Seminci 2024: Ruizpalacios vuelve con un relato de cocinas y migración
Compartir en redes
Por David Sánchez, desde Valladolid (España), X: @tegustamuchoelc (*).
En la 69.ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), el director mexicano Alonso Ruizpalacios regresó al festival para presentar su más reciente obra, “La cocina”, una película en competencia oficial que se ha ganado la atención de la crítica. Durante la rueda de prensa, Ruizpalacios compartió detalles sobre la adaptación cinematográfica de la obra homónima del dramaturgo británico Arnold Wesker, un proyecto que el director había soñado llevar al cine desde hace años.
La película está inspirada en “The Kitchen”, una obra de teatro escrita por Wesker, la cual Ruizpalacios conoció mientras estudiaba en Londres. Trabajando en un restaurante turístico en esa época, el director mexicano se adentró en el dramático y frenético universo de las cocinas, un mundo que, para él, “tiene un ritmo y un drama intrínseco, especialmente cuando se trata de la experiencia migrante, con cocinas que se convierten en puntos de reunión de muchas nacionalidades”. Ese entorno multicultural fue lo que, según él, le inspiró a retratar la historia desde una óptica cinematográfica.
Ruizpalacios expresó que se identificaba profundamente con el contenido de la obra, sobre todo porque “retrata una especie de ‘torre de Babel’, similar a lo que yo viví en la cocina en la que trabajaba”. De hecho, el director llevó la obra a los escenarios teatrales hace más de una década y siempre tuvo la intención de adaptarla al cine.
La decisión del blanco y negro
Una de las preguntas más obvias durante la rueda de prensa fue sobre el uso del blanco y negro, un recurso estilístico que Ruizpalacios ha utilizado en anteriores películas. “Siempre vi esta película en blanco y negro. Desde que comencé a escribirla, lo primero que anoté fue: esta película es en blanco y negro”, explicó. Esta decisión no fue únicamente estética, sino que, según el cineasta, “ayuda a borrar un poco la especificidad temporal. No quería que se supiera si la historia transcurre hoy o hace 20 o 30 años”. Además, el blanco y negro le permitió añadir una capa simbólica: “El blanco y negro enmarca la historia como una especie de fábula, me permite ir más allá del realismo”.
Uno de los momentos más intensos de la película es la escena de caos en la cocina, un crescendo coreografiado que fue arduamente ensayado por el equipo. Ruizpalacios reveló que “nos llevó como una semana y media filmar esa escena”, y comentó que todo el elenco asistió previamente a una escuela de cocina como parte de la preparación para sus roles. “Cada actor aprendió a cocinar lo que hacía su personaje y, por las tardes, improvisábamos”, detalló. Este riguroso proceso permitió que los actores no solo actuaran, sino que también pudieran crear una dinámica auténtica y realista en el set.
Reflexión sobre el racismo y las jerarquías
Uno de los temas fundamentales de “La Cocina” es la crítica a las jerarquías y el racismo. El director explicó cómo el mundo de las cocinas es una representación de una sociedad estratificada, donde las diferencias sociales y raciales se reflejan claramente. “Las cocinas son sociedades muy jerárquicas, y si tienes un poco de jerarquía sobre alguien más, se lo vas a hacer saber”, afirmó. En la película, esto se retrata no solo a través de las interacciones entre los personajes, sino también en el contraste entre quienes están en la cima de la cadena laboral y quienes están en la base.
Al referirse al racismo entre los propios migrantes, Ruizpalacios comentó: “No me interesaba una película donde los blancos fueran los malos y los no blancos fueran los buenos. El mundo no es así, el racismo no tiene raza”. Para el director, este fenómeno es complejo y tiene más que ver con el sistema capitalista y las estructuras de poder que con la mera cuestión racial.
Ruizpalacios describió “La Cocina” como una película que trasciende el realismo, y uno de los elementos visuales que lo destaca es el uso de contrastes de luz, especialmente en la escena de la cámara frigorífica. Al ser preguntado sobre esa escena, el director comentó: “Cuando escribí esa escena, de repente escribí ‘y todo se vuelve azul’, y no sabía realmente por qué. Me gusta cuando no puedo explicar algo, pero me parece que encaja”. Este enfoque intuitivo le permitió crear una atmósfera onírica, que refleja el espacio psicológico de los personajes.
