Con una trayectoria destacada, las principales líneas de investigación del Dr. Ramón Fogel se centran en la sociología del desarrollo y los movimientos sociales. Su trabajo ha abordado dinámicas de desarrollo, procesos agrarios, políticas públicas y su impacto en grupos vulnerables, generando un corpus de conocimiento fundamental para comprender la realidad social del Paraguay.
Es doctor en Derecho y Ciencias Sociales por la UNA, máster en Ciencia Política por FLACSO Chile, Ph. D. en Sociología por la Universidad de Kansas, investigador del CERI y miembro del Consejo Académico de FLACSO Paraguay. Fue consejero del Conacyt y miembro de su Comisión Científica Honoraria. Tiene más de 30 libros escritos y un centenar de publicaciones en revistas científicas. Actualmente se encuentra categorizado en el Nivel III del Sistema Nacional de Investigadores (SISNI). En esta entrevista nos cuenta más sobre su trayectoria.
–¿Por qué decidió dedicarse a la investigación?
–Era una forma de contribuir a la sociedad llenando una laguna de conocimiento, existía la necesidad de producir conocimiento desde adentro superando el ensayo y la filosofía social que, aunque útiles, no eran ya suficientes.
–¿Tuvo algún mentor que haya marcado u orientado su línea de investigación?
–El malogrado profesor de FLACSO Chile Enzo Faletto, completamente compenetrado con la teoría social, particularmente con el enfoque de Max Weber, despertó mi interés en el estudio de relaciones de poder y dominación. Su notable empatía facilitaba los intercambios.
–¿Cuántos artículos ha publicado y sobre qué temas?
–A lo largo de los años más de un centenar, sobre dinámicas de desarrollo y procesos agrarios, movimientos sociales y políticas públicas considerando su impacto en grupos vulnerables, básicamente.
–¿Cómo ha avanzado la investigación en el país?
–Indudablemente el Conacyt y básicamente sus programas Prociencia y Pronii permitieron un avance significativo del desarrollo científico y tecnológico, pero aún existe una brecha importante entre lo logrado y las necesidades de nuestra sociedad.
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Resaltan avances en políticas sociales en los dos años de gobierno de Peña
Los programas como Hambre Cero en las escuelas y de viviendas sociales son dos puntos destacados por el sociólogo Carlos Peris, en el marco de la evaluación de los dos años de gobierno del presidente de la República, Santiago Peña. Resaltó que en estos dos aspectos existen políticas bien definidas y el rumbo de las mismas.
“En gran medida estos dos años existieron avances, que son políticas sociales bien direccionadas hacia qué se quiere lograr en esa dinámica de continuismo (…). Si llevamos las tendencias continuistas y si llevamos las tendencias discontinuistas a lo que fueron estos dos años de Gobierno, y si nos enfocamos directamente en lo que fue lo social, han existido dos avances que yo destaco siempre, la cuestión de Hambre Cero, es importantísimo”, expresó en el programa “Fuego cruzado” de canal GEN/Nación Media.
Sostuvo que la alimentación “es una cuestión social y es un derecho restituido, o materializado por primera vez, en el sentido que la alimentación es la base para que una sociedad funcione, hagamos la revolución, pero primero tenemos que calmar el hambre”, dijo.
Con relación a la construcción de viviendas sociales, que lleva adelante el Ministerio de Urbanismo, Vivienda y Hábitat (MUVH), como programa del Gobierno, “hay programas sociales de viviendas, hay un aumento, hay una política pública de lo que es la vivienda”, dijo el sociólogo.
El manejo de las estructuras
En otro momento, apuntó a las estructuras, que podría ser un problema para el desarrollo de estos programas. “Yo creo que, en esos dos sentidos, tanto lo que podría ser educación, como podría ser vivienda, hay políticas sociales que le están llevando el Gobierno hacia un buen destino, ahora, eso efectivamente se tiene que lidiar con un montón de inconvenientes, que sería un problema que se arrastra históricamente, pero además también el problema de las estructuras”, mencionó.
El sociólogo señaló que está de acuerdo con que el presidente está haciendo lo mejor posible; sin embargo, debe tener claro “cómo hacer para cambiar las estructuras, o cómo hacer para intentar navegar el barco de la mejor manera posible, cuando que históricamente o estructuralmente, siempre se quiso llevar de ciertas formas”.
