FIL Asunción: realizan charla sobre la postulación de la guarania ante la Unesco
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La postulación de la guarania como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) centrará una charla, el jueves 4 de julio a las 20:00, en el marco de la Feria Internacional del Libro - FIL Asunción, en el auditorio “Félix de Guarania” del Centro de Convenciones Mariscal (J. Eulogio Estigarribia esquina Charles De Gaulle), con acceso libre y gratuito.
Durante este evento también se realizará la presentación de la nueva edición del libro “Memorias”, autobiografía del maestro José Asunción Flores (1904-1972), que fue escrita por el gran músico en la etapa final de su vida, en el año 1970, en su exilio en Buenos Aires (Argentina) y permaneció inédita hasta el 2023. Sus editores fueron Alcibíades González Delvalle y Antonio V. Pecci, a iniciativa de Gilberto Rivarola. La publicación de la obra fue posible gracias al apoyo del Fondec, la Secretaría Nacional de Cultura y el Ateneo Cultural José Asunción Flores.
En esta oportunidad se presentará la edición en tapa blanda y a precio económico. Se referirán a la misma ambos editores. Dentro del panel se enfocará también el tema de la campaña para la postulación de la guarania ante la Unesco, cuya definición se espera para este año.
Se referirán a éste importante tema el maestro Luís Szarán, la ministra de Cultura, Adriana Ortiz, y la directora de la Sinfónica Nacional, María Victoria Sosa. El evento se cerrará con la actuación del Ensamble Folclórico de la OSN, con una selección de guaranias clásicas.
Libro "Memorias. José Asunción Flores" de Alcibíades González Delvalle y Antonio V. Pecci. Foto: Archivo
Antecedentes
Respecto a estos textos mecanografiados escritos por el gran músico, en el prólogo de la obra, Alcibíades González Delvalle señala: “El presente volumen contiene el pensamiento y la acción del maestro. En cada línea hay rastros de su preocupación, indignación, optimismo, espera de un mañana mejor para su patria. Está la grandeza de su alma y la inmensidad de su talento.
“En el original de este libro único se percibe que lo escribió a las apuradas, apretado, tal vez, por la urgencia de contar no su verdad, sino la verdad. He aquí uno de los méritos de estas memorias. Gracias a ellas, se ratifica lo que siempre se supo y siempre se ha querido escamotear: es el único creador de la guarania”, agrega el reconocido periodista y escritor.
Por otra parte, puede señalarse que en marzo de 2023 la Secretaría Nacional De Cultura ha presentado ante la Unesco, en su sede en París, el dossier con la documentación completa que acredita que la Guarania es un ritmo genuinamente nacional y de plena vigencia en nuestro país.
Lo que ha sido la culminación de un proceso de tres años de trabajo con organizaciones de la sociedad civil, para el acopio de la documentación necesaria. La Unesco procederá a comunicar su decisión este año, en el mes de diciembre, en lo que puede constituirse en uno de los logros más importantes para la música paraguaya, al inscribirla como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, para lo cual se desarrollan diversas acciones de sensibilización en distintos puntos del país.
Un centenar de mediadores incentivarán la lectura a nivel país
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El Curso de Mediadores de Lectura “Leamos Juntos”, culminó exitosamente con de más de 100 participantes, el martes 8 de julio, en la Biblioteca Nacional, en Asunción, en el marco del programa “Un libro, una esperanza: dotación y dinamización de espacios de lectura”, una iniciativa de la Fundación en Alianza con el apoyo del Ministerio de la Niñez y la Adolescencia (Minna).
El evento celebró el compromiso, la creatividad y la vocación de servicio de los participantes que se han formado como mediadores de lectura para incentivar el amor por los libros en niños de distintas comunidades de todo el país. Así también, el curso impartido y mentoreado por la escritora y docente Verónica Abente, ha logrado no solo capacitar a mediadores, sino sembrar vínculos, imaginación y habilidades lectoras en niños del país.
La escritora Verónica Abente con algunas participantes. Foto: Gentileza
Como parte del cierre, también se anunció la dotación de unos nuevos espacios de lectura infantil otorgados a los mejores proyectos de implementación del curso, a ser entregados en las siguientes semanas en diferentes departamentos del país, gracias al apoyo de empresas comprometidas con el fomento de la lectura y el desarrollo integral de la infancia.
