No es precisamente la coherencia el plato fuerte de la clase política. Ni de algunos medios de comunicación. O, incluso, de la mayoría. La dignidad se ha extraviado en los paralelos de la impudicia. El discurso acomodado a las circunstancias y la conducta sometida al oportunismo degradan a los hombres al servilismo más abyecto. De la crítica más temeraria, sin rubor alguno, cruzan la línea hacia el halago empalagoso y obsecuente. De los salivazos más denigrantes a los empeñosos lengüetazos que reemplazan al betún. Se apela a la extendida creencia de que nuestro pueblo carece de memoria para saltar de posiciones, no por imperio de la razón argumentativa, sino por conveniencias económicas y el compulsivo afán de lucrar con los recursos del Estado. El cargo solo es un pretexto para los ingresos colaterales. Se acostumbraron a acumular espurios privilegios desde la impunidad del poder. El mínimo atisbo de decoro se diluye en la fangosa correntada del cinismo y la desfachatez. Encerrados en la burbuja de la autocomplacencia, minimizan y hasta desprecian el juicio ético de la ciudadanía. Incapaces de construir su propio pensamiento, se visten del traje de una falsa intelectualidad repitiendo dos o tres frases de ajena procedencia. Y sin la honestidad de mencionar la fuente. Ni una discreta creatividad. Ni la más modesta originalidad. Y en el paroxismo de un lenguaje esquizofrénico disparan los más soeces agravios, producto de una incontinencia verbal que desnuda sus miserias.
Durante el régimen de Alfredo Stroessner abundaron los personajes que merecidamente se ganaron la burla social por sus excéntricas expresiones, incluyendo al propio dictador, y que ocuparon un privilegiado espacio en el álbum de la antología del disparate. Y muchos de ellos se ganaron sobrenombres (o marcantes) que coincidían con el tono gris de una personalidad disipada en la ignorancia y la estupidez. Aunque, hay que decirlo, una peligrosa estupidez que podía desencadenar trágicas consecuencias. Con la llegada de la democracia, en su periodo de transición, algunos protagonistas reataron el hilo de la historia con frases dignas de figurar en la marquesina de las mentes “luminosas”. Y en los últimos meses se ha sumado a la troupe de “celebridades” el expresidente de la República Nicanor Duarte Frutos. Así, por ejemplo, no hace mucho declaraba a un medio de comunicación que “los agravios en política prescriben al tercer mes” y que “en el coloradismo la memoria se borra rápidamente”. Dos locuciones armadas a su hechura y conveniencia. Muy cómodas para el que agravió, pero no creo que sean tan fáciles de digerir para el agraviado. Y cuando se enteró de que se había ordenado una auditoría externa en la Entidad Binacional Yacyretá, la cual manejó como su despensa familiar (fue un verdadero mascarón de proa de la corrupción), lanzó su didáctica sentencia de que “no se deben hostilizar las denuncias entre colorados”, porque –y ahí la expresión que pasará a la posteridad– “en política, el más limpio tiene mugre”. Y, en este caso específico, según las primeras sospechas, la “mugre” rondaría varios millones de dólares que se esfumaron en un sinuoso camino trazado con fibras ópticas.
El actual presidente de la República, Santiago Peña, y el titular de la Junta de Gobierno del Partido Colorado, Horacio Cartes, fueron los blancos exclusivos de sus injurias, aunque ya deberían estar prescriptas según la antojadiza concepción política de Nicanor. Con el último de los nombrados se reunió días atrás, cuya conducción partidaria llenó de elogios. De paso, se encargó de devaluar al movimiento interno dentro del cual militaba hasta hace poco, afirmando que “no hay disidencia interna”. Con esto corroboraba lo que ya había expuesto semanas atrás: que Fuerza Republicana carece de liderazgo. Por lo que veo, uno de los primeros roedores del erario en abandonar el barco fue, precisamente, Duarte Frutos.
