Están los que al momento de ocupar cargos ya tenían importantes activos; así también, los políticos con discursos moralistas y patrióticos que mejoraron notablemente su economía a costa del Estado.

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Al dejar el cargo de ministro de Edu­cación tenía sueldo de G. 4.530.100, pero un par de años después, al asumir como presidente de la Repú­blica declaraba millonarias inversiones inmobiliarias, acciones por US$ 30.000.

Uno de los tantos nombres que fueron sondeados luego de que la Contraloría General de la República (CGR) divulgara las declaraciones juradas de altos funcionarios públicos es el de Nicanor Duarte Frutos, actual director de Yacyretá y ex pre­sidente de la nación; los millo­narios bienes acumulados son sin dudas uno de los casos que más llama la atención.

Los gigantescos saltos eco­nómicos del ex presidente son inexplicables. Además del crecimiento exponencial de su patrimonio, lo más lla­mativo fue que declaró tener US$ 30.000 en inversiones o acciones, no específicas, a solo días de asumir la presi­dencia, teniendo en cuenta que su cargo anterior fue el de ministro de Educa­ción, cuyo salario era de G. 4.530.100.

En el mismo informe, Duarte Frutos declaró como “Otros Ingresos” la suma de US$ 4.000 en concepto de Divi­dendos/acciones, donde no fueron especificados, en su declaración jurada, si esos recursos fueron provenien­tes de alguna empresa o nego­cios en el que formaba parte.

El patrimonio de Duarte Frutos, que también ejerció el papel de periodista en la década del 90, fue creciendo. De un patrimonio neto de G. 780.000.000 consignado en 1999, registró un activo que se disparó a G. 2.160 millo­nes en cuatro años al asumir la Presidencia.

Otro dato que no deja de llamar la atención es que Nicanor Duarte Frutos, al asumir la presidencia de la República en el 2003, declaró tener relación con el ex banco Interbanco, mediante un depósito de G. 60.000.000; sin embargo, en su última declaración realizada en febrero del 2016, declaró tener un total de siete (7) cuentas de depó­sitos en diversas entidades bancarias, donde el mayor depósito registra en una cuenta corriente del Banco Familiar, con un total de G. 1.270.059.000.

Actualmente, a juzgar por los datos brindados a la Contra­loría en el mes de febrero del 2016, cuenta con un patrimo­nio neto de G. 7.789.525.122, lo que hace una diferencia de 185,4% más que la for­tuna declarada en el 2008, momento en que dejaba la presidencia de la República, luego de una dura caída del Partido Colorado en las elecciones generales, cuyo hecho generó que se lo reco­nozca como “El mariscal de la derrota”.

Casi todo su activo, un total de G. 6.736.343.820 está inver­tido en sus estancias modelo en el Chaco, de unas 5.000 hectáreas en conjunto, se convirtió en próspero gana­dero que cuenta con aproxi­madamente 5.000 cabezas de ganado vacuno, equino, ovino y caprino, según su declara­ción jurada.

La secuencia de los docu­mentos publicados confir­man además la docena de propiedades que nuestro diario había identificado, entre las que se encuentra su majestuoso búnker en el barrio Recoleta de Asun­ción. Sin embargo, varios de los inmuebles fueron atribui­dos en los últimos años a su esposa Gloria Penayo.

El líder del Partido Liberal es otro que solo experimentó ascensos en su economía, gracias a los cargos en el Estado.

El presidente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), Efraín Alegre, en su última declaración jurada hecha el 22 de marzo del 2013 afirmó tener activos por G. 1.093 millones y un patrimo­nio neto de G. 654.429.000, lo cual aumentó en un 43,8% si se compara con su patrimonio que reveló en el 2008, antes de asumir por primera vez como senador de la nación.

Lo llamativo de los datos en sus declaraciones juradas es que, en el período que trans­curre entre el 2008 y el 2013, aparecieron depósitos en ban­cos y cooperativas sin detallar el origen de los recursos. Tam­bién adquirió tres vehículos por un valor superior a los G. 176.000.000.

Otro dato curioso es que en la secuencia documental apa­rece por ejemplo cobro en concepto de alquiler por G. 2.000.000; sin embargo, solo consignó tener una vivienda, no así otro inmueble que le genere ganancias.

