En esta edición del programa “Expresso”, del canal GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe a Miguel Ángel Gaspar, experto en ciberseguridad, quien habla de los peligros y los cuidados que se deben tomar para prevenir la ludopatía digital, especialmente en los niños, así como los abusos subsecuentes que podrían darse en línea. Gaspar es enfático en que los smartphones no deben ser utilizados en el proceso pedagógico, en tanto que en el ámbito doméstico aconseja la supervisión permanente de los padres, y la prohibición del empleo de los aparatos en los espacios de intimidad como habitaciones y baños.
- Fotos: Pánfilo Leguizamón
–¿Cuán presente está el problema de la ludopatía digital?
–Es tan próximo el problema que lo venimos hablando ya hace varios años y en la región ya se están tomando medidas. Desde la Sociedad Argentina de Pediatría pidieron a la Asociación del Fútbol Argentino para empezar a prohibir en las camisetas los sponsors de apuestas deportivas. ¿Por qué? Porque entendieron que es algo que golpea de lleno a niñez y adolescencia. En nuestro país en los últimos tres o cuatro años, venimos reconociendo en los talleres que damos en los colegios un número creciente exponencial de niños que están apostando y cerramos el 2024 con la Policía Nacional desbaratando grupos de Telegram en donde niñas de entre 9 y 13 años vendían fotos y vídeos de ellas desnudas o en ropa interior para seguir apostando, comprar aceleradores de juegos o tener dinero para seguir apostando.
–¿Cómo se define esta adicción?
–La Organización Mundial de la Salud define la ludopatía en su formato digital como la pérdida del control en el azar y las apuestas en juegos digitales. Lo que maximiza el impacto o el riesgo en niños, que son las principales víctimas de esto, sobre todo varones, es que la interconectividad hace que los pedófilos, pederastas y abusadores reconozcan a los niños ludópatas porque son vulnerables. La Organización Mundial de la Salud, en su manual CIE 11, Clasificación Internacional de Enfermedades, número 11, ratificado en 2022, declara la adicción a los videojuegos como un problema de salud mental. Hay que entender que los smartphones no son para niños. No toda la tecnología es buena ni podemos solucionar todos nuestros problemas con tecnología. Cuando digo que un smartphone no es para niños, estoy diciendo, aunque usted no cargue una sola aplicación en el smartphone, que el sistema operativo va a tratar al usuario como si fuera un adulto, porque es un servicio.
–Un diálogo entre un algoritmo y un individuo...
–La principal causa por la cual los niños y los adultos terminan con el cerebro secuestrado es que estos dispositivos tienen entre 50 y 80 sensores que en todo momento están registrando información comportamental del usuario. Cuando la gente dice “yo siento que el teléfono me escucha o ya sabe lo que pienso”, en realidad lo que quiere expresar es que de alguna manera el teléfono se está comunicando con el usuario para predecir un hábito de compra, una actitud de compra y es porque la cámara es un sensor, el micrófono, el bluetooth así como el acelerómetro, velocímetro, proximidad, etc.
ALGORITMOS
–¿Podés explicar técnicamente?, porque en este caso espionaje no significa que alguien te está escuchando el celular, sino que hay algoritmos que están captando tus movimientos, ¿verdad?
–Un algoritmo ni siquiera es un concepto que tenga que ver con informática. Un algoritmo es una serie de pasos precisos, definidos y finitos para hacer algo. Cuando hablamos de algoritmos informáticos hablamos de programas o segmentos de programas con una finalidad específica. Cada aplicación, incluidos los sistemas operativos, tienen un algoritmo que los caracteriza, que es el algoritmo de recomendación. El algoritmo de recomendación toma todos los datos posibles de la mayor cantidad posible de sensores para establecer un patrón de conducta y comportamiento. Esos datos se tratan en el celular y lo que se comparte con otras aplicaciones o con las plataformas son informaciones comportamentales del usuario.
–¿Por qué sostiene que el teléfono no es para niños?
–Le voy a hacer una pregunta. Estamos 350 padres en una reunión y los hijos jugando abajo en el colegio, pero sube alguien de repente y dice que hay cuatro personas desconocidas que están sacando fotos y videos y dándoles caramelos y juguetes a los chicos y preguntándoles dónde viven y compañía, ¿qué va a hacer usted? Un padre me responde “les voy a reventar a patadas y después le voy a preguntar quiénes son”. Los 350 padres estuvieron de acuerdo con eso. Entonces, la pregunta es ¿por qué si en el mundo físico vos tomás esa decisión, en el mundo digital lo dejás solo con algo que es la antesala a la ludopatía?
–¿Cuál es la edad promedio de inicio?
–Lamentablemente en nuestro país cada vez la edad es más baja. Tenemos un primer rango etario que accede a pantallas entre los dos y los cinco años. Los chicos en Paraguay que de dos a cinco años tienen acceso al teléfono promedio 3 horas por día, pasan más tiempo frente al teléfono que las 930 horas de clase que propone el MEC (Ministerio de Educación y Ciencias) en las escuelas públicas, ya que pasan 1.080 horas frente a las pantallas. Para los padres es una solución porque el niño no molesta, está callado, está tranquilo, lo ven y ahí empieza el primer error. El enrolador de los juegos son los padres, porque piensen que los niños están en casa. Esta es nuestra frase hace diez años. “Si tus hijos están en casa y están en internet, no están en tu casa, están en internet”.
