El próximo año 2037 Asunción cumplirá 500 años. Falta poco más de una década para esta fecha altamente simbólica y la primera interrogante que se abre es si, al igual que durante el Bicentenario, se podrá generar una ola de fervor que, además de robustecer el conocimiento de la historia y las expresiones artísticas, en esta ocasión se traduzca en una mejora permanente de la integridad, servicios y habitabilidad de la ciudad.
- Por Paulo César López
- paulo.lopez@nacionmedia.com
- Fotos: Jorge Jara
Más de un millón de personas ingresan diariamente a la ciudad de Asunción para estudiar, trabajar, realizar trámites administrativos, judiciales o atender su salud. Sin embargo, en horas de la noche tras las horas pico las calles quedan desiertas. Además del despoblamiento, hay otros problemas crónicos como el deterioro de los edificios patrimoniales, la falta de espacios verdes, el ineficiente sistema de transporte público, gestión de residuos, la falta de redes de alcantarillado, la inseguridad y el crecimiento de las poblaciones ribereñas que viven en condiciones de marginalidad.
Para debatir sobre estos y otros problemas, así como sus posibles soluciones, fue realizado esta semana en el Hotel Guaraní el Foro de la Federación Panamericana de Asociaciones de Arquitectos (FPAA) “Asunción 500 años”. Durante la jornada del miércoles, que fue abierta para todo público, entre otras participantes la joven arquitecta Viviana Pozzoli formó parte de la mesa dedicada a los “desafíos y oportunidades”.
No es fácil plantear una entrevista tras una larga jornada es la que todos ya saben lo que hay que hacer y no queda más que poner manos a la obra. Seguir hablando parece un ejercicio inútil. No obstante ello, en medio de los apuros por rajar al after foro, Pozzoli accedió a charlar con El Gran Domingo de La Nación sobre las oportunidades que ofrece el quingentésimo aniversario de Asunción para solucionar sus problemas más urgentes.
–Quiero empezar haciendo una comparación con lo que fueron las celebraciones del Bicentenario. ¿Cómo te parece que la ciudad se puede beneficiar del importante aniversario que se aproxima?
–Es una oportunidad de vuelta. Lastimosamente, un problema sistemático que tenemos es que no le damos continuidad a las cosas. Si hubiésemos mantenido esa energía de la época del Bicentenario, esa energía de activación, de transformación, de mejora para la ciudad, probablemente hoy íbamos a estar teniendo una Asunción y un centro histórico distinto. El desafío es aprovechar esa energía y que después no se desvanezca, que los proyectos grandes de inversión se prolonguen en el tiempo. Ahora viene este evento histórico y sabemos que va a haber de vuelta un entusiasmo y una presión, ya sea de la ciudadanía o de las instituciones públicas, de demostrar que se hizo algo, que se avanzó en algo. Entonces, tenemos que aprovechar esa inercia y hacer todo lo que no hicimos en este lapso de tiempo.
–Previsiblemente van a haber partidas presupuestarias importantes para esa fecha. ¿Cuál te parece que son los proyectos inmediatos y más urgentes que deberían implementarse en la ciudad, sobre todo lo que tiene que ver con la revalorización y puesta en valor del centro histórico?
–Se tienen que aplicar las políticas públicas de acceso a la vivienda en el centro de Asunción. Tenemos que volver a habitar el centro, el ciudadano tiene que volver a la ciudad. Se habló mucho de varias estrategias que quieren implementar, como reducir los impuestos y la tarifa de los servicios para que la gente venga a vivir al centro. El tema es que se pase a la acción. Todo es muy lógico, muy lindo, muy posible, pero pasa el tiempo y no se aplican los proyectos. Esta problemática del centro no es algo reciente, no es algo que no sepamos, todo este diagnóstico lo sabemos desde hace muchísimo tiempo y también sabemos de las posibles soluciones. Entonces, lo que está faltando es que realmente se apliquen todas estas ideas, todos estos proyectos.
MULTIPLICIDAD DE FACTORES
–¿Por qué se da esta problemática de que cada vez más gente sale del centro?
–El centro está expulsando a la población desde hace mucho tiempo por múltiples razones. La gente obviamente decide vivir en donde considera que es un lugar apropiado para el desarrollo de todas sus actividades y de repente el centro histórico se volvió un lugar no deseable para la vida, para la vivienda, para el habitar en múltiples aspectos. Esto es prioritario, que la gente vuelva al centro. Para que eso suceda tienen que haber condiciones favorables. Para empezar tenemos que atender la conectividad y la movilidad dentro del centro, mejorar el sistema de transporte público, que hasta hoy en día no tiene mejoras considerables. Esto lo venimos hablando hace demasiado tiempo. Sabemos que un buen sistema de transporte público es clave para que la ciudad pueda funcionar adecuadamente. Otro factor es el económico, porque es caro estar en el centro, los impuestos son mucho más altos que otras zonas de la ciudad. También está la problemática de la inseguridad a consecuencia de las poblaciones informales que van en aumento en los bañados y que están tan próximas al centro. Y estas personas también tienen derecho de tener una vida urbana digna, o sea que la cuestión no se soluciona con más policías. Hay un problema estructural que hay que atacar de raíz. ¿De dónde viene esa gente que viene a vivir en condiciones precarias a la ciudad en búsqueda de oportunidades? Fundamentalmente es gente que fue expulsada de las zonas rurales. Es decir, hay una cadena de problemas que hay que atender que van más allá de los límites del centro de la ciudad.
–¿Cómo se puede hacer para que ser propietario de un edificio histórico pase a ser una ventaja y no una carga?
