El seleccionador de Paraguay, el argen­tino Gustavo Alfaro, realizó un balance de lo que dejó el combo de noviembre en las eliminatorias suda­mericanas y el resurgir de la Albirroja en el camino hacia el Mundial Nortea­mérica 2026.

A través de una publicación en su cuenta de Instagram, el director técnico destacó la tremenda labor que rea­lizó Paraguay ante la actual campeona de América y del Mundo, Argentina, y en su visita a Bolivia, siempre com­plicada por la altura.

“La selección argentina implica un desafío supremo por su jerarquía, su vigencia y sus formas. Eso nos llevó al límite de nuestras capacida­des, de concentración, tem­planza y búsqueda. Lo que se vivió en el estadio fue memorable. Por el nivel de partido que ofrecieron ambos equi­pos, por la pasión que tra­suntó la gente en los distin­tos momentos y vaivenes del mismo. Con esa explosión de júbilo y pasión que encontró al país en el instante final”, manifestó Alfaro, publicó Versus de Nación Media.

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Paraguay logró una fantás­tica remontada ante Argen­tina; empezó perdiendo, pero terminó ganando con un golazo de Antonio Sana­bria y un cabezazo matador de Omar Alderete.

“Poco fue el tiempo para dis­frutar de una victoria con rasgos de histórica. Rápida­mente a pensar en escalar a la altura de Bolivia, desafiante y altanera. Babe Ruth decía que es difícil derrotar a una persona que nunca se rinde. Y si hay algo que define a este grupo, es eso: no ren­dirse, luchar para conseguir lo que esa plaza nunca había concedido”, escribió.

“No saben lo complejo que es jugar en esos 4.150 metros de altura. Sin embargo, este plantel se empecina en encontrar soluciones a las dificultades. Cada pique que hacían venía más de su corazón que de sus pulmo­nes. Ver la templanza, coraje y decisión de estos ‘héroes malditos’ como titula Pacho O’Donnell. Porque serán héroes o villanos según quién escriba la historia”, añadió.

En la última parte, Gustavo Alfaro destacó el resurgir de una de las selecciones más bravas del continente como Paraguay, que volvió a sus raíces y está siendo un dolor de cabeza para todos sus rivales.

“Porque se atrevieron a soñar y desafiar al destino. Hoy están de pie. Es momento para respirar y reflexionar, para empezar a transitar el cierre, lo más apasionante y lo más complejo. Con la tranqui­lidad de que Paraguay recu­peró su estirpe y su identi­dad. Argumentos que por respeto a su historia jamás deberá negociar. Marzo en el horizonte, y el objetivo en la mira...”, finalizó.

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