Antony Silva es uno de los albirrojos más regulares en el equipo de Berizzo. En el penal nada tuvo que hacer por la excelente definición de Cavani.FOTO:AFP
La selección paraguaya cayó anoche ante Uruguay (0-1), mostrando un rendimiento muy pobre, que tuvo como principal responsable al técnico Eduardo Berizzo al mover mal sus piezas. Así jugaron los albirrojos.
Antony Silva: Una buena atajada en el primer tiempo. Nada que hacer ante el impecable tiro penal de Cavani. En la segunda etapa también salió airoso de algunos sofocones.
Alberto Espínola: Flojo en la marca y no pesó en ataque. Fue cambiado en la complementaria.
Robert Rojas: Le costó mucho en el centro de la defensa. Se mostró más cómodo a la derecha. A su favor el poder de reacción que posee.
Júnior Alonso: Trató de liderar a su equipo desde el fondo, pero lo consiguió pocas veces.
Omar Alderete: Varias veces llegó a destiempo y una de esas jugadas le costó una tarjeta amarilla.
Braian Samudio: Movedizo al comienzo, pero estuvo más preocupado en marcar a Viña, el lateral izquierdo charrúa. Nunca pesó en ataque.
Mathías Villasanti: Varias veces cortó lejos de su zona y quedó a contramano. El poco despliegue de Giménez hizo que abarcara muchos espacios vacíos y varias veces se vio en inferioridad numérica ante el poblado sector medio uruguayo.
Gastón Giménez: Muy estático. Cuando la pelota pasa por sus pies enlentece todo el juego de la zona medular. Sigue sin justificar su estadía en la selección paraguaya.
Ángel Romero: Jugó por la izquierda al comienzo, luego por el sector opuesto y terminó por la izquierda nuevamente. Aportó voluntad y el deseo de hacer bien los deberes.
Miguel Almirón: Jugó 30 minutos, casi sin intervenir y salió lesionado por un problema muscular. Su inclusión fue innecesaria debido al desgaste físico que sufrió en los partidos anteriores.
Gabriel Ávalos: Mostró muy poco en el tiempo que estuvo en la cancha.
Óscar Romero: Ingresó por Almirón. Trató de poner orden dentro del desorden de la zona media albirroja. Terminó transitando por el sector derecho, su perfil menos eficaz.
Carlos González: Entró por Ávalos y creó la mejor opción de gol en la segunda etapa.
David Martínez: Fue por Espínola. Esta vez se soltó más en ataque.
Richard Sánchez y Andrés Cubas: Sus rendimientos ya no tuvieron trascendencia.
Técnicos del Senave verifican cultivos de zapallo, con fines de exportación al Uruguay, en la comunidad de Lomas Valentinas de Ñacunday. Foto: Gentileza
Apuntando al Uruguay: productores de zapallo de Ñacunday buscan su primera exportación
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Ciudad del Este. Agencia Regional.
Productores de zapallo de Ñacunday se preparan para concretar la primera exportación que, en este caso será al Uruguay. Para ello existe un trabajo conjunto con el Servicio Nacional de Calidad Vegetal y de Semillas (Senave) para la fitosanidad de la producción, de acuerdo a la exigencia del mercado uruguayo.
Así manifestó a La Nación/Nación Media, el ingeniero agrónomo Guido Servían, del Senave, sobre el trabajo que se viene realizando en 25 hectáreas de zapallo, pertenecientes a 12 productores organizados en la Asociación de Productores Ponta Jovai, de Lomas Valentinas. Informó que por hectárea producen un promedio de 15.000 kilos.
Zapallo cultivado en Ñacunday para su exportación a Uruguay por parte de una asociación conformada por productores. Foto: Gentileza
“Uruguay exige que el producto sea libre de una especie de mosca llamada anastrepha grandis, para que puedan recibir la producción nuestra; en tal sentido estamos haciendo el seguimiento con los trabajos técnicos y de laboratorio para lograr el objetivo”, explicó el funcionario del Senave.
Por su parte, Juan Bosco Gómez Cáceres, miembro de la asociación, informó que el 30 de abril se reunirán con el empresario que compraría los zapallos, una vez completado los requerimientos. Mencionó que varios de los productores ya están con las hortalizas listas para ser comercializadas.
“Nos estamos preparando para la exportación a la República Oriental del Uruguay. Ya el año pasado tuvimos el proyecto de exportar, pero en la total ignorancia sobre el proceso fitosanitario que debíamos hacer”, expresó el productor.
Indicó además que “esta vez el representante de la empresa se va a reunir con nosotros, comercializaremos directamente con el mercado uruguayo”. De la reunión también participará la empresa contratada por la firma compradora para el transporte de los zapallos.
