Nueva York, AFP.
Beyoncé lleva casi tres décadas en el mundo del espectáculo, en el que ha sido líder de un grupo de chicas, emperatriz del pop, actriz de Hollywood y empresaria de éxito. Pero pese a que recorrió un largo camino fuera de casa, la megaestrella criada en Houston (Texas, sur) siempre ha mantenido el sombrero vaquero cerca: “Bey” siempre fue country. Y ahora lo está demostrando.
“Cowboy carter”, la segunda entrega de su proyecto “Renaissance”, salió a la venta el viernes. Desde las armonías vocales de Destiny’s Child hasta su exitoso “Daddy Lessons”, de 2016, Beyoncé lleva mucho tiempo rindiendo homenaje a su herencia sureña, incorporando influencias country a su música y su estilo visual.
Criada en Texas por una madre originaria de Luisiana y un padre de Alabama, la cantante –que suele dictar normas en materia de marketing musical– homenajea estas raíces en su nuevo proyecto.
Sus dos primeros sencillos, “Texas Hold ‘Em” y “16 Carriages”, lanzados durante el Super Bowl de febrero, han liderado las listas de éxitos. Pero su popularidad e influencia –es la artista con más premios Grammy (32)– ha chocado de frente con las barreras de la música country, dominada principalmente por artistas blancos y hombres, que durante mucho tiempo han dictado los límites del género.