• POR DR. MIGUEL ÁNGEL VELÁZQUEZ
  • Dr. Mime

Hay miedos y miedos, causas y causas, algunas hasta llamativas. Pero cuando se salen de control hablamos de las fobias. Son trastornos de ansiedad caracterizados por un miedo intenso, irracional y persistente hacia un objeto, situación o actividad específica. Algunas de las fobias más comunes incluyen a la acrofobia (miedo a las alturas), la claustrofobia (miedo a los espacios cerrados), la aracnofobia (miedo a las arañas), la agorafobia (miedo a los espacios abiertos o situaciones difíciles de escapar), la hematofobia (miedo a la sangre o a las heridas), la aerofobia o aviofobia (miedo a volar en avión), la increíblemente diseminada coulrofobia (miedo a los payasos) y la cinofobia (miedo a los perros).

Cuando una fobia se activa, se desencadenan respuestas físicas y emocionales en el cerebro y el cuerpo. El sistema límbico, que incluye la amígdala, juega un papel fundamental en el procesamiento del miedo y la ansiedad. La amígdala, una estructura en forma de almendra ubicada en el cerebro de la que tantas veces habláramos como interviniente en las emociones, es responsable de la respuesta de “lucha o huida” y puede activarse de forma excesiva en las fobias. Además de la amígdala, otras áreas cerebrales también están involucradas en las fobias, tal es el caso del córtex prefrontal, encargado del razonamiento y la toma de decisiones que puede influir en cómo se interpretan y se manejan los miedos. También se ha encontrado que el hipocampo, relacionado con la memoria y el aprendizaje, desempeña un papel en la adquisición y el mantenimiento de las fobias.

Aparte de las fobias comunes ya descritas, también existen algunas fobias raras que pueden resultar sorprendentes. Estas incluyen la hexakosioihexekontahexafobia (sí, así de difícil, es el increíble miedo al número 666), la pogonofobia (miedo a las barbas), la ablutofobia (miedo a lavarse o bañarse), la nomofobia (miedo a estar sin un teléfono móvil), la increíble coulrofobia inversa (sí, es cierto, es el miedo a las personas que no usan maquillaje de payaso), la linonofobia (miedo a las cuerdas), la eufobia (miedo a dar respuestas a preguntas) y la quilofobia (miedo a los labios).

El tratamiento de las fobias generalmente se realiza a través de enfoques terapéuticos efectivos. Algunos de los tratamientos más comunes incluyen:

-Terapia de exposición: Es una forma de terapia cognitivo-conductual (TCC) en la que gradualmente se expone a la persona a la fuente de su miedo o fobia.

-Terapia cognitiva: Se centra en identificar y cambiar los pensamientos negativos o distorsionados relacionados con la fobia.

-Técnicas de relajación y manejo del estrés: El aprendizaje de técnicas de relajación, como la respiración profunda, la relajación muscular progresiva o la meditación, puede ayudar a reducir los niveles generales de ansiedad y el malestar asociado a la fobia.

-Terapia de desensibilización: Similar a la terapia de exposición, la terapia de desensibilización implica exponer gradualmente a la persona a la fuente del miedo mientras se le proporciona técnicas de relajación para reducir la ansiedad.

-Medicación: En algunos casos, se pueden prescribir medicamentos para ayudar a controlar los síntomas de ansiedad asociados con las fobias. Los medicamentos pueden incluir antidepresivos, ansiolíticos o betabloqueantes. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los medicamentos no curan la fobia, sino que pueden aliviar los síntomas mientras se realiza la terapia.

Es recomendable buscar la ayuda de un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra, para recibir un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento individualizado. Las fobias son, sin lugar a dudas, unas de las afecciones DE LA CABEZA más comunes. Nos leemos en una semana.

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