Lethe es un colectivo avant garde paraguayo conformado por el músico y escritor Zethyaz, conocido por su trabajo al frente de la mítica banda Sabaoth, el periodista y creativo visual Matías Irala, el productor Juan Ángel Monzón, la fotógrafa Natalia Planás, la diseñadora Sandra González y el realizador audiovisual Gaspar Insfrán.
“Lethe es una palabra griega que significa olvido. En la mitología griega es uno de los cinco ríos del Hades, donde al beber directamente de sus aguas, provocaba el olvido completo. Creemos que resume la esencia del proyecto, que transita por profundos pasajes sonoros e imágenes que automáticamente invitan a desprenderse del presente y adentrarse al universo Lethe”, explican los integrantes del colectivo.
La iniciativa nace a partir de conversaciones entre Zethyaz e Irala acerca de la extensión de lo atmosférico, en materia musical, a los estadios sensoriales desde el apartado visual. “La emoción más antigua de la humanidad es el miedo en diferentes vertientes; es ahí por donde transcurren las imágenes y los sonidos de Lethe, invitando al espectador a quitar sus propias conclusiones sobre su relación con el miedo y lo inaudito”.
Este viernes 1 de abril se estrenó el video musical Flumina, que se desprende del primer EP del proyecto. “Flumina es el primer ensayo visual que nace después de un año de exploración. ¿Qué hay donde no hay nada? Es la pregunta para abrir el primer universo que se desprende de Lethe, marcado por referencias simbólicas, sonidos perturbadores y un marcado misticismo”, reflexionan los miembros.
Lethe cuenta con una página en Instagram, donde van suministrando sus trabajos y creando diferentes juegos lúdicos que conectan con los pasajes sonoros. “Nos parece interesante habitar Instagram, en una era marcada por el dispositivo digital ¿Por qué no jugar con aquello que inquieta también? Son esas preguntas las que nacen cuando comenzamos a pensar en cómo distribuir el proyecto”, aseguran.
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Juan Pablo Pistilli presenta la exposición “Volavérunt”
Verónica Torres Colección de Arte presenta la exposición “Volavérunt”, una muestra individual del artista Juan Pablo Pistilli, con la curaduría de Ángel Luis Carmona. Se trata de un conjunto de obras que, reflexionan sobre el vuelo, con esculturas en movimiento y una dinámica coreográfica de bandadas de pájaros. La inauguración se realizó el jueves 10 de julio en el Paseo de las Artes del Shopping Mariscal, en Asunción.
Las piezas presentan una variada gama de trabajo en metal, que utiliza ampliamente los contrastes de texturas, que van desde el pulido brillante hasta la grumosa rugosidad del óxido. Es bien conocida la preocupación de Pistilli por los temas ecológicos y su pasión por representar animales en movimiento, en esta ocasión ha dado el paso de traspasar la representación del movimiento a generar el movimiento mismo: varias de sus esculturas son en realidad balancines que no solo representa, sino que actúan el movimiento.
Complementariamente, la exposición incluye trabajos de la línea más conocida de su producción, como el pájaro arpa (maqueta), homenaje al pájaro campana y las figuras que desdoblan mariposas y pájaros como mirándose a sí mismas en el espejo. “Volavérunt” pasado del verbo volar en latín, hace referencia tanto al huidizo movimiento de las bandadas a las que hace homenaje y al título utilizado para uno de sus grabados, por el artista Francisco de Paula Goya, al que la exposición rinde homenaje.
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El CCDL inaugura mañana la muestra “Fauna sin techo”
Ana Carina Aranda, Jazmín Jara, María Teresa Recalde, Mavi Servín, Marijó Veiga y Martín Spinzi protagonizan esta nueva propuesta artística.
Este domingo 13 de julio, el Centro Cultural del Lago de Areguá habilita una exposición colectiva bajo el título “Fauna sin techo” del que participan los artistas Ana Carina Aranda, Jazmín Jara, María Teresa Recalde, Mavi Servín, Marijó Veiga y Martín Spinzi. La muestra quedará oficialmente abierta en un acto programado para las 11:00.
Sobre la temática que desarrolla esta nueva experiencia artística, la directora del emblemático establecimiento cultural, Ysanne Gayet, refiere que el objetivo es llamar la atención sobre los millones de animales, de todos los tamaños, desde el insecto más pequeño hasta el tatú bolita y el yaguareté, que, por la caza indiscriminada, la triste deforestación y el “progreso” del ser humano, han quedado sin su “hogar”.
“Cuando vemos pasar una bandada de loritos verdes o un tucán por los cielos de la ciudad y sus alrededores, quizás en esos segundos paramos para preguntarnos a qué se debe que están ahora acá. La respuesta más evidente para mí es que ellos también están en la búsqueda de un techo”, dice la artista y promotora cultural.
