• Fotos: Pánfilo Leguizamón

En esta edición del programa “Expresso”, emitido por GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe al sociólogo Carlos Peris (CP) y al historiador Fabián Chamorro (FC) para reflexionar sobre el sentido de la identidad y la nacionalidad en tiempos en que la globalización y la acción de las fuerzas transnacionales ejercen una influencia cada vez más determinante en todos los ámbitos.

Hay algunas opiniones muy deterministas y facilistas respecto a la forma en que es el paraguayo. ¿Vivimos muy marcados por esa apreciación de paraguayos distintos?

–CP: A mí me parece que vivimos hoy en día en una sociedad extremadamente dinámica, es decir, el Paraguay de hoy es tan diferente al de hace 20 años. Como nunca también estamos viendo cómo la globalización, los medios de la globalización, la tendencia que traen consigo los elementos de la globalización, vienen a establecer no una población más heterogénea, sino una población que tiene intereses o que tiene perspectivas o que tiene ambiciones mucho más allá de lo local. Es decir, yo creo que más que nunca en Paraguay se están dando dos procesos.

–Probablemente el hecho curioso es que los procesos de universalización que se han tenido a través de la escuela se han suplido por vía de la tecnología.

–CP: Muchas instituciones que antes eran los elementos de socialización hoy en día están quedando atrás. Antes el elemento en el cual el chico socializaba o tenía su segunda socialización después de la familia era el colegio. Ahora, uno se va a ver hoy en día las dinámicas propias que se dan en un patio de recreo dentro de un colegio y los chicos tienen sus teléfonos, los chicos ya hablan incluso entre ellos estando al lado mismo a través de las redes sociales, porque es lo que vos compartís, yo recomparto o yo opino, o hacemos cosas así.

–¿Entonces la soberanía va a terminar siendo una cuestión arbitrada desde afuera o hay que anteponer una fuerte campaña de educación?

–FC: Va a tener que haber un discurso fuerte, en este caso del Ministerio de Educación, como para mantener esa identidad en una aldea globalizada. O sea, cómo le inculcás a los niños el tema de la territorialidad, el tema de la nación.

Carlos Peris, sociólogo

RITOS

–¿Te preocupa la calidad del aprendizaje de la historia?

–FC: Sí, es lamentable. La reforma que empezó posterior a la caída de Alfredo Stroessner terminó siendo nefasta para la historia del Paraguay, porque acortó y también sacó algunos ritos. Ahora se están instalando nuevamente el tema del Himno Nacional en la fila, el valor de la bandera, cosas que a nosotros nos inculcaron en el colegio.

–Apuntando que la identidad y la construcción de la identidad no pasan precisamente por formar fila.

–FC: No, por supuesto, eso se puede cambiar o puede ser totalmente diferente. No hace falta hacer fila, pero tiene que haber un elemento que comunique o que enseñe. O si no, se va a perder. Y qué es lo que se pierde. Siempre decimos que la historia es la raíz de la nación. Muere la raíz, muere el resto.

–CP: A mí particularmente me toca enseñar historia a esa gente que hace la transición del colegio a la universidad en el cursillo y ellos vienen con la lógica de que la historia es aburrida y que la historia es memorización de fechas. El gran problema que yo veo hoy en día es que no se enseña la historia desde una perspectiva crítica. Yo no me refiero necesariamente a un revisionismo o a una posición ideológica revolucionaria, sino entender la historia como un proceso y tener una visión analítica de los hechos. Eso es lo que falta, unir lo analítico con la realidad.

–Una de las cosas que me pregunto siempre es si somos concientes de que somos un país diverso. En Paraguay, no sé si por su condición de país unitario, tiene una tendencia a la homogeneización.

–CP: Cuando se conforman los Estados-naciones se priorizaba la unidad nacional, tener conceptos que nos permitan unificar a todos y a todas. Pero después de esa primera parte, hay que empezar a plantar o a discutir o a exhibir ciertos particularismos. A mí eso me llama mucho la atención cuando se trata del tema indígena. La mayoría de la gente cree que el indígena su lengua es el guaraní. Pero incluso el ser indígena es tan diferente para un tomárãho que para un mbyá. Tienen otra filosofía, tienen otra cosmovisión del mundo.

