Venecia: documental político contra los opiáceos gana el León de Oro
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El Festival de Cine de Venecia otorgó el León de Oro a un documental fuertemente político de Laura Poitras que denuncia la tragedia de los opiáceos y el escándalo en Estados Unidos por alimentar deliberadamente la dependencia a las drogas.
El jurado presidido por la actriz Julianne Moore premió este sábado pasado con el máximo galardón el trabajo de Poitras, de 58 años, basado en la figura de la fotógrafa y activista Nan Goldin, la reina del “underground” de Nueva York en los años 70/80.
Se trata de tercera vez consecutiva que una mujer recibe el León de Oro después de la francesa Audrey Diwan el año pasado (“L’Evènement”) y la chino-estadounidense Chloé Zhao (“Tierra de nómadas”) en 2020. El jurado, del que formaba parte el director y escritor argentino Mariano Cohn, premió a una personalidad combativa, que ha indagado y denunciado temas delicados en Estados Unidos, como la ocupación de Irak y los horrores en Guantánamo.
La realizadora obtuvo su segundo prestigioso premio después del Óscar al documental “Citizenfour” (2015), producido junto al ‘lanzador de alertas’ Edward Snowden. Con el título “Toda la belleza y la sangre”, Poitras se convierte además en la séptima mujer que obtiene el prestigioso León veneciano.
El jurado quiso enviar otro mensaje contundente y político al otorgar el Premio Especial al director iraní Jafar Panahi, quien se encuentra detenido en su pais por protestar contra el arresto de dos colegas por el régimen islamista. En “No Bears” (Los osos no existen), el cineasta, que ya había sido galardonado en Venecia en el 2000 por “El círculo”, se burla de la censura y a la vez hace un retrato de su condición de artista perseguido.
Bofetada para Netflix
Venecia, que en los últimos años fue untrampolín para una exitosa carrera en Estados Unidos, dejó esta vez sin premio a las superproducciones de Netflix, que no salen en salas de cine. Entre kas elñiculas igniradas figura “Bardo”, del mexicano Alejandro González Iñárritu, que dividió a la crítica.
El segundo premio en importancia, el León de Plata, fue otorgado a la directora de cine francesa Alice Diop, de padres senegaleses, por “Saint Omer”, un filme sobre la maternidad, la soledad, la depresión posparto, basado en hechos reales, un juicio por infanticidio en el norte de Francia. “Saint Omer” se llevó también el León del Futuro a la mejor ópera prima.
Dos estrellas de Hollywwod, la australiana Cate Blanchett (“Tár”) y el irlandés Colin Farrell (“The Banshees of Inisherin”), recibieron los premios a la mejor actriz y el mejor actor. El galardón para Farrell, de 46 años, marca una especie de reconversión artistica del actor en el cine de autor.
Blanchett, de 53 años, conquistó el Lido al poner su fama y su talento al servicio de la lucha feminista con su actuación como directora de orquesta en “TAR”, de Todd Field, un drama sobre el abuso de poder, homosexualidad femenina, la ética y los prejuicios, una suerte de “Me too” en clave femenina.
Quedó por fuera del palmarés la conmovedora “Argentina, 1985″, del argentino Santiago Mitre, con un elogiado Ricardo Darín en el papel del fiscal Julio Strassera, encargado del juicio contra las Juntas Militares (1976-1983). El jurado de la sección Horizontes, la más innovadora del certamen, premió en cambio el guion del filme “Blanquita”, del chileno Fernando Guzzoni, basado en la historia real de una poderosa red de pedofilia en Chile.
Guion chileno recibe premio
El chileno Fernando Guzzoni, que devela en el filme “Blanquita” la historia real de una poderosa red de pedofilia en Chile, obtuvo este sábado el premio al mejor guion de la sección Horizontes, la más innovadora del festival de Venecia. “Agradezco a todos y sobre todo al jurado que ha encontrado importante lo que cuento en el filme”, dijo Guzzoni al recibir el premio durante la ceremonia de clausura en el Palacio del Cine.
