El juicio oral y público del ex ministro de la Niñez y la Adolescencia, José Orué Rolandi, y la proveedora del Estado Nancy Godoy se pospuso para el próximo miércoles 29 de abril a las 9:00. El ex funcionario soporta una acusación por lesión de confianza en el marco del programa Un Vaso de Leche, causando presuntamente un perjuicio patrimonial de G. 3.642 millones unos US$ 609.104. El tribunal de sentencia que tiene a su cargo juzgar a los acusados está integrado por Laura Ocampo, Juan Carlos Zárate y Fabián Weinsensee.
Si bien ya se llegó a un acuerdo entre la procesada Godoy con el Ministerio de la Niñez, la Procuraduría General de la República y la fiscalía en el que la mujer repara parte del daño causado a la referida institución estatal. Ahora solo falta que se apruebe en el juicio para que la procesada pueda obtener una salida y evitar enfrentar un juicio oral.
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La suspensión de la audiencia oral fue a raíz de que el tribunal de sentencia no realizó correctamente la notificación que estable la ley, por lo que resolvió posponer y fijar nuevamente para el 29 de abril.
La acusación del Ministerio Público se basa en que hubo una sobrefacturación en la compra de alimentos e insumos por parte de la institución, a favor de la empresa Granos y Aceites, representada por Godoy, la cual fue adjudicada en el 2012. Según la fiscalía, se modificó el contrato entre las partes para extender el servicio, que debía realizarse solamente en el 2013, por dos años y de esa manera utilizar la totalidad de lo presupuestado para el rubro.
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CM debe enviar a Corte ternas para nuevos camaristas de fueros Civil, Penal, Niñez y Electoral
El Consejo de la Magistratura deberá remitir a la Corte Suprema de Justicia la conformación de varias ternas para los cargos del Tribunal de Apelaciones en lo Civil y Comercial de la capital, así como para el Tribunal de Apelación en lo Penal de Asunción, Tribunal de Apelación de la Niñez y la Adolescencia de Central y Tribunal Electoral de la capital.
Una vez que la máxima instancia judicial reciba las ternas para los cargos mencionados más arriba, tendrá 30 días para designar durante la sesión plenaria de la Corte a los nuevos camaristas para los diferentes fueros.
El Consejo conformó la terna para el cargo de Tribunal de Apelación en lo Civil y Comercial, tercera sala de la capital, cuyos ternados son el cuestionado juez en lo civil y comercial Edgar Agustín Rivas Laguardia, quien en su momento ordenó de forma llamativa el remate de la estancia Cielo Azul del supuesto narcotraficante Luiz Carlos da Rocha, alias Cabeza Branca, en perjuicio de la Senabico; Arnaldo Martínez Rozzano, y la jueza del mismo fuero, Mafalda María Cameron Luque.
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Igualmente se integró la terna para el cargo vacante del Tribunal de Apelación en lo Civil y Comercial, quinta sala de Asunción: José Miguel Villalba Báez, Alejandra Magalí Zavala Ríos, y Emilce Rocío González Morel. Para el cargo vacante de miembro del Tribunal de Apelación en lo Civil y Comercial, tercera sala de Asunción, se integró con Antonia López de Gómez, Stella Maris Arminda Zárate González, y Carlos Alfredo Escobar Espínola.
Para el cargo de miembro del Tribunal de Apelación de la Niñez y Adolescencia quedó conformado con los postulantes Ingrid Susana Yambay Jacquet, Pili Rodríguez Ortellado y Lucila María Luisa Bajac Cazal.
Para el cargo de miembro del Tribunal Electoral de la Circunscripción Judicial de la Capital, primera sala, el Consejo conformó la siguiente terna: Modesto Núñez, Rosa Fabiana Marín Ferreira y Nuria Reninseb Isnardi Martínez.
Tribunal de Apelación en lo Penal
Asimismo, para miembro del Tribunal de Apelación primera sala, de la capital, la terna está integrada por: Gustavo Abraham Auadre Canela; el defensor adjunto Paublino Escobar Garay, y la jueza Elsa Elizabeth Idoyaga Benítez. Igualmente, la terna para el cargo de miembro del Tribunal de Apelación Penal primera sala, cargo vacante los ternados son; Sandra Patricia Silveira Benítez, Mario Camilo Torres Leguizamón, y Gloria Amanda Hermosa Fleitas.
Los ternados para el cargo de Cámara de Apelación en lo Penal cuarta sala son el juez de Sentencia, Manuel Aguirre Rodas, Adriana María Giagni Rojas, y la jueza Penal de Garantía, Alicia Verónica María Pedrozo Berni.