LOS EXPOSITORES
Ana Carina Aranda, artista plástica autodidacta de estilo naif, cuenta que presenta una obra que retrata una cruda y grave realidad social paraguaya: el excesivo cultivo de soja transgénica. Por su parte, Jazmín Jara enfoca en su trabajo “la situación actual de nuestras especies silvestres, la pérdida de hábitat y la intromisión de especies exóticas de fauna y flora que las van desplazando cada vez más”.
Entretanto, María Teresa Recalde (Matt), reconocida por el deslumbrante cromatismo de sus cuadros de estilo Naif o ingenuo, dice: “Que el techo sea el cielo sin límites con los hermosos atardeceres que Dios nos regala. Valoremos la hermosa creación, que no sea invisible a nuestros ojos”. Martín Spinzi también forma parte de esta muestra. Es un pintor autodidacta con un estilo naif que retrata fauna, flora e iglesias coloniales paraguayas. “El ser humano, en su afán por el dinero, podrá dañar, maltratar la naturaleza, pero jamás derrotarla, esta se adaptará por su naturaleza infinita”, sostiene al hablar sobre el hilo conductor de “Fauna sin techo”
Titiritera y artista plástica, Mavi Servín destaca sobre su obra que “el arte aquí no representa un bosque devastado ni una fauna ausente. Representa un gesto cotidiano, simple y luminoso que nos recuerda que quien aprende a cuidar lo frágil también puede cuidar el planeta”. Finalmente, la artista y educadora Marijó Veiga entiende que “podemos moldear nuestras acciones cotidianas para vivir en armonía con la naturaleza que aún resiste, y que aún espera”.
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Anuncian muestra y premiación del concurso Elden Tefft
El Comité Paraguay-Kansas (CPK), Kansas-Paraguay Partners (KPP) y el Centro Cultural Paraguayo Americano (CCPA) invitan al brindis de apertura de la muestra y premiación de artistas participantes del concurso de artes visuales Elden Tefft 2025, el próximo miércoles 18 de junio a las 19:00 en la Galería Agustín Barrios del CCPA, sito en avenida España n.° 352 casi Estados Unidos y Brasil, en Asunción.
La muestra quedará abierta al público hasta el viernes 20 de junio en el horario de 10:00 a 17:00. Esta iniciativa lleva el nombre de Elden Tefft en reconocimiento al aporte del escultor, escritor y profesor estadounidense, quien entre los años 1980 y 1991 propició importantes intercambios artísticos entre Kansas (Estados Unidos) y Paraguay, dejando un valioso legado en la comunidad artístico-cultural de Paraguay.
El concurso tiene como objetivo apoyar a artistas visuales emergentes en el desarrollo de su creatividad y capacidad artística, así como brindar una oportunidad de experiencia e intercambio académico y propiciar vínculos culturales y sociales entre Paraguay y los Estados Unidos de Norteamérica.
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El tema establecido como eje inspirador –en esta segunda edición- fue “El arte como voz social”, entendiendo que el arte es tanto un reflejo crítico de la realidad, así como motor de cambio social. La convocatoria se orientó a los lenguajes circunscriptos al campo de las artes visuales: de técnica libre, bidimensional (pintura, dibujo, grabado, fotografía o mixta) o tridimensional (instalaciones, intervención urbana, entre otros).
Durante la exposición el próximo miércoles 18, se dará a conocer al artista ganador del primer premio quien tendrá la oportunidad de realizar una visita académico-cultural de cuatro semanas al Estado de Kansas, USA., con costos de pasaje, alojamiento, comidas, transporte interno incluidos, por un valor estimado de USD 10.000 y viático de USD 500 para gastos personales.
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Gustavo Benítez reflexiona sobre el arte paraguayo en un libro
“Visibilizar la memoria como acto de resistencia/Archivo Gustavo Benítez/Arte contemporáneo paraguayo” se titula el libro del artista paraguayo Gustavo Benítez, publicado en una edición limitada con el apoyo del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes. El material oficializó su lanzamiento el 21 de mayo pasado, en el marco de una exposición en el espacio Little Italy de Asunción.
Aborda con imágenes y textos los diferentes momentos del arte visual del Paraguay (1977-2024). El autor vivió y se formó en Río de Janeiro (Brasil), en la Escuela de Artes Visuales del Parque Lage (1980-1984), con la maestra Celeida Tostes; posteriormente desarrolló su trabajo en Asunción, participando en exposiciones nacionales e internacionales.
Esta publicación reúne imágenes, textos y documentos clave del trabajo del artista, reflexionando sobre el arte paraguayo desde la dictadura hasta hoy. La edición rescató su trayectoria como diseñador, docente y artista comprometido con los derechos humanos. A través de su obra, Benítez propuso una mirada crítica sobre la historia reciente del país, apelando a la memoria como un acto de resistencia. Informes al 0981 346-672.
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Arte y ética de la alteridad
El curador de arte Fernando Moure realizó este comentario sobre el material: Esta edición, un archivo de gran necesidad para el estudio visual de nuestra escena artística, constituye una valiosa herramienta para comprender las sendas del arte contemporáneo en Paraguay. A través de la mirada y la experiencia personal del artista Gustavo Benítez Galeano, nacido en 1959, el libro es una bitácora visual y narrativa, en la cual se recopilan imágenes y recuerdos de su vida y trabajo, al tiempo de profundizar un contexto general del sistema del arte local durante las últimas décadas de la dictadura hasta hoy.
