- Jimmi Peralta
- Fotos: Mariana Díaz/Archivo
La geopsiquiatría como un campo emergente de estudios y nuevo enfoque de salud mental profundiza su mirada respecto a la influencia del entorno cercano y global en la psiquis de las personas. En este diálogo con El Gran Domingo de La Nación, el Dr. Julio Torales habla sobre esta novedad académica, su alcance, campo de acción y estudios existentes.
La reconfiguración del plano geopolítico global, la digitalización, el cambio climático y la pandemia, entre otros fenómenos que pueden ser mundiales o locales, pero de interrelación planetaria, sin dudas marcan huellas en la condición psíquica de las personas. En procura de desarrollar una mayor comprensión de esa situación, surge un nuevo enfoque médico que ya viene desarrollando estudios al respecto: la geopsiquiatría.
En contraposición al síntoma del momento que experimenta el sujeto individual, surge una forma de comprender la salud psíquica que pone el acento en la condición social del ser humano y parte de un enfoque holístico.
En este contexto, el médico psiquiatra paraguayo Julio Torales fue electo senior fellow del Instituto Internacional de Geopsiquiatría (International Institute of Geopsychiatry), con sede en Suiza, y nombrado director del Centro Colaborativo en Geopsiquatría en Paraguay.
Actualmente, Torales es profesor titular de Psiquiatría y líder del Grupo de Investigación sobre Epidemiología de los Trastornos Mentales, Psicopatología y Neurociencias de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (FCM-UNA). Además, es coordinador del Centro de Investigaciones Médicas de la Universidad Sudamericana e investigador de la Universidad de Los Lagos (Chile).
–¿Cuál es la definición de la geopsiquiatría?
–La geopsiquiatría es una subdisciplina emergente de la psiquiatría que estudia las interacciones entre los factores geográficos, sociopolíticos, económicos y ambientales y su influencia en la salud mental de las poblaciones. Se trata de un enfoque integrador que reconoce cómo el entorno, el territorio y los procesos históricos afectan el bienestar psíquico individual y colectivo.
URGENCIA
–¿Cuál es la necesidad a la que viene a asistir?
–La geopsiquiatría surge para responder a una necesidad urgente: comprender y abordar los determinantes contextuales de la salud mental que han sido tradicionalmente subestimados. En un mundo marcado por desigualdades estructurales, crisis humanitarias, migraciones forzadas y colapsos ecológicos. Esta disciplina busca ofrecer marcos de análisis y acción sensibles a la realidad geopolítica de cada territorio.
–¿Existen otras especialidades o disciplinas que trabajen el factor social dentro de la psiquiatría?
–Sí. La psiquiatría social, la psiquiatría transcultural y la psiquiatría comunitaria son disciplinas que han abordado aspectos sociales, culturales y contextuales. Sin embargo, la geopsiquiatría se diferencia por su énfasis en los determinantes geopolíticos y ambientales globales, proponiendo una lectura más amplia y situada de los fenómenos mentales.
–¿Qué tipos de patologías se enmarcan en el ámbito de competencia específica de la geopsiquiatría?, ¿su labor se centra más en lo estadístico?
–La geopsiquiatría no se limita a una categoría diagnóstica específica, pero suele enfocarse en trastornos vinculados al contexto, como el estrés postraumático, la ansiedad climática, la depresión asociada a crisis humanitarias o las psicosis en contextos de violencia estructural. Más que limitarse al análisis estadístico, busca interpretar los datos a la luz de las realidades sociales, políticas y ambientales en las que se inscriben.
–¿La interconexión virtual y real del mundo globalizado visualiza y/o genera nuevos problemas mentales?
–Ambas cosas. Por un lado, la interconexión ha permitido visibilizar condiciones mentales antes silenciadas o estigmatizadas. Pero también ha generado nuevas formas de sufrimiento psíquico: adicción a las redes, ansiedad informativa, dismorfia corporal digital, aislamiento paradójico, entre otras. La vida en red ha transformado los modos de vincularnos con efectos directos sobre la salud mental.
PUNTO DE INFLEXIÓN
–¿Qué peso tienen en estos nuevos escenarios la virtualidad y la pandemia?
–La pandemia de covid-19 fue un punto de inflexión. Aceleró procesos de digitalización y puso en evidencia la fragilidad de los sistemas de salud mental a nivel global. La virtualidad se volvió una herramienta clave para sostener vínculos, pero también potenció el aislamiento, la fatiga psíquica y la desigualdad en el acceso a recursos digitales, sobre todo en contextos de vulnerabilidad.
