Un Trinidense muy práctico alcanzó su primera victoria en la Sudamericana y recupera sus posibilidades de alcanzar la clasificación a los octavos de final, además se acreditó un premio económico de 115 mil dólares por mérito deportivo.
El cuadro boliviano fue dueño del balón en gran parte del compromiso, pero le faltó contundencia.
Sobre los 14 minutos un error defensivo en la salida de los bolivianos lo aprovecha Fernando Romero, que captura el esférico, con una finta deja en el camino al arquero Mustafá y con el arco en blanco marca el gol inaugural.
En la complementaria, Triqui avisó un par de veces frente al arco rival y la tercera fue la vencida cuando Juan Salcedo anotó el segundo gol, que selló la vital victoria.
Posiciones: Fortaleza 6 puntos; Boca Juniors 4; Trinidense 3 y Nacional Potosí 1.
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Trinidense, al tercer escalón
Trinidense logró una sacrificada victoria de 1-0 sobre Sportivo Ameliano y accede nuevamente a los primeros lugares, ubicándose en la tercera colocación, a solo un punto del escolta Cerro Porteño, que regularizará mañana su partido de la fecha 11 ante Recoleta.
Un tanto en el inicio del partido (minuto 5) de Gustavo Viera le resultó suficiente al equipo de José Arrúa para volver a la senda de la victoria, luego de su pésimo partido de la fecha anterior cuando fue goleado 3-0 por Atlético Tembetary.
De todas formas, más allá del resultado, el cuadro de Trinidad hizo mejor las cosas a lo largo del partido. Ameliano, lejos de mostrar su mejor versión, apeló demasiado a los pelotazos y ya en el segundo periodo fue inoperante en función de ataque, pese a los cambios ofensivos que introdujo su técnico Humberto Garcia.
SÍNTESIS. Estadio: Martín Torres. Árbitro: Giancarlos Juliadoza. VAR: Carlos Figueredo. Gol: 5’ Gustavo Viera (T). Amonestados: A. Cañete, J. Salcedo, Ó. Giménez (T); J. González, H. Benítez (A).
TRINIDENSE (1): Matías Dufour; Axel Cañete (70’ David Villalba), Maximiliano Centurión, César Benítez, Sergio Mendoza; Joel Román, Luis de la Cruz (85’ Ariel Gauto), Gustavo Viera, Tomás Rayer (70’ Ronaldo Báez), Fernando Romero (85’ Óscar Giménez), Alan Cano (67’ Juan Salcedo). DT: José Arrúa.
Ameliano (0): Miguel Martínez; Julio González, Hugo Benítez, Francisco Báez (81’ Jorge Sanguina), Tomás Lezcano; Diego Valdez, Estivel Moreira (66’ Marcelo Paredes), Elvio Vera, Diego Barreto (73’ Nicolás Barrientos); Sebastián Aranda (46’ Ronald Escobar) y Kevin Isa Luna (46’ Fredy Vera). DT: Humberto García.
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¡Tembetary logra su primer triunfo!
Atlético Tembetary ganó su primer partido del Clausura y es la gran noticia. Tuvieron que pasar diez fechas de este torneo Clausura y los anteriores seis que venía arrastrando del Apertura, para que el Rojiverde vuelva a sumar de a tres.
Y lo hizo nada menos que sobre Trinidense, que fue una sombra del equipo que le sacó el invicto a Cerro Porteño y que perdió la gran chance de acceder a la punta. El 3-0 lo dice todo.
Tembetary abrió temprano el marcador por intermedio de Estiven Pérez, tras centro de Gudiño.
Este sería después la figura del partido, por sus goles de penal, uno en ese primer tiempo y otro en el segundo.
TAMBIÉN AMELIANO
Otro que volvió a la victoria luego de mucho tiempo fue Ameliano. Lo hizo frente a Nacional en su Fortaleza de Villeta, al que también goleó 3-0 con los tantos de Alejandro Samudio en el primer tiempo y el doblete de Elvio Vera, uno de penal y otro con un golazo.
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El planetario de la libertad
- Marcelo Pedroza
- Psicólogo y Magíster en Educación
- mpedroza20@hotmail.com
Desenvolverse con transparencia es fundamental en la vida de las personas y en los entornos sociales. Es la virtud más bella que se transforma en el acto más simple que puede expresarse en cualquier evento.