El acto contó con la presencia del viceministro de la Niñez y la Adolescencia, Juan Marcelo Fernández, autoridades de la Biblioteca Nacional, representantes de la Fundación en Alianza y aliados del sector privado. Al finalizar, se compartió una merienda con todos los asistentes en el hermoso patio de la Biblioteca Nacional, en un ambiente distendido de intercambio y de celebración.
UNAE inauguró la Estantería Ucraniana en biblioteca encarnacena
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En un acto emotivo realizado en la Biblioteca Central “Nila López” de la Universidad Autónoma de Encarnación (UNAE), se habilitó recientemente la Estantería Ucraniana, convirtiendo a la Universidad Autónoma de Encarnación en la primera institución de educación superior en Paraguay en sumarse a este programa internacional impulsado por la Oficina de la Primera Dama de Ucrania, Olena Zelenska.
El acto contó con la presencia del embajador de Ucrania en la República Argentina y concurrente en Paraguay, Yurii Klymenko y su esposa Tatiana Klymenko; la rectora de la UNAE, Dra. Nadia Czeraniuk, autoridades académicas, representantes de la comunidad de descendientes ucranianos e invitados especiales.
Czeraniuk destacó, en el acto, la importancia de este espacio abierto a toda la comunidad y reafirmó el compromiso de la universidad con la promoción de la lectura y el fortalecimiento de la identidad cultural. El embajador, por su parte, resaltó que la UNAE se convierte así en la primera universidad paraguaya en formar parte de este proyecto que ya está presente en 57 bibliotecas del mundo, incluyendo instituciones tan emblemáticas como la Biblioteca de la Unesco en París, la Biblioteca Pública de Nueva York, la Biblioteca Nacional de España y la Biblioteca Nacional de Polonia, entre otras.
El acto culminó con la apertura simbólica de la estantería y un recorrido por los libros disponibles, seguido de un cálido encuentro para compartir café y dulces de tradición ucraniana, como símbolo de amistad y hospitalidad. La Biblioteca Nila López de la UNAE está abierta al público de lunes a viernes, en horario de 7:30 a 11:30 y de 15:00 a 21:30, y los sábados de 8:00 a 12:00.
Paraguay será sede del primer Festival Internacional de Música Suzuki
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Del 28 de julio al 10 de agosto, Paraguay vivirá un evento cultural y musical sin precedentes: el Primer Festival Internacional de Música Suzuki, organizado por la Red Promesa Suzuki. Este encuentro reunirá a niños, niñas, familias, docentes y formadores de varios países de Latinoamérica y del mundo, bajo el espíritu del aprendizaje musical a través del reconocido Método Suzuki.
Durante dos semanas, el Conservatorio de la Universidad Católica (Asunción) será el escenario de conciertos, clases magistrales, talleres pedagógicos y actividades abiertas al público. Participarán destacados maestros internacionales de violín, cello, piano, flauta traversa y filosofía Suzuki, así como estudiantes de diversas regiones del país y de Latinoamérica.
En el marco del festival, se celebrará también la Primera Convención Suzuki del Paraguay, el sábado 3 de agosto, de 9:00 a 18:00 horas, en el Sitio de la Memoria 1A. Será un espacio de reflexión y crecimiento profesional con la presencia de figuras clave del mundo Suzuki y de la música, como Caroline Fraser, Andrea Raza y representantes de la Asociación Suzuki del Perú, quienes compartirán sus conocimientos y experiencias en ponencias dirigidas a docentes, familias, músicos en formación en interesados en el método en general.
Este evento busca promover el arte, la educación y el desarrollo integral de los niños y niñas mediante la música, en un espacio de colaboración, aprendizaje y alegría. La comunidad está invitada a sumarse a los conciertos y actividades culturales que se desarrollarán en el marco del festival.
“Py sevo’í” en Paraguay del siglo XX y la experimentación en humanos
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En la presente entrega de “Expresso”, Augusto dos Santos visita el campus de la Universidad Nacional de Asunción para conversar con el Dr. en Filosofía, profesor e investigador José Manuel Silvero, quien publicó recientemente su nuevo libro “Pysevo’í. La campaña sanitaria de la Fundación Rockefeller en Paraguay (1923-1928)”, en el que aborda con un importante archivo a disposición la problemática local de la anquilostomiasis de hace un siglo y la consecuencia social que acarreaba, la situación precaria del sanitarismo paraguayo de entonces y los trabajos de la fundación norteamericana, incluyendo la experimentación en humanos que se dio en ese contexto.