–Este es un tema delicado en el sentido de que trabajar con un edificio viejo tiene ciertas complejidades y ciertas exigencias para poder ponerlo en condiciones y para adaptarlo a las nuevas necesidades de cómo vivimos hoy. Tendrían que haber incentivos. De hecho que hay exoneración de impuestos para inmuebles catalogados de valor patrimonial que se mantengan en buen estado, pero obviamente no es suficiente. Hay que considerar también que a la hora de hacer un proyecto en un edificio patrimonial por lo general encuentras muchas trabas burocráticas para conseguir los permisos. Por eso creo importante cuestionar la visión que t e nemo s respec to al patrimonio , puesto que la postura de momificar la ciudad conservando al patrimonio así tal cual como hace 200 años y que funcione de la misma forma ya está comprobado que no es la mejor manera. Tampoco digo que hay que ir al extremo de no cuidar el patrimonio, ni hacer modificaciones o proyectos que sean muy agresivos. Pero siempre hay que hacer el estudio de cada caso, del potencial que tiene el edificio patrimonial, su valor histórico, su valor material, el estado en que se encuentra y a partir de ahí ver cómo se puede transformar. Capaz no sea la forma más fácil, pero eso no quiere decir que no sea muy interesante hacer el esfuerzo de proyectar con la preexistencia patrimonial histórica, que sea realmente un plus en el proyecto, porque el beneficio que te pueda dar tener un elemento como ese dentro de un proyecto puede ser exponencial, pero requiere pensamiento, dedicación, tiempo de proyecto, tiempo de encontrar la manera de sacarle el potencial a eso. Yo creo que ahí está la responsabilidad de los proyectistas arquitectos que nos encontramos de repente con ciertas presiones de hacer proyectos veloces. El cliente también siempre está apurado, el capital siempre está muy apurado.
USOS DEL ESPACIO
–Más que un conservacionismo estricto, ¿el camino para que el patrimonio se convierta en un activo favorable sería adaptar su funcionalidad a las necesidades actuales?
–Por supuesto, porque obviamente la manera en que habitamos hoy no es la misma que hace 100 años. Cambió bastante la manera en que usamos los espacios y también los usos. Algunos de estos edificios patrimoniales fueron concebidos como residencias y hoy necesitan ser oficinas o comercios u otros usos. Esto implica ciertos cambios espaciales y hay que saber cómo hacerlos.
–¿Cuáles son algunos puntos positivos que te parece se podrían destacar del potencial de crecimiento y mejora que tiene la ciudad?
–Algo positivo que tenemos es la cuestión de la escala. Somos pequeños, por lo tanto nuestros problemas también son pequeños. Tenemos una escala muy fácil de moldear como ciudad, es muy manejable. O sea, el tamaño de las inversiones económicas necesarias para los proyectos de la ciudad son proporcionales a nuestra escala, no son números descabellados. Sin embargo, a veces conseguimos los recursos y no los usamos de manera eficiente ni inteligente. Soy optimista porque creo que si hay un compromiso de la sociedad, de las instituciones públicas, de las organizaciones civiles y las instituciones educativas de apuntar a lo mismo, realmente vamos a poder. Hay que aprovechar esta inercia del quinto centenario de nuestra ciudad para ver qué podemos sacar. Tenemos potencial y podemos hacer muchas cosas, tenemos todo para hacer.
COORDINACIÓN INSTITUCIONAL
–¿Cuáles son algunas medidas sencillas y rápidas que se podrían implementar con vistas a este objetivo?
–Y hay que mejorar la gestión de los proyectos, la burocracia dentro de las instituciones públicas. Hay que pasar a la acción. Tiene que haber más coordinación entre las distintas instituciones involucradas. Yo tuve experiencia de trabajar en ciertos proyectos públicos y me di cuenta de que muchas instituciones públicas entre ellas no están coordinadas o están enemistadas, no hay colaboración. Y obviamente ese no es el camino, estamos desperdiciando muchísimo esfuerzo. De repente varias instituciones tienen proyectos para un mismo lugar y en vez de juntarse todas y apuntar a un único proyecto se pisan entre ellas. O sea, desperdician muchísima energía por no poder coordinar entre los distintos actores. Yo creo que es una cuestión de determinación.
–¿Te gustaría hacer un comentario final para ir cerrando esta charla?
–Me gustaría terminar con algo optimista en el sentido de que nuestra ciudad, el centro histórico de Asunción, tiene mucho potencial. Es bella a pesar de su abandono, tiene una escala muy humana, aún cuenta con una gran cantidad de edificios de alto valor patrimonial y además está en contacto con el río Paraguay, tiene tanto potencial que justamente nos hace soñar en todas las cosas que podrían suceder ahí. Y de vuelta yo estoy segura de que es una cuestión de determinación, de coordinación, de voluntad colectiva para que se ejecuten los proyectos de los que ya se vienen hablando y proyectando hace muchos años. Creo que van a suceder cosas y tenemos que tratar de involucrarnos desde donde podamos para sumar.
PERFIL
- Viviana Pozzoli Ferreira nació en Asunción el 23 de febrero de 1990.
- Arquitecta egresada de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, 2016.
- En 2017 funda el estudio Equipo de Arquitectura junto con Horacio Cherniavsky.
- Es docente de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Arte (FADA) de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción.
- Entre otras condecoraciones, entre las más recientes cabe citar el premio Moira Gemmill Prize for Emerging Architecture Awards en Londres, Reino Unido, en 2023, y fue ganadora en la categoría de vivienda unifamiliar en los premios Brick Award de Viena, Austria, en 2024.