“Nosotros vamos a ser los pioneros en Sudamérica en el uso de pequeños reactores modulares”, dice el Dr. Jorge Molina, ministro de la Autoridad Reguladora Radiológica y Nuclear (ARRN). Si bien el proceso puede durar al menos unos 10 años y requiere una inversión multimillonaria, el país viene dando los primeros pasos de manera firme hacia esta forma de producción de energía, que el especialista dice que hoy en día es bastante más segura que en el siglo pasado.
- Por Jorge Zárate
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“Hay que entender que el límite de producción de Itaipú y Yacyretá está situado por los expertos en 2030 en el escenario pesimista y en 2033 en el optimista”, recuerda Jorge Molina, ministro de la Autoridad Reguladora Radiológica y Nuclear (ARRN).
Este doctor en física, especializado en el Brasil, entiende que es fundamental expandir las fuentes de energía en el país no solo usando la nuclear, sino también invirtiendo más en energía solar, la producida por gas y las microturbinas hidroeléctricas, fuentes en las que ve posibilidades en el país.
Vale decir que lo que estas últimas proveerán serán aportes todavía menores, ya que la capacidad de Itaipú es de 14.000 MW y la de Yacyretá de 3.200 MW, pero que es importante desarrollar debido al crecimiento constante de la demanda de energía.
En el caso de su especialidad, Molina propone usar un SMR, un pequeño reactor nuclear modular, que produce hasta 300 MW, de tecnología moderna y mayor seguridad que las viejas plantas nucleares que tienen, por ejemplo, Argentina y Brasil.
FORMACIÓN PROFESIONAL
Operar una planta como esta demandaría el trabajo especializado de unas 300 personas, por lo que también se debe avanzar en la formación de profesionales, entre ellos ingenieros nucleares, mecatrónicos, electrónicos, y una diversidad de oficios.
“Estamos cerrando un convenio con la Universidad de Texas A&M, que es la universidad más grande de Estados Unidos en la formación de recursos humanos para operar reactores”, comentó Molina, recién llegado de un viaje al país norteamericano.
Aquí su diálogo con La Nación/Nación Media:
–¿Qué posibilidades ofrece la energía nuclear al país?
–Es una fuente de energía más para diversificar la matriz energética que tenemos nosotros, que es la hidroeléctrica. Tenemos que diversificar porque o si no vamos a tener problemas. Ya tuvimos algunos con la sequía del año pasado, que nos derivó un 40 % menos de producción de energía. También tenemos que ir pensando que eso tiene un límite que se nos viene encima.
REQUISITOS
–¿Qué nos hace falta a nivel infraestructura para poder aprovechar los beneficios que ofrece?
–Antes de hablar de infraestructura tenemos que cumplir una serie de requisitos para ser un país nuclear. Tenemos que manifestar nuestro interés primero ante el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que tiene una serie de delineamientos. El estudio de la infraestructura necesaria para construir una central nuclear reclama 19 requisitos que tenemos que satisfacer como país para ser aceptados dentro del programa.
–Mencionaba en un artículo que es un proceso de al menos 10 años la formación de profesionales, la construcción de una planta, etc. ¿Qué avances hay en este sentido?
–Claramente ahora estamos en el paso cero, que se demoraría un año aproximadamente, que es la decisión del país de construir un reactor nuclear. A partir de allí se debe elegir el reactor y luego tenemos que obtener la licencia que da la autoridad reguladora. Una vez que salen esos permisos, que demoran unos 5 años, allí se iniciaría el proceso de construcción, que insumiría otros entre 5 y 10 años. O sea, tenemos unos 15 años, que es lo que se demora en construir un reactor nuclear en cualquier parte del mundo. Ahora, con las nuevas tecnologías, hay pequeños reactores modulares y se espera que estos plazos se acorten, ya que se fabricarían en serie, pero todavía falta para su implementación. Lo cierto es que, una vez que estén disponibles, estos plazos que mencionamos se pueden reducir a 10 años más o menos.
–¿Cuál sería la posible locación de una planta nuclear en el país?
–Justamente en 15 días está llegando una misión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de Viena, que va a trabajar conjuntamente con técnicos del Viceministerio de Minas y Energía, de la Administración Nacional de Energía (Ande) y nuestros equipos de la ARRN para hacer los estudios de dónde quedaría mejor una planta. Eso va a depender mucho de a dónde quiere enviar la energía eléctrica la Ande porque, por ejemplo, podemos tener una alta demanda en el Chaco y puede resultar importante situarla allí. Estos pequeños reactores modulares (small modular reactor o SMR, por su sigla en inglés) producen hasta 300 megawatts (MW) y ya no son esas plantas gigantes que se veían antes, sino que tienen el tamaño de un supermercado. Tampoco necesitan estar al lado de un río para refrigerarse, porque se pueden enfriar con gas.
YACIMIENTOS DE URANIO
–Se estima que el país tiene 8 millones de toneladas de uranio y ya hay empresas haciendo prospecciones. ¿Cuánto tiempo de aprovechamiento se podría estimar con base en ello?