Para su desgracia, la del “mariscal de la derrota”, no todos somos olvidadizos dentro del Partido Nacional Republicano. Es más, es su memoria histórica la que facilita su proyección y vigencia. Ahora se abrazó con el hombre que era “un peligro para la democracia” y que pondría en riesgo “el futuro de nuestros hijos” porque “ellos (los cartistas) financian el terrorismo internacional”. Y el movimiento Honor Colorado, que estaba pasando por “sus horas más oscuras”, de repente, no tiene adversario que “pueda disputarle su hegemonía interna”. En cada discurso se encargó de difundir como “verdad revelada” el “informe de la Secretaría de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad)”, que tenía un doble propósito: fulminar políticamente al actual presidente de la ANR y destruirlo económicamente. Pero qué importa ya. Total, según él, “los agravios prescriben a los tres meses”. ¿Hubo, previamente, reconocimiento de pecados y sincero arrepentimiento? No, para nada. La soberbia no admite semejante debilidad.
Este es el mismo Nicanor Duarte Frutos que aseguraba que “Horacio parecía un loro borracho que estaba recitando su amargura por la pérdida del poder. No se le puede exponer a un expresidente en un escenario cuando no tiene la estabilidad suficiente”. Es hora de que Duarte Frutos ponga en práctica sus propios consejos. O que alguien le cuide.
Con Duarte Frutos hay una fatal predicción de inevitable cumplimiento. Para él, la traición solo es cuestión de tiempo. A su larga cadena de víctimas ahora añadió a Mario Abdo Benítez. Y conste que el exmandatario fue advertido. Buen provecho.
¿De qué hablamos cuando hablamos de verdad? ¿Existe la verdad o, por lo menos, alguna verdad? Es complejo saberlo con certeza en tiempos de fake news, de bulos, de deepfake.
En 1954, Jorge Luis Borges (1899-1986), aquel gran maestro, escribió que “los doctores del Gran Vehículo enseñan que lo esencial del universo es la vacuidad”. Aquella frase que, desde la primera lectura, tal vez en 1972, me pareció que encerraba algo misterioso y mágico se mantiene entre mis recuerdos. Sentí que mucha fuerza oculta yacía en aquella fuerte observación simbolizada en apenas catorce palabras. Pero, entre ellas, tres expresiones me atraparon más que otras y debo admitir que son recurrentes en tiempos de reflexión.
Recuerdo que, en mis apenas 21 años, hasta aquel atardecer que me sorprendió en la pequeña vivienda de la maestra Dharma Ma Devi Tao – así se presentó– nunca había tenido un encuentro personal con esa mujer de edad indefinida cuya piel parecía de porcelana y tenía un bindi bien visible entre sus pobladas cejas oscuras. Vestía una túnica en la que predominaba el color rojo y se cubría con un enorme pañuelo de seda naranja.
Casi en silencio la seguí desde la puerta manteniéndome apenas detrás de ella. Caminamos unos pocos pasos hasta una sala iluminada con velas y aromatizada con sahumerios florales, entre los que se destacaban jazmines y lavandas. También creí percibir cedros y sándalos. Pese a que sonaban tenuemente hasta mis oídos llegaron bellas armonías interpretadas con yat-ga mongol (cítara mongol), algún rgyagling (oboe) y dra-nyen (laúd).
Por un breve tiempo solo nos miramos mientras respirábamos profundamente sentados sobre mullidos almohadones. Luego de inclinar su cabeza levemente para llegar casi hasta sus manos, que unidas por sus palmas llevó hasta sus labios, explicó que “gran vehículo es mahāyāna, en sánscrito o bodhisattvayāna, ‘vehículo del bodhisattva’ –dos palabras para una sola creencia– que, junto con theravada, es una de las dos ramas principales del budismo y, a la vez, aplica para clasificar las filosofías y prácticas budistas”.
ILUMINACIÓN
Quise saber más. “Mahāyāna también se refiere al camino del bodhisattva –un ser destinado a ser un futuro Buddha que busca la iluminación completa para el beneficio de todos los seres”. Luego de otro silencio, profundizó. “Gran Vehículo –mahāyāna– también da cuenta de un camino más ancho y más perfecto que contrasta con el ‘Pequeño Vehículo –Hinayana–’ de la tradición Theravāda, Sthaviravāda, en sánscrito o ‘doctrina de los ancianos’ del budismo temprano en la India”.
Las palabras quedaron atrás. Compartimos casi en silencio una infusión tan agradable como desconocida para mi paladar que, como paso previo, devino en una inolvidable sesión de masajes con la técnica que unos 2.600 años atrás desarrollara Shivago Komarpaj, el médico de Buda, que al parecer imaginó y diseñó esa terapia en el norte de la India.
