Una de las preocupaciones de los países del mundo, en especial de los menos desarrollados, es disminuir el grado de pobreza de su población. Hacer que cada vez menos personas dejen de estar oprimidas por los problemas de la subsistencia y el desarrollo que afectan a millones de seres humanos en el planeta. Se entiende por pobreza la condición de que una persona o grupo de personas no tienen los recursos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas de alimentación y demás.
En nuestro país la pobreza afecta a gran cantidad de personas, en especial en el área rural, según los datos existentes. Y aunque se ha avanzado mucho en la disminución de la cantidad de gente pobre en los últimos quinquenios, su incidencia sigue siendo todavía alta para que tengamos un país más equilibrado económicamente y una población en mejores condiciones de existencia.
La pobreza monetaria total que, según la definición, abarca la pobreza no extrema y la extrema, que era del 24,7 % en el año 2022, ha descendido al 22,7 % en el 2023, de acuerdo con los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Así, de 1.817.000 personas pobres que había encontrado en el 2022, el año pasado llegó a captar a 1.330.892 en esas condiciones, lo que significa que 487.000 individuos salieron de la pobreza el año pasado, según sus registros. Lo que quiere decir que son 1.330.000 personas las que viven en hogares cuyos ingresos per cápita han sido inferiores al costo de una canasta básica de consumo.
La expresión canasta básica incluye alimentos y otros bienes que se necesitan para la subsistencia. Teniendo en cuenta el porcentaje total de pobreza, 44 personas de cada 1.000 individuos que viven en Paraguay son pobres y sufren las consecuencias de esa situación de carencias de elementos básicos para vivir. La pobreza monetaria extrema en todo el país afectó en el 2023 a 289.000 personas, lo que representa un 4,9 % de la población paraguaya y constituyen un 21,7 % de los pobres que se han registrado en los estudios estadísticos.
El INE refiere en su informe que entre el 2023 y el 2022 la pobreza total en todo el país disminuyó en 2,9 puntos porcentuales en el área urbana y en 1,6 puntos porcentuales en el área rural. En tanto que la pobreza extrema declinó en 1,2 puntos en todo el país, con 0,5 puntos porcentuales en el área urbana y 2,1 puntos porcentuales en las zonas campesinas.
Si bien estos números que reflejan la situación de miles de habitantes del país son muy inferiores al porcentaje de pobres que tienen otras naciones, como la Argentina, donde los pobres superan el 50 % de la población, la situación de indigencia existente es una de las grandes preocupaciones que tienen las autoridades nacionales.
En un reciente acto realizado en Concepción, el presidente Santiago Peña expresó su inquietud sobre la situación de los pobres en nuestro país. Afirmó que la nación debe concentrarse en el paraguayo más humilde para rescatarlo, pues hasta ahora se ha desarrollado ayudando principalmente a la clase media y a la clase alta. “Mi obsesión día a día es: concentrémonos en el paraguayo más humilde”, resaltó en un momento dado, agregando después que la gente humilde tiene que ser la primera en ser atendida, “que la economía crezca de abajo para arriba, no de arriba para abajo”, precisó.
“Yo sueño con un Paraguay rico, pero cuidado con entender que riqueza es solamente por el caudal económico. No, la riqueza de un pueblo no se mide en el balance de una empresa, se mide en la calidad de vida de las personas”, afirmó. La misión que tiene ahora la nación paraguaya es que mejore el ingreso de más personas mediante el correcto pago de su tarea laboral. No mediante dádivas.
Para lo cual es fundamental que haya mayor cantidad de fuentes de trabajo remunerado de acuerdo con las normas legales. Porque el empleo constituye el mejor premio para una persona, ya que no solo implica la remuneración monetaria correspondiente, sino el hacerle sentir que es útil para sí y la sociedad. Y que mediante su esfuerzo puede labrar dignamente su vida presente y futura.