- Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
Al cierre de 2023, por tercer año consecutivo se observó una subutilización de la capacidad de producción de nuestras industrias aceiteras, superando las 1,3 millones de toneladas, según la Cámara Paraguaya de Procesadoras de Oleaginosas y Cereales (Cappro).
Se utilizaron solo el 69 por ciento de su capacidad instalada, muy lejos de los registros observados en 2018 en que fue del 87 por ciento.
El año pasado, nuestras industrias aceiteras procesaron más de 3 millones de toneladas de soja en grano, por debajo a los niveles logrados en años anteriores al 2020, en que el nivel de procesamiento de la materia prima fue superior.
No le podemos culpar a la falta de producción, pues el 2023 ha tenido nuevamente una muy buena performance en volumen cosechado a nivel nacional no menor a las 10 millones de toneladas, siendo nuevamente la Argentina el receptor del mayor porcentaje de nuestras ventas externas de grano en estado natural, que los utilizan en sus plantas aceiteras para exportarlo con valor agregado y obtener precios de ventas más remunerativos.
La industria aceitera local agregó valor a 3.025.496 toneladas de oleaginosa, un incremento del 13 por ciento con relación al promedio de los últimos tres años, ubicándose aún por debajo a los volúmenes cosechados/procesados en periodos anteriores.
Según la Cappro, uno de los problemas coyunturales desfavorables para esta industria se refiere a las constantes modificaciones en las “reglas del juego”, convirtiéndose hasta ahora en el único sector al que no se le devuelve el crédito fiscal del IVA, generado con la exportación de productos industrializados.
Se habla mucho de apoyar a nuestra industria, pero en la práctica parecería que hay sectores que aún no son tenidos en cuenta, ya que con un importante volumen cosechado en 2023 todas nuestras plantas aceiteras tuvieron que haber trabajado a capacidad plena, generando fuentes de trabajo y mayor flujo de ingresos de divisas para nuestro país.
Seguimos con niveles de competitividad inferiores versus nuestros pares de la región, a quienes les seguimos proveyendo casi el 100 por ciento de nuestra materia prima y, en contrapartida, lamentablemente seguimos sin aprovechar a plenitud la capacidad instalada de producción de las mismas.
Si bien en 2023 la venta externa de aceite y subproductos tuvieron un incremento del 40 por ciento, debemos considerar que el 2022 ha sido un año atípico, donde tuvimos una merma de cosecha superior al 70 por ciento debido a factores incontrolables (clima), por lo que hacer una comparación tendría valor relativo.
Para tener posibilidades de una mayor consolidación de las plantas industriales aceiteras que operan a nivel local, se hace necesario fortalecer la implementación de políticas públicas, que les permitan competir en igualdad de condiciones versus sus pares de la región.
Se hace necesario que el Gobierno nacional en función a los niveles de cosecha acuerde cada año con los industriales aceiteros, el stock necesario para su industrialización, que les permitan trabajar a capacidad plena, permitiendo que nuestra oferta exportable pueda ser superior.
Viene orientando su política exterior a la diplomacia económica para la captación de más inversionistas extranjeros, pero descuidamos lo que tenemos en casa, que nos permitan generar mayor valor agregado, fuentes de trabajo y fortalecer a nuestra balanza comercial.
Desde la Cappro abogan porque este año se puedan impulsar más dinámicamente el desarrollo e integración de todas las cadenas productivas, que permitan una mayor consolidación del potencial agroindustrial, promoviendo un desarrollo sostenible y sustentable en el tiempo.
Nuestra agroindustria mantiene condiciones de competitividad por debajo a los niveles deseados, incluso con tendencia a un mayor deterioro, si no se llegaren a tomar medidas correctivas en tiempo y forma.
El ingreso ilegal de productos industrializados de países de la región (Brasil y Argentina) deberán evitarse para proteger a lo nuestro, puesto que en gran parte de 2023 se constituyó de nuevo en uno de los principales frenos a un mayor crecimiento y expansión no solo de este sector, sino también de otros.