Afirmó finalmente que, “ahí está el desafío, los logros están, los rumbos están, el destino al cual queremos ir está bien marcado, pero va más que nada a lo mejor por las estructuras, y esas estructuras golpean, y no me refiero solamente a las estructuras partidarias, me refiero también a la estructura social, estructuras económicas, a los grupos de poder mediáticos”.
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Peña lidera un gobierno reformista plenamente consolidado, sostiene sociólogo
- Juan Marcelo Pereira
- juan.pereira@nacionmedia.com
El sociólogo y titular de la ANEAES, José Fernando Duarte, manifestó que el presidente de la República, Santiago Peña, en el transcurso de sus dos años de gobierno hizo una fuerte apuesta por una agenda social, en consonancia con las banderas históricas del Partido Colorado. Asimismo, calificó a la administración del economista como reformista y consolidada.
“A inicios del siglo XXI, el Partido Colorado ha creado por primera vez en la historia del Estado paraguayo una política social seria, moderna, como fueron las transferencias condicionadas y esto ha perdurado y ha sido llevado adelante de manera progresiva por diferentes gobiernos. Al empuje modernizador del Partido Colorado que sentó las bases sociales y económicas del Paraguay contemporáneo, el gobierno del presidente Peña le da un nuevo impulso, un punto de inflexión y está demostrando que es un gobierno reformista”, sostuvo en una entrevista con el diario La Nación/Nación Media.
Duarte afirmó que el gobierno de Peña se encuentra “plenamente consolidado” gracias al firme respaldo del Partido Colorado, liderado por el exmandatario Horacio Cartes, destacando que este apoyo se sustenta en que el coloradismo es un verdadero partido político, con mecanismos efectivos de ejercicio del poder. “Esto nunca lo tuvo otro gobierno en el periodo democrático. El respaldo colorado a Santiago Peña se refleja en las mayorías parlamentarias que necesita el Ejecutivo y que son clave para aprobar las reformas que impulsa el presidente”, señaló.
El sociólogo mencionó que el programa Hambre Cero en las Escuelas refleja la voluntad reformista y el compromiso social que tiene el gobierno de Peña. “Esta es la política pública más conocida por los paraguayos, aproximadamente el 98 % de la ciudadanía está al tanto de este programa. Las críticas iniciales que hubo contra esta iniciativa se apagaron y hoy cuenta con una aceptación enorme”, indicó.
Asimismo, acotó: “El programa Hambre Cero en las Escuelas apunta a ser una política universal en su cobertura. Es el programa más importante que tiene el gobierno e irá demostrando que marcará un antes y un después en el Paraguay, por garantizar las condiciones materiales efectivas en el acceso a la educación, reducir las brechas de desigualdad y por el impacto en las familias que sienten un ahorro ya que sus hijos tienen la alimentación asegurada dentro del ámbito escolar. La política consiste en la decisión de prioridades, y que este programa sea una prioridad es la marca de este gobierno, su apuesta más contundente”.
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Duarte también destacó las políticas públicas en materia de viviendas sociales y sanitaria impulsadas bajo el mandato de Peña. Respecto al primer punto, resaltó el programa Che Róga Porã, destinado a las familias de clase media.
“Esta iniciativa es una apuesta a un sector emergente que en el Paraguay se viene consolidando desde el 2003 en adelante. La vivienda es central porque mediante ella empieza la posibilidad de planificar una familia, de tener no solo dignidad, sino sentirse en un lugar que arraiga la identidad y el sentido de pertenencia a a una nación”, puntualizó.
En el área de la salud, Duarte destacó la construcción y el equipamiento de hospitales de gran envergadura en ejecución, señalando que es momento de priorizar la formación médica con enfoque de soberanía nacional.
Finalmente, valoró la labor del ministro Carlos Fernández Valdovinos, cuya reestructuración de la gobernanza pública ha permitido una integración más sólida del Estado, optimización de recursos y aumento en las recaudaciones, consolidando un modelo administrativo articulado y orientado a resultados.