Proyectos internacionales
Ruizpalacios, conocido por su estilo distintivo en películas como “Güeros” y “Museo”, fue cuestionado sobre su salida del escenario mexicano para abordar una historia más internacional. “Mi foco principal en esta película sigue siendo la experiencia de los mexicanos afuera”, aclaró. Aunque “La Cocina” es una historia universal, el director destacó que quiso retratar las vivencias de los migrantes mexicanos que trabajan en cocinas de Estados Unidos y otras grandes ciudades del mundo.
Ruizpalacios concluyó la rueda de prensa agradeciendo al festival por la oportunidad de compartir “La Cocina”, una película que promete seguir el camino de sus predecesoras en cuanto a energía, vitalidad y una narrativa profundamente humana.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.
Portugal destronó a la defensora del título España en la Liga de Naciones europea al imponerse en la tanda de penales (5-3 tras empate 2-2) de un emocionante y tenso derbi ibérico, ayer domingo en la final de Múnich.
Un fallo de Álvaro Morata en el cuarto lanzamiento de la tanda, que adivinó el arquero Diogo Costa, terminó dando el trofeo a la Seleçao, donde Rubén Neves anotó a continuación el definitivo.
Martín Zubimendi (minuto 21) y Mikel Oyarzabal (45’), dos jugadores vascos de la Real Sociedad, se habían adelantado dos veces a España, pero Portugal consiguió nivelar en ambos casos, con tantos de Nuno Mendes (26’) y Cristiano Ronaldo (61’).
Ese último fue sustituido, aparentemente por un problema físico, en el 87’, pero a sus 40 años pudo tener con su gol un papel activo en la conquista del que es su tercer título con la selección absoluta portuguesa, después de la Eurocopa-2016 y la Liga de Naciones de 2019.
En el palmarés de esta joven competición UEFA, Portugal queda en solitario en cabeza con sus dos títulos, por delante de Francia (2021) y España (2023), con uno cada una.
Para los españoles es su segundo revés en tres finales en esta competición, ya que perdieron la de 2021 ante la Francia de Kylian Mbappé, antes de sacarse la espina dos años después contra Croacia.
Pero sobre todo corta la euforia del equipo y le deja sin una triple corona en otros tantos años, después de haber levantado la Nations en 2023 y, sobre todo, la Eurocopa el año pasado.
MBAPPÉ CONSUELA A FRANCIA
Francia se llevó por 2-0 ante la anfitriona Alemania el duelo por el tercer puesto de la Liga de Naciones europea, este domingo en Stuttgart, mitigando así su decepción por la derrota en semifinales frente a España.
Kylian Mbappé (foto) adelantó a los Bleus al borde del descanso (minuto 45) y Michael Olise sentenció en la recta final (84’), con una asistencia precisamente del astro del Real Madrid.
“Siempre he querido ser importante para la selección de Francia. Está bien poder volver a ser decisivo y marcar”, sostuvo Mbappé, que lleva ahora 50 dianas en 90 partidos con los Bleus.
Kylian Mbappé, delantero de Francia. Foto: @UEFAEURO
Los asistentes han portados pancartas con lemas como ‘Democracia sí, mafia no’; ‘Ni mafia ni sanchocracia, queremos democracia’, ‘Unidos por una España mejor’ o ‘Que te vote Gepetto’, entre otros. Foto: Europa Press
Madrid: miles de personas se manifiestan contra el gobierno de Pedro Sánchez
Compartir en redes
Miles de personas abarrotan este domingo la Plaza de España de Madrid con motivo de la concentración que ha convocado el PP contra la “degradación” del gobierno de Pedro Sánchez bajo el lema ‘Mafia o democracia’.
Los asistentes, animados como en otras concentraciones del PP por el DJ Pulpo, han portado banderas y paraguas de España, y solo se han visto algunas banderas aisladas con las siglas del PP, siguiendo así las instrucciones de Alberto Núñez Feijóo de no llevar simbología del Partido Popular para atraer a votantes de otros partidos como PP y Vox.
Feijóo ha estado arropado por los presidentes autonómicos y regionales del Partido Popular, así como por los expresidentes del Gobierno Mariano Rajoy y José María Aznar. Entre el público, también se encontraba el expresidente de la Generalitat Francisco Camps.
Los asistentes han portados pancartas con lemas como ‘Democracia sí, mafia no’; ‘Ni mafia ni sanchocracia, queremos democracia’, ‘Unidos por una España mejor’ o ‘Que te vote Gepetto’, entre otros. Además DJ Pulpo ha animado a los congregados con su música y criticando las “mentiras” del Gobierno de Pedro Sánchez que, según ha dicho, “abochornan a todo el mundo”.