Nunca volví a ver a la maestra Dharma Ma Devi Tao. Antes de despedirnos me entregó un par de breves libros que por varios días leí con atención. Con ellos me introduje en la búsqueda del sentido de tres palabras que Borges escribió: esencial, universo y vacuidad.
La vida con sus búsquedas me condujo hacia múltiples lecturas. Es la mía una generación que transita dos siglos. Media vida en el siglo de las guerras y hasta hoy un cuarto del camino recorrido en el inicio de otra centuria que encuentra a millones en estado de desorientación y búsquedas. Todo parece estar en crisis. Hay quienes enfáticamente así lo afirman.
La masificación en el acceso a enormes desarrollos tecnológicos cambió muchos paradigmas. Un 65 % de los habitantes del planeta técnicamente puede acceder a la red. Poco más de 3 mil millones de personas, no. Se encuentran carecientes junto con aquellos que sí pueden acceder, pero tienen impedimentos concretos para hacerlo.
La realidad mixta que transitan uno 5.200 millones es solo la realidad real para otros que, también en conjuntos millonarios, tampoco pueden acceder al agua, al alimento, a la educación, a la salud porque, desde algún lugar, son como los choznos y bichoznos de aquellos pauperizados cuyas vidas, sufrimientos y carencias Víctor Hugo narró como nadie en “Los miserables”. Esos son los que acampan hacinados en los costados de la red. La individuación gana espacios impensados. La solidaridad parece en slow motion.
LA ERA DEL VACÍO
Algunos estudiosos se adelantaron en el tiempo con sus observaciones, diagnósticos y advertencias. “La edad moderna estaba obsesionada por la producción y la revolución, la edad posmoderna lo está por la información y la expresión”, sostiene Gilles Lipovetsky en “La era del vacío”, quien también verifica, advierte y da cuenta de una tendencia a “comunicar por comunicar, expresarse sin otro objetivo que el mero expresar y ser grabado por un micropúblico. El narcisismo descubre aquí como en otras partes su convivencia con la desubstandalización posmoderna, con la lógica del vacío”.
Preocupaciones y dilemas de setiembre de 1986. “La interrupción, la incoherencia, la sorpresa son las condiciones habituales de nuestra vida. Se han convertido incluso en necesidades reales para muchas personas, cuyas mentes solo se alimentan [...] de cambios súbitos y de estímulos permanentemente renovados […] Ya no toleramos nada que dure. Ya no sabemos cómo hacer para lograr que el aburrimiento dé fruto. Entonces, todo el tema se reduce a esta pregunta que nos lanza Paul Valéry en junio de 1999: ¿la mente humana puede dominar lo que la mente humana ha creado?”.
Plantea ese interrogante a la hora de prologar “Modernidad líquida”, de Zygmunt Bauman, quien lee el pasado y no duda en señalar que “el capitalismo pesado, de estilo fordista, era el mundo de los legisladores, los creadores de rutinas y los supervisores. El mundo de los hombres y mujeres dirigidos por otros que perseguían fines establecidos por otros de una manera establecida (también) por otros. Por esa razón era (aquel) un mundo de autoridades: líderes que sabían qué era mejor y maestros que enseñaban a seguir adelante”.
Estábamos ante algo nuevo, desconocido y veloz. Hemos recorrido desde el inicio del siglo apenas 24 años. Corto si miramos el time line y muy largo cuando percibimos sus efectos y descubrimos que una interesante cantidad de preguntas sustanciales –las de siempre– no encuentran sus respuestas. Bauman en 2016 advirtió sobre la individuación.
COMUNICACIÓN RETICULAR
A modo de ejemplo alertó sobre la comunicación reticular y denunció sus prácticas: “Tú (en ellas) tienes que crear tu propia comunidad (pero) lo que las redes sociales pueden crear es un sustituto. (Porque) la diferencia entre la comunidad y la red es que tú perteneces a la comunidad (en la realidad real), pero la red te pertenece a ti. Puedes añadir amigos y puedes borrarlos, controlas a la gente con la que te relacionas. (Pero) en las redes es tan fácil añadir amigos o borrarlos que no necesitas habilidades sociales (que solo) las desarrollas cuando estás en la calle (en la realidad real), o vas a tu centro de trabajo, y te encuentras con gente con la que tienes que tener una interacción razonable (porque) ahí tienes que involucrarte en un diálogo (que solo es real si no hablas solo) con gente que piensa lo mismo que tú”.