CULTURAS INDÍGENAS

–Yo creo que hay una materia pendiente histórica de todos los gobiernos de la historia de Paraguay con respecto a la cuestión indígena.

–CP: Durante décadas el tema indígena se trató desde el Ministerio de Defensa. ¿Y eso qué significaba? El Ministerio de Defensa, por naturaleza, se ocupa de la protección de las fronteras, la protección del territorio en su sentido más amplio. Entonces estamos hablando de una visión del enemigo interno.

–FC: De hecho en la guerra del Chaco hay un genocidio. Las parcialidades que vivían en la zona donde mayormente se combatió fueron exterminadas por ambos ejércitos porque eran un enemigo común. Como no eran asimilables, no te podían servir como guías. Era una molestia para los ejércitos y los terminaron. En la época de Stroessner los aché sufrieron un genocidio para sacarles sus territorios en la época dura en la que justamente empieza el reparto de tierras a través de otras instituciones.

–Hay otra cuestión que tiene que ver con un proceso de suplantación de identidad en las fronteras. En la frontera con Brasil es muy común ver que comunidades enteras están transaccionando con valores brasileños, están dialogando con la cultura de Brasil.

–FC: Ese es otro peligro. Yo veo con preocupación, especialmente con lo que tiene que ver con Brasil. Hay que hacer ahí un trabajo importante con la identidad nuevamente. En Alto Paraná vas a encontrar gente en los municipios que te hablan en portugués, negocios con carteles en portugués, la transacción también. De repente no te quieren agarrar guaraníes o te cobran más caro cuando te van a cobrar en guaraníes. En el siglo XVIII los primeros geoestrategas brasileños decían que su frontera terminaba donde terminaba su idioma.

–¿Carlos, cómo ves desde tu disciplina esto?

–CP: Desde mi disciplina, pero por sobre todas las cosas desde mi línea de investigación, que es la cuestión del narcotráfico y la seguridad, no se puede entender la configuración criminal del Paraguay si es que no entendemos las necesidades, la configuración y las dinámicas criminales en Brasil. Hoy en día todo este proceso de la cocainización que está teniendo el Paraguay se debe en gran medida a un grupo criminal transnacional que está llevando una hegemonía en el campo criminal, que es el Primer Comando de la Capital.

SUPLANTACIÓN DEL ESTADO

–¿Qué rol juegan las fronteras en este contexto?

–CP: Históricamente nos tenemos que situar desde un proceso que empezó fácilmente hace 60, 50 años atrás, esos lugares que hoy están marcados como rojo de criminalidad, fueron fronteras grises, fueron fronteras abandonadas, fueron fronteras en las que el Estado en su momento no se ocupó. Entonces cuando hay un Estado ausente, históricamente como ocurrió hace 40, 50, 60 años atrás, empiezan a emerger otros elementos sociales que tienen las mismas funciones que el Estado.

–¿Y te da temor en términos de identidad histórica esas ocupaciones fácticas?

–FC: Y al no haber Estado, sí. Ahí el crimen organizado es el que cumple las funciones del Estado y a ese tipo de Estado no le interesa ni identidad. Es un territorio que tienen para hacer negocios y es cada vez más grande. Hay una lucha frontal contra el Estado paraguayo. Todavía no tenemos una guerra y espero que no ocurra, pero el día que esta gente se le ocurra armar a los bañados, tenemos 120.000 bañadenses en Asunción, desde el bañado Caracara hasta Santa Ana. Ahí vamos a estar en un problema que no va a ser solamente la frontera, va a ser acá también.

Fabián Chamorro, historiador

–¿Tenés información sobre la calidad de la enseñanza de nuestra identidad en esas regiones?