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¿Quiénes están acusados junto a Bolsonaro por la fallida asonada?
- Brasilia, Brasil. AFP.
Según la acusación de la fiscalía brasileña, el expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro se valió del apoyo de ministros, comandantes militares y otros colaboradores para tratar de aferrarse al poder en 2022 tras perder las elecciones contra Lula.
Estos son los siete coacusados llamados a declarar esta semana junto a Bolsonaro ante la corte suprema en el juicio que los expone a duras penas de cárcel por un plan de golpe de Estado que no se habría llevado a cabo por la oposición de altos mandos militares.
El ayudante
Exedecán de Bolsonaro y considerado su mano derecha durante su gobierno, el teniente coronel Mauro Cid se encargó, según la fiscalía, de recopilar supuestas pruebas de fraude en los comicios que Bolsonaro perdió frente al izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva en 2022 para justicar un golpe. En su teléfono los investigadores hallaron un discurso que Bolsonaro supuestamente daría una vez consumado ese acto.
Cid, de 46 años, es también una fuente clave de la investigación, al haber firmado un acuerdo de colaboración que podría dejarle con una sentencia reducida si es condenado.
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El candidato a vice
El general Walter Braga Netto fue ministro de Defensa y candidato a la vicepresidencia en 2022 con Bolsonaro, con quien comparte su nostalgia declarada por la última dictadura brasileña (1964-1985).
Braga Netto, de 68 años, es acusado de ser uno de los líderes de la trama golpista. Según la investigación, discutió en su casa un plan llamado “Puñal Verde y Amarillo” para asesinar a Lula y otras autoridades. Está detenido desde diciembre por intentar obstruir las investigaciones.
El general modelo
De instructor de Bolsonaro en la escuela militar a ministro del aparato de seguridad durante el gobierno del ultraderechista, el general Augusto Heleno Ribeiro, de 77 años, tiene una larga trayectoria política y estuvo al frente de la Misión de la ONU en Haití (Minustah).
Según la investigación, fue uno de los arquitectos de los ataques infundados al sistema de votación electrónica. En una reunión con Bolsonaro antes de los comicios de 2022, Heleno afirmó: “Si tenemos que dar un golpe en la mesa, debe ser antes de las elecciones”.
El ministro de la “minuta”
Anderson Torres, de 48 años, fue ministro de Justicia de Bolsonaro y estuvo encargado de la Seguridad en el gobierno de Brasilia durante los disturbios en la capital en enero de 2023 por bolsonaristas que llamaban a una intervención militar para derrocar a Lula.
En su casa, la policía halló una propuesta de decreto para revertir el resultado de las elecciones, bautizada en la investigación como la “minuta del golpe”.
El ministro de Defensa
El general Paulo Sérgio Nogueira fue ministro de Defensa en los últimos meses del gobierno Bolsonaro.
Nogueira, de 66 años, asistió a una reunión en la que Bolsonaro discutió la posibilidad de decretar un “estado de defensa o de sitio” para refutar el resultado electoral y justificar una intervención castrense. El plan nunca se implementó.
El comandante de la Marina
El almirante Almir Garnier Santos fue nombrado comandante de la Marina por Bolsonaro en 2021.
Estuvo presente en dos reuniones a fines de 2022 donde se discutió la eventual implementación de medidas especiales. Garnier Santos, de 64 años, apoyó la propuesta de Bolsonaro y dijo que “las tropas de la Marina estarían a disposición del presidente”, según un testimonio del juicio.
El jefe de inteligencia
El diputado Alexandre Ramagem es un expolicía y hombre de confianza de la familia Bolsonaro que comandó la agencia brasileña de inteligencia ABIN durante el gobierno del ultraderechista.
Ramagem, de 53 años, es señalado de orquestar una campaña de desinformación en redes sociales contra opositores de Bolsonaro y el sistema electoral, auxiliado por una red de policías y agentes de inteligencia.
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Un expresidente con alma de capitán
Como político, proclamó su nostalgia de la dictadura. Como presidente, desafió las instituciones. Jair Bolsonaro, líder de la derecha y ultraderecha en Brasil, es juzgado ahora por intento de golpe de Estado. Con 70 años y recién recuperado de una enésima cirugía en el abdomen debido a un atentado que sufrió en 2018, Bolsonaro clama su inocencia.
“La palabra ‘golpe’ nunca estuvo en mi diccionario”, sostiene el excapitán del Ejército.
Bolsonaro declarará esta semana ante la corte suprema acusado de conspirar para impedir la asunción del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, con quien perdió las elecciones en 2022.