Enfatiza que “las redes sociales no enseñan a dialogar (y advierte que) mucha gente usa las redes sociales no para unir, no para ampliar sus horizontes, sino al contrario, para encerrarse en lo que llamo zonas de confort, donde el único sonido que oyen es el eco de su voz, (y) donde lo único que ven son los reflejos de su propia cara”.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, el pasado 24 de junio sostuvo por su parte que “los algoritmos empujan a las personas a burbujas de información y refuerzan prejuicios como el racismo, la misoginia y la discriminación. Así, las mujeres, los refugiados, los inmigrantes y las minorías son objetivos comunes”. Ese mismo día añadió que “la desinformación y la incitación al odio alimentan los prejuicios y la violencia, exacerban las divisiones y los conflictos, demonizan a las minorías”.
Y no son escasas las oportunidades en que desde los más alto del poder se avanza en esa línea y se aboga por comunicarse “con la gente sin intermediarios”, “sin periodistas”, “sin medios”, a los que acusan incansablemente de mentir y hablar por orden de quienes les pagan.
¿Qué es lo que no se entiende? ¿De qué hablamos cuando hablamos de verdad? ¿Existe la verdad o, por lo menos, alguna verdad? Es complejo saberlo con certeza en tiempos de fake news, de bulos, de deepfake. ¿Será verdad esto o aquello que vemos, cuando leemos o escuchamos? Hay momentos en los que creo que –aun lo verificable– tal vez no sea verdad. ¿Será esta la era de la mentira?
Recordé que un par de días atrás para quien quisiera verlo en la plataforma Tiktok, Donald y Kamala flirteaban enamoradísimos. Tiempo antes también fue posible ver al papa Francisco vestido con un largo abrigo blanco sintético; a Elon Musk con ropas de superhéroe. Hay de todo. El dictador Nicolás Maduro en Venezuela sostiene en la realidad real y en la virtual que ganó unas elecciones fraudulentas. Daniel Ortega y Rosario Murillo, los autócratas en Nicaragua, encarcelan, torturan, exilian, destierran, practican la apatridia y cancelan a quienes denuncian como “enemigos del pueblo” mientras bloquean las redes que solo usan ellos.
MENTIRA
Todo –sin serlo– parece posible y verdadero. Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), mentira es una “expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, se cree o se piensa”. Tan simple como compleja explicación porque todo lo que las otredades piensen, por ejemplo, acerca de mí y mi circunstancia podría devenir en mentira si mi decir y mi hacer no fueran lo que digo y hago. Aunque el debate entre mentira y verdad, sospecho que va por otro lado. Tal vez de cada persona humana la única verdad sea justamente su humanidad. Doxa y episteme no siempre o, tal vez nunca, convergen. Aunque tampoco divergen demasiado. Y, tal vez en esa compleja indistinción es donde una mentira puede ser una verdad.
“¿Qué ves? / ¿Qué ves cuando me ves? / Cuando la mentira es la verdad...”, canta Divididos desde 1993 en un álbum que llamaron “La era de la boludez”. ¿Por qué no? “Engañar, inventar, fingir, macanear, boletear (...) falsificar, calumniar”, según la RAE son sinónimos de mentir, pero también pueden ser parte indisoluble del desmentir. Incluso cuando para cualesquiera de esas dos acciones se aporte una verdad.
La dificultad es discernir rodeados de voluntarios o involuntarios “embusteros, mendaces, falaces, falsos, falsarios, farsantes, noveleros, cuentistas, troleros, boleros, fuleros, calumniadores, tramposos, fulleros, engañosos, hipócritas, fariseos, macaneadores, habladores, boleteros, globeros, bolaceros, chiveros, bocones, jetones, sirificos, chileros” o como se prefiera llamar a mentirosos y mentirosas. Quizás por estar tan extendidas –mentir y desmentir– como casi involuntarias prácticas humanas y sociales, con frecuencia son expuestas como parte de la vida de los otros. La viga en el ojo ajeno.