En los últimos días, el líder del PP ha llamado a llenar la Plaza de España de Madrid este 8J apelando a los españoles “hartos de tanta corrupción, infamia y mentira”. “Sánchez sobra, hay que liberar a España de este bochorno”, dijo este sábado en Santander, donde se comprometió a hacer “una limpieza total” de las instituciones si llega a Moncloa.
Sexta manifestación
En los últimos días, el PP ha desplegado su maquinaria para intentar que la manifestación sea un “éxito” y, de hecho, desde los distintos territorios se han fletado autobuses para conseguir una concentración masiva.
La de este domingo es la sexta manifestación que convoca el PP desde que Feijóo llegó a la Presidencia del PP, en abril de 2022. Las anteriores fueron contra la amnistía y en defensa de la igualdad de los españoles y sí que contaron con el respaldo de Vox, si bien los de Santiago Abascal se han desmarcado en esta ocasión y no han enviado a ningún representante por entender que es un acto “partidista”.
El PP ya eligió el mismo escenario de Plaza de España para otra de sus movilizaciones. En concreto, tuvo lugar el 28 de enero de 2024 contra la amnistía y las “cesiones” del Ejecutivo de Pedro Sánchez a los independentistas y entonces congregó a más de 70.000 personas, según informó entonces el partido. Sin embargo, la Delegación del Gobierno rebajó esa cifra a 45.000 personas.
La primera protesta del PP tuvo lugar en la madrileña plaza de Felipe II el 24 de septiembre de 2023. El PP volvió a salir a la calle el 12 de noviembre de ese mismo año al convocar concentraciones contra la amnistía en todas las capitales de provincia de España, siendo la de la Puerta del Sol una de las más multitudinarias.
Los de Feijóo volvieron a protestar el 3 de diciembre de 2023 en el Templo de Debod de Madrid, una movilización que estuvo marcada por la reunión que ese fin de semana celebraron en Suiza el PSOE y Junts con un mediador internacional, el diplomático salvadoreño Francisco Galindo, experto en refugiados.
Apenas dos meses después el PP convocaba una nueva concentración en Plaza de España -el 28 de enero de 2024- y la última tuvo lugar el 26 de mayo de ese mismo año en la Puerta de Alcalá, en plena campaña de las elecciones europeas.
En esta edición del programa “Expresso”, del canal GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe al director de cine argentino Daniel Burman. Foto: Pánfilo Leguizamón
Daniel Burman: “El cine revela las cosas que la sociedad niega”
Compartir en redes
Fotos: Pánfilo Leguizamón
En esta edición del programa “Expresso”, del canal GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe al director de cine argentino Daniel Burman, quien se encuentra de visita en nuestro país por razones de trabajo. Además de algunas de sus producciones y de la función del cine en nuestros tiempos, Burman habla de la construcción de la identidad y de la necesidad de que la sociedad aprenda a sentir como propio el dolor de los otros.
Daniel Burman nació el 29 de agosto de 1973 en Buenos Aires; es conocido por la serie “Iosi, el espía arrepentido” (2022), así como las películas “Esperando al mesías” (2000), “Todas las azafatas van al cielo” (2002), “Derecho de familia” (2006), “El rey del Once” (2016), además de “El abrazo partido” (2004), galardonada con el Gran Premio del Jurado del Festival de Berlín. Otros títulos destacados: “El nido vacío” (2008), “La suerte en tus manos” (2012), “Dos hermanos” (2010), “El misterio de la felicidad” (2013). Su último trabajo es “Transmitzvah” (2024).
–Hay mucho que hablar de cine, pero mi primera pregunta es bien provinciana. ¿Qué le trae por el pueblo, don Daniel?
–Un montón de cosas. Es muy curioso. A veces en mi actividad ocurre que hay algo que va más allá de lo racional y hay una alineación de proyectos que te empiezan a llevar a todos lados. Ahora hay tres proyectos muy importantes en diferentes etapas que me empezaron a traer para Paraguay. Todo empezó con Andrés Gelós, que es un gran amigo y colega y colaborador que me viene hablando de Paraguay hace muchos años. Yo no conocía a Asunción, es increíble, estando a una hora y media. Entre paréntesis, es impresionante el desconocimiento que tenemos de un país hermano, vecino, que cuando entré a Asunción no tenía nada que ver con el prejuicio o el preconcepto. Me quedé muy sorprendido de lo que tiene que ver con el sector audiovisual del enorme potencial, el enorme presente también, porque el potencial siempre habla como de algo por venir. Lo que está sucediendo con el audiovisual en Paraguay y las posibilidades que se están abriendo en esta coyuntura son increíbles.
