Algunas despedidas nos hacen sentir que estamos diciendo adiós a un irreemplazable. La partida de José Luis Ardissone nos sorprendió con una pena desconcertante.
Al ver en las redes su rostro y el breve mensaje de su hijo no atinábamos a asumirlo, era como si nunca hubiéramos imaginado la posibilidad de su ausencia, ni pensar en un reemplazo dentro de las filas de este Paraguay que con esfuerzo y juntando los centavos hace malabares para desarrollar sus talentos, y al mismo tiempo se empeña en cuidar su tesoro de tradiciones culturales.
Cómo bosquejar siquiera sin el inquieto y constante aporte de José Luis Ardissone, una labor dinámica creativa y al mismo tiempo respetuosa, osada y preservadora. Porque eso en la cultura es la pintura de hoy, la visión de mañana, y el celoso cuidado del ayer.
Reitero, la noticia nos causó un doloroso impacto, que a medida que pasaban los minutos, se iba reflejando en las redes sociales. En un solo posteo tuve más de mil respuestas, que testimoniaba la amplitud del duelo.
Deja quizás demasiados deudos. No solo los que llenaban sus plateas, sino los que encontramos en su trabajo el espacio para la difusión del nuestro. Y esencialmente los actores, músicos, bailarines, y toda esa tribu que entre bambalinas hace realidad la magia de una puesta.
José Luis fue el Gran Anfitrión, el asesor, el maestro.
Suelen decir que nadie es irreemplazable, pero a pesar de que día a día repiten su cabalgar los jinetes del Apocalipsis, y de que las partidas son inexorables, siempre habrá hombres y mujeres de talla diferente, de paso firme, de imaginación generosa, de talento inquieto.
Nos queda entonces preservar el legado y la memoria de los que han dado su vida a nuestra sociedad y a nuestra cultura. A los héroes civiles. A los que nos han dejado mejores y más ricos, como hoy nos deja José Luis Ardissone. ¡SALVE!
Tras el éxito de la versión dedicada a la poesía paraguaya, Arlequín Teatro vuelve a apostar por la fuerza de los versos, esta vez recorriendo la vastedad de América Latina en sus poetas, en sus historias, en sus luchas y amores. Margarita Irún, José Antonio Galeano, Pablo Ardissone, Kattya González y el guitarrista Nicolás Roig González son los intérpretes de esta travesía que cruza el continente de norte a sur en la palabra, como quien recorre con el corazón abierto las calles de nuestra memoria colectiva.
Este espectáculo fue soñado y creado por José Luis Ardissone, quien no solo pensaba dirigirlo, sino también habitar el escenario con su presencia y su voz. La vida no le dio ese tiempo, pero dejó su mirada y su pasión en cada rincón de esta puesta, que sube a escena también como un expreso homenaje a su legado.
Voces imprescindibles de nuestra América mestiza, clásicas de todos los tiempos, como las de los mexicanos Sor Juana Inés de la Cruz, Amado Nervo y Juan de Dios Peza; los cubanos José Martí y Nicolás Guillén; los argentinos María Elena Walsh, Alfonsina Storni, Pablo Elkin; los nicaragüenses Rubén Darío y Ernesto Cardenal; los brasileños Carlos Drummond de Andrade y Vinicius de Moraes; el chileno Pablo Neruda; el peruano César Vallejo; los uruguayos Delmira Agustini y Mario Benedetti, entre otros— resuenan en escena, tejidas en un concierto de poesía, música y sentimiento.
“De norte a sur en la palabra” es un homenaje, una celebración y una promesa: la de que la poesía sigue viva cuando se dice, se escucha y se comparte. El espectáculo se estrenó el viernes 8 de agosto y continuará los viernes y sábados a las 20:30 y los domingos a las 19:30. El costo de las entradas es de G. 100.000 y dos por G. 180.000. Las entradas anticipadas se compran exclusivamente por transferencia bancaria escribiendo al 0992-442 152.
Este domingo, Toni Roberto rinde homenaje a una faceta menos conocida del eminente director y actor de teatro que partió el pasado 22 de mayo para permanecer de otra forma en la pléyade de la cultura paraguaya.