“Me acuerdo de todo, incluso de aquello que nunca sucedió”, recuerdo decía un muy veterano hombre de prensa más de cuatro décadas atrás cuando, también por entonces, yo era un muy joven periodista en ciernes. Inolvidable. Desde aquellos años no fueron escasas las oportunidades en que cuando quise saber sobre sucesos trascendentes encontré historias diferentes. No es imposible construir un pasado que no fue –¡y hasta un futuro que no será!– y, aun así, no ser una mentira y sí ser una historia de “no ficción” creada en el contexto de una obra literaria.
De eso también se trata la literatura porque como lo afirmaba Jorge Luis Borges, una ficción literaria “no tiene intención de engañar o tergiversar con fines y objetivos inconfesables”. Con vocación docente –palabra más, palabra menos– puntualizó que cuando de ficción se trata hay una especie de pacto entre quien escribe esa historia y el lector que acepta leerlo. Con la mentira, el mentiroso siempre procura defraudar la buena fe de esa persona a la que convence de que lo que le cuenta es una verdad. En el mismo sentido, en los diarios, hasta no hace mucho tiempo, nos referenciábamos y enfrentábamos con las responsabilidades que emergían del “contrato de lectura” siempre vinculado con la “línea editorial”.
INFAMIA
Vuelvo a aquellas palabras que Borges escribió en 1954. “Los doctores del Gran Vehículo enseñan que lo esencial del universo es la vacuidad”. Eran parte del prólogo de “Historia universal de la infamia”, una selección de cuentos maravillosos que el maestro escribió, prologó y presentó por primera vez en 1935. Ochenta y nueve años después esa frase despeja parcialmente el hoy porque dan cuenta de alguna forma de continuidad en las prácticas de poderosos y poderosas cuando se emborrachan de poder.
Borges, enigmático, encuadra desde el inicio las infamantes acciones de aquellos despreciables infames en el hinduismo que –como creencia– se sustenta en el dharma, que es la ley universal de la naturaleza. En ese corpus la más importante de las preocupaciones es la liberación del sufrimiento. Alcanzar el nirvana y, para alcanzarlo, se necesita un sila, de una acción ética que –con meditación y prajña (sabiduría en sánscrito)– permite saber de “las cosas como realmente son” en un universo que no fue creado por un ser superior y, por ello, todos los fenómenos están marcados por la vacuidad y, en consecuencia, nada puede nacer y nada puede morir.
Mentir –una forma de traición tanto personal como social extendida desde el inicio de los tiempos– sin dudas desacredita y deshonra. Dos palabras a las que la RAE alude para definir “infamia”.
“Los doctores del Gran Vehículo enseñan que lo esencial del universo es la vacuidad”, sostiene Jorge Luis Borges en el prólogo de “Historia universal de la infamia” en 1954. Foto: AFP
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron resonancias magnéticas cerebrales de 10.125 personas realizadas en los centros de imágenes Prenuvo, un colaborador clave en la investigación. Foto: Archivo
Estudio revela que el ejercicio puede mejorar la memoria y el aprendizaje
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Aunque a algunos no les guste hacer deporte es una realidad que el ejercicio físico produce numerosos beneficios para la salud, y, de hecho, tal y como han revelado ahora investigadores del Brain Health Center del Pacific Neuroscience Institute en Providence (Estados Unidos) señalando un “vínculo fascinante” entre el ejercicio regular y una mejor salud cerebral.
La investigación, publicada en el ‘Journal of Alzheimer’s Disease’, muestra que estar físicamente activo está relacionado con un mayor tamaño de áreas del cerebro importantes para la memoria y el aprendizaje.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron resonancias magnéticas cerebrales de 10.125 personas realizadas en los centros de imágenes Prenuvo, un colaborador clave en la investigación.
Así, descubrieron que aquellos que realizaban actividades físicas con regularidad como caminar, correr o practicar deportes tenían mayores volúmenes cerebrales en áreas clave. Esto incluye la materia gris, que ayuda a procesar la información, y la materia blanca, que conecta diferentes regiones del cerebro, así como el hipocampo, importante para la memoria.
“Nuestra investigación respalda estudios anteriores que muestran que estar físicamente activo es bueno para el cerebro. El ejercicio no solo reduce el riesgo de demencia sino que también ayuda a mantener el tamaño del cerebro, lo cual es crucial a medida que envejecemos”, explica el investigador principal, Cyrus A. Raji.
