La artista argentina María Magdalena “Lelo” Freixas inaugura su exposición de arte denominada “Pastizales”, este jueves 30 de mayo, a las 19:00, en la galería Artística - espacio de arte, que celebra en el año su vigésimo aniversario. El espacio se ubica en el Paseo Sucre, sito en Denis Roa 1034 casi Sucre, en Asunción; con acceso libre y gratuito.
El trabajo de Freixas es “una invitación a bucear en sus colores y a partir de allí encontrar en nuestro interior nuevas formas, movimiento para poder descubrir y resaltar que, en nosotros mismos, de la mano del color, siempre tendremos alegría”, según palabras de la propia artista.
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Con texto de sala de la escritora Ofelia Meza, se presentan sus últimas creaciones donde “se parte de algo, una foto, una imagen, una resonancia que actúa como semilla... a partir de eso empieza a desdibujar, a desarmar y al hacerlo se crea un espacio que permite exprimir el color con una adrenalina por la forma, más allá de la figura que se pinta”.
Nacida en Buenos Aires en 1975, Lelo Freixas estudió decoración y desde muy joven se dedicó al mundo del diseño textil. Hizo creaciones de ropa para varias marcas. En 2013 comienza a incursionar en el campo del arte y actualmente forma parte del taller de Laura Varangot. Participó en la feria internacional Pinta SUD (2022) en Asunción.
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Juan Pablo Pistilli presenta la exposición “Volavérunt”
Verónica Torres Colección de Arte presenta la exposición “Volavérunt”, una muestra individual del artista Juan Pablo Pistilli, con la curaduría de Ángel Luis Carmona. Se trata de un conjunto de obras que, reflexionan sobre el vuelo, con esculturas en movimiento y una dinámica coreográfica de bandadas de pájaros. La inauguración se realizó el jueves 10 de julio en el Paseo de las Artes del Shopping Mariscal, en Asunción.
Las piezas presentan una variada gama de trabajo en metal, que utiliza ampliamente los contrastes de texturas, que van desde el pulido brillante hasta la grumosa rugosidad del óxido. Es bien conocida la preocupación de Pistilli por los temas ecológicos y su pasión por representar animales en movimiento, en esta ocasión ha dado el paso de traspasar la representación del movimiento a generar el movimiento mismo: varias de sus esculturas son en realidad balancines que no solo representa, sino que actúan el movimiento.
Complementariamente, la exposición incluye trabajos de la línea más conocida de su producción, como el pájaro arpa (maqueta), homenaje al pájaro campana y las figuras que desdoblan mariposas y pájaros como mirándose a sí mismas en el espejo. “Volavérunt” pasado del verbo volar en latín, hace referencia tanto al huidizo movimiento de las bandadas a las que hace homenaje y al título utilizado para uno de sus grabados, por el artista Francisco de Paula Goya, al que la exposición rinde homenaje.
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Arrancó la mayor muestra del país, la Expo Paraguay ARP 2025
Con el tradicional corte de cinta y apertura de los portones del predio de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), se dio inicio a la renovada Expo Paraguay 2025, que durante 16 días mostrará todo lo que el país produce.
La Expo Paraguay ARP 2025 dio inicio este sábado a una nueva edición, una renovada muestra que centra a los principales sectores, un punto de encuentro de la producción, el trabajo, la cultura, el arte, la innovación, la tradición y, sobre todo, la gente.
Este año es la primera edición de una nueva organización del Consorcio ARP-URP (Asociación Rural del Paraguay y Universidad Rural del Paraguay), con un propósito claro de convertir al espacio en una vitrina de todo lo que se impulsa como país.
Durante la habilitación oficial realizada por la mañana del sábado 12 de julio, el presidente de la ARP, Daniel Prieto, mencionó que este es el inicio de una nueva etapa que honra la historia, pero que mira con decisión al futuro. “Esta es una etapa donde tradición e innovación ya no son opuestos, sino aliados”, expresó.
Como es costumbre, la Expo Paraguay ARP llevará adelante varias actividades, arrancando con la jornada de habilitación y una noche llena de música y energía en su Ruedo Central.
“Este lugar es un espejo, donde Paraguay se reconoce trabajador, creativo, solidario, y con ganas de trabajar, desde los pequeños productores hasta las grandes industrias con ganas de avanzar”, agregó. Al tiempo de indicar que es el punto de encuentro donde convergen todos los sectores del país, compartiendo visiones, saberes y desafíos.
Durante la primera semana de la muestra que se extiende hasta el domingo 27 de julio, ofrecerá iniciativas orientadas a promover el talento y el crecimiento profesional de los paraguayos.