Fotos: Pánfilo Leguizamón
ADS –¿Cómo es que un filósofo lleva a interesarse en un tema como anquilostomiasis?
JMS –La historia guarda relación con una anécdota. Siendo niño nos convocan en la escuela a presenciar, a visualizar una película. Yo estaba entusiasmado porque ya tenía noticias de que había un personaje de nombre Popeye, de que había una pantera de color rosa, me contaban mis amigos y de tanto en tanto algún que otro vecino que tenía algún televisor nos dejaba ver estas maravillas. Todo esto en Caazapá, zona de San Juan Nepomuceno. Entonces automáticamente me dije “esta es mi oportunidad, voy a disfrutar de una hermosa película”. Llegamos, nos acomodamos todos los “mita’i” para visualizar la película en cuestión y era una de las películas de la Fundación Rockefeller, que le enseñaba a los niños a cómo gestionar de manera responsable sus excretas. Años después, (…) en el marco de los 100 años de aquella gran campaña sanitaria, entro en comunicación con la Fundación Rockefeller, y me liberan los archivos oficiales que para mí fue espectacular, porque no solamente tenía datos, informes, sino también imágenes.
–¿Qué hacía la Fundación Rockefeller entre el año 1923 y 1928?
–En Paraguay, en ese arco de tiempo se desarrolla la cooperación, que es una acción oficial que la firman la Fundación y el gobierno de aquel entonces. Eligio Ayala fue el firmante, y se salvaguarda eso a través de una ley ¿Qué hace la fundación? La fundación (Rockefeller) ya venía desarrollando desde 1916, estimativamente, acciones en terreno, en algo así como 140 países del mundo. Y el tema de fondo, el tema más importante de esa acción de la Fundación Rockefeller es la lucha contra la anquilostomiasis. Y en una de esas, un par de médicos muy relevantes de nuestra historia paraguaya, el Dr. Migone y el Dr. Andrés Barbero envían cartas a la Fundación, porque la Fundación tenía una especie de informe anual de sus acciones, envían cartas comentando, por un lado, que aquí también hay una prevalencia muy alta, y por el otro lado, muestran un interés para que la Fundación eventualmente pudiera cooperar. Entonces la Fundación responde diciendo que sí, que tienen interés de cooperar, pero en principio esa cooperación se basaría en el envío de unas cajas, que contenían una especie de proyector a linterna, lo llamaban, folletos, folletitos y algunos pósters. Una campaña educativa que el propio Migone lo paga de su bolsillo. Es interesante. Esa acción es la acción precedente, inmediata que va a dar pie luego a la firma oficial de la cooperación. ¿Y por qué es importante todo esto? Porque en el año 1917 y en el año 1920 se desarrolló en Paraguay sendas campañas de lucha contra el py sevo’i. Pero con un éxito relativo. Se necesitaba el acompañamiento de una organización grande, enorme, importante como lo fue en aquel entonces y como lo sigue siendo la Fundación Rockefeller. Y bueno, ese es el antecedente.
–¿Cuál era la importancia de enfrentarse a esa enfermedad? ¿Cómo afectaba al momento paraguayo?
–Estudios de aquel entonces, de hecho, van a ser los médicos de la Universidad Nacional de Asunción; el Dr. Velázquez, el primer decano de la Facultad de Medicina, y todo un equipo de médicos, quienes a insistían en la necesidad de contrarrestar al sevo’i, la lombriz, el parásito que se metía por los pies y que empezaba a debilitar al niño, al adulto, da igual. Era tan grande esa incapacidad que uno tenía que administrar que, por supuesto, lo volvía anémico, lo volvía incapaz para trabajos de todo tipo y también de aquel entonces viene el famoso estigma del sa’yju, mita’i sa’yju y compañía. Es una enfermedad, es un mal que le debilitaba al pueblo, le volvía incapaz de producir. El doctor Velázquez cuenta en uno de sus textos cuenta ese escenario dantesco de niños famélicos y de adultos también incapaces de emprender algún tipo de tarea. (…) Manuel Domínguez, en una carta al doctor Insfrán, él habla del py sevo’i, en unos términos muy interesantes, donde dice: “El paraguayo tiene la manera de solucionar este problema y lo mata con el ka’arê –que es el quenopodio– y con la caña”.