Asimismo, el coautor del estudio y director del PBHC, David Merrill, asegura que “incluso niveles moderados de actividad física, como dar menos de 4.000 pasos al día, pueden tener un efecto positivo en la salud del cerebro”.” Esto es mucho menos que los 10.000 pasos a menudo sugeridos, lo que lo convierte en un objetivo más alcanzable para muchas personas”, añade.
“Nuestra investigación vincula la actividad física regular con mayores volúmenes cerebrales, lo que sugiere beneficios neuroprotectores. Este gran estudio de muestra amplía nuestra comprensión de los factores del estilo de vida en la salud del cerebro y la prevención de la demencia,” apunta el coautor del estudio y profesor asistente de neurociencias en el Saint John’s Cancer Institute y el Pacific Brain Health Center, Somayeh Meysami.
Un estudio de ‘The Lancet’ realizado en 2020 encontró que alrededor de una docena de factores de riesgo modificables aumentan el riesgo de enfermedad de Alzheimer, incluida la actividad física. Este trabajo se basa en trabajos anteriores de este grupo, que vinculan la quema de calorías de las actividades de ocio con una mejor estructura cerebral.
“Este estudio demuestra la influencia del ejercicio en las imágenes de la salud del cerebro y, cuando se suma a otros estudios sobre el papel de la dieta, la reducción del estrés y la conexión social ofrecen los beneficios comprobados de los factores modificables sin fármacos para reducir sustancialmente la enfermedad de Alzheimer”, afirma el editor jefe de ‘Journal of Alzheimer’s Disease’, George Perry.
Esta investigación destaca una manera fácil de mantener nuestro cerebro sano: ¡mantenerse activo! Ya sea una caminata diaria o un deporte favorito, la actividad física regular puede tener beneficios duraderos para la salud de nuestro cerebro.
Basa lanzó su primera Memoria de Sostenibilidad, un compromiso con el futuro
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En un evento marcado por la reflexión y la celebración, el Banco Basa ha lanzado oficialmente su primera Memoria de Sostenibilidad correspondiente al año 2023. Este acontecimiento, que se llevó a cabo en el Sheraton Asunción Hotel, representa un hito significativo para la entidad bancaria 100% nacional, subrayando su firme compromiso con el desarrollo social, económico y ambiental del país.
El evento de lanzamiento reunió a una amplia gama de asistentes, incluidos directivos del banco, gerentes, colaboradores, clientes, proveedores, aliados y diversas organizaciones con las que Basa colabora en sus esfuerzos de sostenibilidad. La Memoria de Sostenibilidad fue elaborada siguiendo los rigurosos indicadores GRI (Global Reporting Initiative), una herramienta internacionalmente reconocida que promueve la transparencia y la rendición de cuentas en materia de sostenibilidad.
“La Memoria de Sostenibilidad 2023 es un reflejo de nuestro compromiso constante con la transparencia y la rendición de cuentas, demostrando cómo nuestras acciones impactan positivamente en el ámbito social, ambiental y económico. Este documento es mucho más que un informe; es una declaración de principios y un compromiso con nuestras comunidades, clientes y el medio ambiente”, afirmó Belén Rodríguez, especialista en sostenibilidad del Basa.
Impactos económicos, sociales y ambientales
La Memoria de Sostenibilidad 2023 del Banco Basa no solo reporta los resultados financieros alcanzados, sino que también abarca los impactos significativos en los ámbitos social, ambiental y de gobernanza. Este enfoque integral permite a la entidad bancaria presentar una visión holística de su desempeño y su compromiso con la creación de valor a largo plazo para todos sus grupos de interés.
Desempeño económico: Durante el año 2023, Banco Basa logró consolidar su posición en el mercado financiero nacional, con un crecimiento notable en sus indicadores financieros clave. La memoria detalla cómo la entidad ha manejado sus recursos, invertido en proyectos innovadores y mantenido una sólida estructura financiera.
Impacto social: En términos de responsabilidad social, el banco ha implementado una serie de programas destinados a mejorar la calidad de vida de las comunidades en las que opera. Estos programas incluyen iniciativas de educación financiera, apoyo a emprendedores locales y proyectos de inclusión social que buscan reducir las desigualdades.
