Para cuidar la salud cognitiva y estimular la concentración y la memoria, es indispensable tener hábitos saludables como llevar una buena alimentación o realizar ejercicio físico, pero también es importante reforzar el consumo de ciertos nutrientes y vitaminas: conocé cuáles son.
Buscando mejoras en la función cognitiva, las vitaminas B y C, así como los ácidos grasos omega-3, se han asociado con una mejora de la memoria, la concentración y el rendimiento cognitivo, según estudios médicos. Lo mismo sucede con la vitamina E, cuyo consumo puede ayudar a proteger el cerebro de daños y reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
Reducir el estrés es otro de los puntos clave para cuidar la salud cognitiva y las vitaminas C, E y los ácidos grasos omega-3 tienen propiedades antioxidantes que pueden ayudar a reducir el estrés oxidativo en el cerebro y mejorar la respuesta del cuerpo ante esta condición. A la par, las vitaminas del complejo B se han asociado con una mejora del estado de ánimo y la reducción del riesgo de depresión, otros aspectos a tener en cuenta para cuidar el cerebro.
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El magnesio es otro de los nutrientes que no pueden faltar en la rutina diaria, si se busca cuidar la salud del cerebro. Este mineral puede ayudar a reducir el riesgo de demencia, además de fortalecer la salud cognitiva y estimular la memoria.
Todas estas vitaminas y nutrientes esenciales están disponibles en suplementos, pero también pueden ser obtenidos a través de una variedad de alimentos de origen animal y algunos alimentos vegetales fortificados. Sin embargo, siempre es importante hablar con un profesional de la salud antes de comenzar cualquier suplementación o cambio en la dieta.
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Escuelas verdes: cuando la educación ambiental cambia familias y ciudades
Por Lourdes Torres (lourdes.torres@nacionmedia.com)
Aplicar de manera trasversal la educación ambiental desde la primaria puede significar importantes cambios en la sociedad. Así lo confirman padres, docentes y alumnos de instituciones educativas que desde hace años están implementando un programa de estudio ambiental impulsado por el Equipo Inspectorial Medioambiental de la Sociedad Salesiana del Paraguay.
Son poco más de las 7 de la mañana, la densa neblina otoñal se va disipando con los primeros rayos del sol. En el aula del 8° grado se preparan con mucha ansiedad por salir al patio trasero de la Escuela Salesiana Pedro Ignacio Morínigo de la ciudad de Fernando de la Mora. Allí tienen una pequeña huerta escolar. Los acompaña el profesor Adolfo Ramírez, ingeniero agrónomo. La tarea del día es revisar cómo han quedado los pequeños plantines y el drenaje correcto del agua tras la intensa lluvia que se registró el día anterior.
El desarrollo de la huerta escolar forma parte del proyecto de formación y educación medioambiental impulsado por el Equipo Inspectorial Medioambiental de la Sociedad Salesiana del Paraguay gracias al apoyo de la Cooperación Alemana y el Engagement Global. Este programa es aplicado en 16 instituciones educativas salesianas y dos escuelas públicas del país.
La Nación/Nación Media conversó con la coordinadora del programa, ingeniera María José Llamosas, quien señaló que arrancaron en el 2021 con un plan piloto en 5 escuelas salesianas. Precisó que cerrar con éxito el primer año permitió asegurar el financiamiento para los siguientes periodos y agregó que a la fecha ya se está ejecutando en un total de 18 instituciones educativas, llegando a más de 11.000 estudiantes.
“Desarrollamos un documento que sirve a los docentes como base para poner en práctica la educación ambiental en los colegios. Y aparte de ese documento también se realizan ciertas medidas concretas en favor del cuidado del medio ambiente”, indicó.
Detalló que desde la red salesiana dan seguimiento al proceso de aplicación del programa educativo medioambiental, acompañando al docente en el aula, colaborando en las prácticas a fin de que el desarrollo ambiental sea sostenible en el tiempo. Además, involucra a padres y otros actores de la comunidad educativa.