El líder del Partido Liberal justifica el crecimiento de su patrimonio con un aumento en los valores de sus mobiliarios, equipos de oficina, entre otros, en su caso es extraordinario, puesto que estos bienes gene­ralmente sufren una deprecia­ción. Estos representaron un valor total de G. 65.000.0000, en su declaración jurada rea­lizada en marzo del 2013, en comparación a lo consignado en el 2008, cuando el valor de los bienes citados no superó los G. 30.000.000.

Con evasivas, a su estilo, escudándose en el gastado argumento de “ataques políticos”, se desentendió de la remuneración mensual que declaró percibir en Estonia SA.

El ministro de Agricultura y Ganadería, Rodolfo Fried­mann, no pudo explicar qué importaciones realiza su empresa Estonia SA, en la que según su última decla­ración percibe G. 45 millones de remuneración mensual. Los periodistas lo abordaron ayer a su salida del Palacio de López, pero no aclaró sobre los “retoques” que sufrieron sus declaraciones juradas en los últimos años.

Consultado sobre la direc­ción de la firma, Friedmann señaló “Ciudad del Este”, pero no precisó la ubicación ni otras referencias. Los registros públicos, así como difusiones de asambleas de la sociedad anónima, indi­caban una dirección que conduce a la modesta residen­cia de su madre Guadalupe Alfaro.

Cabe recordar que Nápo­les SA, denominada luego Estonia SA, fue constituida por Friedmann y su madre Guadalupe en setiembre del 2013, un mes después de asumir como gobernador de Guairá. En su primera decla­ración jurada todavía no apa­recía la citada firma.

En los Registros Públicos figura que Friedmann puso en efectivo, de una sola vez, G. 3.000 millones, y su madre, Guadalupe Alfaro, G. 2.000 millones, también en efec­tivo y en ese mismo acto. Sin embargo, en setiembre del 2014, un año después de ubicarse como gobernador, Friedmann declaró a la Con­traloría que compró acciones por valor de G. 2.500 millones.

El origen del dinero genera dudas porque la madre a quien en los papeles hizo figurar como millonaria inversionista, era una ven­dedora de minutas hasta ese entonces.

Cabe resaltar que en un año como gobernador, Friedmann declaró G. 2.514.700.000 más de patri­monio neto, según los docu­mentos que publicó ayer la Contraloría.

Friedmann tampoco dio explicaciones sobre los G. 2.000 millones que desapare­cieron de su última declara­ción jurada, se limitó a decir: “mis gastos particulares son privados, la declaración es sobre mis bienes y rentas”.

El ex presidente de la Repú­blica del Paraguay y actual senador de la nación, Fernando Armindo Lugo, el 15 de julio del 2013 declaró activos por un total de G. 1.600.000.000, un año antes tenía G. 820 millones.

El entonces jefe de Estado fue sacado de ese cargo mediante un juicio político, luego del hecho conocido como la masa­cre de Curuguaty. Cuando fue relegado del cargo, reveló tener un patrimonio neto por valor de G. 820.592.485.

Lo llamativo de esta situación es que, en sus declaraciones juradas al asumir el Senado en el 2013, luego de candidatarse como tal por el Partido Frente Guasu, fue que su patrimonio neto creció un 95% a solo casi un año de su destitución.

El aumento considerable de su patrimonio neto en el 2013 se debe a joyas por G. 100.000.000, obras de arte G. 100.000.000, obse­quios por G. 200.000.000, equipos de oficina G. 20.000.000, una nueva camioneta Ssangyong Rex­ton por G. 160.000.000.

Además, citó tener como acti­vos en dinero en efectivo por G. 24.000.000 en el Banco Itaú, una moto Kawasaki cuyo valor declarado fue de G. 36.000.000, además de 3 propiedades por un valor total de G. 360.000.000, en las cuales mandó edifi­car en dos por un total de G. 300.000.000.

Luego de ser destituido de la Presidencia, se dedicó a su obje­tivo de llegar al Senado, donde tuvo que derrochar millones para campaña política.

Claramente existen dudas sobre el origen de los recur­sos que fueron declarados por el actual senador por el Frente Guasu en cuanto a los datos pro­porcionados en las declaracio­nes juradas, días después de asumir como integrante de la Cámara Alta.