El filme, inspirado en un escándalo del 2003, que involucró a políticos y empresarios de alto nivel, revive el caso con otra mirada, el de la doble moral. “El abusador puede violar, pero la víctima no puede decir mentiras piadosas”, dice Blanquita, una frase que inspira toda la película ante la injusticia y la arrogancia de personalidades influyentes, inclusive algunas cercanas al régimen del dictador Augusto Pinochet.
Los límites de la ley, los horrores sexuales contra su amigo adolescente terminan por llevar a “Blanquita”, una joven marginal de 18 años, a convertirse en una suerte de heroína dispuesta a todo para lograr el castigo debido.
“Blanquita” suscita al espectador indignación y sentimientos de impotencia, pero también tiene suspenso. Con reuniones con abogados, careos, entrevistas televisivas y escenas de la vida personal de ella, las dudas sobre las contradicciones del testimonio de Blanquita terminan por demostrar que el sistema garantiza la impunidad a los poderosos.
Entre la verdad y lo justo, el poder y la crueldad, los curas buenos y los malos, la película aborda un fenómeno que ha sido destapado en todo el mundo. A pesar de desarrollarse en ambientes tristes y marginales, como en un orfanato, resulta una historia universal.
Los principales ganadores
Lista de los ganadores de los principales premios otorgados este sábado durante la ceremonia de cierre de la 79ª edición del festival de cine Venecia:
- León de Oro: “All the Beauty and the Bloodshed” de Laura Poitras (Estados Unidos).
- León de Plata - Gran Premio del Jurado y León del Futuro - Mejor ópera prima: “Saint-Omer” de Alice Diop (Francia).
- León de Plata - Premio a la mejor dirección: el italiano Luca Guadagnino por “Bones and all”.
- Premio a la mejor actriz: la australiana Cate Blanchett por su papel en “Tàr” de Todd Field.
- Premio al mejor actor: el irlandés Colin Farrell por su interpretación en “The Banshees of Inisherin” de Martin McDonagh.
- Premio Marcello Mastroianni del mehor actor o la mejor actriz emergente: la actriz Taylor Russell por su papel en “Bones and all” de Luca Guadagnino.
- Premio Especial del Jurado: “No Bears” de Jafar Panahi (Irán).
- Premio al mejor guion: “The Banshees of Inisherin” del irlandés Martin McDonagh.
Pedro Almodóvar, el cineasta español más reconocido a nivel internacional, comenzó a rodar su nuevo largometraje “Amarga Navidad”, su vuelta al español tras su film en inglés “La habitación de al lado”, anunció este lunes su productora El Deseo. El vigesimocuarto largometraje del realizador manchego de 75 años se filmará entre Madrid y la isla de Lanzarote, en el archipiélago atlántico de Canarias, y su estreno en cines será en 2026, indicó la productora de los hermanos Agustín y Pedro Almodóvar en una nota de prensa.
El reparto contará con el actor argentino Leonardo Sbaraglia y los españoles Bárbara Lennie, Aitana Sánchez-Gijón, Victoria Luengo, Patrick Criado, Milena Smit y Quim Gutiérrez. Sbaraglia, Lennie, Luengo, Sánchez-Gijón y Smit ya participaron en películas anteriores del oscarizado director, quien suele repetir intérpretes en sus obras.
“Amarga Navidad” contará dos historias paralelas, la de Elsa, una directora de publicidad quien emprende un viaje sanador a Lanzarote junto a una amiga tras la muerte de su madre, y la del director de cine Raúl Durán, que entremezcla “ficción y realidad”, indicó la nota de prensa.
El film “desarrolla cómo la vida y la ficción están unidas de un modo indisoluble, incluso doloroso en ocasiones”, agregó. Almodóvar vuelve al español tras su debut en inglés “La habitación de al lado” (2024), una película sobre la amistad y la muerte protagonizada por Tilda Swinton y Julianne Moore que ganó el León de Oro a la mejor película en Venecia y tres Premios Goya del cine español.
Éxitos españoles atraen inversión de USD 1.114 millones de Netlix
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Madrid, España. AFP.