Sumado a esto seguirá la LXXIX Exposición Nacional de Ganadería, una muestra que celebra la excelencia del sector productivo y reafirma el lugar de Paraguay como una potencia ganadera a nivel mundial.
La expo ganadera reunirá a más de 2.630 ejemplares de alta genética, entre ellos 2.150 cabezas de bozal, alcanzando un récord histórico de participación, además de18 ferias confirmadas, generando una proyección de negocios que supera los G. 14.000 millones.
Esta exposición no solo será una plataforma comercial clave para el sector productivo, sino también una oportunidad para mostrar el trabajo, la tecnología y la innovación que impulsan al campo paraguayo y lo proyectan al mundo.
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El CCDL inaugura mañana la muestra “Fauna sin techo”
Ana Carina Aranda, Jazmín Jara, María Teresa Recalde, Mavi Servín, Marijó Veiga y Martín Spinzi protagonizan esta nueva propuesta artística.
Este domingo 13 de julio, el Centro Cultural del Lago de Areguá habilita una exposición colectiva bajo el título “Fauna sin techo” del que participan los artistas Ana Carina Aranda, Jazmín Jara, María Teresa Recalde, Mavi Servín, Marijó Veiga y Martín Spinzi. La muestra quedará oficialmente abierta en un acto programado para las 11:00.
Sobre la temática que desarrolla esta nueva experiencia artística, la directora del emblemático establecimiento cultural, Ysanne Gayet, refiere que el objetivo es llamar la atención sobre los millones de animales, de todos los tamaños, desde el insecto más pequeño hasta el tatú bolita y el yaguareté, que, por la caza indiscriminada, la triste deforestación y el “progreso” del ser humano, han quedado sin su “hogar”.
“Cuando vemos pasar una bandada de loritos verdes o un tucán por los cielos de la ciudad y sus alrededores, quizás en esos segundos paramos para preguntarnos a qué se debe que están ahora acá. La respuesta más evidente para mí es que ellos también están en la búsqueda de un techo”, dice la artista y promotora cultural.
LOS EXPOSITORES
Ana Carina Aranda, artista plástica autodidacta de estilo naif, cuenta que presenta una obra que retrata una cruda y grave realidad social paraguaya: el excesivo cultivo de soja transgénica. Por su parte, Jazmín Jara enfoca en su trabajo “la situación actual de nuestras especies silvestres, la pérdida de hábitat y la intromisión de especies exóticas de fauna y flora que las van desplazando cada vez más”.
Entretanto, María Teresa Recalde (Matt), reconocida por el deslumbrante cromatismo de sus cuadros de estilo Naif o ingenuo, dice: “Que el techo sea el cielo sin límites con los hermosos atardeceres que Dios nos regala. Valoremos la hermosa creación, que no sea invisible a nuestros ojos”. Martín Spinzi también forma parte de esta muestra. Es un pintor autodidacta con un estilo naif que retrata fauna, flora e iglesias coloniales paraguayas. “El ser humano, en su afán por el dinero, podrá dañar, maltratar la naturaleza, pero jamás derrotarla, esta se adaptará por su naturaleza infinita”, sostiene al hablar sobre el hilo conductor de “Fauna sin techo”
Titiritera y artista plástica, Mavi Servín destaca sobre su obra que “el arte aquí no representa un bosque devastado ni una fauna ausente. Representa un gesto cotidiano, simple y luminoso que nos recuerda que quien aprende a cuidar lo frágil también puede cuidar el planeta”. Finalmente, la artista y educadora Marijó Veiga entiende que “podemos moldear nuestras acciones cotidianas para vivir en armonía con la naturaleza que aún resiste, y que aún espera”.
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Emoción y color en la atmósfera onírica de la pintora Carla Ascarza
- Jorge Zárate
- jorge.zarate@nacionmedia.com
- Fotos: Gentileza
La artista llama realismo lírico a su búsqueda, la transmisión con imágenes de sentimientos profundos e incluso valores. “Quiero transmitir la esperanza, la vitalidad, el misterio, la gratitud”, cuenta de sus bellas artes.
“Defino muchas de mis obras dentro del realismo lírico porque habitan una frontera entre lo real y lo simbólico”, cuenta Carla Ascarza. “Me interesa representar escenas, personas y objetos que existen, pero llevarlos a otro plano a través de la atmósfera, la paleta y la composición”, define.
Plástica de importante trayectoria, sus cuadros de la serie “Mensajeros” abordan lo mítico y lo tangible de los mainumby, colibríes que llevan y traen luces, colores, reflexiones.
“En esa transformación se produce el lirismo: lo que está cargado de emoción, de memoria, de misterio. La pintura me permite decir lo que no cabe en la literalidad. Puedo usar una figura humana o un objeto cotidiano, pero los rodeo de elementos poéticos para que emerjan como visión, como huella sensorial”, apunta.