Con unos libros en la mano, mi computadora y un viaje a la casita del fondo, ahí donde escribo con el corazón de los recuerdos y unas lágrimas para llorar solo, empiezo a escribir otro capítulo en la historia de mi memoria ante la partida de José Luis Ardissone, hoy en esta nueva manera de tenerle presente para siempre.
Hola, José Luis. ¿Querés pasearte un rato por el barrio para analizar algunas arquitecturas? Como siempre, él sin ningún titubeo me dice “te espero”. Paramos en algunas casas de los años 70, las cuales nos parecían a los dos muy interesantes. Tal vez, la época de mayor gloria de la arquitectura paraguaya, en la maduración de un lenguaje que se afianzó en esa década y a la cual él perteneció.
EL CHALECITO ECONÓMICO Y FUI YO
Llegamos a la esquina de Bertoni y Mariano A. Molas. Una mirada a una fachada de mi parte y le digo: “José Luis, qué hermoso este chalecito económico, digno, sencillo, pero con mucho que decir. ¿Quién habrá sido el arquitecto?”. Yo al volante, un momento de silencio y me dice: “¿Querés saber quién fue el arquitecto? Yo”. Mi asombro por la coincidencia y aquel instante tan memorable que jamás olvidaré.
EL HOTEL CHACO
El trabajo arquitectónico de Ardissone tiene uno de sus más importantes ejemplos con el diseño del edificio Chaco Hotel, un emblema de los 70 del centro de Asunción. Hoy es parte del estudio histórico del paisaje urbano asunceno y que fuera analizado con mucha atención por uno de nuestros más importantes teóricos de la arquitectura paraguaya, César “Yito” Morra, en su libro “Espacios intermedios”, editado por la Universidad Católica Ntra. Sra. de la Asunción en 2004.
LA CASA DE DON MICHELLE Y PAOLO PEDERZANI
Una tarde, café de por medio, me contó la historia de una casa sobre Mcal. López: “Un día nos llama don Michelle Scavone a Paolo Pederzani y a mí y nos dice: ‘Quiero hacer una gran casa en este terreno’, en un tono serio, seguro y con un claro acento italiano. Le planteamos un proyecto vanguardista, teniendo en cuenta que yo volvía de estudiar arquitectura en la cuna de la arquitectura moderna latinoamericana, que era Río de Janeiro. Le pasamos el primer borrador y nos dijo: ‘Ma io (pero yo) les pedí una casa, no una fábrica’.
Todos aquellos sueños de una mirada más contemporánea de principios de los años 60 se habían ido al tacho cuando empecé a discutirle. Me dijo Paolo: ‘Vamos un rato al patio. José Luis, ¿vos te querés casar? ¿Querés juntar plata para tu casamiento?’. Y le respondí, con un efusivo y contundente, ¡sí! ‘Entonces callate y vamos hacer la casa que a don Michelle le gusta’”.
UN INVESTIGADOR SABIO Y SILENCIOSO
Muchos a esta altura de la lectura se preguntarán “¿Ardissone también era arquitecto?”. Él era antes que nada un investigador silencioso y sabio en el trabajo de la funcionalidad del hogar, cosa que se puede notar en su propia casa, a la que se mudó en 1974, en Villa Morra, en Dr. Morra casi Tte. Vera.
En aquellos años era un lugar muy lejano a donde se accedía por un inmenso arenal. Cuando llegaba la noche, las ranas hacían conciertos que daban la nota en medio de un gran silencio. La paradoja del destino es que hoy es una de las esquinas más ruidosas del viejo barrio del dottore Morra.
Casa Ardissone. Diseño y construcción: José Luis Ardissone. Dr. Morra casi Tte. Vera. Asunción, 1974
DESDE VILLA YIYÍ, HASTA LA SEDE DE LABORATORIOS CATEDRAL
Las casas realizadas por Ardissone Nunes son innumerables; solo como ejemplo, dos residencias para Guido Masi en Perú y Río de Janeiro, Villa Yiyí en Villa Morra; la casa de su suegra, la de Víctor Abente, la de su hermana María Inés y muchas viviendas de bajo presupuesto, pero realizadas con toda la dignidad que solo un gran humano lo podría hacer.