–Este vaticinio de que la pandemia en algunos aspectos era un punto de inflexión en nuestra manera de ver, de reflexionar las historias, ¿sucedió?
–No, no sucedió, no va a suceder y tiene todo el sentido porque uno de los mecanismos más comunes que tenemos todos y más activos, más presentes, una de las mayores herramientas de su providencia es la negación. Vivimos en estado de negación permanente, primero negamos quiénes somos todo el tiempo y también ni hablar de las situaciones externas que la vivimos negando. Entonces era de esperar que neguemos la pandemia, el efecto traumático y, sobre todo, neguemos lo que nos reveló sobre nosotros mismos, sobre nuestra vulnerabilidad, sobre su fragilidad y tiene un sentido. No juzgo ese mecanismo. La supervivencia incluso en condiciones óptimas de alimentación y sanitarias es muy compleja por la propia crisis existencial de estar, con lo cual entiendo que hayamos tirado en un abismo todo aquello que aprendimos en esos tiempos tan dramáticos.
IDENTIDAD POLIFACÉTICA
–Estaba reflexionando de que Argentina debe ser de los cines, después de Hollywood probablemente, obviamente Israel supongo, que más incurren en la temática judía.
–Tiene que ver con que hay una comunidad judía muy grande y también una diferencia con las demás comunidades judías. La dicotomía identitaria no ha existido en gran parte de la comunidad. Yo siempre he sido judío y argentino al mismo tiempo y nunca me puse a preguntar cuánto había de cada uno, no hay ninguna dialéctica digamos porque también creo personalmente que la identidad es absolutamente polifacética y soy judío y soy padre y soy hijo y soy argentino y soy una persona de cuentitos y soy un montón de cosas y no soy nada al mismo tiempo. Soy la persona que busca saber quién es como cualquiera de nosotros. Creo que tiene que ver con eso, que también no nos tuvimos que aferrar a esa identidad de una manera reactiva. Encima viniendo del país que sufrió los atentados terroristas más cruentos contra la comunidad judía fuera de Israel.
–Quiero detenerme en “Iosi”, una de las series más vistas acá en Paraguay. Fue un episodio muy fuerte a partir de toda esa fortaleza que tuvo unos años de incertidumbre al respecto de si se hacía justicia o no se hacía justicia, ¿no?
–Sí, no se hizo justicia finalmente. Y creo que también lo que quise reflejar, o sea, la sociedad argentina se anestesió ante la falta de justicia y que la impunidad formó parte de la identidad colectiva. Es algo tremendo. Pero me parece importante que la impunidad no es responsabilidad de un político o de una época política, es de una época de la sociedad en la cual la gente estaba anestesiada y admitía que la impunidad era un activo social con el cual se podía vivir y muy bien.
–Que tiene un pariente, que es el miedo.
–Ojalá fuera el miedo. Yo creo que es más la desidia, porque básicamente nadie soporta la impunidad respecto a uno mismo. Las víctimas nunca soportan la impunidad, esto está claro. El chiste es que la sociedad que no es directamente influenciada por un hecho lo sienta como propio. A mí me fascina el concepto de Spinoza sobre la escala del amor y la generosidad. Uno puede amar a cualquiera pero la generosidad es actuar como si uno amara al otro. Esto es lo mismo, que la sociedad actúe como si hubiera sido lesionada ella misma y cuando eso se desarticula puede existir la impunidad. Entonces básicamente hablamos de un cierto quiebre en el contrato social, de cierta dilución de una empatía.
VERDADES OCULTAS
–¿Te parece que el cine sigue reivindicando el lugar de la verdad?
–Una de las misiones del cine, porque cristaliza de manera física y evidencia ciertas verdades o a contrario sensu, que es más fácil porque darle un lugar de portador de verdad es un poco riesgoso, evidencia estos momentos de impunidad, estos momentos de la verdad que es mirada o atacada, que no es lo mismo que ser un lugar de definición de verdades. Yo en “Iosi” no digo “el atentado lo hizo tal persona”, porque la Justicia es la que tiene que hacer eso. Yo lo que digo es que durante 30 años se construyó una conspiración de actores muy diferentes de la sociedad, todos alineados de manera sincronizada para garantizar un pacto de impunidad. Hay una verdad que no conocemos y el cine puede develarnos las verdades ocultas.