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Carlos Peris: “Todo proyecto de gobierno necesita sociólogos”
- Jimmi Peralta
- Fotos: Archivo
El Dr. Carlos Peris, en conversación con La Nación, aborda una breve reseña de la historia de la sociología en Paraguay, su situación actual y su proyección. En ese marco, plantea una puesta en valor práctico de esta especialidad de las ciencias humanas, que en el contexto de urgencias para el desarrollo productivo nacional nuevamente corre el riesgo de ser postergada en su desarrollo.
Entre otras tantas cosas, desarrollo de la ciencia sin dudas replica con retraso en Paraguay, algo propio del país cuyas causas pueden ser imputadas a sus condiciones geográficas, económicas, migratorias, políticas, culturales y otras tantas más. En los últimos vagones de ese aletargado tren del conocimiento sistemático y verificable, se encuentran aquellas disciplinas que suelen nombrarse de manera general como humanidades.
Ahí, en ese puñado de ramas académicas resiste la sociología, con todavía una novel facultad en la Universidad Nacional de Asunción, y luego de transitar muchas décadas de menoscabo o cajonear por cuestiones políticas a los libros de Comte, Marx, Durkheim, Weber y otros.
El Dr. Carlos Peris, en conversación con La Nación, aborda una breve reseña de la historia de la sociología en Paraguay, su situación actual y su proyección. En ese marco, plantea una puesta en valor práctico de esta especialidad de las ciencias humanas, que en el contexto de urgencias para el desarrollo productivo nacional nuevamente corre el riesgo de ser postergada en su desarrollo.
–¿Cuáles son los orígenes de la Sociología en Paraguay?
–La Sociología en Paraguay empezó a principios del siglo XX de manera muy lenta y secundaria, surgiendo como una materia más dentro de la formación en Derecho. El desarrollo científico del país era muy incipiente, el acceso universitario restringido y la oferta académica se limitaba principalmente a ciencias jurídicas y de la salud, solo en la Universidad Nacional (hoy Universidad Nacional de Asunción).
–¿Existía por entonces alguna inclinación hacía algún marco teórico?
–Los primeros “manuales de Sociología” fueron elaborados por los profesores que llevaron la cátedra, cronológicamente: Cecilio Báez, Ignacio A. Pane y Justo Pastor Prieto. Estos manuales eran positivistas y entendían a la sociedad como un todo orgánico, siguiendo los lineamientos de Auguste Comte y la escuela francesa. Esta orientación teórica se explica porque la sociedad paraguaya de aquella época estaba muy influenciada por las ideas liberales, fruto de la influencia extranjera que entró luego de la guerra contra la Triple Alianza. En sentido estricto, no se puede hablar de una disciplina científica consolidada en esa etapa. El primer texto propiamente sociológico fue “Migraciones”, de Eligio Ayala, publicado en 1941, aunque escrito en Berna en 1915.
–¿Hasta cuándo se limitó la Sociología solo como una cátedra?
–En la década de 1960 se intentó abrir la carrera de Ciencias Sociales en la Universidad Nacional, pero quedó únicamente en los papeles. Una ciencia crítica como la sociología no era conveniente para el estronismo. Un hito fundamental se estableció en 1964, cuando se fundó el Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos, cuyo principal responsable fue Domingo Rivarola. Ahí sí ya podemos hablar de una disciplina no académica, pero científica, que se materializaba en trabajos, libros y una revista en los cuales se debatían cuestiones sociológicas. Lo rural, los procesos migratorios y la estructura social eran los principales temas de investigación. Recién en 1972 se fundó la carrera de Sociología en la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción. Sin embargo, esta iniciativa se vio truncada en la década de 1980 cuando la carrera se cerró con la excusa de que se iba a abrir un centro de investigación sociológico. Nunca pasó, y así el intento de una sociología académica volvió a morir. Lo positivo de esta época fue la consolidación de un grupo de personas que ejercían sociología, entre los que se puede citar a Domingo Rivarola, Ramón Fogel, Luis A. Galeano y Tomás Palau como los principales exponentes.
–¿Y qué ocurre con la sociología en el país después de la dictadura?