Buen precio y nuevos mercados
“Lo que buscamos es buen precio, cuesta la producción, desde la preparación de la parcela para sembrar, lo que incluye fertilizantes, fungicidas, insecticidas, la semilla que no está tan barata, un paquete de semillas cuesta 1 millón de guaraníes y se necesita como mínimo tres paquetes para una hectárea de siembra”, explicó Juan Gómez Cáceres.
El productor dijo que buscan “nuevos mercados para que haya competencia”, además de mencionar el perjuicio que les ocasiona el contrabando. “El contrabando afecta considerablemente los precios”, remarcó el productor de Ñacunday.
En lo que respecta a Alto Paraná, cinco productores de Juan León Mallorquín, con un total de 35 hectáreas de cultivos de zapallo, también son parte del proyecto de comercialización al Uruguay, al igual que unos diez agricultores de Tembiaporã, departamento de Caaguazú, según el ingeniero Guido Servían.
Datos claves
Por hectárea los agricultores producen un promedio de 15.000 kilos de zapallo.
Los productores buscan “nuevos mercados” para una mayor competencia.
Un paquete de semillas de zapallo tiene un precio de 1 millón de guaraníes.
Paraguay-Uruguay: a 142 años del Tratado de paz, amistad y renuncia de pagos de deuda
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La Guerra de la Triple Alianza dejó a Paraguay una serie de secuelas que con los años y el esfuerzo de la ciudadanía y autoridades de la época se fueron subsanando. En el marco de esta realidad es indiscutible como gran parte de ese trabajo de reconstrucción se vio impulsado por acciones claves como la firma del Tratado de paz, amistad y renuncia del pago de gastos de guerra entre las repúblicas de Paraguay y Uruguay el 20 de abril de 1883.
Con la firma del mencionado tratado se llegaba a un entendimiento a través del cual se declaraba nulo y sin ningún valor el proyecto de Tratado de Paz, Amistad, Comercio y Navegación de diciembre de 1873 (también conocido como Tratado Miranda-Sienra Carranza), ratificándose la renuncia formal al cobro de los gastos de guerra, equivalente a la suma de 3.690.000 pesos.
En el Tratado Miranda-Sienra Carranza, la República del Paraguay reconocía como “deuda suya” el importe de los gastos de guerra hechos por la República Oriental del Uruguay para la campaña guerrera de 1865-1870 y debían ser cubiertos los “daños y perjuicios irrogados por la guerra, a los ciudadanos y demás personas amparadas por el derecho de la República Oriental del Uruguay”.
En conversación con La Nación/Nación Media, el exembajador del Uruguay en nuestro país, Federico Perazza, recordó este hecho largamente estudiado como una práctica poco común, pero que sin ninguna duda sentó un precedente en las relaciones amistosas entre ambos países vecinos.
“Hay que recordar que en nuestro continente, en el transcurso del XIX, la práctica de condonar deudas de guerra a través de tratados no era algo usual. Muy por el contrario, en el mencionado siglo, los tratados contemplaban deudas y gastos de guerra, reflejando de manera concreta los intereses políticos, económicos y estratégicos de la época, en ese contexto particular de formación de nuevos Estados independientes y de frecuentes conflictos bélicos entre naciones”, remarcó Perazza.
El diplomático explicó que el presidente de aquel momento del Uruguay, el general Máximo Santos, empieza a emitir leyes por las que la nueva reconfiguración departamental del país abreva en figuras trascendentes de su historia y, por supuesto, se ve ante una época en que había que repensar la relación con el Paraguay después del desastre de la guerra grande.
“Parecía, pues, que en este contexto histórico tan particular algunas acciones internas iban a permear medidas de política exterior, sobre todo aquellas relacionadas con la paz con sus vecinos. Entiendo que ese momento había llegado y con él intentar la reconstrucción de relaciones a través de la formalidad de un tratado vinculante que abordara la paz definitiva y todo lo que ella conlleva para su perpetuidad”, indicó Federico Perazza.
Federico Perazza, exembajador del Uruguay en nuestro país. Foto: Archivo
Al analizar la firma de este tratado, el diplomático enfatizó que en las negociaciones llevadas adelante por el representante paraguayo, el canciller José Segundo Decoud, y por el enviado especial de la República del Uruguay, Ernesto Kubly, se pudo advertir la postura receptiva, solidaria y conciliadora del Uruguay, que era ni más ni menos que la posición pragmática del general Máximo Santos sintetizada en su frase “el Paraguay no nos debe nada”.
“El perdón de la deuda paraguayo fue una alta inspiración del general Santos. Los miembros del gabinete paraguayo aspiraban a dicha exención que, a no dudarlo, tenía una gran importancia para las finanzas de su país, y complacerlos era una medida de elevada política. Los pequeños estados americanos hallarían su salvaguardia en la práctica de los grandes principios que niegan el derecho de la fuerza”, enfatizó Perazza.