Se expone a una condena de unos 40 años de cárcel, lo que se suma a su inhabilitación política por desinformar sobre el sistema de votación en Brasil.
Pero este líder por ahora sin sucesor claro en la derecha en las elecciones de 2026 no quiere oír ni hablar de tirar la toalla.
“Vamos a continuar la lucha”, dijo en mayo en una manifestación en Brasilia, mientras sus seguidores lo vitoreaban gritando su apodo: “¡Mito, mito!”.
Política en familia
Bolsonaro accedió al poder en 2019 reivindicándose como un “outsider”, si bien llevaba casi tres décadas en política.
Nunca renegó de los años de plomo de la dictadura militar (1964-1985), cuyo “error fue torturar y no matar” a los disidentes, dijo antes de acceder a la presidencia.
Su discurso de sintaxis simple se mantuvo siempre beligerante y caracterizado por comentarios misóginos, racistas y homofóbicos.
Nacido el 21 de marzo de 1955 en el interior del estado de Sao Paulo, en una familia de origen italiano, Bolsonaro tuvo cinco hijos con tres mujeres diferentes.
Los cuatro primeros se lanzaron a la política. De la quinta, la única niña, Laura, dijo que la engendró en un momento de “debilidad”.
Junto a los varones y su actual esposa Michelle -una fiel evangélica 27 años menor que él, que se define católico- forma hoy un clan altamente activo, especialmente en las redes sociales.
Después de una carrera militar marcada por episodios de insubordinación, Bolsonaro fue elegido diputado desde 1991.
Poco visible en el parlamento, salió de la sombra después de la destitución en 2016 de la expresidenta Dilma Rousseff, heredera política de Lula.
Sus diatribas contra la corrupción, la violencia, la crisis económica y la izquierda “podrida” sedujeron.
Este populista, que se viste en público con pantalones cortos y la camiseta amarilla de la selección brasileña, se aseguró el apoyo de los poderosos lobbies del agronegocio y los evangélicos.
Durante la campaña presidencial de 2018, sufrió un atentado con arma blanca en medio de una multitud, que le obliga a someterse recurrentemente a cirugías.
700.000 muertes por covid
Si bien prometió “restablecer el orden” durante su investidura, su mandato estuvo marcado por crisis, a pesar de un balance económico más bien positivo.
Considerada desastrosa por los expertos, su gestión de la pandemia de covid-19 dio lugar a intensos enfrentamientos con la corte suprema.
Calificó de simple “gripecita” al virus que causó cerca de 700.000 muertes en Brasil, se opuso al confinamiento e ironizó sobre las vacunas que, según él, podían “transformar en cocodrilo”.
Climatoescéptico, permitió que la deforestación en la Amazonía se disparara durante su mandato. No dudó en insultar a líderes extranjeros, incluido el presidente francés Emmanuel Macron, y dejó aislado a Brasil en el escenario internacional.
En la segunda vuelta electoral de 2022, marcada por la desinformación, Bolsonaro perdió por un margen estrecho frente a Lula.
Se trasladó a Florida antes del fin de su mandato y antes de que el 8 de enero de 2023, miles de sus simpatizantes asaltaran las sedes de poder en Brasilia para pedir una intervención militar contra Lula.
Para la fiscalía que lo acusa de haber planeado sin éxito un golpe de Estado, estos disturbios fueron la “última esperanza” para aferrarse al poder.
Aunque la más grave, esta no es la única investigación contra Bolsonaro, blanco de la justicia por supuestamente falsificar certificados anticovid o desviar joyas recibidas durante su presidencia.
Mientras el cerco judicial se estrecha cada vez más sobre el exmandatario, este afirma confiar en una carta: la “influencia” de su “amigo” Donald Trump.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Marco Rubio, afirmó en mayo que había una “gran posibilidad” de que Washington sancione al juez Alexandre de Moraes, a cargo del juicio por golpismo, por “persecución política” contra la derecha brasileña.
Alexandre de Moraes, el poderoso juez de Brasil
Poderoso, implacable y divisivo, el juez del supremo Alexandre de Moraes se ha convertido en una figura emblemática en Brasil, a cargo del juicio contra el expresidente Jair Bolsonaro por golpismo, mientras lidera una cruzada contra la desinformación. Su calva que brilla bajo los focos y mirada severa contribuyen a una imagen de juez de mano dura. Pero tras bambalinas, este magistrado de 56 años es descrito como un hombre simpático y gracioso.
En un país polarizado, algunos acusan a Moraes de censura y abuso de poder, mientras que otros elogian su defensa incesante de la democracia frente a los repetidos ataques de Bolsonaro y sus partidarios contra las instituciones.