Además, la ex sede central de los laboratorios Catedral sobre la avenida España y San Martín, las oficinas y recepción del frente del Colegio San José y así mientras escribo sigo descubriendo más arquitectura suya.
Así hoy termino, al final, con lágrimas en los ojos, recordando la otra faceta de este grande del teatro, José Luis Ardissone Nunes, aquel seguidor y participante de muchísimos programas de “Cuadernos de barrio”.
Ahí también vivirá, en mi eterno recuerdo. Cuando salga a seguir mirando la ciudad, siempre estará presente el eterno, el otro José Luis Ardissone, el arquitecto.
Ayer se confirmó la muerte José Luis Ardissone, actor y director teatral, considerado un auténtico promotor del teatro en Paraguay. Ardissone falleció a la edad de 84 años, luego de sufrir complicaciones tras someterse a una cirugía y ya se encontraba internado hace unos días.
La noticia fue confirmada por sus hijos, quienes indicaron que hace unos días fue sometido a una cirugía y que tras la realización de esta intervención comenzó a presentar una serie de complicaciones que derivaron a una falla multiorgánica y finalmente le provocó la muerte.
“Ya no resistió y se fue, todo fue demasiado rápido. Mi padre tenía 84 años. Él ingresó manejando al sanatorio hace menos de una semana para una cirugía simple y por la edad el cuerpo se descompensó y se fue”, dijo Pablo Ardissone, en entrevista con la 1020 AM.
Afirmó que el deseo de su padre alguna vez fue que su velatorio como sepelio sea íntimo y no demasiado público, por lo que respetarán ese pedido.
TRAYECTORIA
Un 3 de mayo de 1982 el actor fundó el Arlequín Teatro, institución que siguen en pie desde hace 43 años y también ayudó en la formación de varios actores de conocido renombre del país.
José Luis Ardissone nació en Asunción el 3 de noviembre de 1940, se formó como arquitecto en Río de Janeiro, pero siempre fue apasionado por el arte, brilló como actor, director, escenógrafo, vestuarista y dramaturgo en el teatro y el cine nacional. En la pantalla grande actuó en las películas “Desencuentros”, “El toque del oboe” y “De paso por la vida”.
Ardissone vivió por y para el teatro nacional, siempre abrió las puertas del Arlequín a todo aquel artista que lo requiera y las semillas que sembró dieron sus frutos en abundancia.
Fue un maestro para todo aquel que amara el arte y en especial las tablas, siempre activo y trabajador es la imagen que deja José Luis Ardissone.
Falleció José Luis Ardissone, auténtico promotor del teatro paraguayo
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Este jueves se confirmó la muerte José Luis Ardissone, actor y director teatral, considerado un auténtico promotor del teatro en Paraguay. Ardissone falleció hoy a la edad de 84 años, luego de sufrir complicaciones tras someterse a una cirugía y ya se encontraba internado hace unos días.
La noticia fue confirmada por sus hijos, quienes indicaron que hace unos días fue sometido a una cirugía y que tras la realización de esta intervención comenzó a presentar una serie de complicaciones que derivaron a una falla multiorgánica y finalmente le provocó la muerte.
“Ya no resistió y se fue, todo fue demasiado rápido. Mi padre tenía 84 años. El ingresó manejando al sanatorio hace menos de una semana para una cirugía simple y por la edad el cuerpo se descompensó y se fue”, dijo Pablo Ardissone, en entrevista con la 1020 AM.
Afirmó que el deseo de su padre alguna vez fue que su velatorio como sepelio sea intimo y no demasiado público, por lo que respetarán ese pedido. Un 3 de mayo del 1982 el actor fundó el Arlequín Teatro, institución que siguen en pie desde hace 43 años y también ayudó en la formación de varios actores de conocido renombre del país.
José Luis Ardissone, nació en Asunción el 3 de noviembre de 1940, se formó como arquitecto en Río de Janeiro, pero siempre fue apasionado por el arte brilló como actor, director, escenógrafo, vestuarista y dramaturgo en el teatro y el cine nacional. En la pantalla grande actuó las películas “Desencuentros”, “El toque del oboe” y “De paso por la vida”.