–¿Existen antecedentes de estudios y análisis anteriores que se hayan clasificado dentro del análisis de la geopsiquiatría?
–Sí, aunque no con ese nombre. Durante la Guerra Fría se investigaron los efectos del miedo nuclear y tras el 11-S se estudió el impacto del terrorismo y la securitización en la salud mental colectiva. La geopsiquiatría retoma estas experiencias para construir un marco conceptual más sistemático y global capaz de integrar esas realidades al análisis contemporáneo.
–¿Qué tipo de acciones globales podrían impulsarse en el marco de las necesidades que plantea el nuevo panorama de la salud mental en el mundo?
–Se necesitan políticas públicas globales que integren la salud mental como componente esencial del desarrollo sostenible. Esto incluye el fortalecimiento de sistemas comunitarios de atención, la capacitación de profesionales en enfoques contextuales, la investigación transnacional de determinantes psicosociales y la inclusión de la salud mental en agendas climáticas, migratorias y de derechos humanos.
MISIÓN
–¿Qué es el Instituto Internacional de Geopsiquiatría? ¿Cuáles son sus funciones y qué trabajo desarrollará usted allí?
–El Instituto Internacional de Geopsiquiatría fue creado en 2025 bajo el auspicio del Grupo de Interés Especial en Geopsiquiatría de la Asociación Mundial de Psiquiatría. Su misión es promover la investigación, la formación académica y la incidencia política en torno a la relación entre geopolítica y salud mental. Como senior fellow y director del Centro Colaborativo en Paraguay, me corresponde impulsar estudios regionales, fortalecer capacidades locales y contribuir al desarrollo de marcos teóricos y prácticos que reflejen las realidades de América Latina en el contexto global.
–¿En qué sentido la problemática del subdiagnóstico, la escasez de profesionales y los prejuicios sociales que postergan las consultas menguan el avance en este tipo de aristas investigativas emergentes?
–Estas problemáticas no solo dificultan el acceso a atención oportuna, sino que también limitan la capacidad de los sistemas de salud para generar datos representativos y contextualizados. El subdiagnóstico oculta la verdadera magnitud del sufrimiento psíquico en las poblaciones; la escasez de profesionales impide establecer redes de investigación clínica sólidas y el estigma social retrasa tanto la consulta como la participación en estudios. Esto repercute directamente en la producción de evidencia científica que permita desarrollar políticas sensibles al contexto geográfico y sociocultural. La geopsiquiatría, al enfocarse en los determinantes estructurales y globales de la salud mental, pone de relieve la urgencia de superar estas barreras para avanzar hacia una comprensión más completa y justa del sufrimiento psicológico en cada territorio.
DESARROLLO DE LA GEOPSIQUIATRÍA EN PARAGUAY
Profesionales paraguayos publicaron en el International Journal of Social Psychiatry un estudio que analizó, por primera vez en el país, la relación entre condiciones meteorológicas extremas y las consultas psiquiátricas de urgencia.
Utilizando un diseño case-crossover, el estudio evidenció que el calor extremo y la baja humedad relativa se asocian con un incremento significativo de consultas por episodios bipolares, trastornos de la conducta alimentaria y depresión.
En contraste, se observó una disminución en las consultas por esquizofrenia. Además, se constató que cada 1 % menos de humedad relativa aumentaba en 11 % el riesgo de consulta, lo que subraya la vulnerabilidad de ciertos cuadros ante condiciones climáticas adversas.
Otro trabajo recientemente publicado, esta vez en la revista Geopsychiatry, consistió en la primera encuesta global sobre la incorporación de la geopsiquiatría en la formación de médicos residentes en psiquiatría. Participaron 401 profesionales de más de 20 países. Los resultados muestran que, si bien la familiaridad con la disciplina aún es baja (4,2 %), más del 60 % considera muy importante incluirla en los programas formativos. Este estudio también identificó las principales barreras institucionales, como la falta de docentes capacitados y de materiales educativos específicos.
Actualmente Paraguay lidera un estudio multinacional sobre los efectos del cambio climático y fenómenos meteorológicos extremos en la salud mental de la población general.
Esta investigación se encuentra en fase de recolección de datos en los cinco continentes, en colaboración con centros académicos de América, Europa, África, Asia y Oceanía.
Está en fase de diseño final un nuevo estudio que evaluará la relación entre la exposición a partículas finas en suspensión (material particulado PM2.5) y la aparición o intensificación de síntomas comunes de enfermedades mentales.
Esta línea de investigación apunta a profundizar el entendimiento del impacto de la contaminación ambiental en el bienestar psicológico, un aspecto cada vez más relevante en contextos urbanos y vulnerables.