La buena hidratación es un hábito fundamental para cuidar la salud. Pero, a la hora de las comidas, siempre surge la interrogante: ¿es mejor tomar agua antes o después? Todo parece indicar que lo mejor es hacerlo antes, durante y después de los alimentos a fin de contribuir con el buen funcionamiento del sistema digestivo y el organismo en general.
Según la organización estadounidense Clínica Mayo, no existen motivos para pensar que el agua diluya los jugos digestivos o interfiera con la digestión. De hecho, tomar agua durante o después de una comida ayuda a que el cuerpo descomponga y procese los alimentos. También colabora a descomponer los alimentos y le permite al organismo absorber correctamente los nutrientes, además de combatir el estreñimiento.
Por el contrario, no existe evidencia científica para afirmar que consumir agua antes de las comidas tiene un impacto significativo en la salud, tanto positivo como negativo. Si bien brinda una sensación de saciedad y hace que la persona coma menos, esta percepción es pasajera y, por lo tanto, insuficiente para ser considerado un método efectivo para adelgazar.
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El agua sale del estómago con velocidad y, por eso, la sensación de saciedad dura menos que lo esperado. Por este motivo, es recomendable tomar agua antes, durante y después de las comidas, aunque siempre dentro de los límites, no es necesario exagerar.
Para realizar una dieta equilibrada, lo importante es que el agua reemplace a las bebidas alcohólicas, a las gaseosas azucaradas y a otros saborizantes durante las comidas. Vale la pena recordar que se deben consumir al menos dos litros de agua al día para contribuir al buen funcionamiento del organismo.
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