Parte de un principio elemental, el de conocerse a uno mismo. Y para ello hay una pregunta que siempre exige honestidad a la hora de responder, ¿quién soy yo? Es aquí en donde hay que ser firme con los valores y justo con las apreciaciones acerca de nuestros vínculos con cada uno de ellos. Todas las asociaciones valorativas pueden ser favorables para la creación constante de nuestra historia cotidiana.
Jean Piaget (1896 – 1980), epistemólogo y psicólogo suizo, en el año 1942 enseñaba en el Colegio de Francia y de las clases que realizó durante ese tiempo nació el libro “La Psicología de la Inteligencia”; en dicha obra sostuvo que la vida afectiva y la vida cognitiva son inseparables, aunque distintas.
Es así dado que cualquier intercambio con el medio que habitamos supone una valoración. Y señalaba que sería imposible racionalizar sin experimentar determinados sentimientos y a la inversa, expresaba que no existen afectos sin un mínimo de compresión. Por lo tanto, ese yo que se atreve a responderse a sí mismo está plenamente habitado por razones y emociones.
En el escrito citado, el maestro Jean decía que un acto de inteligencia supone una regulación energética interna, la que se compone de intereses, esfuerzos, aspiraciones, y una externa, como el valor de las soluciones pregonadas en un suceso puntual; además, dejaba claro que ambas posiciones son de naturaleza afectiva.
El ser vive inmerso en el mundo que construye y en ese espacio son determinantes las ideas relacionadas a la autopercepción. La sinceridad del yo se extiende ante los demás y eso posibilita la convivencia basada en la confianza.
La estructura del comportamiento habitual está impregnada de pensamientos a través de los cuales fluyen elaboraciones criteriosas con diferentes fines.
En el pensar se halla el planetario de todas las libertades, ahí surgen las conexiones energéticas internas de Piaget y le dan una significación a las energías externas que se manifiestan. Entonces las elecciones son ideadas y apreciadas personalmente y tienen el respaldo del libre albedrío. De igual modo ante su proceder, así se responde con determinación y convencimiento.
El desarrollo progresivo del andar diario pide decisiones constantes. Lo que pasa es que hay polaridades que exponen al máximo los puntos directrices del actuar; entonces, se puede construir o destruir, se puede ser positivo o negativo, coherente o incoherente, respetuoso o irrespetuoso, educado o maleducado, solidario o egoísta, honesto o deshonesto y justo o injusto, por citar algunos ejemplos.
Para Piaget la conducta es un caso particular de intercambio entre el mundo exterior y el sujeto que la realiza. Y al ser concebida de esa manera supone la existencia de dos aspectos esenciales y estrictamente interdependientes, como son el universo afectivo y el cognitivo.
Es la inteligencia inherente a la vida, es la inteligencia innata en cada ser, es la inteligencia que se debe cultivar y compartir; sucede que es la inteligencia la madre de las conductas. Y por lo tanto, la fuente de la sociabilidad.
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Nacional suma y sigue
Tres penales, un expulsado, muchos nervios y un ganador sin excusas. Así se dio el triunfo de Nacional, que derrotó de visitante 2-0 a Trinidense, para acomodarse en la tabla y justamente superar a su rival de turno en las posiciones.
La iniciativa del partido la tomó el Tricolor, que con un remate de Hugo Adrián Benítez, mandó el primer aviso, en el amanecer del partido. El arquero Dufour respondió estupendamente.
De todas formas, la expulsión de Sergio Mendoza (entrada contra Iván Valdez) cuando apenas se jugaban 19 minutos de partido, condicionó el trabajo de Trinidense.
Porque no pasó mucho tiempo para que Juan Salcedo, tras un lateral, meta el codo en el rostro de Bailone, para el primer penal a favor de Nacional. El propio delantero se encargó de la ejecución y puso el 1-0.
Pese a todo, Trinidense tuvo en los pies de Camacho el empate sobre el final del primer tiempo, pero el Kili Rojas le negó el festejo.
Ya en el complemento, otro penal de VAR le dio a Nacional la opción de ampliar el marcador. Chiquito Giménez, en plena tarea defensiva quiso despejar una pelota, que cayó en su brazo. Nuevamente Bailone no dio opciones a Dufour y decretó el 2-0. Ese segundo tanto fue lapidario para los locales, que igual siguieron peleando aunque ya con muy pocas opciones. Dufour evitaba la goleada con otras intervenciones y la noche negra de los locales se cerró con el penal que Kili Rojas le paró a Chiquito Giménez en el final.