–¿Y qué hacía la medicina y los médicos paraguayos antes de la llegada de la Fundación Rockefeller? ¿Era paliativa la tarea?
–Era paliativa. Había una química que probablemente era muy ineficiente, se habilitaron algunos puestos de distribución de algunas medicinas, y el problema más grave de aquel entonces, para llevar adelante esta lucha contra la anquilostomiasis era, por un lado, la eficiencia de la química, que los médicos de la Fundación Rockefeller calibraron muy bien, calibraron a costa de muchas muertes, pero, por un lado, la visión de la Fundación Rockefeller era una visión integral, por eso es una campaña de salubridad.
–Aquel no era un momento de bonanza en nuestro país, precisamente.
–Ese es un punto que a mí me hizo pensar mucho de cómo lo iba a plantear en el libro. Un Paraguay carente de infraestructura, un Paraguay carente de un sistema de salud medianamente fuerte y un Paraguay donde a la gente del campo se le proveía de algunos cuadernillos para consumir, para usufructuar, pohã ñana. De hecho, yo critico eso en un apartadito. Genaro Romero era el jefe de tierras y colonias, y él le recomendaba a los campesinos consumir o usar los yuyos, en ausencia justamente de un sistema medianamente justo, en el sentido de acceso a la salud. Teníamos muy pocos médicos, había una inestabilidad política tremenda
–¿Decís que en el marco de esta sistematización que hiciste del aporte de la Fundación Rockefeller, que esta crea casi lo que se diría es la burocracia a la gestión sanitaria en Paraguay?
–La Fundación Rockefeller tiene una incidencia política administrativa total en la configuración de la salud global. No se puede entender el nacimiento y el desarrollo de la Organización Mundial de la Salud y especialmente de la Organización Panamericana de la Salud sin el concurso y la “inteligencia”, entre comillas, de la Fundación Rockefeller, y su modo de trabajar. En ese modo de trabajar, la estadística, por ejemplo, es muy importante, la recogida de datos es muy importante, la organización con informes, con muchos detalles, el conocimiento del terreno, todo eso formaba parte de esa gran estrategia que lo desarrollaron a nivel mundial y también en Paraguay, por supuesto. En la historia de la salud pública, de la sanidad pública, el ministerio que llevaba, que tenía el control sobre la sanidad, era el Ministerio del Interior, sobre todo el Departamento de Higiene en este caso.
–Hay un capítulo que aborda experimentos humanos, especialmente con niños, que es éticamente cuestionable o condenable. ¿Cuál es la realidad en relación a ese capítulo en la historia de la presencia de la Fundación en Paraguay?
–Efectivamente, la campaña sanitaria, así como habíamos manifestado, se había repartido en diferentes acciones: grupos propiciando la construcción de letrinas, grupos de guardas sanitarios medicando a la población, otro grupo levantando datos para corregir el atlas de Gásperi del año 20, es decir, el tema de censo, una cuestión estratégica, la guerra va a venir después, y otro grupo trabajando en la divulgación, pero un grupo pequeño, sí, efectivamente se dedicó a llevar adelante trabajos de experimentación en contexto de encierro, con grupos vulnerables, en ausencia de criterios éticos razonables para aquel entonces, hay que acordarse que el código de Nuremberg y todo lo que pasó en los campos de concentración va a ser muy posterior, esto es 1923. Entonces en mi investigación yo me encontré con una conducta que se había repetido tanto en Brasil, en Colombia y en varios lugares de los médicos que se metían en los hospicios, en los orfanatos, en la policía, en el ejército, a llevar adelante experimentos con seres humanos. En este caso, con niños, menores de edad, con jóvenes probando sustancias químicas, probando sobre todo dosis. Lo llamativo y lo reprochable, si cabe el término, es que en función a lo que yo investigué, Fred Soper (el director) sabía exactamente que esas sustancias eran tóxicas y que podían causar la muerte. Aun así, siguieron utilizando hasta que llegaron a un punto que causaron muertes, entre 15 y 16 fallecidos durante toda la campaña, mirando la envergadura. El 90 % de ellos eran niños menores de edad, niños pequeños de 2 años, 4 años, 6 años, algunos soldaditos también.