Probar, experimentar y aprender
El programa se está aplicando en todos los niveles educativos de la escuela Pedro Ignacio Morínigo permitiendo el desarrollo de un importante número de competencias y disciplinas, además de probar, experimentar y aprender haciendo.
La directora de la institución, licenciada Rosa Marengo, destacó a La Nación/Nación Media que la huerta escolar les permite promover una conciencia de cuidado y respeto al medio ambiente. Sumado al aprendizaje sobre alimentación saludable, impulsando valores como la paciencia, responsabilidad, compañerismo, y compromiso.
Indicó que a la par del cultivo de hortalizas, también siembran plantas medicinales para que los alumnos las conozcan y aprendan sobre sus propiedades. Asimismo, continúan con el programa de reciclados que ya desarrollaron con mucho éxito el año pasado.
“Hace 4 años que trabajamos con este programa medioambiental y creo que ya es sostenible en el tiempo. Los chicos están muy entusiasmados, al igual que sus padres, que están muy pendientes del desarrollo de las actividades. Es muy interesante la forma en la que los chicos aprenden sobre el cultivo de hortalizas, porque ellos no tienen ese contacto agrícola, entonces, se sorprenden de donde provienen ciertas verduras u hortalizas”, indicó.
En tanto la profesora Fabiola Gómez, docente del 5° grado de los turnos mañana y tarde, destacó la importancia de trabajar con los alumnos la idea del cuidado del medio ambiente, enfatizando la importancia del reciclaje y el cultivo de la huerta para una alimentación saludable.
Mencionó que actualmente están con los plantines de lechuga, cebollitas, perejil, espinacas, acelgas; mientras que las plantas medicinales son boldo, menta, cedrón.
“Es importante porque ellos ven el proceso de crecimiento, de desarrollo de las plantas. Considero que es un programa muy enriquecedor para las escuelas, en general. Permite que los niños repliquen lo aprendido en sus hogares, es así que varios ya comenzaron a tener sus pequeñas huertas en las casas”, comentó la directora.
Educación trasversal
Llamosas, coordinadora del Equipo Inspectorial, señaló que para un mejor aprovechamiento del programa de estudio se volvió transversal al resto de la malla curricular.
Indicó que para su implementación en las escuelas se firmaron convenios de cooperación con las instituciones. Así también, cuenta con la revisión por parte del Ministerio de Educación y Ciencias a través de la Dirección de Desarrollo Educativo, que hace el control y la verificación del plan, certificando que es apto para el uso en escuelas en Paraguay.
“A la par de trabajar con el MEC, coordinan con el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) los contenidos ambientales acordes a la actualidad. Esto, tras notar una falencia en la educación ambiental en cuanto a trazabilidad, como bien lo establece el currículum de la educación paraguaya. Justamente, la red Salesiana ha colaborado para mejorar la trazabilidad”, precisó.
La profesora María Cristina Snead agregó, por su parte, que no hubo necesidad de alterar mucho los indicadores de cada una de las materias para lograr la trasversalidad del programa.
Cambio de hábitos
La ingeniera Llamosas mencionó que si bien al principio costó un poco que el programa se trasversal, con el paso del tiempo tanto alumnos como docentes fueron comprendiendo la temática y les resultó más fácil ponerla en ejecución.
“Es un proceso ambiental, generalmente a largo plazo; pero, a corto plazo también se ven cambios, sobretodo en los estilos de vida. Son pequeñas cosas o acciones, cambio de hábitos, de actitud y estilos de vida en las personas”, acotó.
La profesora María Cristina Snead, docente y referente del Equipo Inspectorial Medioambiental del Colegio Don Bosco de Ypacaraí, resaltó que desde que comenzaron a implementar el programa están observando cambios de hábito en los alumnos, que se han convertido en celosos agentes de cuidado del medio ambiente.
