Se inauguró ayer 1 de junio en la esquina de una plaza céntrica con una variedad de libros con temas para todas las edades. Con el apoyo de una editorial, una mujer hizo realidad su aporte para intentar mantener viva la llama de la lectura en su ciudad natal.

En sus viajes de fin de semana a Pilar, Mabel Vera Huel suele acercarse a leer en la plaza Soldado Desconocido. Allí encontró un paisaje que entiende se repite en otros espacios públicos: “Veo que los jóvenes están vapeando, fumando, siempre con el celu y con el avance de la tecnología hay demasiadas opciones y es como que pasan más tiempo en los teléfonos y las computadoras y se olvidaron de los libros”, expone.

Entonces se propuso hacer algo para “tratar de que le encuentren el cariño a leer, a informarse. Incluso estoy pensando hacer talleres, cuentacuentos en fechas puntuales y armar una página web”, dice entusiasmada mientras comparte fotos de cómo quedó el chusco gabinete rojo que albergará los libros en la esquina de 14 de Mayo y General Díaz en la capital del Ñeembucú.

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“Comencé preguntándome: ¿será que poniendo algo público la gente se animará más a leer?”, cuenta para agregar que “es una autogestión que estoy iniciando porque soy pilarense, mi niñez, infancia y juventud, hasta el colegio los pasé allí. Así que busqué una forma de retribuir lo que recibí en la ciudad y transmitir a los niños y jóvenes la pasión por la lectura”.

La idea de Mabel es que el gabinete sea un primer ensayo y que después se pueda replicar en otros espacios públicos de la ciudad. “Ahora estamos cerca de la costanera, en un lugar que tiene mucha presencia de gente, pero también quiero llegar a los barrios, donde podemos aprovechar que en Pilar hacen mucho deporte para vincularlos a la lectura”, añadió.

COMPARTIR, INTERCAMBIAR

Vera Huel se basa en la idea de compartir una tarea esencial como la lectura en el proceso de aprendizaje que, a la vez, es una afición que puede también ser un hobby, un pasatiempo de gratas sorpresas: “Me doy cuenta de que estamos perdiendo la costumbre de leer un libro. Así que pensé en traer volúmenes con temas para adolescentes, cocina, estoy pensando en hacer pequeños eventos los fines de semana, que son los que tengo para dedicarle a eso”, se entusiasma. Durante la semana que pasó estuvo montando la estructura ante la mirada curiosa de los niños, sobre todo, y también de padres, vecinos, el ecosistema de la plaza toda.

“La iniciativa está apoyada por la Editorial Atlas y estamos llevando adelante el emprendimiento junto con ellos y la Municipalidad, que me dio ese espacio para que pueda ubicar el gabinete”, precisa.

“Principalmente hay libros de historia del Paraguay y también narrativa, cuentos para los niños y libros de autoayuda para emprendedores. El apoyo de Atlas es para el puntapié inicial y después, para poder multiplicarlo, porque se supone que tiene que ser autosustentable, es importante que el lector cuando vaya lleve un libro que terminó, lo done a la biblioteca y pueda retirar otro con el compromiso de seguir haciendo la cadena”, comentó.

“Lo más difícil es desprenderse de un libro, pero una vez superado eso, todo fluye y se siente como una manera de dar y compartir con los demás”, dijo al tiempo de compartir el número de contacto para donaciones: (0981) 419-327.

Este tipo de iniciativas funciona muy bien en Europa y en muchos países de Sudamérica. Inclusive en nuestro país están en marcha las Bibliotecas Callejeras que impulsara el escritor Aníbal Barreto Monzón, por citar un ejemplo. Sin embargo, Mabel admite: “Sé que es difícil, es un desafío muy grande porque no estamos acostumbrados a este tipo de cosas, pero entiendo que con el tiempo la gente va a entender y va a ayudar. A lo mejor en el comienzo desaparecen algunos, pero en un tiempo no muy lejano la mantendrán, la cuidarán, tengo esa convicción”.

UN ANTIGUO PLACER

Un gabinete con libros en la calle puede ayudar a mantener con vida un ejercicio vital de la humanidad. “Igual están los e-books”, dice Mabel Vera Huel, la mujer que ideó la Biblioteca al Paso que vio la luz en estos días en Pilar.

Para Mabel es importante recordar que un libro “te hace trabajar la imaginación, la creatividad. Estamos perdiendo mucho de eso y es más por el avance y lo que ofrece la tecnología, que también detrás de eso hace perder la comunicación intrafamiliar, interpersonal”.

Mabel Vera Huel. Foto: Gentileza

“Los padres no leen cuentos a sus hijos, que es una forma de comenzar a potenciar la lectura en los niños, leyendo desde pequeños”, apuntó. Como el gabinete está en la plaza Soldado Desconocido, “donde hay muchos niños jugando, entiendo que podremos hacer esa tarea. El fin de semana pasado mientras estábamos instalando el gabinete se acercaban y preguntaban para qué era. Así que como teníamos los libros de cuentos los invité a escuchar uno que les leyó una profesora amiga”, relató.

Vera Huel, que es mamá de tres hijos, entiende que esta situación ayudará a “crear una actividad al aire libre con las familias, leerles un libro a sus hijos, tratar de retomar un poco la lectura y que sean las propias familias las que lo inculquen”.

“Estamos perdiendo el tener un libro, el querer comprarlo, hojearlo. No es lo mismo leer que irse hojeando, se me hace más auténtico, hay gente que no le gusta leer en la computadora o en el teléfono. Estamos perdiendo la costumbre del leer, que nos ayuda a un montón de cosas, a mejorar el vocabulario, la expresión, a comunicarnos mejor”, subraya.

La mujer, que estudió Ciencias de la Comunicación y trabaja en una importadora de alimentos congelados, resume su afán: “Estoy tratando de que nuestra juventud ocupe su tiempo en cosas que le sean productivas y de más utilidad en su crecimiento y preparación

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