–¿Cuándo fue la vez en tu vida, para hablar de tu historia personal, que dijiste “yo quiero hacer cine”?
–No existió ese momento y es bastante decepcionante cuando me preguntan eso, porque yo quería ser escritor. Yo tengo una fascinación por la literatura, me encantaba escribir y todavía la verdad que escribo y siempre digo a mis hijos “cuando sea grande me dedicaré a ser escritor” y me miran y me dicen “cuánto falta para eso” (risas). Escribía, pero en cierto momento sentí que tenía que transformarlo en un ambiente para contarle algo a alguien. Tengo el recuerdo de esperar que mi madre llegue del trabajo para contarle algo, la fascinación de contar algo. Y tomé cine como un instrumento, que podría haber sido cualquier otro. Nunca tuve una fascinación por el dispositivo cinematográfico y de hecho hoy no la tengo. Tengo una relación totalmente instrumental. No hay nada que me aburre más que hablar de una cámara. Cuando viene el fotógrafo y me dice ¿salió tal lente? Ni me cuentes. Mi relación con el cine es instrumental y de puente.
Daniel Burman, director de cine. Foto: Pánfilo Leguizamón
LA FIGURA DEL HÉROE
–Quiero continuar con tu obra y quedarme en “El abrazo partido”, porque además es un juego de palabras muy bonito.
–“El abrazo partido” me dio muchísimas satisfacciones y me cambió la vida. Fue la película donde dije “soy algo así como un director de cine”. Siempre parto de un dilema moral irresoluble. Yo cuando era chico vivía en el barrio judío de Once de Buenos Aires y había escuchado una historia que nunca se termina de saber si fue verdadero, pero me inspiró la película de que en la época de la guerra de los Seis Días hubo muchos judíos argentinos que dijeron “vamos a luchar por Israel” y en esa época se tardaba en llegar. Muchos llegaron después del sexto día y la guerra ya había terminado. Y alguno dijo “bueno, me quedo” y dejó una familia con un local. A mí esos dilemas de ir a luchar por un ideal dejando una familia, la idea de ir a salvar al mundo, pero abandonar tu responsabilidad más próxima, siempre desconfié. Siempre desconfié mucho de los héroes porque para mí son gente que se escapó de la casa, que no quiere asumir o que prefiere ir a salvar las ballenas en Australia en lugar de cuidar a su hijo de cuatro años y explicarle ciertas cuestiones existenciales.
–¿Qué cosas está mirando el cine?, ¿qué profecías está haciendo te parece?
–Yo creo que el cine no hace profecías. Yo creo que mucha gente que hace cine tenemos una conexión con nuestro tiempo. Entonces, no somos proféticos, sino revelamos cosas que la sociedad niega. Niega por el frenesí, por la falta de debate, por la agenda. Normalmente cuando uno va a promocionar una película, lo que te sucede hoy día es que la mayoría cuando vas a un programa de televisión te dice “la agenda de hoy es muy política, la agenda es otra cosa”. Yo creo que somos nuestra agenda. Estoy bien convencido de que somos qué hago hoy, somos eso y cómo tratamos al otro en ese eso y nada más.
EXPERIENCIA SOCIAL
–Dentro de unos años tendremos personas que pudieron no haber ido al cine, pero igual haber visto todas las películas del mundo. ¿Cómo te llevás con esos cambios?
–Tengo contradicciones al respecto. Por un lado, la idea de la masividad y la posibilidad de cuando pongo una serie y que pueden verla en cualquier parte del mundo y toda la penetración que tiene y el acceso que tiene porque sigue siendo un lujo burgués finalmente, pero tiene un acceso muy grande. Pero yo recuerdo que cuando estrenaba una película, mi mayor placer era salir y ver la gente llegando al cine. Había un momento de su vida que giraba en torno a ese evento y todo lo que significaba y que ahora todo se pueda hacer desde la cama comiendo una pizza. No es que me afecta a mí, me da pena que nos estemos perdiendo todo eso, porque en ese circular había un contacto humano, una circulación.
–Es como que se perdió el templo, ¿no?