Entiende al color como un comunicador eficaz. “Es una herramienta de intuición y también de resistencia: en un contexto como el nuestro, donde tantas veces se impone la opacidad, defender el color es también defender la vida”.
–¿Cuál fue el disparador de la colección “Mensajeros”?
–El disparador fue una vivencia íntima y una necesidad interior de nombrar lo intangible. Los colibríes llegaron a mí como metáfora de aquello que no permanece, pero deja huellas. En “Mensajeros” no los represento solo como aves, sino como símbolos de lo etéreo, de lo que se posa apenas en la conciencia. Ellos son portadores de mensajes del alma: la fugacidad del instante, la ligereza de lo esencial, la belleza que no se impone, pero transforma. La serie nace del deseo de capturar esa sutileza y convertirla en color, en forma, en presencia.
NARRANDO LO INVISIBLE
–En tus series anteriores se ve una búsqueda por retratar la escena cotidiana, los rostros cercanos. ¿Cómo vas volcando a los lienzos tus inquietudes? ¿Seguís un plan?, ¿pintás lo que te es urgente?
–Trabajo a partir de una urgencia interior. Hay veces en que una imagen se instala en mi cabeza y no me suelta hasta que le doy cuerpo en el lienzo. A veces es un rostro anónimo que encuentro en una fotografía o una escena callejera que me golpea. No siempre tengo un plan estructurado, pero sí una búsqueda constante: la de narrar aquello que suele pasar desapercibido. Lo invisible, lo que no está en los titulares. Pinto para dar visibilidad a lo común, pero con una carga simbólica profunda. En ese sentido, la serie “Contramundos” fue muy significativa: cada obra fue una pequeña crónica visual del Paraguay contemporáneo.
–Contanos un poco más de tu relación con el color. ¿Cómo decidís ese universo personal?
–El color para mí es emoción. Es lenguaje puro. Muchas veces dibujo con el color. Nunca lo uso de manera literal. Mi paleta se construye a partir de lo que siento, de lo que quiero provocar. La realidad ya tiene sus propios tonos, pero el arte me permite alterarlos, amplificarlos, volverlos signos. A veces un verde ácido, un fucsia estridente o un naranja encendido no tienen lógica si uno los mira desde lo mimético, pero sí si los entiende como pulsaciones anímicas. Pinto desde el color porque él habla más rápido que las palabras.
–También abordaste lo abstracto. ¿Cómo fue ese recorrido?
–Lo abstracto fue, en mi caso, un espacio de liberación. Al principio, mi obra estaba más centrada en el retrato y la escena figurativa, pero la abstracción me permitió explorar otros caminos: el gesto, la mancha, el ritmo. Fue como quitarme las palabras de encima y quedarme solo con la voz. Me interesa lo abstracto cuando nace de una pulsión verdadera, cuando no es solo una estética, sino una necesidad de expansión. Algunas obras de transición en mis series combinan ambos lenguajes: hay figura, pero también hay fuga hacia lo simbólico, hacia lo que no puede decirse con formas reconocibles.
CREAR CON HONESTIDAD
–Fuiste premiada y tu obra se exhibió en el exterior. ¿Cómo sigue ese camino?
–El reconocimiento que recibí en Moscú con “La dulcera”, obra de la serie “Contramundos”, fue muy importante para mí. No solo por el premio en sí, sino porque visibilizó una escena local que muchas veces queda relegada. Esa obra nació de una historia real, de una mujer que vendía dulces de mamón en Garibaldi. Yo la fotografié, hablé con ella, le comenté sobre mi trabajo, compré sus dulces, le solicité permiso para fotografiarla y luego la convertí en símbolo. Fue mi forma de hablar sobre la desigualdad, sobre la cultura del consumo, sobre lo invisible. A partir de esa experiencia se abrieron otras puertas, pero más allá de lo institucional, lo que me mueve es seguir creando con honestidad. Hoy me interesa explorar más a fondo las narrativas indígenas, la memoria colectiva, los ritos del presente. El camino sigue desde ahí.
–¿Cómo ves la plástica nacional?, ¿qué cosas destacás de este presente?
–La plástica nacional es profundamente valiente. Está llena de artistas que, a pesar de contextos hostiles, producen con una potencia conmovedora. Pero no puedo dejar de señalar la precariedad estructural en la que trabajamos muchos de nosotros. Los materiales son carísimos: un solo tubo de óleo, un pincel profesional, un lienzo, representan una inversión enorme. Muchos colegas pintan en condiciones mínimas, con recursos limitados y aun así construyen discursos estéticos de gran profundidad. Falta apoyo sostenido, políticas públicas reales, espacios de visibilidad. Aun así, el arte persiste. Se renueva, se reinventa. Destaco sobre todo el trabajo de mujeres artistas, de jóvenes que se animan a experimentar, de quienes cruzan el arte con la militancia, con lo social, con lo comunitario. Es un momento duro, pero fértil. Y estoy convencida de que el arte seguirá abriendo caminos, aunque tenga que hacerlo con las uñas. La plástica paraguaya está viva. Y lo está no por el mercado, sino por la urgencia expresiva de sus creadores.