–La transición democrática marcó un momento de renacimiento para la Sociología paraguaya. En la década de los 90 vuelve la Sociología a la Universidad Católica y, finalmente, en la década de los 2000 se abre la carrera de Ciencias Sociales en la Universidad Nacional de Asunción, concretando así una aspiración que había quedado trunca, décadas atrás. Este resurgimiento respondía a una necesidad urgente: una sociedad que necesitaba más que nunca entenderse a sí misma debido a las profundas transformaciones que estaba experimentando. La democratización, los cambios económicos, los nuevos movimientos sociales y la apertura internacional requerían herramientas analíticas que solo las ciencias sociales podían proporcionar.
–¿Qué otras temáticas de estudio surgen en ese contexto?
–Los temas de investigación sociológica se fueron diversificando considerablemente, alejándose de la concentración casi exclusiva en lo rural que caracterizó las primeras décadas. La agenda sociológica se expandió para abordar las nuevas realidades del país: procesos de urbanización acelerada, transformaciones en el mundo del trabajo, políticas públicas, movimientos sociales, género, juventudes, y fenómenos emergentes como la migración internacional.
–¿Se puede afirmar que en la actualidad la sociología en Paraguay está consolidada en su desarrollo?
–Sí, definitivamente existe una consolidación, aunque todavía con limitaciones importantes. La carrera de Sociología sigue funcionando en la Universidad Católica y, algo más significativo, se desarrolla en la Universidad Nacional de Asunción dentro de la Facultad de Ciencias Sociales. Que esté en una universidad pública con autonomía es algo que la eleva y la consolida significativamente.
También existen gremios profesionales activos. La Sociedad Paraguaya de Sociología, que tengo el honor de presidir, se formalizó el pasado 21 de julio de 2025 mediante el decreto presidencial n.° 4224. Está activa desde el año 2020, ha publicado más de 5 libros, realizó talleres de capacitación a la comunidad profesional y público en general, y pertenece a la Asociación Internacional de Sociología. Además, fue partícipe en la Cámara de Senadores, junto con el otro gremio, de establecer el Día del Sociólogo/a el 30 de enero, en honor a la cátedra de sociología de Cecilio Báez.
–A pesar de sus vaivenes en este siglo, este es un gremio afín a las publicaciones.
–Las revistas emblemáticas siguen activas: la Revista Paraguaya de Sociología y Estudios Paraguayos mantienen vivo el debate académico. Los profesionales continúan formándose: muchos han obtenido doctorados de prestigio y llevan adelante investigación social de punta en el país. Hoy el quehacer sociológico abarca todos los tópicos de la cuestión social: ruralidad, educación, trabajo, desarrollo urbano, políticas sociales, violencia, desigualdades, medioambiente e ilegalismos, reflejando tanto la maduración de la disciplina como la complejización de la sociedad paraguaya contemporánea.
–¿Cuáles son los principales desafíos actuales que enfrenta la sociología paraguaya?
–El principal desafío es la falta de recursos para la investigación. Aquí, sin lugar a dudas, emerge el Conacyt, una institución que, a mi criterio, requiere una mirada más hacia las ciencias sociales. Aún hay muchas autoridades y científicos que menosprecian las ciencias sociales en su conjunto; esta es una triste realidad.
Por otro lado, me gustaría resaltar el papel de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA, que es el lugar por excelencia donde el Estado debe brindar un apoyo sostenido para desarrollar las líneas de investigación sociológicas. La institución ha demostrado su liderazgo en la formación de sociólogos y sociólogas, y el futuro de la disciplina, en gran medida, está ahí. Con respecto a los gremios, creo que enfrentamos el desafío de hacer visible la producción sociológica paraguaya. Tenemos investigadores de calidad, pero sus trabajos circulan poco debido a la falta de recursos para publicaciones y difusión académica. Hay que instalar en el conjunto social la comprensión de por qué se necesitan profesionales de Sociología y por qué es una disciplina fundamental para el desarrollo del país.
–Y del futuro, ¿qué nos podría decir?
–El futuro de la sociología paraguaya debe pasar necesariamente por el fortalecimiento de la universidad pública. La Sociología debe seguir viva en la Universidad Católica, incluso por la propia cuestión social que busca la Iglesia paraguaya, pero es en la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA donde debe concentrarse el mayor esfuerzo de desarrollo.
Es fundamental que el Estado comprenda que al Paraguay le conviene desarrollar sociólogos y sociólogas, porque solo así se podrá pensar en un desarrollo sostenible y más justo. Hoy se habla mucho de que el Paraguay necesita más ingenieros, pero ¿de qué sirve la tecnología sin perspectiva social? La tecnología sin comprensión sociológica es, de hecho, causante de grandes desigualdades y desequilibrios.