Gestión ambiental: La sostenibilidad ambiental es otro pilar fundamental para Banco Basa. La memoria documenta los esfuerzos del banco para reducir su huella ecológica mediante prácticas sostenibles, como la implementación de tecnologías verdes, la promoción de la eficiencia energética y la reducción de residuos. Además, el banco ha colaborado con varias ONGs ambientales para apoyar proyectos de conservación y reforestación.
Gobernanza: La gobernanza corporativa es otro aspecto crítico abordado en la Memoria de Sostenibilidad. Banco Basa ha adoptado políticas y prácticas que garantizan la transparencia, la ética y la responsabilidad en todas sus operaciones. Este enfoque no solo fortalece la confianza de los inversionistas y clientes, sino que también asegura el cumplimiento de las normativas locales e internacionales.
El evento contó con la participación de varios oradores destacados que compartieron sus experiencias y perspectivas sobre el papel del banco. Entre ellos, se destacaron las palabras del presidente Germán Rojas, la directora Guiomar De Gásperi, la presidenta de la AFD, Stella Guillén, quienes enfatizaron la importancia de la colaboración y la innovación para enfrentar los retos futuros.
“En Banco Basa, creemos firmemente que la sostenibilidad no es solo una meta, sino un proceso continuo de mejora y adaptación. Nuestra Memoria de Sostenibilidad 2023 es un paso crucial en ese viaje”, afirmó la directora.
Mirando hacia el futuro
El lanzamiento de la primera Memoria de Sostenibilidad de Banco Basa es solo el comienzo de una trayectoria hacia la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa. La entidad ha delineado una serie de objetivos y metas para los próximos años, con el fin de continuar avanzando en sus compromisos y superar los desafíos emergentes.
‘‘Entre los objetivos futuros se incluyen la ampliación de nuestros programas de educación financiera, el fortalecimiento de las alianzas con organizaciones ambientales y la adopción de nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia y sostenibilidad de las operaciones. Además, el banco planea incrementar su apoyo a proyectos con énfasis en la equidad y los programas Mujer, con los que ya venimos trabajando gratamente’’, detalló Johanna Mongelós, gerente de Negocios Transaccionales, Pymes y Personas del Banco Basa .
Con una visión clara y un compromiso firme, Banco Basa está bien posicionado para liderar el camino hacia un futuro más sostenible y equitativo, demostrando que el éxito económico y la responsabilidad social y ambiental pueden ir de la mano.
¡Conoce las costumbres que perjudican a la memoria!
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Con el correr del tiempo, las personas van olvidando detalles, como dónde dejaron la llave del automóvil, dónde se guardó un documento importante o, incluso, olvidar el comentario que estaban por decir. Los expertos recomiendan estimular el cerebro para no caer en este dilema con la memoria, pero hay que decir que, existen hábitos que se realizan en la etapa de la juventud que perjudican a los recuerdos, a largo plazo.
Te contamos que costumbres debes erradicar para evitar problemas de memoria en el futuro. Primer punto a cambiar, evitar hacer varias tareas juntas, la multitarea (multitasking en inglés), impacta negativamente la corteza frontal del cerebro, pues al realizar varias actividades al mismo tiempo, el cerebro se sobrecarga, lo que no permite un buen desempeño cognitivo y daña la capacidad de concentración.
Otro aspecto es no tener un buen descanso en la noche, se sabe que con los pasos de los años, las horas de descanso se ven afectadas por el insomnio. Pero es necesario tomarse con seriedad las horas de descanso, para el bienestar físico y mental, para beneficio del cerebro, los expertos recomiendan 8 horas de sueño.
Si se tiene dificultades con la memoria, se recomienda consultar con un especialista. Foto: Ilustrativa/Freepik
Un aspecto más a eliminar son las actividades monótonas, es decir, repetir la misma rutina a diario, esto perjudica al cerebro, pues con el tiempo no sabe establecer conexiones entre el contexto donde ocurrió alguna situación. Pues el momento, lugar y contexto repetitivos, hacen complicado a la mente recordar las vivencias pasadas.
Como recomendación para cuidar la memoria, se debe realizar el siguiente ejercicio: al finalizar la jornada, recordar qué se realizó en el día o incluso en la semana, esta práctica fortalecerá los recuerdos y se podrá retener la información en el tiempo. También se recomienda completar crucigramas, rompecabezas, sudokus, sopas de letras, trabalenguas, jugar ajedrez, entre otros.