Es así que ya han experimentado varias acciones por iniciativas de sus propios alumnos, que luego de aprender la importancia de la clasificación de los residuos comenzaron a colocar tachos de basuras diferenciados frente a sus hogares.
Recordó que los alumnos, al ver que los recolectores de basura no respetaban la clasificación y al final los residuos terminaban todos de vuelta mezclados en los camiones, volvieron enojados a la escuela, pero no se quedaron con los brazos cruzados.
“Por iniciativa de ellos, llegaron a los intendentes municipales de Itauguá, Ypacaraí, Pirayú, Areguá y Caacupé -rango de influencia del colegio Don Bosco de Ypacaraí- para plantear y buscar soluciones con las autoridades locales”, comentó.
La docente contó otro caso, la queja de una alumna de la institución por la quema de basura por parte de su vecina y la generación de humo. Así fue que sus compañeros decidieron escribir cartas a la vecina. En total, se juntaron 30 misivas en las que se explicaban los efectos nocivos de la quema de basura.
Resiliencia al cambio climático
Dentro de este programa de estudio ambiental, la ingeniera Llamosas destacó que trabajan en un total de 10 ejes temáticos, de los cuales dos están directamente enfocados al cambio climático y la gestión de riesgos de recursos con enfoque en la resiliencia.
Explicó que el objetivo es que la comunidad educativa aprenda a identificar los factores de riesgos y luego sepa cómo sobrevivir al cambio climático.
“El primer factor es identificar cuáles son los riesgos y después ir viendo cómo mitigar, o cómo tener resiliencia al cambio climático. Por ejemplo, las escuelas del Chaco tienen problemas tangibles, como la sequía, las inundaciones y los incendios forestales, que les llegan prácticamente a las escuelas y a las casas. Buscamos que desarrollen el pensamiento crítico y de parte de ellos mismos salga esa identificación de factores de riesgo, que hagan su diagnóstico ambiental o su diagnóstico de riesgo, su mapa de riesgo”, ejemplificó.
Por último, precisó que se trata de una experiencia maravillosa trabajar con los chiquitos, porque están interesados en aprender lo que es educación ambiental. “Ellos asumen el compromiso y se vuelven celosos vigilantes del medio ambiente. Realmente, para nosotros, ha sido una experiencia maravillosa trabajar con los niños en educación ambiental. Creo que nos dará un futuro ecológico seguro y que está generando verdaderos cambios en los niños y en sus familias”, concluyó.
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¿Cuál es la mejor fruta para cuidar la salud del cerebro?
Una de las claves para alcanzar el bienestar general del organismo es cuidar la salud del cerebro y una dieta balanceada tiene un rol fundamental en su protección.
Entre las frutas, hay algunas con una gran variedad de fitonutrientes esenciales para mantener una función cerebral óptima: conocé cuáles son.
Los frutos rojos son ricos en antioxidantes y, por ende, excelentes aliados para proteger al cerebro del daño oxidativo y el envejecimiento prematuro.
Los arándanos, en particular, son una fuente abundante de antocianinas y otros flavonoides que pueden mejorar la función cerebral, según un estudio de la organización estadounidense “Clínica Mayo”. Lo mismo sucede con las uvas, que contienen un compuesto denominado “resveratrol”, que estimula la memoria.
La sandía es igualmente otra fruta ideal para cuidar la salud del cerebro. Esta fruta posee una alta concentración de “licopeno”, otro potente antioxidante, y también es una buena fuente de agua, que beneficia la salud cerebral al prevenir la deshidratación, que puede afectar la memoria y la energía mental.
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Para estimular función cognitiva, también se recomienda el consumo de aguacate, rico en grasas monoinsaturadas. Cuando se consume con moderación y en reemplazo de grasas saturadas, esta fruta mejora la función de la memoria al ayudar a regular los niveles de colesterol en la sangre.
Más allá de los beneficios que puedan aportar estas frutas, se recomienda consultar la opinión de un profesional médico o de la nutrición antes de incluir cualquier alimento a la dieta.