ADICCIÓN
–Qué diferencia hay entre darle un smartphone a un chico de ocho años para que no moleste, entre comillas, que darle un sedante, que es algo que la gente diría “yo nunca haría eso”.
–La Universidad de Düsseldorf en Alemania publicó un estudio científico en el que demuestra que la adicción al celular, en niños por sobre todo, es más fuerte que la adicción a la nicotina en adultos. Entonces, hay un proceso de adicción que se da, especialmente por que es como cualquier otra adicción, la circunstancia, padres separados, bullying en el colegio, le causa placer el juego, el anonimato. También siempre les decimos a los padres “no vayan a ofrecer la red wifi de su casa a nadie que no sea de la familia nuclear”. Si llegan invitados, habilitar la red de invitados. A esto súmele que están inundados los colegios de asistentes digitales tipo Google o Alexa. Los chicos duermen con Alexa, smartwatch y juguetes conectados a internet con sensores, la detección de emociones y otro montón de cosas. Entonces hoy estamos invadidos de internet de las cosas, internet of things, y cualquier punto que sale a internet también es un punto de entrada hacia el contenido de la casa. Eso es lo que genera también que los chicos puedan ser trazados en su conducta o en su comportamiento.
–Falta una escuela para padres.
–Sí, urgente, es lo que tratamos de hacer. Los padres tienen que volver a aprender y más aún ahora que creen que automatizando las funciones de seguridad están contentos y tranquilos y no es cierto. Esto es algo que compartimos con la Policía. En casi el 95 % de los casos de vaciamiento de cuentas, la persona, la víctima ha sido cómplice pasivo. Porque a pesar de todo lo que se le explicó, termina dándole clic a un lugar donde no tiene que darle o comprometido con una imagen, con un mensaje, falta de conocimiento sobre el manejo de las partes de seguridad o instalando la famosa aplicación para ver 4.000 canales o ver el fútbol o ver lo que sea y termina comprometiendo su propio dispositivo. El malware puede comprometer desde algo tan inocente, entre comillas, como trazar la actividad comercial del usuario, qué ve, qué no ve, cuánto tiempo, hasta aplicaciones tipo RAT, que es remote access control. Las aplicaciones de control remoto hacen que se instale en segundo plano un programa que puede controlar remotamente su dispositivo y lo peor que le puede pasar a alguien más allá de todo lo que puedan hacer con sus datos es que alguien tenga acceso en tiempo real a lo que usted está viendo y haciendo.
–¿Qué cree que debe hacerse respecto a la presencia en las escuelas de los smartphones?
–Hace diez años comencé a hablar de esto y me decían que era un exagerado, un vendedor de miedo y otro montón de cosas. Dinamarca, Finlandia, España, Brasil son países que en los últimos cinco meses o seis meses han erradicado el celular del aula. Dinamarca va un paso más allá y en la ley danesa se prohíbe el uso de celulares en el aula y en cualquier actividad pre o poscurricular que incluya niños. Los teléfonos celulares no son herramientas académicas, no es cierto que hayan servido en la pandemia para salvar las papas. En todo caso, no significa que salvar las papas sea la forma en que tenemos que vivir la escolaridad de los chicos. Para que un docente pueda generar contenido académico tiene que saber de muchas cosas como, por ejemplo, realidad aumentada. Se imaginan tres profesores, informática, geografía e historia, diciendo vamos a hacer un mapa de realidad aumentada de Paraguay, en donde en un mapa gigante trabajo con los chicos inteligencia artificial y genero en la realidad aumentada una aplicación para que cada vez que alguien pase el celular le salten las batallas más importantes y los hechos históricos del país. No conozco ningún docente que pueda darle ese uso al celular.
CONTROLES PARENTALES
–Una vez eliminados de las clases, ¿qué es lo que se debe hacer en la casa?
–Cada vez que hablamos de controles parentales, los padres se desesperan porque creen que tienen que aprender a instalar cosas. Primer control parental en la casa, la tecnología no es a puerta cerrada para los niños. Esto quiere decir no en el cuarto, no en el baño, no en la mesa, pero para eso tenemos que ser ejemplo. Saquen la tecnología de los lugares de privacidad e intimidad. No dormitorio, no baño, por sobre todo, porque lastimosamente cuando hacemos trabajos forenses encontramos fotografías que a veces no toma un ser humano, sino la propia aplicación. Segundo, tomar el tiempo para hablar con nuestros hijos de lo que pasa en el mundo físico y en internet. Y el tercer control parental sin necesidad de instalación es establecer un tiempo de desconexión de toda la familia.
–Finalmente, ¿cuáles son dos o tres buenas costumbres que tendríamos que asumir para preservar nuestra privacidad?
–Primero, sacar la tecnología de nuestra privacidad e intimidad. No dormir con celulares. Tratar de pasar tiempo desconectados y hacer actividades como familia juntos o actividades poscurriculares que no incluyan los celulares, preservar la privacidad de nuestros hijos. Hay aplicaciones que hoy con una foto de una niña pueden generar una foto o un video porno con ella como protagonista. Y en todo momento les invito a preguntarse esto como papá y como mamá porque es lo que venimos sosteniendo hace mucho tiempo y es nuestra idea de trabajo. Cuando tuvimos la primera bicicleta, aún con rueditas, papá y mamá corrían al lado por si la ruedita fallaba. Y eso es lo que esperan los chicos de nosotros. Si todo lo demás falló, si las rueditas fallaron, que estemos ahí atrás para que no se caigan. Entonces, pregúntate qué tenés para darle a tus hijos que sea más fuerte que internet.