El amañado concurso de Itaipú a través del Proceso Selectivo Externo (PSE), sin dudas es uno de los dolorosos clavos que dejó el Gobierno de Mario Abdo Benítez. Además de los recursos económicos comprometidos con las incorporaciones están en juego sentimientos, expectativas y realidades de los que entraron mediante un llamado denunciado por estar viciado de irregularidades como de aquellos aspirantes que fueron utilizados en el propósito y vulnerados en sus probabilidades.
En la última semana ha sido foco de noticias la desvinculación de 185 personas que precisamente ingresaron a la binacional a través del cuestionado concurso. Después de que el amañado proceso no llamara la atención de muchos, se comenzó a operar con una ola de críticas por la suspensión de los contratos en los que se detectaron indicios de favoritismo.
“No se les dio la misma oportunidad a todos los paraguayos”, mencionaba este lunes pasado en entrevista el superintendente de Comunicación de la Itaipú, José Luis Rodríguez Tornaco al desacreditar el rédito político que intentan sacar de la situación instalando la versión del revanchismo detrás de las contrataciones.
No hay que olvidar que el viciado concurso primero postuló para incorporaciones de 220 funcionarios nuevos, luego se fue descubriendo que varios de los ya acomodados dentro de la binacional en diferentes circunstancias buscaban blanquear nombramiento o acceder a un ascenso, dejando en desventaja a quienes pujaban desde afuera sin los conocimientos ni manejo de información como los que competían desde dentro de la misma Itaipú.
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Falta de transparencia, dificultad de acceso a la revisión de la corrección de los exámenes, vulneración de los principios de igualdad, información privilegiada, favoritismo para priorizar a clanes familiares son algunos de los reclamos, realizados principalmente por aquellos que confiados se postularon para los cargos que, en muchos casos al parecer, ya tenían dueños.
Vale recordar aquella publicación de La Nación Investiga que lamentaba los resultados del concurso que dejaba fuera a miles de compatriotas, mientras familiares de los jefes salieron muy beneficiados. En el concurso aparecen dos hijos del Defensor General que suma así tres de sus retoños en Itaipú (ver infografía).
En la lista de los 187 concursantes seleccionados a través de la modalidad del Proceso Selectivo Externo (PSE) que en estos días sufría casos de desvinculaciones, si bien, aparecen casos de mujeres en estado de gravidez, hay varios casos de nepotismo, según los datos que ya habíamos difundido en su momento y que se pueden corroborar en nómina (ver infografía).
Por citar, podemos reiterar al privilegiado clan Coronel en Itaipú, integrado por Francisco Coronel Castillo, defensor general de la Itaipú o director de Transparencia, quien ubicó dos hijos a través del PSE, sumando así el tercer hijo dentro de la binacional, considerando que otro retoño se había incorporado antes. El alto funcionario percibe entre salario base y bonificaciones adicionales unos G. 84, 8 millones al mes.
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La nuera de uno de los favorecidos con el concurso (PSE), Jazmín Zuleta Banks es también funcionaria de Itaipú del Departamento de Interacción Regional de la institución. Se estima que el clan encabezado por Francisco Coronel representa en conjunto un gasto de G. 1.812 millones al año.
Está también el Clan Leguizamón, en este caso Mauricio Andrés Leguizamón nuevo técnico en seguridad del trabajo de la entidad, que tiene a su padre, Ángel Andrés Leguizamón como jefe del departamento de Ingeniería de Seguridad y Medicina del Trabajo ya que el joven ingresa a esta dependencia.
Fátima Ávalos Aguilera, hermana de la jefa de Imagen Institucional del Gobierno anterior, Carolina Ávalos Aguilera es otra beneficiada con cargo a través del (PSE).
El clan Caballero, compuesto por el exdirector jurídico de Itaipú, Juan Caballero González, al que se suma su hijo Esteban Martín Caballero, beneficiado con el puesto de gestor de convenios y contratos, son algunos de los ejemplos de la parentela privilegiada.