–Se perdió el templo, pero lo mío no es la cuestión romántica, sino que nos perdimos una experiencia social que para eso nació, de a quiénes tengo al lado, que me encuentro con alguien, el tránsito con el otro, que lo vamos perdiendo. A mí eso me da pena, pero no por el cine en sí mismo, sino por la pérdida social, porque se van perdiendo y eliminando momentos de contacto humano, de contacto real.
HERMANDAD ESTÉTICA
–¿Te parece que hay un cine regional identificable como un corpus o hay experiencias aisladas?
–Yo siempre desconfío un poco del cine del hermano latinoamericano. Me parece que nunca terminé de entender por qué no podemos ser unidos, cercanos, colaborativos desde nuestra singularidad. Me parece que también es una pose totalmente innecesaria y es una retórica que el goce está en un supuesto sentimiento de hermandad estética o narrativa que no hay. Lo hubo en la literatura en cierto momento. Desde afuera nos miran como latinos, pero ¿nos tenemos que sumar a esa mirada? ¿O tenemos que reivindicar nuestra singularidad y tener una mirada más pragmática de colaboración entre los países para hacernos más fuertes en todas las cinematografías, generar hub de producción?
El director de cine, Daniel Burman. Foto: Pánfilo Leguizamón
–¿Cómo está el cine argentino?, que siempre fue productivo.
–Creo que está en el momento más delicado de su historia. La interrupción del fomento público generó una crisis muy grande. El cine argentino hoy día se sostiene básicamente por el aporte de las plataformas y me gusta. Prefiero pensar que de alguna manera el sistema de fomento público de alguna manera se va a reinventar para lograr que personas como yo, que hemos sido hijos de la educación pública y hemos contado con apoyo, después podamos crear como yo compañías de producción independiente, pero el aporte público es el puntapié. Hay que entender que una cinematografía es mucho más que lafacturaciónoel valor agregado que genera porque tiene un enorme impacto cultural y sobre otras industrias.
–Hay una especie de desvalorización de lo público también, ¿no?
–Latinoamérica es un continente, y ahí sí estamos hermanados, con abismales asimetrías irresolubles por el mercado. Esto no es una posición ni ideológica ni política, es absolutamente descriptiva. Hay comunidades, hay espacios, hay territorios, que además de las cuestiones de asimetrías históricas, están bajo riesgo por cuestiones climáticas. Ahí la sociedad, más que el Estado, puede tener una decisión de si como humanos tenemos una empatía y queremos entre todos ayudarnos. Es una cuestión humanística y no política.
El espíritu de Ana Ivanova brilló en el Congreso Nacional
Compartir en redes
Fotos: Gentileza
La fallecida artista recibió una distinción póstuma como maestra del arte por el Centro Cultural de la República El Cabildo. La iniciativa empezó como una petición virtual de la comunidad cultural y tuvo eco en las autoridades del Congreso Nacional.
El pasado miércoles 4 de junio, en sesión extraordinaria, la Cámara de Senadores rindió un sentido homenaje póstumo a la actriz y gestora cultural Ana Ivanova Villagra Lovera, quien fuera distinguida con el máximo galardón otorgado por el Congreso Nacional a través de su Centro Cultural de la República El Cabildo: el título de maestra del arte, en este caso en la categoría Teatro.
La distinción fue entregada a su madre, la profesora Delia Lovera, quien estuvo acompañada de familiares, colegas, artistas y amigos que colmaron el recinto parlamentario. Ana Ivanova falleció en marzo pasado, a los 51 años, dejando una huella indeleble en las artes escénicas y en el alma de un pueblo que la reconoció como una voz sensible y potente.
“Ana nos deja un legado invaluable en el teatro y en el cine. Su talento y compromiso marcaron huellas profundas en las artes escénicas y audiovisuales del país”, expresó el senador Basilio Núñez, presidente de la Cámara Alta, al iniciar la sesión.
Visiblemente conmovida, Delia Lovera, madre de Ana Ivanova, agradeció el reconocimiento a su hija y pidió más apoyo para los artistas
CLAMOR POPULAR
La iniciativa del reconocimiento fue impulsada por el CCR El Cabildo, bajo la dirección de Aníbal Saucedo Rodas, quien junto con los senadores Núñez y Rafael Filizzola hizo entrega del galardón a la familia.
“Nos hacemos eco de un clamor popular que pide reconocer a esta descollante artista, así sea en forma póstuma, considerando su temprana partida”, comentó el director general del CCR El Cabildo.
