Cuando el cabello se daña pierde humedad, tiende a verse seco, opaco, se enreda con facilidad y las puntas se abren. Esta condición puede ser generada por la decoloración, productos inadecuados o el exceso de calor. Para revertir la falta de hidratación, no es necesario gastar mucho dinero: se pueden utilizar ingredientes naturales como los aceites esenciales.

Este es el caso del aceite de almendras, un compuesto con numerosos beneficios como el omega 3 y 6, además de vitaminas A, B y E, antioxidantes y minerales esenciales muy beneficiosos, según estudios. Al agregar unas 10 gotas de este ingrediente al champú diario, se puede obtener una hidratación profunda y aportar suavidad al cabello. Se recomienda repetir varias veces a la semana esta fórmula a fin de obtener resultados.

Otra de las opciones es el aceite de coco, que se compone de ácido láurico, uno de los mejores ácidos para el cuidado del pelo. Este componente tiene la capacidad de presionar las proteínas del cabello entre sí, haciéndolo flexible y fuerte. Los mejores efectos se consiguen cuando se aplica aceite de coco directamente sobre el cabello, por lo que, combinarlo con nuestra rutina de lavado a través del champú, es una excelente alternativa.

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Poco conocido, el aceite de naranja es un estimulador natural del crecimiento y fortalecimiento capilar gracias a su alto contenido en vitamina C. Este ingrediente puede tratar afecciones del cuero cabelludo irritado como la caspa. No obstante, no se trata de una “solución mágica”, por lo que se debe complementar con una rutina para el cuidado del cabello.

Adoptar hábitos diarios de cuidado es esencial para mantener el cabello fuerte, saludable y radiante. Más allá de los beneficios de los aceites esenciales, es importante consultar con un profesional antes de incorporarlos a la rutina diaria.

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