El exmandatario de extrema derecha, que esta semana declarará ante el juez acusado de intento de golpe de Estado contra Luiz Inácio Lula da Silva en 2022, lo tilda de “dictador”.
Su tercer hijo, el diputado Eduardo Bolsonaro que se mudó a Estados Unidos y trata de interceder en favor de su padre ante el gobierno de Donald Trump, denuncia por su parte “el ensañamiento totalitario de un psicópata sin límites”.
El magnate Elon Musk llegó a compararlo con Voldemort, el villano (también calvo) de la saga Harry Potter, acusándolo de socavar la libertad de expresión.
El año pasado, los dos hombres protagonizaron un largo pulso que culminó con la suspensión durante 40 días de la red social X, de la cual Musk es propietario, por ignorar una serie de decisiones judiciales.
El magistrado había ordenado, entre otras cosas, el bloqueo de las cuentas de figuras influyentes de los movimientos ultraderechistas brasileños acusadas de desinformación.
La administración de Estados Unidos lo sigue de cerca: el jefe de la diplomacia, Marco Rubio, afirmó en mayo que había una “gran posibilidad” de que Washington le aplique sanciones por “censura” y “persecución política” contra la derecha brasileña.
“Animal político”
Su ascenso como némesis de los conservadores no era el destino más esperado para este abogado constitucionalista y profesor de Derecho de la Universidad de Sao Paulo.
Durante su paso como secretario de Seguridad del Estado de Sao Paulo, entre 2015 y 2016, fue criticado por la izquierda, que lo acusaba de reprimir los movimientos sociales.
Llegó al supremo en 2017 nombrado por el expresidente de centroderecha Michel Temer (2016-2018), de quien fue ministro de Justicia.
“Es un animal político”, afirma a la AFP Antonio Carlos de Freitas, experto en derecho constitucional, quien menciona su “ascenso meteórico”.
“Navega bien por varios ambientes, incluyendo las fuerzas armadas”, confiesa una fuente que trabajó con él en la justicia electoral.
El gesto adusto de Moraes cuando sesiona en la corte contrasta con la sonrisa que ofrece a los estudiantes de la universidad que lo abordan en busca de una foto con el juez más conocido de Brasil.
Su área de interés académico: democracia y limitación del poder.
“Enemigo” del bolsonarismo
En junio de 2023, como presidente del tribunal electoral, Moraes declaró a Bolsonaro inelegible por ocho años por propagar información falsa sobre el sistema de urnas electrónicas vigente en Brasil.
Hoy es relator en el supremo del juicio contra el exmandatario, acusado de haber liderado un fallido plan de golpe de Estado para evitar el regreso al poder de Lula, quien lo derrotó en las elecciones de 2022.
Este plan preveía, según los investigadores, el arresto, e incluso el asesinato de Moraes, así como de Lula y de su vicepresidente, Geraldo Alckmin.
Durante el agitado mandato de Bolsonaro, Moraes ordenó además la apertura de investigaciones contra aliados del ejecutivo. “El bolsonarismo halló en Moraes un enemigo”, dice Freitas.
Muay-thai
Parco en comentarios a la prensa, el magistrado prefiere expresarse durante las sesiones de la corte suprema. Casado y padre de tres hijos, y practicante del muay-thai, un arte marcial, puede ocupar el cargo en el más alto tribunal hasta los 75 años. Su nombre ha sonado como posible candidato a la presidencia de Brasil, pero Moraes nunca lo ha mencionado públicamente.
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Bolsonaro sube al estrado acusado de intento de golpe de Estado
- Brasilia, Brasil. AFP.
El expresidente Jair Bolsonaro comparecerá desde este lunes por primera vez ante la corte suprema de Brasil para ser interrogado bajo la acusación de haber intentado un golpe de Estado para mantenerse en el poder tras su derrota electoral frente a Lula en 2022.
La fiscalía acusó en febrero al ultraderechista, de 70 años, que gobernó Brasil de 2019 a 2022, de liderar una “organización criminal” para desconocer los resultados de los comicios e impedir la toma de posesión del presidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva.
La conjura habría fracasado por falta de apoyo de altos mandos militares, pero Bolsonaro y otros siete excolaboradores podrían enfrentar una pena de unos 40 años de cárcel si son condenados por los crímenes de intento de abolición violenta del Estado democrático de derecho y de golpe de Estado.
El líder de la derecha y extrema derecha brasileñas insiste en su regreso político a pesar de estar inhabilitado para las elecciones de 2026 y niega las acusaciones, declarándose un perseguido de la justicia.