Tras la firma de este tratado, La Plaza San Francisco en Asunción fue renombrada como “Plaza República Oriental del Uruguay”, conocida como Plaza Uruguaya. Así también el General Santos fue honrado con la ciudadanía paraguaya y el nombramiento como General honorífico de los ejércitos de Paraguay. Y en 1885 se vivió la devolución de los trofeos de guerra por parte del gobierno del Uruguay.
De esta manera, Paraguay lograba con Uruguay la condonación de su deuda de guerra, algo que no había podido lograr con Brasil en 1872 ni tampoco con Argentina en 1876. Con Argentina se debió esperar hasta 1942 para que el Gobierno de Ramón Castillo y su parlamento sancionaran la ley 12.747 que renunciaba al cobro de la misma y con Brasil en 1943, bajo la presidencia de Getulio Vargas, se hizo lo propio.
Tony Sanabria se unió al trend “Lo Mejor Nunca Se Sube” de TikTok
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El trend de TikTok “Lo Mejor Nunca Se Sube”, que expone momentos divertidos o vergonzosos que no tendrían que estar en línea, alcanzó a un albirrojo. El futbolista paraguayo Tony Sanabria compartió un clip embarazoso de su hermano Enzo, cuando este casi cae al suelo, por intentar pararse en una silla.
Acompañado de la canción “Me Fui De Vacaciones” de Bad Bunny, el crack de la selección paraguaya publicó en su TikTok el video de su hermano menor, resbalándose de una silla. Gracias a la ayuda de Tony, Enzo no cayó al piso, pero el clip expone lo asustado que quedó el joven por casi caer al suelo.
“Tu hermano quiere fundir su carrera por delante”, “Qué amigo tan travieso mi amor”, “Le agarro un acv mientras se caía”, “Pobre el que se cayó (sería yo)”, “Quien no, estando a tu lado”, “La eu en mi primera cita con Tony”, fueron algunas de las reacciones que recibió Tony sobre el video de su hermano menor.
Enzo Sanabria, hermano del goleador paraguayo, Antonio Sanabria, firmó su primer contrato apenas a los 12 años y empieza a seguir los pasos del “Tony”. Enzo nació en España, pero obviamente es de padres paraguayos.
Enzo estaba jugando en la escuela de fútbol de “Blanca Subur” y ahora pasa a las formativas de un equipo muy tradicional de primera división, como lo es el “Espanyol de Barcelona”, se informó en Versus/Nación Media.
“Lo único que importa es que te diviertas haciendo lo que te gusta, que es jugar al fútbol”, fue el mensaje cargado de orgullo y felicidad que expresó el “Tony” Sanabria en redes sociales.
Orsi pide unidad latinoamericana ante la incertidumbre económica
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Ciudad de Panamá. AFP.
El presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, pidió el lunes pasado avanzar en los procesos de integración en América Latina para enfrentar la incertidumbre económica, durante una visita a Panamá. Las declaraciones del mandatario izquierdista de este país miembro del Mercosur tienen lugar tras la imposición de aranceles por parte del presidente estadounidense Donald Trump a países de todo el mundo, incluidos los de la región.
“En aquel sur de América, donde nosotros somos uno de los dos países pequeños de la alianza Mercosur, hemos entendido que nuestra vocación permanente es la de articular, integrar en un mundo que, todas las semanas o todos los días nos encontramos con sorpresas, con incertidumbre”, dijo Orsi. “Nosotros queremos ser el camino de la certeza, de la certidumbre”, agregó Orsi en una breve comparecencia ante la prensa junto al mandatario panameño, el derechista José Raúl Mulino.
Ambos presidentes sostuvieron una reunión de más de una hora y media en el Palacio de Las Garzas, sede del gobierno panameño, en la primera gira de Orsi al exterior desde que asumió el mando el 1 de marzo. Uruguay forma parte del Mercosur junto a Brasil, Argentina, Paraguay y Bolivia. En diciembre, Panamá ingresó a este bloque comercial como Estado asociado.
“El hecho de que Panamá haya empezado una era de ver hacia el sur es buscando oportunidades, no solamente de trabajo, de negocio, de amistad, sino de integración de la región y hoy creo que hemos dado un paso certero en esa dirección”, afirmó Mulino.
La economía mundial seguía tambaleándose este lunes por el anuncio de Trump de imponer aranceles a las importaciones provenientes de sus socios comerciales, incluidos los latinoamericanos. Desde Panamá, Orsi viajará a Honduras, donde tiene previsto participar el miércoles en la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).