El gigante del streaming Netflix anunció el martes que invertirá en los próximos cuatro años 1.000 millones de euros (1.114 millones de dólares) en producciones en España, país que se ha vuelto uno de los principales centros de creación audivisual en Europa.
"Durante los próximos cuatro años, planeamos invertir más de 1.000 millones de euros en España", indicó Ted Sarandos, codirector de Netflix, durante un evento organizado en los estudios españoles de la empresa estadounidense, cerca de Madrid, con motivo de sus diez años en el país.
“Con esta inversión, vamos a apoyar aún más la economía española y contar más grandes historias realizadas en España”, agregó Sarandos, quien habló en el evento al que asistió el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.
La empresa de streaming, llegada a España en 2015, inauguró sus primeros estudios fuera de Estados Unidos en abril de 2019 en Tres Cantos, en las afueras de Madrid, poco después de haber tenido su primer éxito mundial en un idioma distinto al inglés con la serie “La Casa de papel”.
Actualmente, estos estudios de 22.000 metros cuadrados son uno de sus principales sitios de creación audiovisual en la Unión Europea. “Solo el año pasado, nuestros títulos españoles generaron más de 6.000 millones de horas de visionado”, insistió Sarandos.
En total, casi mil películas y series han sido producidas en ciudades españolas por la plataforma desde 2017, incluyendo “La sociedad de la nieve”, “Bienvenidos a Edén”, “Élite”, “La chica de nieve” y “Valeria”. Estas producciones han permitido sostener más de 20.000 empleos en el sector audiovisual español, según la empresa.
Anuncian nueva edición de “Ashtanga Yoga para Todos”
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La segunda edición del evento “Ashtanga Yoga para Todos” se realizará elsábado 21 de junio, en el horario de 7:00 a 19:00, en el local de Samasthiti Ashtanga Yoga, ubicado en la calle Enrique Solano López 963 entre Libertad y Amistad, en el barrio Jara de Asunción, con acceso libre y gratuito. Organiza la Comunidad de Ashtanga Yoga en Paraguay “Celebramos la Práctica”.
El programa de actividades contempla una práctica abierta de Ashtanga Yoga, tanto en la sala de práctica Mysore como en la sala para practicantes iniciantes, dentro del horario entre las 7:00 a 11:30. En tanto, de 9:00 a 17:00 está programada la feria de emprendedores con productos holísticos, saludables y ecológicos.
La agenda prosigue a las 11:30 con una terapia con Sonido. Para las 12:00 se prevé un almuerzo y picnic. Luego, a partir de las 14:00, la propuesta es Cine Consciente con la proyección de la película “The Enlightenment”. Seguido, a las 15:30, se abordarán los mantras de inicio y de cierre, su significado, por qué se cantan, técnicas de canto.
En el tramo final de la jornada se presentará la charla denominada “Yoga para la Tierra y la Salud”, a partir de las 16:00. Mientras que la última actividad prevista comenzará a las 17:00, denominada “Kirtan y Fogón”, con música y baile, con la banda Persé. Más novedades en la cuenta de Instagram: @samasthiti_yoga.
En esta edición del programa “Expresso”, del canal GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe al director de cine argentino Daniel Burman. Foto: Pánfilo Leguizamón
Daniel Burman: “El cine revela las cosas que la sociedad niega”
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Fotos: Pánfilo Leguizamón
En esta edición del programa “Expresso”, del canal GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe al director de cine argentino Daniel Burman, quien se encuentra de visita en nuestro país por razones de trabajo. Además de algunas de sus producciones y de la función del cine en nuestros tiempos, Burman habla de la construcción de la identidad y de la necesidad de que la sociedad aprenda a sentir como propio el dolor de los otros.
Daniel Burman nació el 29 de agosto de 1973 en Buenos Aires; es conocido por la serie “Iosi, el espía arrepentido” (2022), así como las películas “Esperando al mesías” (2000), “Todas las azafatas van al cielo” (2002), “Derecho de familia” (2006), “El rey del Once” (2016), además de “El abrazo partido” (2004), galardonada con el Gran Premio del Jurado del Festival de Berlín. Otros títulos destacados: “El nido vacío” (2008), “La suerte en tus manos” (2012), “Dos hermanos” (2010), “El misterio de la felicidad” (2013). Su último trabajo es “Transmitzvah” (2024).