–FC: Tengo referencias porque yo trabajo mucho con el tema de ir ya sea a sitios históricos en la zona o también a dar charlas. Y es la misma calidad que en el resto del país. Es mala la calidad. Es memorista. Con la diferencia que de repente lo que encontré que me llamó la atención como un punto a favor que hay en poblados específicos de esa zona donde los docentes cultivan el guaraní.

–¿Hay un reemplazo en el idioma en esas zonas?

–FC: Se da por sectores. Hay sectores donde ya penetró completamente el portugués y donde hay una especie de defensa que las comunidades crean con el idioma guaraní más que con el castellano. Me llamó la atención que hay comunidades donde de repente hablan en portugués y el guaraní.

LA DEMOCRACIA

–¿Ustedes cómo ven desde la perspectiva histórica y sociológica la incorporación de los valores de la democracia?

–FC: El Paraguay tiene una vida democrática muy tardía. Los primeros gobiernos pos-guerra contra la Triple Alianza no fueron democracia, fueron regímenes oligárquicos. No había elecciones ahí. Revoluciones, candidatos únicos, revoluciones. La primera elección bipartidista fue en 1928, que termina ganando José P. Guggiari. Y después ya viene, dentro de un contexto mundial, la militarización. Algunos historiadores dicen que es posterior, pero en 1936, al caer el gobierno de Eusebio de Ayala con Rafael Franco, empieza ese periodo militar que ya se va con (Andrés) Rodríguez y después tuvimos una figura militar muy fuerte hasta 1999, que fue Lino Oviedo. Si vamos a poner una línea de tiempo, la democracia empieza con (Juan Carlos) Wasmosy. Debemos ser la democracia más joven de Latinoamérica.

–CP: Muchos cientistas políticos dicen que la verdadera transición no se da durante los 90. Se da recién cuando asume Nicanor Duarte Frutos y Luis Alberto Castiglioni en 2003, ¿por qué? Porque fueron los dos primeros que llegaron al poder que no tenían ni un pasado ligado al estronismo. Porque todos los que estuvieron antes o fueron o funcionarios o militares o empresarios o lo que sea. Y después hay que sumar en 2008 la elección de Fernando Lugo, que ahí también se dio una cuestión histórica, el paso del poder de un signo político a otro sin necesidad de revolución, golpe de Estado o cuartelazo.

–¿Qué pasa en un país donde sus fuerzas opositoras están tan debilitadas? Esa tendría que ser una señal de atención con relación a la salud de la democracia.

–FC: Los partidos políticos tradicionales están en terapia en casi toda la región, desde México para abajo, exceptuando acá, donde hay un Partido Colorado que parece invencible, por lo menos a corto plazo.

SUBSISTENCIA COTIDIANA

–¿Las personas hablan de política o los que hablan de política son los medios de comunicación?

–CP: Son los medios los que hablan más de política que las personas. Las personas al fin y al cabo están en la subsistencia cotidiana. El Paraguay está sufriendo procesos de globalización. La precarización en el trabajo, es decir, uno tiene que tener más de un trabajo para sobrevivir, cada vez hay menos tiempo para el ocio, para el disfrute personal, el poder adquisitivo de las personas baja porque el salario baja, eso no es solamente una cuestión de Paraguay, son cuestiones globales. Entonces, las dinámicas de las personas hoy en día es más de subsistencia. Además, ¿cuál es la dinámica hoy en día de las redes sociales? Pasar, escrolear. Uno nunca se centra en un tema.

–¿Cómo está la investigación académica y científica?

–CP: Hoy en día se tiene una visión muy enfocada a lo que son las ciencias naturales, la ingeniería, la química, la medicina. Hoy en día hay una mentalidad de que el progreso está cultivando esa ciencia y nadie niega eso. Pero automáticamente intentan desprestigiar o reducir al mínimo las ciencias sociales. Efectivamente mucho de lo que es la innovación tecnológica está en las ingenierías, en la programación, pero de qué te sirve eso si no tenés pensamiento crítico, social y humanista.

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