–¿Y cómo se da ese aporte desde la academia?
–Todo proyecto de gobierno necesita sociólogos que ayuden a entender las intervenciones sociales. Las políticas públicas, los programas de desarrollo, la planificación urbana, la educación, la salud pública, todos estos ámbitos requieren una comprensión profunda de las dinámicas sociales para ser efectivos.
Necesitamos una política de Estado que invierta en investigación social, que cree programas de doctorado, que fortalezca las bibliotecas especializadas y que entienda que la sociología es una carrera fundamental para el desarrollo nacional. Es un mito que no existe salida laboral: cada vez se necesitan más profesionales capaces de analizar, interpretar y proponer soluciones a los complejos desafíos sociales del Paraguay contemporáneo.
El futuro de la sociología paraguaya pasa por una obligación política responsable de apoyar la investigación social dentro de la universidad pública y por su consolidación como herramienta indispensable para construir un país más equitativo y consciente de sus realidades.
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Alianza Abdo-Ostfield: “La operación política fue golpear a Cartes y deshacerse de Velázquez”
“El tenor de los informes que dirigía el exembajador Marc Ostfield al Departamento de Estado de los Estados Unidos eran no solo lapidarios, sino absolutamente sesgados”, dijo el sociólogo y comunicador Camilo Soares. Esto al referirse a la alianza montada por el expresidente de la República, Mario Abdo Benítez, y el diplomático para atacar políticamente al titular del Partido Colorado, Horacio Cartes.
“Ostfield jugaba un papel casi de operador político de una facción interna paraguaya, entonces uno podría presuponer que sí tenía un papel relevante en Asunción. La operación política de Mario Abdo para mí fue golpear a Horacio Cartes y deshacerse de Hugo Velázquez”, manifestó en una entrevista con el programa “Cara o Cruz” emitido por Unicanal.
El también dirigente izquierdista acotó: “Mario Abdo tenía otros candidatos (para la Presidencia) antes que Velázquez. Su primer candidato fue Luis Pettengill (actual senador), cuando él decidió no ser candidato porque no se animó o porque no quería, el segundo era Arnoldo Wiens, pero Velázquez tenía fuerza política propia para imponerse y Abdo no podía frenarle”.
En agosto del 2022, Velázquez, quien ejercía el cargo de vicepresidente de la República durante el gobierno de Abdo Benítez, fue designado como “significativamente corrupto” por los Estados Unidos. El dirigente político fue acusado de haber participado en actos de corrupción, incluido el ofrecimiento de soborno de más de un millón de dólares americanos a un funcionario público y la injerencia en procesos públicos.
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De acuerdo a la acusación, Velázquez participó de actos de corrupción con el fin de obstruir una investigación que amenazaba sus intereses financieros. Esta situación obligó a Velázquez a renunciar a su precandidatura a mandatario por el movimiento Fuerza Republicana, liderado por Abdo Benítez.
“Esto le vino a Mario Abdo como anillo al dedo, porque él pensaba que se le eliminó a Cartes y que ya no podría competirle y a la vez se le saca a Hugo Velázquez del camino, entonces termina diciendo que tiene el camino expedito para poner a su sucesor, esta fue la operación política”, dijo Soares.
“Así funcionaba el operativo Cóndor”
Las afirmaciones de Soares surgen tras la filtración de un documento interno enviado por Ostfield al Departamento de Estado del gobierno estadounidense en noviembre de 2024. En el informe se confirma cómo el diplomático atropelló la soberanía del Paraguay, realizando acusaciones sin pruebas para justificar sanciones contra los adversarios políticos de Abdo Benítez.
Además Ostfield ejerció una inexplicable defensa hacia Abdo Benítez, a quien calificaba como un “aliado” ante cuestionamientos por los beneficios que sus empresas lograron con el negocio del asfalto en plena crisis sanitaria generada por la pandemia del covid-19.
“Así funcionaba el operativo Cóndor. Si hoy nosotros callamos algo porque es nuestro enemigo político, el día de mañana nos tocará a nosotros, esto es lo grave en esta situación”, sentenció Soares.
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