Los ejemplos de superación siempre son una muestra de cómo se puede salir adelante a pesar de todo pronóstico en contra y más todavía en tiempo de crisis como el que trajo la pandemia del COVID-19. Pero también son una muestra de resiliencia, perseverancia y de que la esperanza es lo último que se pierde.

En otra edición más de este espacio, La Nación conoció a don Pablino, un padre de familia, luchador, oriundo de la comunidad de Cerro Morado, del distrito de San Lázaro, zona de influencia de la empresa Cementera Concepción (Cecon), una industria instalada por el Grupo Cartes en el 2019 y que trajo consigo una transformación social y económica sin precedentes.

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Don Pablino es uno de los tantos pobladores del lugar que, antes de la llegada de la firma, vivía en total precariedad debido a la ausencia total del Estado, pero que ahora, gracias al fruto de su trabajo y perseverancia, además de la ayuda que significó la instalación de Cecon, dio un giro enorme de calidad de vida para su familia y él.

Se trata de don Pablino Tandi Delgado, de 59 años de edad, poblador de la comunidad de Cerro Morado, donde está asentada hace tiempo una comunidad en situación de vulnerabilidad por la ausencia total del Estado y falta de oportunidades para progresar. Antes de la llegada de la empresa, los pobladores no tenían siquiera acceso a los servicios básicos y mucho menos a fuentes de trabajo estable.

Don Pablino vivía en condiciones muy precarias. En una pequeña casa de madera, sin luz ni agua. Foto: Gentileza.

En el caso particular de don Pablino, según pudo entrevistarlo esta redacción, antes tenían que fabricar –literalmente– sus alimentos para el pan diario. Vivían en condiciones muy precarias; en una pequeña casita de madera de karanda’y, sin luz ni agua. Como actividad para ganarse la vida se dedicaba a la caza y pesca. Cuando no lograba sacar algunos peces del río Paraguay, tenían que adentrarse en el monte para ver qué podían encontrar. A veces encontraban mucho, a veces nada, y el hambre en casa lo esperaba.

Padre de familia con 5 hijos, el mayor de 16 años y el menor de ellos tiene 9. Don Pablino tenía que realizar todos los días la misma odisea con la responsabilidad de traer comida a casa. Llegada la noche, tenían que iluminarse con la luz de las velas o de algún otro fogón que pudieran hacer. Todo esto en pleno siglo 21, en una zona que el Estado paraguayo olvidó completamente.

Para tomar agua o lavar sus vestimentas, debían caminar hasta orillas del río Paraguay, el cual era la única fuente del vital líquido para los pobladores del lugar.

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En el 2019, Cementera Concepción (Cecon), de la mano del Grupo Cartes, se asomó en esta área y sus encargados se encontraron perplejos por cómo encontraron a esta comunidad viviendo en las mencionadas condiciones. Ahora, al mes de julio del 2021, todo eso cambió radicalmente, gracias al impacto que generó la instalación de esta industria y la transformación social y económica que logró en tan poco tiempo.

Don Pablino comentó que entró primero a trabajar como limpiador en la empresa, para luego de unos meses pasar al sector de báscula, donde se realiza el pesaje de los materiales que se fabrican. Fue así progresando hasta hoy en día, a dos años de su ingreso, ser encargado de depósito donde se encarga de administrar todas las herramientas y demás insumos fundamentales para la industria.

Don Pablino señaló que diariamente se despierta a las 4:00 de la mañana para comenzar su día. Foto: Gentileza.

Tiene casa nueva con luz y agua

También gracias a la obtención de un sueldo fijo y estable, don Pablino pudo ser beneficiado con un préstamo y lograr así erigir, totalmente desde cero, una vivienda acorde a la actualidad. Tiene una casa hecha de material y con algunas comodidades que va agregando a medida que pasan los meses. Además, la llegada de la empresa significó la instalación de tendidos eléctricos para la provisión de luz. Cecon también se encargó de construir una planta de tratamiento para hacer llegar agua a todos los hogares de las familias ubicadas en la zona.

“Yo estoy demasiado feliz desde que se instaló la empresa, porque antes pasábamos muy mal en estos lugares. No teníamos ni galleta. Nos alimentábamos con base en maíz y las gallinas. Teníamos que fabricar nuestro almuerzo. Molinábamos la caña de azúcar y con eso hacíamos para el cocido. Pero ahora, gracias a Dios y a la empresa, comemos mucho mejor. De repente nos damos el lujo de comer alguna hamburguesa y los chicos, toman yogurt”, comentó.

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Antes de la llegada de Cecon, don Pablino vivía en total precariedad debido a la ausencia total del Estado. Foto: Gentileza.

Además, el salto que pegó la comunidad no solo fue en cuanto a lo económico, sino también en lo social. Los niños empezaron a ir a la escuela y hasta incluso, don Pablino, quien para entonces nunca había pisado un colegio, logró aprender a leer y escribir. Él nos manifestó que con sacrificio y perseverancia siempre se puede conseguir algo mejor, incluso en tiempos de crisis.

Don Pablino señaló que diariamente se despierta a las 4:00 de la mañana para comenzar su día. Sin importar el tiempo, si llueve, o si hace calor o frío, él se levanta para cocinar el desayuno para sus hijos y luego sale en dirección a la empresa. Don Pablino expresó que está muy feliz por como vive ahora: tiene salario fijo, seguro social del Instituto de Previsión Social (IPS), vacaciones legales y hasta el aguinaldo correspondiente. Indicó que toda esta evolución le hizo pensar “más arriba”, como afirmó: ahora su sueño es comprarse un vehículo para su traslado diario.

“Ejemplo de evolución”

A su vez, José Chávez, coordinador de Cecon, declaró que don Pablino es un ejemplo para muchos de los compañeros de la empresa. “Solamente con ver lo que era antes el entorno donde vive y cómo es ahora, uno se da cuenta del progreso. Tenía una casa de madera y ahora, gracias a un préstamo, tiene una vivienda con ciertas comodidades. Él comenzó desde cero. Yo cuando llegué acá en el 2019 me transporté al pasado y a la historia. Ahora, gracias a Cecon, están progresando y cambiando la cultura de esta gente”, dijo.

Más que un ejemplo de superación, Chávez quiso denominarlo un ejemplo de evolución, por el giro de calidad que tuvo su vida que, de estar en la precariedad, pasó hoy a estar en un nivel más acorde a la actualidad.

Don Pablino Tandi y José Chávez, coordinador de Cecon. Foto: Gentileza.

Contribución

Al estar ubicado en el distrito de San Lázaro, vecino a las poblaciones de Morado y Tres Cerros, Cecon se constituye en un motor de desarrollo para las comunidades, creando puestos de trabajo, capacitando a la mano de obra local y además proveyendo de agua potable a la población y contribuyendo a mejorar el sistema educativo de la zona.

Cecon a la fecha en forma directa, y a través de empresas contratadas, genera ya más de 1.000 empleos, mejorando sustancialmente la calidad de vida en las áreas circundantes.

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