Además de optar por una alimentación balanceada, estimular la salud cognitiva también depende de otros hábitos saludables como realizar ejercicios físicos o cuidar la calidad del descanso.
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Sepa cuál es el ejercicio para quemar grasa mientras se está sentado
Cuidar la salud y bajar de peso pueden convertirse en dos tareas sumamente difíciles, principalmente debido a la dinámica laboral actual, donde se pueden pasar varias horas del día sentado frente a una computadora. Sin embargo, existe un músculo que se puede trabajar incluso en esta posición para activar el metabolismo y quemar grasa.
Según un estudio del Departamento de Salud y Rendimiento Humano de la Universidad de Houston en Estados Unidos, que fue replicado por la prensa internacional, la flexión de un músculo conocido como “sóleo” puede tener gran impacto en el metabolismo y, por ende, la pérdida de peso. El músculo está ubicado en las piernas, entre la rodilla y el tendón de Aquiles. Su principal función es evitar las caídas hacia adelante mientras uno está de pie.
El sóleo prefiere utilizar como fuente de energía la glucosa y las grasas conocidas como lipoproteínas. De ahí que, cuando se activa correctamente, puede acelerar el metabolismo, aunque todo dependerá del tipo de movimiento específico que se realice en esta zona, siempre con cuidado y atención.
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Para flexionar correctamente este músculo, se debe apoyar los pies en el suelo y con el cuerpo relajado, mientras se está sentado. Posteriormente, se tiene que mantener la parte delantera del pie en el piso, elevar los talones hacia arriba y posteriormente soltarlos para que vuelvan al suelo. Se puede repetir la actividad varias veces durante mínimo 30 minutos.
Más allá de los beneficios de esta actividad, se debe recordar que esta clase de ejercicios no sirven por sí solos para adelgazar ni para complementarse con dietas, solo pueden colaborar en potenciar el metabolismo y hacerlo menos lento. Los hábitos saludables como una alimentación equilibrada y la correcta hidratación siempre serán los más importantes para perder peso y cuidar la salud.
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¿Con qué vitaminas se le puede hacer frente al dolor de rodilla?
Los dolores de rodilla pueden afectar a cualquiera, pero son más frecuentes entre deportistas o personas mayores. Sus causas son varias y, aunque podría parecer una lesión común, es importante recordar que ninguna molestia es normal, por lo que es importante prestarle la atención necesaria.
Además de revisar la zona de dolor, encontrar la causa y corregirla con un profesional médico, también es importante realizar ejercicio físico de manera regular y asegurarse de ingerir algunas vitaminas fundamentales para el cuidado y fortalecimiento de los huesos. Por ejemplo, la vitamina A ayuda a reducir el daño al tejido de las rodillas, ya sea por enfermedad o lesión. Se puede incluir en la dieta a través de alimentos como las zanahorias, lechuga, espinacas, calabaza, melón y mango.
Lo mismo sucede con la vitamina B, que es una excelente fuente de energía y tiene un efecto positivo en los músculos, huesos y articulaciones, incluyendo a las rodillas. Se pueden encontrar en alimentos como las legumbres, lentejas, lácteos y huevos. A la par, la vitamina C es esencial para generar colágeno, que también puede favorecer al cartílago y hueso que componen las articulaciones de las rodillas.
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La vitamina D también es necesaria para hacerle frente al dolor en las rodillas. Este micronutriente se obtiene principalmente a través del sol y su absorción ayuda a asimilar el calcio que entra en el organismo y fortalece los huesos. Existen otras formas de obtenerla que no sean exponerse directamente a la luz solar: la sardina, el salmón, el atún, los aceites de pescado y la yema de huevo son buenas fuentes de este nutriente.
Todos estos nutrientes también se encuentran disponibles en una variedad de suplementos y otros fármacos que pueden ser recetados únicamente por un profesional médico. Más allá de las recomendaciones, siempre es importante obtener el “visto bueno” de un doctor antes de iniciar con un tratamiento a base de vitaminas.
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