En el anhelo de amar suele haber frustraciones y desánimos. De hecho, la mayoría atraviesa por ciertos altibajos y un importante proceso que, incluso, lleva a perder las esperanzas de encontrar a la persona correcta. Por eso, desde la psicología analizaron si el amor se debe buscar o dejarnos encontrar.
Aunque existen varias teorías respecto al amor, y en la actualidad podría ser un desafío difícil de alcanzar para muchos. Según los especialistas de la salud mental, en primer lugar, es importante aprender de las experiencias pasadas, tomar con seriedad el aprendizaje y ser consciente que el pasado no condiciona, ya que también hay muchos mitos sociales que limitan el amar y promueven el tomar las relaciones sentimentales con poca seriedad y sin compromiso.
Para la psicología, no existe un hilo rojo, un alma gemela o una media naranja, todos somos seres completos que nos relacionamos con otros para compartir sueños, proyectos y amor. A veces, podemos coincidir con la persona que nos gusta y otras veces no, pero no es conveniente obsesionarnos con gustarle al otro o con generar interés sí o sí en esa persona, porque el verdadero amor nunca se alcanza obligando al otro a algo que no siente.
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Amar y dejarse amar
Es importante tener la suficiente madurez como para aceptar las posibilidades, ya que muchas personas con tal de ser aceptadas o amadas por otros cambian sus gustos, amistades y forma de ser. De acuerdo a los expertos, esto no ayuda a encontrar amor, porque quien te quiera de esta manera, solo va a querer a la máscara que estás usando, siendo que la sinceridad es muy importante para lograr establecer una relación amorosa duradera.
El amor no depende del destino o del azar, sino de dos personas que apuestan por lo mismo, dicen los especialistas. Este sentimiento te encuentra, pero siempre y cuando no estés en encierro, por lo que es importante salir, tener vida social y hacer amigos para conocer a las personas con las cuales podés vincularte. Encontrar el amor también significa estar dispuesto a dejarse amar.
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¿Cómo es el papá que necesitan los adolescentes de hoy?
En la compleja etapa de la adolescencia, la figura paterna sigue siendo un pilar fundamental para el desarrollo de los jóvenes. En un mundo cada vez más convulsionado, el rol del papá en la familia es sustancial en la tarea de orientar, establecer límites y construir seguridad en los chicos.
- Por Gloria Ocampos-Prieto
- gloria.ocampos@nacionmedia.com
“Más allá de la idea tradicional, el papá de hoy en día necesita encarnar una serie de rasgos esenciales que permitan a los adolescentes navegar con éxito los desafíos de su crecimiento y de la sociedad actual”, dice el psicólogo Raúl Manuel Nieto, terapeuta familiar al hablar con La Nación del Finde sobre los rasgos del padre 2025.
Remarca que si bien la presencia de ambos padres es vital en la crianza de los niños y el desarrollo de los jóvenes, la función específica del padre adquiere una relevancia particular en la orientación, el establecimiento de límites y la construcción de la seguridad personal.
“La adolescencia es una etapa de grandes cambios y desafíos, donde los jóvenes buscan entenderse a sí mismos y su lugar en el mundo”, expresa y destaca que en una encuesta a adolescentes paraguayos sobre el tipo de papá que necesitan hoy, la nube de palabras resultante (imagen) muestra una combinación de características emocionales y de apoyo, reflejando las necesidades propias de esta etapa.
Las palabras más grandes y frecuentes (en ese orden decreciendo el tamaño) en la nube son: comprensivo, apoyo, presente, confianza, escucha, amigo, respeto, guía, cariñoso y tiempo.
“Un papá comprensivo es fundamental porque implica no solo escuchar, sino también intentar entender sus perspectivas, emociones y decisiones, incluso cuando difieren de las propias”, señala. “Esta comprensión genera un ambiente de confianza y apoyo, permitiendo que el adolescente se sienta validado y con la libertad de expresarse y buscar guía”, añade.
El especialista explica que las demás palabras, como “apoyo”, “presente”, “escucha” y “confianza”, si bien son cruciales, a menudo emanan de la base de la comprensión. “Un papá que comprende es inherentemente un papá que apoya, que escucha y que está presente de manera significativa”, apunta.
