Hernán Penayo, Nación Media
En un segundo tiempo con pocas ideas, pero empujado por su historia y su maravillosa hinchada, Olimpia sacó pecho y convirtió el tanto que le sirvió para levantar nuevamente una copa a nivel local, dejando en claro que es el rey de la fauna futbolera, estampando en su glorioso escudo la estrella número 46.
Brian Montenegro hizo explotar un Defensores del Chaco tenso, complicado, revirtiendo los sentimientos negativos en emociones festivas para los franjeados que coparon Sajonia.
Acierto de Cáceres, que encontró mejoría con los ingresos de Montenegro, González y Ortiz. Párrafo a parte para un intratable Derlis, que fue de lo mejor durante todo el torneo, demostrando un nivel superlativo.
En cuanto a la primera etapa, Olimpia se mostró muy apurado, tenso en lo que fue uno de los primeros tiempos que peor jugó luego de la remontada que había metido antes del encuentro decisivo. Por su parte, Nacional propuso un juego físico, incómodo, intenso y sin darle espacios a Silva, quien pasó desapercibido los primeros 45′ y debía ser el encargado de generar juego en el local.
El Decano careció de claridad e inventiva, Derlis tuvo su chance, pero decidió mal. Huguito Fernández tuvo destellos mas le faltó ser más continuo. Flojo, Salcedo, Salazar y Gómez. Mientras que Martínez, Fleitas, Danilo y Gaona Lugo mostraron un gran nivel en el Tricolor.
El conjunto de Cáceres se durmió en una pelota parada. Todo mérito de Santacruz y Martínez, quienes agilizaron la jugada que derivó en el gol de Fleitas. Tanto que silenció a la más de 35 mil almas presentes en el estadio.
Los locales fueron hacia adelante, pero sin idea alguna, chocando contra una muralla sólida como lo fue la defensa de la Academia. Plasmando en cancha una demostración de juego sencillo, en tanto Olimpia, enredado y sin ideas la sacó barata.