• Por Paola Cardozo
  • Fonoaudióloga y docente de educación especial.
  • Participante de capacitación para la inclusión

La inclusión educativa es un camino lleno de oportunidades, aprendizajes y crecimiento. Decidí sumarme a este proceso porque necesitaba más herramientas que facilitaran la inserción de estudiantes con discapacidad en el proceso de aprendizaje, y la capacitación fue la clave para lograrlo.

Antes del curso, mi comprensión sobre la inclusión estaba enfocada en la educación inicial, básica y media. Sin embargo, esta experiencia me permitió ampliar mi mirada y descubrir que la inclusión debe ser parte de todos los niveles educativos, incluyendo el universitario. Escuchar testimonios inspiradores de docentes y familiares me reafirmó que construir espacios accesibles es posible y necesario para garantizar el derecho a la educación de todas las personas.

Uno de los mayores aprendizajes que me llevó es que la inclusión es un camino de innovación y creatividad, donde cada estudiante aporta su propia riqueza.

“Nunca es tarde para empezar, ya que lo importante es seguir avanzando”.

En mi práctica docente, este conocimiento me ha permitido adaptar estrategias para que cada niño y niña pueda aprender de la mejor manera posible.

Las experiencias compartidas en el curso demostraron que la educación inclusiva es un esfuerzo colectivo, donde cada aporte suma para transformar realidades.

No es una experiencia de aprendizaje en la que el conocimiento viene solo del facilitador hacia los participantes. En esta capacitación, cada uno de los miembros aporta conocimientos desde sus experiencias prácticas y saberes profesionales. Además, es un espacio de debate y cuestionamiento sobre inclusión en la educación.

Las inscripciones para una nueva edición de Capacitación para la Inclusión ya están abiertas. El curso inicia en abril y es una oportunidad única para formarse, intercambiar experiencias y ser parte del cambio hacia una educación verdaderamente inclusiva.

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