RASGOS CLAVE DEL PAPÁ 2025
El licenciado Nieto entiende que el papá de 2025 para un adolescente es aquel que combina afecto con autoridad, escucha con orientación, y apoyo con el fomento de la independencia. “Es una figura que está presente, que guía, que establece límites razonables y que, por encima de todo, contribuye a que su hijo o hija se sienta seguro y preparado para enfrentar el mundo”, subraya.
A continuación, el profesional desglosa los siete rasgos clave del papá que los adolescentes de hoy necesitan:
1- LA PRESENCIA ACTIVA Y DISPONIBILIDAD
“Los adolescentes necesitan un padre que esté presente no solo físicamente, sino emocionalmente. Esto significa dedicar tiempo de calidad, escuchar activamente sus inquietudes sin criticar y estar disponible para conversaciones significativas, incluso cuando parezcan reacios a iniciarlas. La disponibilidad no implica resolver todos sus problemas, sino estar ahí para apoyarlos en el proceso”, explica.
2- COMUNICACIÓN ABIERTA Y EMPÁTICA
Nieto aconseja fomentar un ambiente donde el adolescente se sienta seguro para expresar sus pensamientos y sentimientos. “El papá de 2025 debe practicar la empatía, tratando de entender la perspectiva de su hijo o hija, incluso si no la comparte. Esto implica hacer preguntas abiertas, validar sus emociones y evitar minimizarlas”, dice.
3- ESTABLECIMIENTO DE LÍMITES CLAROS Y COHERENTES
La adolescencia es una etapa de exploración, pero también de la necesidad de estructura y seguridad. El padre juega un rol fundamental en la definición de límites claros, justos y coherentes. “Estos límites no deben ser punitivos, sino estar diseñados para proteger al adolescente y enseñarle responsabilidad. La coherencia en la aplicación de las reglas es tan importante como las reglas mismas”, enfatiza Nieto.
4- FOMENTO DE LA AUTONOMÍA Y LA RESPONSABILIDAD
El psicólogo apunta que si bien los límites son importantes, también lo es la promoción gradual de la independencia. “El padre debe alentar al adolescente a tomar decisiones, asumir responsabilidades por sus acciones y aprender de sus errores. Esto implica darles espacio para explorar y crecer, incluso si eso significa permitirles cometer pequeños errores controlados”, resalta.
5- MODELO DE RESILIENCIA Y ADAPTABILIDAD
El mundo cambia rápidamente, y los adolescentes necesitan ver en sus padres un ejemplo de cómo enfrentar los desafíos y adaptarse a nuevas situaciones. “Un padre que demuestra resiliencia frente a la adversidad, que aprende de sus experiencias y que es capaz de ajustar sus planes, ofrece una lección valiosa para sus hijos”, expone.
6- GUÍA PARA LIDIAR CON LA SOCIEDAD
El padre cumple una función esencial en ayudar a los adolescentes a entender y navegar las complejidades del mundo exterior. Esto incluye conversaciones sobre valores, ética, relaciones sociales, el uso responsable de la tecnología y cómo discernir información. “El papá de 2025 debe ser un mentor que ofrece perspectivas y herramientas para interactuar de manera constructiva con la sociedad”, sostiene.
7- FUNDAMENTO DE SEGURIDAD PERSONAL
La figura paterna contribuye significativamente a la autoestima y la confianza del adolescente. “Un padre que valida los logros de su hijo, que lo apoya en sus intereses y que le transmite un sentido de valía incondicional, construye una base sólida de seguridad personal que lo acompañará durante toda su vida”, concluye el psicólogo a quien se lo puede contactar en raulnietopsi@gmail.com
Instagram: @raulnietopy; Facebook: @raulmanuel. nieto.1, y YouTube: @Raulmanuelnieto
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El amor según la Biblia
Una de las porciones más maravillosas de toda la Biblia está ubicada en el libro de 1 Corintios 13:1-13 y está dedicada al amor. Fue escrita por el apóstol Pablo inspirado por el Espíritu Santo.
En el contexto de este párrafo, titulado en la Versión Reina Valera (1960) como la “Preeminencia del amor”, el apóstol habla de los dones que Dios puso en el ser humano para edificación de los creyentes y la ayuda mutua entre las cuales están el don de ayuda, el don de sanidad, de ciencia, de profecía, el don de enseñar, el don de hacer milagros, el de liderar, etc.
Y destaca la importancia de cada uno de esos dones, pero al final destaca el don más importante de todos y que sobrepasa por lejos a todas las demás: el don del amor.