La publicación reúne contenidos como imágenes y textos que abarcan diferentes momentos del arte visual en Paraguay, desde 1977 hasta 2024. El título Visibilizar la memoria como acto de resistencia refleja la intención del artista de hacer visible su trayectoria y dibujar una memoria del arte paraguayo de esos tiempos.
Como asunción de lo que sabíamos, el trabajo artístico del artista Gustavo Benítez Galeano en las últimas cinco décadas prevalece en nuestro medio a fuerza de calidad, tesón y hondo significado ético. Su obra ha enraizado y fructificado a fuerza de calidad y experiencia, añejada por la distancia y el silencio de un ecosistema agreste como el nuestro.
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Identidad y memoria vivas
Finura, sensibilidad, generosidad y audacia. Es lo que se evidencia tras la lectura de este libro preciosamente diseñado, y cuya edición primorosa incluye textos e imágenes inéditos. Un rescate enorme y que le ha ocupado cuatro años de deseo y cuya realidad florece en álbum gráfico, en un catálogo razonado.
Recién publicado y apoyado económicamente por el Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (Fondec), la edición recorre sincrónicamente los primeros pasos de un jovencísimo Gustavo en el Centro de Estudos Brasileiros, en 1971, junto a Edith Jiménez y a Livio Abramo, para luego continuar con Olga Blinder y Ofelia Echagüe Vera. Vendrá el tiempo de su migración al Brasil, a Río de Janeiro, donde continúa su formación como artista e inicia su carrera de Diseño Gráfico e Industrial.
Como alumno en el Centro de Artes Visuales del Parque Lage de Rio, ahonda en procesos creativos, en dinámicas de comprensión de la experimentación de las artes de la transformación. Concluido este rico capítulo brasileño, Gustavo regresa al Paraguay con una obra actualizada y que avizora un desarrollo de primera magnitud.
El libro continúa con su regreso al Paraguay, su carrera ascendente en el arte, el diseño, la comunicación y la docencia. Comienza el desarrollo de una obra de radical humanitarismo y ecologismo, que será el leit-motiv su lucha existencial, su rebeldía moral en una sociedad en la que campean injusticias, prebendas y el narcisista status quo de algunas figuras culturales.
Esta biografía personal señala con gran atención un contexto político y social, fuertemente marcado por la resiliencia del arte. La edición es un racconto de los años del miedo, los de la deforestación masiva y demasiado rápida de las selvas y biomasas del Bosque Atlántico, el etnocidio de los habitantes originarios, la desaparición de animales y plantas, las represas hidroeléctricas, las violencias de un Estado sin derechos contra sus hijos.
Quimera invertida
Con el fin de la dictadura en la década previa al siglo XXI, las luchas civiles enfrentando el autoritarismo, o el mismo lugar e importancia de las artes en esos años en Asunción dibujan el compromiso de GB con nuevas sensibilidades. Su trabajo apuesta por una abstracción no objetivista, utlizando materiales no convencionales, oscureciendo la comprensión, cual reflejo silente de lo indecible.
Benítez hace suya la causa de la libertad personal y colectiva en la capital paraguaya, involucrándose en las esperanzas de un nuevo tiempo. El tenso pulso sostenido por la comunidad artística comprometida con los derechos humanos y la libertad ante el inmovilismo de la dictadura y de las élites que la sostienen, tiene claros ejemplos de su activismo a lo largo de estas 264 páginas.
También cabe un retrato retrospectivo de nuestra sociedad civil del arte de esos años, endogámica y cerrada en sí misma, una escena poco receptiva a las novedades expresivas como el arte de instalación o el objeto. El hacer de Gustavo insistió en materializarse en el secreto, el enigma o la metáfora oblicua y a contrapelo de una estética complaciente, decorativa y que olía a trementina.
El despliegue, el despegue hacia poéticas vegetales, cósmicas y del paisaje natural serán las nuevas señas de identidad de su obra, anhelante del bosque y de sus seres vivos, de un territorio hoy yermo y vacío. El simbolismo de la misma materia y los temas que de ella se conjugan habilitan abundantes narrativas sobre el tiempo, el cambio y la transformación, como un ejercicio de memoria que es a la vez, visionario para el presente y futuro.
El arte de Gustavo Benítez es uno de imágenes y pensamientos cuyo corazón construye una cosmogonía ficticia pero viva, palpitando en árboles, animales, minerales, aguas, personas, lunas o bólidos celestes. Motivos funcionando como portales, como espacios de penetración visual y de comprensión analítica de una realidad que requiere de verdad, coraje y resistencia para ser comprendida. Un arte interpelador, a un nivel ético, para quienes transitamos este tiempo y lugar, una obra de afectos y efectos movilizadores por y para la vida.