–Así es, una parte del mineral de uranio está en Yuty y la otra en Coronel Oviedo. El tiempo de aprovechamiento depende del uso y como estas centrales nucleares son de poco consumo y la vida útil de un reactor son 100 años aproximadamente, entiendo que al menos por unos 50 años se tendría material para proveer a los emprendimientos y exportar.
–¿Es factible la exportación de uranio?
–Sí, claro, porque el consumo en Paraguay va a ser muy poco. Imaginen que Argentina con sus reactores consume 200 kilos al año aproximadamente. Así que nosotros les daríamos el óxido de uranio a Argentina y eso se manda a Bariloche y allá ellos hacen la parte del enriquecimiento porque nosotros no tenemos la tecnología. La idea es exportar porque nosotros no vamos a utilizar ni el 10% de lo que se puede extraer e hicimos un cálculo de que aproximadamente 500 kilos por año podríamos exportar.
USOS
–Energía, salud, agricultura aparecen como campos en los que la energía nuclear puede incidir. ¿Qué ejemplos prácticos de aplicaciones nos podría dar?
–Nosotros estamos colaborando con el OIEA y existen varios proyectos a nivel país, cooperación técnica en muchas áreas, en veterinarias, en agricultura, en salud. El ejemplo más clásico es el del Hospital Nacional del Cáncer (Incan), donde se hace la aplicación directa de la energía nuclear para combatir el cáncer. Después también tenemos para irradiación de semillas en la parte de agricultura o para eliminar el gusano barrenador en la ganadería. Ahora queremos dar el gran paso hacia la producción de energía eléctrica.
–¿En qué cuestiones se avanzó tras la visita del director general del OIEA, Rafael Mariano Grossi?
–A lo que nos comprometimos en la reunión con el presidente Santiago Peña es a presentarle el informe en el que justamente el país debería tomar esa posición que te decía de si vamos a utilizar el reactor nuclear para la producción de energía eléctrica, cuestión que se hará a fines de año.
–Con base en su experiencia internacional, ¿cómo está el mundo en torno a la seguridad en el uso de la energía nuclear?
–Bueno, por ejemplo, Fukushima (en Japón) fue una desgracia de un terremoto 9.1 seguido de un tsunami, cosa peor no podía pasar en el mundo y no murió nadie debido al accidente nuclear. Hubo unas filtraciones, pero no hubo ningún reporte de una muerte si bien fue una catástrofe. Después de ello Alemania cerró sus centrales nucleares, por ejemplo. Vale decir que los reactores nuevos son mucho más seguros, permiten que se enfríen solos durante setenta y dos horas sin intervención humana, entonces la seguridad está bastante más avanzada. Por eso es tan caro y demora tanto en hacerse.
UNA INVERSIÓN DE 1.000 MILLONES DE DÓLARES
Hay un dato asombroso en todo el emprendimiento. Cuesta unos 1.000 millones de dólares instalar un pequeño reactor modular (SMR, small modular reactor).
Jorge Molina, ministro de la Autoridad Reguladora Radiológica y Nuclear (ARRN), explica que representa “prácticamente el triple de lo que salen los equipos de energía solar. Todavía es un poco caro, pero con el tiempo y con el uso creemos que va a pasar exactamente lo que pasó con la energía solar, que comenzó siendo muy cara, pero después fueron bajando sus costos”.
Igual expone que el precio final recién se sabrá cuando se encargue el equipo SMR, ya que es una tecnología nueva que todavía no está operando en el mundo.
“Canadá entiende que tendría las autorizaciones para el 2027 para instalar el SMR de 300 MW que fabrica la General Electric. Es decir, los estaría usando en el 2028/29. Después de ellos hay pedidos de aproximadamente 35 países para usar esa tecnología. Así que entendemos que los costos irán bajando”.
MICRORREACTORES
Molina explica que la tecnología nuclear avanza hacia la producción de microrreactores que producen hasta 10 MW. “Estos pueden ir montados en trailers de camiones. Por ejemplo, para una fábrica se podría instalar uno de estos y solucionar los problemas de provisión eléctrica”.
La cuestión es que todavía están en fase de prueba y recién estarán operativos en 2029/30.
“En Estados Unidos hay mucho interés, sobre todo por los data centers, que de esta forma ya no necesitarían entrar en la red eléctrica, sino que directamente tienen su propio generador”, comentó.
APUESTA EN EL MUNDO
Molina recuerda que en la Cumbre del Clima de 2021 se decidió “triplicar el uso de energía nuclear en todo el mundo para el 2050 porque la demanda de energía en el mundo es tan grande hoy en día que no se va a llegar si no se acortan los plazos de producción e instalación de reactores”.
Actualmente, existen 412 reactores operativos en 33 países, 58 en construcción y muchos más planificados.
Se estima que la energía nuclear ayudará a la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera, ya que cada año evita que más de 2.000 millones de toneladas de dióxido de carbono, equivalentes a cerca del 6 % de la totalidad de emisiones contaminantes por cualquier actividad, sean arrojadas a la atmósfera. De hecho, es la segunda fuente de generación de electricidad limpia a nivel mundial, por detrás de la energía hidroeléctrica.