Dice que Dios da dones según su voluntad a quien el quiera dar y por eso algunos tienen un don pero no todos tienen el mismo don y que así funcionarían todos como un cuerpo humano donde, con muchos miembros, trabajan coordinadamente para beneficio de todos, pero ese don tan grande y sublime si podrían, y deberían, tenerlos todos.
Arranca diciendo en el verso uno que si alguien lograse todo en la vida, todo tipo de éxito, relevancia, ciencia y conocimiento pero no tiene amor no era nadie.
Dice que una persona podría hacer todo tipo de caridad al punto de donar todos sus bienes e inmolarse por otros, pero que si no tiene amor no le sirve de nada. Dice que podría ser la persona con mas fe del mundo y la más espiritual, pero sin amor no tenía nada.
Luego en el verso cuatro empieza a definir el amor y no empieza con algo así como: “El amor es romántico”, o “el amor es placentero”, o “el amor es felicidad”, todo lo contrario, dice: “El amor es sufrido”, y es verdad, quien ama está aceptando también el sufrimiento, el sufrimiento solo aflora cuando uno ama de verdad y su entrega es sincera y total.
Dice también que “el amor es benigno”, “no tiene envidia” (no compite con la persona amada). En el verso cinco continúa: “No hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza en la injusticia, mas se goza en la verdad”.
Si tan solo nos entregásemos a un amor tan sincero como este creo que casi la totalidad de todos los problemas que tenemos como parejas, familia, amistad o en cualquier relacionamiento humano desaparecería. Pablo dice, en otras palabras, que el amor es “renuncia en bien del otro”.
El verso siete dice que el amor “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”. Sufrir, creer, esperar y soportar para ver lo mejor de la persona amada, para ser formado en un carácter maduro y responsable, leal y sincero.
El camino hacia un amor sólido y maduro está empedrado de pruebas y desafíos que, de sortearlos correctamente, nos llevarán a experimentar un amor mucho más sublime, profundo, sincero, y sólido que el “enamoramiento” o esa primera etapa tan intensa, emociona y “química” que tanto busca el mundo.
Ese no es el verdadero amor, ese es apenas el detonante que ve todo lo mejor del otro, pero no de manera objetiva, sino de manera apasionada e irracional, hasta que baja ese “cocktail” cerebral formado, según la ciencia, por dopamina, adrenalina y norepinefrina empezamos a ver esa realidad y es ahí donde entra la madurez, el amor sincero que ama, no solo lo bueno del otro, sino que está dispuesto aceptar también o malo y sufrir por servir y seguir perseverando en la construcción del verdadero amor.
Termina este “himno a la entrega” diceindo que ahora, en esta vida tan incierta y cambiante donde estamos de viaje hacia la eternidad “permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” (13).
Según Dios, que es amor (1 Juan 4:8), nada esta por encima del amor.
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Una mujer acudió a una consulta médica con un bebé reborn
Una mujer sorprendió a un médico cuando solicitó una consulta pediátrica para un muñeco “reborn”. Estos muñecos son hechos de manera artesanal, en la mayoría de los casos de materiales como el vinilo o silicona, recreando con detalles realistas a bebés recién nacidos e infantes de hasta tres o cuatro años.
En este caso, el doctor Robert Núñez contó su llamativa experiencia con una mujer que llevó hasta la clínica donde trabaja un muñeco de estas características, y que si bien al principio creyó que se trataba de una bebé real, conforme avanzo la consulta se percató de que se trataba de un muñeco.
“La paciente se fue a hacerme una consulta como si fuera que tenía un bebé. En un momento me llamó mucho la atención en las consultas el bebé, y la verdad es que cuando me percaté, actué entre la sorpresa y el temor”, comentó el médico en conversación con el canal de noticias C9N.
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El mismo admitió que no tenía mucha familiarización con este tipo de muñecos y que en el momento le sorprendió el hecho y trato de manejar la situación de la mejor manera posible, indagando en más información con la mujer que trataba a este muñeco como un niño de verdad que sufría un cuadro médico.
“Yo no conocía mucho sobre el tema hasta que me puse a investigar que en el Brasil y otros países las personas adoptan e inclusive publicitan adoptar un muñeco y hace el papel de un hijo”, expreso el doctor Núñez.