–Hay mucho que hablar de cine, pero mi primera pregunta es bien provinciana. ¿Qué le trae por el pueblo, don Daniel?
–Un montón de cosas. Es muy curioso. A veces en mi actividad ocurre que hay algo que va más allá de lo racional y hay una alineación de proyectos que te empiezan a llevar a todos lados. Ahora hay tres proyectos muy importantes en diferentes etapas que me empezaron a traer para Paraguay. Todo empezó con Andrés Gelós, que es un gran amigo y colega y colaborador que me viene hablando de Paraguay hace muchos años. Yo no conocía a Asunción, es increíble, estando a una hora y media. Entre paréntesis, es impresionante el desconocimiento que tenemos de un país hermano, vecino, que cuando entré a Asunción no tenía nada que ver con el prejuicio o el preconcepto. Me quedé muy sorprendido de lo que tiene que ver con el sector audiovisual del enorme potencial, el enorme presente también, porque el potencial siempre habla como de algo por venir. Lo que está sucediendo con el audiovisual en Paraguay y las posibilidades que se están abriendo en esta coyuntura son increíbles.
–Este vaticinio de que la pandemia en algunos aspectos era un punto de inflexión en nuestra manera de ver, de reflexionar las historias, ¿sucedió?
–No, no sucedió, no va a suceder y tiene todo el sentido porque uno de los mecanismos más comunes que tenemos todos y más activos, más presentes, una de las mayores herramientas de su providencia es la negación. Vivimos en estado de negación permanente, primero negamos quiénes somos todo el tiempo y también ni hablar de las situaciones externas que la vivimos negando. Entonces era de esperar que neguemos la pandemia, el efecto traumático y, sobre todo, neguemos lo que nos reveló sobre nosotros mismos, sobre nuestra vulnerabilidad, sobre su fragilidad y tiene un sentido. No juzgo ese mecanismo. La supervivencia incluso en condiciones óptimas de alimentación y sanitarias es muy compleja por la propia crisis existencial de estar, con lo cual entiendo que hayamos tirado en un abismo todo aquello que aprendimos en esos tiempos tan dramáticos.
IDENTIDAD POLIFACÉTICA
–Estaba reflexionando de que Argentina debe ser de los cines, después de Hollywood probablemente, obviamente Israel supongo, que más incurren en la temática judía.
–Tiene que ver con que hay una comunidad judía muy grande y también una diferencia con las demás comunidades judías. La dicotomía identitaria no ha existido en gran parte de la comunidad. Yo siempre he sido judío y argentino al mismo tiempo y nunca me puse a preguntar cuánto había de cada uno, no hay ninguna dialéctica digamos porque también creo personalmente que la identidad es absolutamente polifacética y soy judío y soy padre y soy hijo y soy argentino y soy una persona de cuentitos y soy un montón de cosas y no soy nada al mismo tiempo. Soy la persona que busca saber quién es como cualquiera de nosotros. Creo que tiene que ver con eso, que también no nos tuvimos que aferrar a esa identidad de una manera reactiva. Encima viniendo del país que sufrió los atentados terroristas más cruentos contra la comunidad judía fuera de Israel.
–Quiero detenerme en “Iosi”, una de las series más vistas acá en Paraguay. Fue un episodio muy fuerte a partir de toda esa fortaleza que tuvo unos años de incertidumbre al respecto de si se hacía justicia o no se hacía justicia, ¿no?
–Sí, no se hizo justicia finalmente. Y creo que también lo que quise reflejar, o sea, la sociedad argentina se anestesió ante la falta de justicia y que la impunidad formó parte de la identidad colectiva. Es algo tremendo. Pero me parece importante que la impunidad no es responsabilidad de un político o de una época política, es de una época de la sociedad en la cual la gente estaba anestesiada y admitía que la impunidad era un activo social con el cual se podía vivir y muy bien.
