El año 2023 ha sido uno de los de mayores volúmenes de ventas externas y mejores precios de los commodities en el mercado internacional, permitiéndonos cerrar el año con un superávit en nuestra balanza comercial, debiendo ser ese nuestro objetivo de todos los años.

El año 2024 fue la antítesis en el comportamiento de nuestras exportaciones de granos, marcados por una sensible disminución en volumen de soja en grano y precios promedios por TM, además de subproductos, incluido el trigo en grano vs. incremento en nuestras importaciones del 3,6 por ciento determinaron que nuestra balanza de transacciones fuera negativa.

No ha sido un buen año, con disminuciones en ventas externas de maíz en un 58 y 33 por ciento en harina de soja, 25 por ciento en energía eléctrica y un 21 por ciento en aceite de soja.

Brasil sigue siendo nuestro principal destino regional de nuestras exportaciones, absorbiendo en el 2024 el 32 por viento, Argentina 31 por ciento, en tanto que Chile un 8,5 por ciento.

Nuestras importaciones no pararon, registrándose compras del mercado externo por USD 16.379 millones, con elevado componente de bienes de capital.

Todo esto nos debe impulsar a realizar una reestructuración de nuestro potencial industrial, convirtiendo nuestros granos en productos terminados, incluidos subproductos, además de la variedad de productos alimenticios que tienen mercados de colocación y con posibilidades de mayores ventas, si nos disponemos a incrementar la capacidad instalada de nuestras industrias.

Apostemos fuerte a un mayor fortalecimiento de su gestión económica, quienes cuentan con muy buen nivel de tecnología y calidad de producción.

Pensemos en grande y un mayor proceso de industrialización de nuestros productos, dado que es la clave para que nuestra economía pueda mostrarnos el despegue que precisamos, pudiendo traer aparejado la necesidad de ampliar su plantilla de personal.

No es misión imposible, pues disponemos de materia prima, capital humano y mercados ya ganados que lo debemos aprovechar.

El año pasado Argentina absorbió no menos del 85 por ciento de nuestra soja en grano. Sin embargo, nuestras industrias procesadoras de aceite tuvieron que trabajar a capacidad ociosa, aprovechando solo el 60 por ciento, con un lógico mayor impacto en términos relativos de los costos y gastos operacionales sobre las ventas, impactando negativamente en menores niveles de utilidades y competitividad.

Nuestros empresarios, productores y gobierno deberían apuntar este año a que nuestra industria pueda lograr el nivel de despegue que es posible, ya que tenemos abiertos muchos mercados de colocación, y solo será necesario estructurar política de ventas, que nos permitan ser competitivos y rentables.

Lo mismo acontece con nuestro trigo en grano. Brasil sigue siendo nuestro principal comprador, absorbiendo cada año prácticamente el 100 por ciento del volumen de cosecha no utilizada dentro de nuestro mercado doméstico, vendiéndole este año 546 mil toneladas de trigo en grano.

Un gigante de más de 405 millones de habitantes podrá comprarnos en vez de trigo, el 100 por ciento de nuestra harina, con lo cual los precios serían mucho más remunerativos, puesto que contamos con molinos harineros que podrán satisfacer dicha demanda.

Esperemos que la llegada de un nuevo viceministro de Industria que proviene del sector empresarial privado pueda darle a este sector una óptica y dinámica diferente, dado que todos los días vemos, leemos y escuchamos que tenemos que potenciar a nuestra industria, pero sin embargo hasta hoy día el mayor porcentaje del PIB sigue proviniendo de nuestros productos del agro en estado natural. Nunca es tarde para empezar y crecer cuali/cuantitativamente a nivel industrial.

Ojalá este 2025 sea el inicio de un trabajo más profesional, y concienciarnos de que, si no fortalecemos a nuestra industria, en donde somos un país rico en productos tanto del agro como de la explotación pecuaria, muy probablemente seguiremos como proveedores de materia prima, que otros países mucho más avispados y proactivos, los industrializan y generan ingresos por exportaciones muy superiores a los que logramos nosotros cada año.

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