Con esta situación salió a relucir un tema sumamente importante, que es el estado psicológico de mujeres que buscan tener un bebé, o incluso el de aquellas que deben afrontar la pérdida de uno, y qué mecanismos se pueden llegar a implementar para trabajar estas situaciones.
Los muñecos reborn se han vuelto bastante populares en diferentes puntos del mundo porque incluso son hechos con rasgos característicos de niños fallecidos, como un mecanismo médico para que las madres que sufre un gran shock, reciban ayuda y contención ante sus pérdidas.
Igualmente, su auge se ha manifestado a través de redes sociales al ser divulgados sus parecidos con niños reales y por sobre todo los cuidados tan realistas que algunas mujeres les dan, ya que les compran ropa, implementos de limpieza, arman dormitorios y hasta simulan alimentarlos, recreando así la experiencia de ser madres.
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Un Dios de amor
- Emilio Agüero Esgaib
- Pastor
La Biblia nos dice que Jesús, a más de salvarnos, nos vino a mostrar quién es el Padre: “…¡Los que me han visto a mí han visto al Padre! Entonces, ¿cómo me pides que les muestre al Padre?... Las palabras que yo digo no son mías, sino que mi Padre, quien vive en mí, hace su obra por medio de mí” (Jn. 14.7-10). Conocemos quién es realmente Dios al conocer a Cristo.
Muchas de las parábolas que Jesús enseñó tenían como fin mostrarnos el carácter del Padre. Una de las más famosas, la del Hijo pródigo, nos habla de un Padre cobertor, respetuoso de nuestras decisiones, proveedor, reconciliador, pero, a más de esto, misericordioso y lleno de gracia.
Quien no conoce a Dios como Padre, aún no lo conoce en esencia. Digo esto porque muchos ven a Dios más como juez, jefe, inalcanzable, y hasta tirano, pero Él es, básicamente, un Padre.
Esta parábola, la del Hijo pródigo, está precedida por dos anteriores que nos hablan de la “oveja perdida” (capítulo 15.1-7 de Lucas ) y la “moneda perdida” (Lc.15.8-10), para luego concluir con la del “Hijo pródigo”. Están relatadas a los publicanos y pecadores, personas despreciadas por los religiosos como los fariseos y escribas, que se creían mejores que los demás y juzgaban a Jesús como un hombre que se juntaba con la escoria de la sociedad. Estaban llenos de autosuficiencia y falsa moral, propias de los que profesan una religión sin realmente practicarla ni conocer a Dios.
Jesús, al relatar estas parábolas, estaba diciéndole, por un lado, a los pecadores, que, si se arrepienten y regresan a Dios, este les recibiría con los brazos abiertos y les perdonaría y restauraría y, por otro lado, a los fariseos, que les mostraría la verdadera actitud de un cristiano y la de Dios Padre, que es la de ser perdonador y amoroso, dispuesto a recibir al pecador arrepentido y tener compasión de Él.
Jesús relata en estas tres parábolas que, cuando uno se arrepiente, Dios no le recibe con una lista de reclamos sino que le perdona y hay “gran gozo” en encontrar al perdido.
En la parábola del “Hijo pródigo” nos habla de un hijo rebelde que dejó la casa del Padre para vivir como a Él se le antojaba. Por supuesto que eso obedecía a una profunda rebeldía e ingratitud hacia su amoroso y protector padre. Pero como casi siempre ocurre, una vez que ese hijo rebelde empieza a ver los efectos de su pecado y a pagar las consecuencias, “vuelve en sí” y regresa al lugar de donde nunca debió haber salido, a la casa del Padre.
Él ya no se creía digno de ser llamado hijo, pero el padre, con su gran amor, no vio las cosas así sino que lo recibió en amor y lo restauró a lo que era, un hijo. Le dio un anillo, símbolo de autoridad, una túnica, símbolo de cobertura, una sandalia, símbolo de testimonio y mató un cordero para festejar con él haciendo fiesta. El cordero simboliza a Cristo, quien pagó por nuestros pecados como el mayor símbolo de amor y restauración de Dios hacia un mundo rebelde (Juan 3.16).
Esta parábola no es más que la historia de todos los seres humanos que se han alejado de Dios, pero que siempre tendrán un Padre amoroso esperándoles para restaurarlos, si se acercan a Él arrepentidos, a través de su único mediador, Jesucristo: “Jesús le contestó: Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí. (Juan 14.6).