–Que tiene un pariente, que es el miedo.
–Ojalá fuera el miedo. Yo creo que es más la desidia, porque básicamente nadie soporta la impunidad respecto a uno mismo. Las víctimas nunca soportan la impunidad, esto está claro. El chiste es que la sociedad que no es directamente influenciada por un hecho lo sienta como propio. A mí me fascina el concepto de Spinoza sobre la escala del amor y la generosidad. Uno puede amar a cualquiera pero la generosidad es actuar como si uno amara al otro. Esto es lo mismo, que la sociedad actúe como si hubiera sido lesionada ella misma y cuando eso se desarticula puede existir la impunidad. Entonces básicamente hablamos de un cierto quiebre en el contrato social, de cierta dilución de una empatía.
VERDADES OCULTAS
–¿Te parece que el cine sigue reivindicando el lugar de la verdad?
–Una de las misiones del cine, porque cristaliza de manera física y evidencia ciertas verdades o a contrario sensu, que es más fácil porque darle un lugar de portador de verdad es un poco riesgoso, evidencia estos momentos de impunidad, estos momentos de la verdad que es mirada o atacada, que no es lo mismo que ser un lugar de definición de verdades. Yo en “Iosi” no digo “el atentado lo hizo tal persona”, porque la Justicia es la que tiene que hacer eso. Yo lo que digo es que durante 30 años se construyó una conspiración de actores muy diferentes de la sociedad, todos alineados de manera sincronizada para garantizar un pacto de impunidad. Hay una verdad que no conocemos y el cine puede develarnos las verdades ocultas.
–¿Cuándo fue la vez en tu vida, para hablar de tu historia personal, que dijiste “yo quiero hacer cine”?
–No existió ese momento y es bastante decepcionante cuando me preguntan eso, porque yo quería ser escritor. Yo tengo una fascinación por la literatura, me encantaba escribir y todavía la verdad que escribo y siempre digo a mis hijos “cuando sea grande me dedicaré a ser escritor” y me miran y me dicen “cuánto falta para eso” (risas). Escribía, pero en cierto momento sentí que tenía que transformarlo en un ambiente para contarle algo a alguien. Tengo el recuerdo de esperar que mi madre llegue del trabajo para contarle algo, la fascinación de contar algo. Y tomé cine como un instrumento, que podría haber sido cualquier otro. Nunca tuve una fascinación por el dispositivo cinematográfico y de hecho hoy no la tengo. Tengo una relación totalmente instrumental. No hay nada que me aburre más que hablar de una cámara. Cuando viene el fotógrafo y me dice ¿salió tal lente? Ni me cuentes. Mi relación con el cine es instrumental y de puente.
Daniel Burman, director de cine. Foto: Pánfilo Leguizamón
LA FIGURA DEL HÉROE
–Quiero continuar con tu obra y quedarme en “El abrazo partido”, porque además es un juego de palabras muy bonito.
–“El abrazo partido” me dio muchísimas satisfacciones y me cambió la vida. Fue la película donde dije “soy algo así como un director de cine”. Siempre parto de un dilema moral irresoluble. Yo cuando era chico vivía en el barrio judío de Once de Buenos Aires y había escuchado una historia que nunca se termina de saber si fue verdadero, pero me inspiró la película de que en la época de la guerra de los Seis Días hubo muchos judíos argentinos que dijeron “vamos a luchar por Israel” y en esa época se tardaba en llegar. Muchos llegaron después del sexto día y la guerra ya había terminado. Y alguno dijo “bueno, me quedo” y dejó una familia con un local. A mí esos dilemas de ir a luchar por un ideal dejando una familia, la idea de ir a salvar al mundo, pero abandonar tu responsabilidad más próxima, siempre desconfié. Siempre desconfié mucho de los héroes porque para mí son gente que se escapó de la casa, que no quiere asumir o que prefiere ir a salvar las ballenas en Australia en lugar de cuidar a su hijo de cuatro años y explicarle ciertas cuestiones existenciales.
–¿Qué cosas está mirando el cine?, ¿qué profecías está haciendo te parece?
