• Basilea, Suiza. AFP.

El popular concurso de la canción de Eurovisión empezó el pasado martes con una primera semifinal repleta de pirotecnia, color y variedad musical, con baladas portuguesas con guitarra y estruendoso tecno belga. Quince países se disputaron en el moderno recinto St. Jakobshalle Arena de Basilea (Suiza) diez puestos en la gran final del sábado de este certamen que atrae a entre 160 y 200 millones de telespectadores.

Fue precisamente la audiencia televisiva la que determinó con sus votaciones el pase a la final de las canciones de Albania, Estonia, Islandia, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, San Marino, Suecia y Ucrania. El trío cómico KAJ, que representa a Suecia a pesar de su origen finlandés, destaca en las casas de apuestas como favorito gracias a su “Bara Bada Bastu”, un tema sobre las satisfacciones de tener una sauna.

“La gente de Eurovisión nos ha dado todo su amor y apoyo y podíamos escucharlos cantar. Fue absolutamente todo con lo que puedes soñar”, dijo uno de sus integrantes, Kevin Holmstrom. También de tono ligero es “Espresso macchiato” del estonio Tommy Cash, un homenaje con acento italiano al café, otra de las favoritas junto a la neerlandesa “C’est la vie” de Claude.

La gran decepción llegó con el cantante belga Red Sebastian y su tema “Strobe Lights”, que quedó eliminado en las votaciones, aunque figuraba como tercer favorito en las casas de apuestas. Para colmo, el artista celebraba ayer martes su 26º cumpleaños. “Nos robaron”, decía incrédulo y enfadado Ruben Verdonck, un aficionado con la bandera belga colgando de sus hombros. “No lo entiendo”, agregó.

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Céline Dion en remoto

En la fiesta del kitsch y la brillantina, el espectáculo comenzó con trompas y cantos suizos, acompañados por bailarines con vestidos tradicionales. Después se sucedieron sobre el escenario los hermanos islandeses de Vaeb con sus vestidos plateados y gafas de sol, la energética actuación gótica de la polaca Justyna Steczkowska, que ya participó en Eurovisión hace 30 años, o el dramatismo de la canción eslovena.

Klemen, su representante, subió al escenario con su esposa para interpretar “How much time do we have left” (Cuánto tiempo nos queda), escrita después de que a ella le diagnosticaran cáncer. Después de la segunda semifinal del jueves, 26 países participarán en la esperada final del sábado, que suele reunir a entre 160 y 200 millones de espectadores ante la televisión.

Suiza, como país ganador del año pasado gracias a Nemo, y Alemania, España, Francia, Italia y Reino Unido como principales contribuidores al certamen organizado por la Unión Europea de Radiodifusión. La última vez que Suiza acogió el festival fue en 1989, un año después de la victoria de la canadiense Celine Dion en representación del país helvético. Ese logro ayudó a pavimentar el camino al estrellato de la cantante.

“Me gustaría más que nada estar con vosotros en Basilea ahora mismo”, dijo Dion en un mensaje de video difundido durante la primera semifinal. “La música nos une, no solo esta noche, no solo en este bonito momento. Es nuestra fortaleza, nuestro apoyo y nuestra compañía en tiempos de necesidad”, afirmó la cantante de “My heart will go on”. A pesar de su frágil estado de salud, se especula con la posibilidad de una aparición sorpresa de la estrella en la gala del sábado. Preguntado al respecto, un portavoz del certamen dijo a la AFP: “Estamos todavía en estrecho contacto con ella”.

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