cual producir más. Y es fundamental para que no se repita lo de este año. Hecho este responsable reconocimiento agreguemos los análisis y la discusión de qué tipo de crecimiento económico será, sus fuentes, en dónde se dará el mayor movimiento, cuál será el “círculo virtuoso”, y quiénes los más beneficiados.
Y a continuación, qué sectores seguirán con las muchas dificultades del 2020 –empeoradas quizás–, qué actividades no serán “motores” sino más bien “cargas”, cuánto y cuándo cambiaría la desfavorable situación del empleo, desempleo, subempleo, pisos salariales más bajos, informalidad creciente, y quiénes serán escasamente beneficiados con el crecimiento económico del 4% en el que el campo agrícola, aunque con una menor producción pero mejores precios internacionales, volverá a jugar un rol fundamental.
Para el 2021 los técnicos del BCP proyectan un 6% de crecimiento industrial (-1,5% este año), 5% para la construcción con una desaceleración anunciada (+9,8% este año), 9,5% para el comercio (-6,8% este año) y un 3,8% para el Gobierno (4,6% este año). Ya sé que vivimos una marcha mala desde junio del 2018, con una levantada en el segundo semestre del 2019, y dos primeros meses del 2020 que dibujaban lo mejor. Hay muchas heridas económicas abiertas en tan largo tiempo, las que no se cerrarán de la noche a la mañana.
Lo que ocurrirá en el 2021 para mucha gente, pero es muy probable que se suavice el dolor con mayor actividad económica. No para recuperar lo perdido en un 100% –llevará más tiempo– y sí, ojalá, para no seguir perdiendo más. No será fácil el 2021. Y hay indefiniciones e incertidumbres que se irán acentuando o debilitando, según como venga la mano. Pero, con sus limitaciones, prefiero el 4% positivo como proyección de crecimiento económico, en lo que casi todos coinciden. Menos los que no entienden de economía, y típico en un paraguayo: “no respeta su ignorancia”. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.DDPHQD.