–Yo creo que el cine no hace profecías. Yo creo que mucha gente que hace cine tenemos una conexión con nuestro tiempo. Entonces, no somos proféticos, sino revelamos cosas que la sociedad niega. Niega por el frenesí, por la falta de debate, por la agenda. Normalmente cuando uno va a promocionar una película, lo que te sucede hoy día es que la mayoría cuando vas a un programa de televisión te dice “la agenda de hoy es muy política, la agenda es otra cosa”. Yo creo que somos nuestra agenda. Estoy bien convencido de que somos qué hago hoy, somos eso y cómo tratamos al otro en ese eso y nada más.
EXPERIENCIA SOCIAL
–Dentro de unos años tendremos personas que pudieron no haber ido al cine, pero igual haber visto todas las películas del mundo. ¿Cómo te llevás con esos cambios?
–Tengo contradicciones al respecto. Por un lado, la idea de la masividad y la posibilidad de cuando pongo una serie y que pueden verla en cualquier parte del mundo y toda la penetración que tiene y el acceso que tiene porque sigue siendo un lujo burgués finalmente, pero tiene un acceso muy grande. Pero yo recuerdo que cuando estrenaba una película, mi mayor placer era salir y ver la gente llegando al cine. Había un momento de su vida que giraba en torno a ese evento y todo lo que significaba y que ahora todo se pueda hacer desde la cama comiendo una pizza. No es que me afecta a mí, me da pena que nos estemos perdiendo todo eso, porque en ese circular había un contacto humano, una circulación.
–Es como que se perdió el templo, ¿no?
–Se perdió el templo, pero lo mío no es la cuestión romántica, sino que nos perdimos una experiencia social que para eso nació, de a quiénes tengo al lado, que me encuentro con alguien, el tránsito con el otro, que lo vamos perdiendo. A mí eso me da pena, pero no por el cine en sí mismo, sino por la pérdida social, porque se van perdiendo y eliminando momentos de contacto humano, de contacto real.
HERMANDAD ESTÉTICA
–¿Te parece que hay un cine regional identificable como un corpus o hay experiencias aisladas?
–Yo siempre desconfío un poco del cine del hermano latinoamericano. Me parece que nunca terminé de entender por qué no podemos ser unidos, cercanos, colaborativos desde nuestra singularidad. Me parece que también es una pose totalmente innecesaria y es una retórica que el goce está en un supuesto sentimiento de hermandad estética o narrativa que no hay. Lo hubo en la literatura en cierto momento. Desde afuera nos miran como latinos, pero ¿nos tenemos que sumar a esa mirada? ¿O tenemos que reivindicar nuestra singularidad y tener una mirada más pragmática de colaboración entre los países para hacernos más fuertes en todas las cinematografías, generar hub de producción?
El director de cine, Daniel Burman. Foto: Pánfilo Leguizamón
–¿Cómo está el cine argentino?, que siempre fue productivo.
–Creo que está en el momento más delicado de su historia. La interrupción del fomento público generó una crisis muy grande. El cine argentino hoy día se sostiene básicamente por el aporte de las plataformas y me gusta. Prefiero pensar que de alguna manera el sistema de fomento público de alguna manera se va a reinventar para lograr que personas como yo, que hemos sido hijos de la educación pública y hemos contado con apoyo, después podamos crear como yo compañías de producción independiente, pero el aporte público es el puntapié. Hay que entender que una cinematografía es mucho más que lafacturaciónoel valor agregado que genera porque tiene un enorme impacto cultural y sobre otras industrias.
–Hay una especie de desvalorización de lo público también, ¿no?
–Latinoamérica es un continente, y ahí sí estamos hermanados, con abismales asimetrías irresolubles por el mercado. Esto no es una posición ni ideológica ni política, es absolutamente descriptiva. Hay comunidades, hay espacios, hay territorios, que además de las cuestiones de asimetrías históricas, están bajo riesgo por cuestiones climáticas. Ahí la sociedad, más que el Estado, puede tener una decisión de si como humanos tenemos una empatía y queremos entre todos ayudarnos. Es una cuestión humanística y no política.