Toni nos lleva esta vez en busca de un antiguo fotógrafo del barrio Tacumbú, el señor Norberto Miltos, propietario del viejo Foto Estudio París, sobre avenida Quinta. Partiendo del infalible “GPS” de una antigua guía telefónica, emprendemos el viaje al pasado.
- Por Toni Roberto
- tonirobertogodoy@gmail.com
Son las 3 de la tarde de un caluroso domingo de febrero. Mi misión: encontrarle a un antiguo fotógrafo del barrio Tacumbú, el señor Miltos, propietario de la vieja Foto París, sobre la avenida Quinta. ¿De dónde parto? De una publicidad de una desgastada guía telefónica de 1985. Al pie del anuncio reza: sábados y domingos atendemos en Alberdi y 21 Proyectadas.
Tomo la calle Yegros y por el camino le encuentro al psiquiatra Marcos Capurro regando el pequeño jardín que posee la casa familiar que queda a las alturas de la intersección con la calle Segunda. Sigo apuntando al sur de la Asunción, en donde muchos en los años 40 soñaban con una casita propia, muchas de ellas inmortalizadas por la brocha de los pintores Soler y Pedro di Lascio. Mi “google maps mental” me arrimaba recuerdos de la persona que iba a rescatar de los “viejos cuarteles del olvido”. Aquel señor rubio, alto, que tomaba instantáneas de los acontecimientos de los años 60 y 70 en muchos colegios, cumpleaños, reuniones, en una época en la que el fotógrafo social era una profesión indispensable para inmortalizar aquellos momentos inolvidables del devenir ciudadano barrial asunceno.
La mirada de la media de los habitantes de Asunción observa aquellos lugares que quieren parecer París, Londres o Roma, pero el camino hacia el sur ejercita el pensamiento lacaniano, a “aprender a ver lo que no se ve”, a mirar esquinas, pequeñas casas construidas ni bien terminada la Guerra del Chaco, en este caso en una zona de la ciudad donde el silencio brillaba con el croar de las ranas y el canto de algún chiricoé y que hasta hoy se encuentra a salvo de la despiadada especulación inmobiliaria.
En muchos casos son los descendientes de aquellos ciudadanos de otras épocas los que nos transmiten oralmente esas historias contadas de a oídos, como fue la transferencia de datos de Nena de Sequera a su hijo José Enrique y que en este caso se da de la misma manera del señor Norberto Miltos a su hijo Luis Fernando. La memoria familiar se convierte en registro urbano de la ciudad.
EL INFORTUNIO DE FOTO PARÍS
Siempre repetimos la célebre frase “el infortunio se enamoró del Paraguay”. Eso pensé cuando Miltos me fue contando historias, como la de la gran tormenta de 1998 que se llevó gran parte de los archivos de Canal 9 con la caída de la alta antena. A pocas cuadras de esta casa fotográfica, simultáneamente, caía un árbol sobre el techo de Foto Estudio París, perdiéndose todo el archivo. Así, fotos, revelados, cintas, cámaras y fotos papel pasaron para siempre a mejor vida, desteñidas en un tiempo que terminó borrado por el azar de la madre naturaleza. Hoy rescatamos algunas gracias a la generosidad de ex alumnos de varios colegios, como es el caso de Marina Cazenave, del Goethe, donde el señor Miltos fuera fotógrafo oficial.
La charla me lleva a la vieja plaza Dr. Francia, cerca de donde ellos vivieron. En el predio un ancestral kiosko, observador de miles de historias, entre ellas el atentado contra Emiliano R. Fernández, uno de los músicos más emblemáticos del Paraguay, la noche del 3 de noviembre de 1948, del que los hermanos Norberto y Pinocho Miltos fueron testigos oculares. Unos pocos años después, la propiedad fue expropiada para construir parte de la Marina, entregándoles a ellos y a otras familias unos pequeños chalés en la altura sur de la ciudad en Alberdi y 23 Proyectadas, en aquella época el confín sur de la Asunción, cuya fachada exhibimos hoy.
Todo esto empezó con el encuentro de una vieja publicidad de hace 38 años buscándole al legendario Miltos, que había empezado quitando fotos de los eventos del ballet estable de Reina Menchaca, que le tuviera de compañera a Sussy Sacco, y que terminó con la desgracia de una gran tormenta que hasta antes de ahora solo lamentaba por la pérdida del viejo archivo del 9 y a la que ahora sumo la de la vieja Foto París de la avenida Quinta.
Al final lo que queda es el recuerdo de un archivo perdido en las memorias del barrio Tacumbú del infinito sur de la capital. Muchos lectores recordarán a aquel señor muy rubio y alto que andaba por las calles de Asunción con su cámara colgada al cuello, recorriendo eventos con su Fiat Multipla de los años 60. Tal vez todos podamos recomponer esta historia buscando en algún viejo álbum imágenes que hoy ya son parte de los recuerdos de las minúsculas historias urbanas de la ciudad de Asunción.