- Por el Dr. Miguel Ángel Velázquez
- Dr. Mime
Soy un convencido que el paraguayo vive enamorado de las vitaminas. No sabe qué son ni para qué sirven, pero las solicita y busca, y muchas veces las toma sin control. Esto no solo se ve en nuestro país, ya que informa la agencia reguladora de alimentos y medicamentos de los Estados Unidos (FDA desde 1994 la cantidad de suplementos se ha multiplicado casi por 20, habiendo superado la industria de suplementos de EE. UU. en el 2023, convirtiéndose en un negocio en auge. En un artículo publicado en la Brain&Life, revista de la Academia Americana de Neurología, se afirma que este crecimiento es aún más notable considerando que la agencia que regula la administración de alimentos y medicamentos (FDA) no está autorizada para regular o aprobar la seguridad o eficacia de estos productos. Muchos de los pacientes piensan que los suplementos son “naturales”, creen que los suplementos son más seguros que los medicamentos, aunque no se prueba su seguridad y eficacia como lo hacen los productos farmacéuticos y hay como un “halo verde” alrededor de los suplementos, por lo que piensan que no pueden hacerles daño. A diferencia de los suplementos, los medicamentos farmacéuticos han sido probados y regulados para que las personas obtengan la cantidad adecuada, y se puede asesorar a los pacientes sobre qué esperar y los efectos secundarios, cosa que no se puede hacer con los suplementos porque los fabricantes no tienen que demostrar que lo que dicen que está en el frasco o que sus afirmaciones son ciertas.
Los ejemplos son varios. Las personas con migraña a menudo quieren una alternativa a los fármacos, están preocupados por los eventos adversos o no quieren un medicamento fuerte o no quieren sentirse “drogados”. Sin embargo, sin ensayos completos muy pocos suplementos han sido probados con el tipo de rigor requerido para los fármacos: ensayos grandes, multicéntricos, aleatorizados y controlados con placebo que demuestren que una vitamina o suplemento en particular proporcionará un beneficio específico. El estudio más reciente sobre el efecto de la vitamina D en la esclerosis múltiple (EM), publicado en The Lancet en 2023, no demostró que la vitamina D como terapia complementaria reduzca las recaídas, no existen datos sobre suplementos que tengan un efecto modificador de la enfermedad. En general, se deben obtener las vitaminas y minerales de los alimentos en la medida de lo posible y a considerar la posibilidad de tomar suplementos únicamente si se tiene una deficiencia documentada. Existen pocos ejemplos comprobados de vitaminas en tratamientos. Tres estudios realizados en los últimos tres años encontraron una asociación entre la suplementación con B12 y ligeras mejoras en los síntomas en personas con Parkinson temprano no tratado, pero esa evidencia no es lo suficientemente convincente. Altas dosis de B6 pueden causar neuropatía (debilidad, entumecimiento o dolor en las manos o los pies).
Podemos hacer una pequeña lista de suplementos y vitaminas y sus efectos cerebrales. Son beneficiosos para el cerebro:
- Vitamina B: las vitaminas B, especialmente B6, B9 (ácido fólico) y B12, son esenciales para la función cerebral y la salud del sistema nervioso. Están involucradas en la síntesis de neurotransmisores y en el mantenimiento de la mielina, que recubre las fibras nerviosas.
- Omega-3: los ácidos grasos omega-3, en particular el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA), que se encuentran en los aceites de pescado, son cruciales para la salud cerebral y pueden tener efectos positivos en la memoria y la función cognitiva.
- Vitamina D: la vitamina D está relacionada con la salud cerebral y se ha asociado con un menor riesgo de deterioro cognitivo.
- Antioxidantes: vitaminas como la vitamina C y E, y minerales como el zinc y el selenio, actúan como antioxidantes y pueden ayudar a proteger las células cerebrales del estrés oxidativo.
- Colina: un nutriente esencial que se utiliza para la síntesis de neurotransmisores y la estructura de las membranas celulares.
Son posiblemente beneficiosos, aunque no se ha demostrado totalmente su eficiencia:
- Ginkgo Biloba: algunos estudios sugieren que el extracto de ginkgo biloba podría mejorar la memoria y la función cognitiva, aunque los resultados son mixtos.
- Curcumina (cúrcuma): se ha estudiado por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, y algunos estudios sugieren que podría tener beneficios para la salud cerebral.
Sin embargo, hay que tener cuidado porque son potencialmente nocivos o sin evidencia suficiente:
- Vitaminas antioxidantes en exceso: tomar grandes dosis de antioxidantes, como las vitaminas C y E, a través de suplementos, puede ser contraproducente y no se ha demostrado que proporcione beneficios adicionales.
- Suplementos de hierro en exceso: el exceso de hierro puede ser perjudicial para el cerebro y otros órganos. Se debe tener precaución al tomar suplementos de hierro sin una necesidad médica clara.
- Suplementos de calcio en exceso: el exceso de calcio a través de suplementos puede aumentar el riesgo de problemas cardiovasculares y no está claro su impacto en la salud cerebral.
Es crucial recordar que la mejor manera de obtener nutrientes es a través de una dieta equilibrada y variada. Antes de comenzar cualquier régimen de suplementos, es aconsejable consultar a un profesional de la salud para evaluar las necesidades individuales y evitar posibles riesgos para la salud. Además, la investigación en el campo de los suplementos y la salud cerebral está en constante evolución, y nuevas evidencias pueden modificar las recomendaciones con el tiempo. Como se los dije el domingo pasado, la alimentación también es una cuestión DE LA CABEZA. ¡Nos leemos en una semana!