–¿Cuál es tu materia pendiente en la plástica?
Siento que una de las búsquedas más importantes que tengo como artista –y también como ser humano– es profundizar en el compromiso del arte con las causas humanitarias. Vivimos en un mundo profundamente desigual, herido, con pueblos que luchan por su derecho a existir, a hablar, a vivir. Mi materia pendiente no es una técnica, ni siquiera una exposición; es usar cada vez con más claridad mi voz visual a favor de la vida. Me interesa cada vez más vincular mi obra a causas sociales, a los pueblos indígenas, a la defensa del planeta, a la memoria colectiva. Para mí, el arte no debe ser indiferente. Tiene que incomodar, abrazar, iluminar, conmover. Y ahí está mi tarea pendiente: seguir encontrando lenguajes que acompañen y denuncien. Que no se queden en lo estético, sino que toquen lo ético.
NARRAR DESDE OTRO LUGAR
Carla Ascarza estará exponiendo en la muestra colectiva “Sinergia, arte femenino en diálogo con la memoria urbana”, que abre el próximo 15 de agosto a las 19:00 en el Espacio Cultural Staudt, sito en Iturbe 333 casi Mariscal Estigarribia. Expondrá allí en conjunto con Norma Annicchiarico; Gloria Valle y Osvaldina Servián.
Vale recordar que Carla, además de artista plástica, es también comunicadora.
–¿Qué facetas de la expresión potencia la pintura?, ¿qué cosas permite expresar más allá de las palabras?
–La pintura es, para mí, el lenguaje donde lo no dicho se vuelve posible. Como comunicadora, valoro el poder de la palabra, pero sé que tiene límites. Hay experiencias que no se traducen fácilmente: el dolor ancestral, la belleza inexplicable, la rabia callada. La pintura me permite explorar dimensiones expresivas que la palabra, por momentos, no alcanza. Pero, como comunicadora, siempre he sentido un fuerte compromiso con la narrativa: contar historias, dar sentido, transmitir lo profundo de lo humano. En mi obra, esa narrativa se vuelve visual, simbólica, sensorial.
–Se sigue contando, descubriendo…
–Pinto no solo para emocionar, sino también para contar. Cada personaje, cada escena, cada fragmento de color tiene una historia detrás. La pintura potencia esa posibilidad de narrar desde otro lugar, de dar cuerpo a relatos que a veces no encuentran espacio en los medios tradicionales. Y me permite también generar otra temporalidad: la del silencio, la contemplación, el tiempo detenido que exige una imagen. La narrativa visual que construyo desde el arte es una extensión de mi voz como comunicadora, pero una voz que a veces se vuelve más poderosa, más ambigua, lo que es fundamental para interpelar al otro. La pintur a abre un campo de significación que no pretende cerrarse . Y en eso me siento profundamente libre.
BREVE BIO
Carla Ascarza es licenciada en Artes Visuales por el Instituto Superior de Artes Verónica Koop con la puntuación summa cum laude. Cuenta con un masterado en Antropología Social por la Universidad Católica de Asunción y especializaciones en antropología de la salud y derechos humanos. Dentro de su formación artística estudió en programas y talleres en la Escuela de Bellas Artes, talleres libres de Olga Blínder, Edith Jiménez, Lisandro Cardozo, Vicente Duré, Luis A. Boh y Jo Oliveira. Fue becada por el maestro Livio Abramo como asistente en sus talleres de línea y color.
Cuenta con numerosas exposiciones colectivas nacionales e internacionales. Entre las más recientes se mencionan Muestra Kuña Mbarete Rembiapo, Sala Jacinto Rivero, Centro Paraguayo Japonés (2025); Muestra Ñepyrumby, Apart Hotel Maison Suisse (2024); Muestra Apertura de ciclo. Casa Hassler, San Bernardino (2024); Muestra Incondición Interior, Centro Cultural Manzana de la Rivera (2023).
Obtuvo el Primer Premio de Pintura en el XII Festival Mundial de Bellas Artes VERA, Moscú, Rusia. Año 2017. Representó a Paraguay en la muestra internacional Passion Art Barcelona. Sus cuadros también representaron al país en muestras en Nueva York (EE. UU.), Canberra (Australia) y Seúl (Corea).