A lo largo de la sesión, varios legisladores tomaron la palabra, entre emociones y reflexiones, para honrar la figura de Ana Ivanova, cuyo arte trascendió fronteras físicas, sociales y espirituales.
DESCENTRALIZAR EL ARTE
El senador Filizzola destacó la profunda convicción de Ana Ivanova en llevar el arte más allá de la capital del país.
“Devota de los espacios alternativos, Ana fue en busca de belleza y sensibilidad donde antes solo hubo escombros. Su calidad humana, su legado artístico y su compromiso ético con la sociedad transitan en un mismo nivel. Para ella, el arte no era para las élites: era una herramienta de transformación, libre, valiente y comprometida”, afirmó.
Filizzola también lanzó una crítica al escaso apoyo institucional al arte: “Qué poco hacemos por el audiovisual, por el teatro, por nuestros artistas. Ana forjó su trayectoria con muy poco del Estado y mucho de sí misma. El mejor homenaje que podemos hacerle es garantizar apoyo real a quienes, como ella, dedican su vida a la cultura”.
SEGURO SOCIAL
La senadora Blanca Ovelar subrayó los múltiples méritos de la homenajeada y felicitó la iniciativa de El Cabildo.
“Ana fue actriz de teatro, de cine, de televisión. Maestra de las artes escénicas, personalidad subyugante e inspiradora. Su talento cruzó fronteras. Era digna de Hollywood, pero aún más, era orgullo nuestro. Las artes escénicas y la sociedad han perdido a una figura brillante, fulgurante. Este homenaje es justo y profundamente merecido”.
Ovelar también hizo hincapié en la necesidad de un sistema de protección para los artistas. “No tienen seguridad social, no tienen seguro médico. Necesitamos pensar en cómo cuidamos y dignificamos a quienes dan tanto a nuestra identidad y proyección cultural”, remarcó.
HUELLAS DE UNA VIDA
La senadora Celeste Amarilla se reconoció admiradora de Ana Ivanova. “No la conocí personalmente, pero fui testigo de su talento. Multifacética, hermosa, brillante. Hizo cine, teatro, televisión, enseñó, formó, bailó, cantó. Nos hizo felices. Su paso por la vida no fue en vano”, expresó.
También el senador Ever Villalba compartió su testimonio personal: “La conocí en Pilar, cuando estudiaba contabilidad. Era motivadora, sensible, amante del arte, del deporte, de los libros. Deja una marca profunda en quienes la conocimos”.
A su turno, la senadora Lizarella Valiente, quien compartió escena con la homenajeada en la telenovela “Santa cumbia”, habló desde el cariño personal: “Con su don de gente nos hacía sentir seguros, con su humildad nos inspiraba a creer que todo era posible. Eso es lo que queda: la luz de un ser humano que honró su paso por esta vida con humildad, generosidad y grandeza”.
Valiente aprovechó la ocasión para exigir la implementación efectiva de la Ley N.º 4199/2010, que establece un seguro social para artistas y trabajadores culturales. “Los actores merecen dignidad antes, durante y después de su carrera artística. El Estado tiene una deuda pendiente con ellos”, reclamó.
REIVINDICACIÓN
El senador Eduardo Nakayama cerró la ronda de oradores con una reflexión necesaria: “Este homenaje reivindica no solo el arte de Ana, sino el arte paraguayo en su conjunto. No olvidamos que en 2018 el Senado no supo reconocer su talento cuando ‘Las herederas’ fue premiada en el exterior.
Hoy, con justicia, reivindicamos su nombre como símbolo de lucha, entrega y amor por lo nuestro”.
Visiblemente conmovida, Delia Lovera, madre de Ana Ivanova, reaccionó con emoción. “No puedo más que agradecer las palabras con las que recordaron a mi hija”, expresó y también enfatizó en la necesidad de un mayor apoyo para los artistas.
El acto concluyó con la interpretación, a cargo de la Orquesta Sinfónica del Congreso Nacional, de la pieza musical “El jardín de Ana”, compuesta por su amigo Alejandro Ledesma Juvinel, en plena pandemia, en junio de 2020, y dedicada en vida a la artista.
La obra fue instrumentada especialmente para la ocasión por Fátima Abramo. Los acordes, cargados de ternura, belleza y memoria, envolvieron el recinto con la esencia luminosa de Ana Ivanova.