–¿Esto tenía que ver con la aplicación de diversas formas de químicos o algún químico en particular con el que se experimentaba?
–Sí, el tetracloruro de carbono con la mezcla con el aceite de quenopodio. En los informes lo que yo pude notar es, porque claro, tenían que justificar, tenían que dar cuentas, tenían unas fichas donde comentaban las posibles razones de la muerte, y hablaban también de ciertas enfermedades de base. Entonces, que no lo tenían muy manejado, decían “a los epilépticos no hay que suministrarle; a los alcohólicos, tampoco, y a ciertos niños que tenían otros parásitos, tampoco”. Lo que pasa es que esa fundamentación o esa explicación venía después de la muerte. No antes.
–¿En qué momento de la investigación te encontraste con este hecho tan contrastante con el lado positivo de esta campaña y qué generó en vos como investigador?
–La investigación en sí es una tarea en solitario muy interesante. Es un tiempo en que uno se sumerge completamente de manera obsesiva en llevar adelante este trabajo. Funciona unos mojones que es el esquema del trabajo, pero uno piensa muchas cosas. Como docente investigador de la UNA, yo envío un correo institucional y ellos me envían paquetes, paquetes muy importantes de información. En uno de esos paquetes me encuentro con los muertos.
–¿Y en uno de esos paquetes te encontrás con las fotos de esos experimentos?
–En uno de esos paquetes me encuentro con fotos de niños, de niñas, del orfanato, con enfermos mentales, del neuropsiquiátrico, con soldaditos, con militares. Esas fotos están en el libro. Son 60 imágenes inéditas que por primera vez se está viendo en el Paraguay. Estaban guardadas en el archivo de la Rockefeller Center.
–¿En este camino de contacto con la Fundación Rockefeller encontraste en los líderes actuales de la Fundación alguna actitud de ocultamiento digamos?
–Ninguna. En todo momento fueron muy amables conmigo, tengo que recalcar eso en todo momento, fueron cordiales, me ayudaron. Sí les envié un correo cuando el trabajo ya estaba listo, les dije que quería utilizar esas fotos en el marco de la investigación y me dijeron que sí, llené una proforma como se suele hacer.
–¿En estos 100 años, antes de tu libro, antes de tu investigación, ¿hubo algún tipo de denuncia por parte de alguna autoridad de Paraguay respecto de estos experimentos?
–De paraguayos no, yo por lo menos no encontré. Sí, en Brasil. Un médico de aquel entonces que ya en el año 22, en un evento científico del Brasil de aquel entonces, sale a gritar, a vociferar que la Fundación estaba matando a gente inocente, a niños y sobre todo a gente de color, porque en el Brasil la envergadura y la dimensión de la campaña fue muy diferente. Y en Guatemala, si no me equivoco, también se presentó en el año 2010 una investigación que daba cuenta de ciertos abusos que se cometieron con personas en situación de encierro, de grupos vulnerables, la cárcel, el orfanato, un calco de lo que fue en Paraguay. Esto es del año 40 más o menos.
–¿Y cómo reaccionaron las autoridades de la Fundación?
–Ellos sí pidieron una explicación. Obama estaba como presidente, Obama le pide a la Comisión Nacional de Bioética que investigue si eso es cierto. Corroboran que efectivamente porque los datos estaban guardados en un archivo en los Estados Unidos, y Obama pide oficialmente disculpas al gobierno de aquel entonces y ese es un precedente que yo encontré. En este caso de experimentación con seres humanos en Guatemala, Fred Soper aparece en la lista de los médicos. Acá Fred Soper fue el director de la campaña de Paraguay; que, por cierto, fue director de la OPS durante creo que 4 periodos.
–¿Cómo y por qué culmina esta misión finalmente en Paraguay, en el 28?
–Culmina porque la guerra iba a desatarse en cualquier momento. El gobierno de aquel entonces destina los fondos para fines estratégicos. Y entonces se desfonda, se queda sin fondos la campaña. Pero, además, se venía arrastrando una serie de pequeñas inquinas entre médicos paraguayos y médicos paraguayos que trabajaban para la Fundación, y especialmente médicos norteamericanos.