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“Aclarar lo que ocurrió”
Aunque tiene derecho a quedarse callado, Bolsonaro dijo la semana pasada a periodistas que responderá “sin ningún problema” a los cuestionamientos de la corte.
“Es una excelente idea que hablemos en vivo sobre golpe de Estado, estoy muy feliz de tener la oportunidad de aclarar lo que ocurrió”, afirmó el jueves el excapitán del Ejército.
Al día siguiente, ante un grupo de mujeres de su conservador Partido Liberal mostró un tono conciliador, señalando que comparecerá ante los jueces “sin querer desafiar a nadie”. “Es la hora de la verdad”, apuntó.
Cara a cara con Moraes
Los interrogatorios tendrán lugar en la sede del Supremo Tribunal Federal en Brasilia, uno de los edificios depredados por seguidores bolsonaristas en enero de 2023 para pedir a los militares que derrocaran a Lula, hechos que la fiscalía también vincula al expresidente.
Serán transmitidos en vivo y podrían extenderse toda la semana. Bolsonaro es el sexto en el orden dispuesto por el tribunal, por lo que es probable que su testimonio ocurra el martes o miércoles. Para el expresidente será un reencuentro con exaliados y enemigos jurados.
A su lado estarán los siete coacusados también llamados a declarar, incluyendo Mauro Cid, su exedecán y mano derecha, convertido para el bolsonarismo en traidor por haber colaborado con la fiscalía a cambio de una eventual reducción de sentencia.
El testimonio del teniente coronel permitió a la policía identificar a los distintos actores de la trama golpista y sus comprometedores intercambios de información, según la investigación.
En el banquillo, también se sentarán cuatro exministros y los exjefes de la Marina y de la agencia brasileña de inteligencia.
El interrogatorio será escenario además de un esperado cara a cara entre Bolsonaro y el emblemático juez a cargo del caso, Alexandre de Moraes, a quien el expresidente tacha de “dictador”. Moraes, así como la fiscalía y las defensas, podrán cuestionar a los acusados.
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“Historia” en proceso
El proceso judicial ha avanzado con mayor rapidez que el promedio de casos penales en Brasil, según Rogerio Taffarello, experto en derecho penal de la Fundación Getulio Vargas.
Pero la corte suprema aún podría escuchar nuevos testigos, además de los argumentos finales de las partes, antes de que los magistrados empiecen la votación para una eventual condena.
Debido a que el supuesto complot fue ideado durante largo tiempo y algunos crímenes imputados -como abolición violenta del Estado democrático- son nuevos en el estamento brasileño, se espera “una discusión jurídica extremadamente compleja”, dijo Taffarello a la AFP.
Bolsonaro pasó el fin de semana con sus abogados para preparar su testimonio, alojado en la residencia oficial de su aliado y gobernador del estado de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, según medios locales.
En una fase previa en que la corte escuchó a medio centenar de testigos, Freitas, que fue ministro de Infraestructura de Bolsonaro, salió en su defensa, afirmando que “nunca” oyó al ultraderechista referirse a un plan golpista.
Pero dos excomandantes de las fuerzas armadas confirmaron que Bolsonaro les presentó la posibilidad de eventualmente decretar un estado de “defensa o de sitio” para anular las elecciones y mantenerse en el poder.
El plan golpista contemplaba incluso el asesinato de Lula y del juez Moraes, según la fiscalía. “La historia de Brasil se estará escribiendo” durante el juicio, el primero por una tentativa de golpe bajo un régimen democrático en el país, dijo a la AFP Marcio Coimbra, director del “think tank” Casa Política.
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¿Por qué las empresas más resilientes confían en lo invisible para entregar lo visible?
- Paulo Almeida
- paulo.almeida@fdc.org.br
- Profesor de Liderazgo y Personas en la Fundação Dom Cabral, Brasil. Director del Centro de Investigación en Liderazgos
Un estudio de Harvard Business Review (2017) reveló que los colaboradores que trabajan en ambientes de alta confianza están un 76 % más comprometidos, son un 50 % más productivos y tienen un 40 % menos de probabilidad de sufrir agotamiento. En otras palabras, la confianza no es un “lujo”, es un elemento esencial para un rendimiento sostenible en las organizaciones.
1. Vivimos en una era marcada por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad –el famoso mundo VUCA–. Ante este escenario, los modelos tradicionales de gestión, basados en el mando y control, están colapsando silenciosamente.
Lo que realmente sostiene —e impulsa— el rendimiento de las organizaciones es aquello que muchas veces no aparece en los informes trimestrales: la confianza y la cultura organizacional.
Estas dos fuerzas invisibles construyen el ambiente psicológico y simbólico que permite a los equipos asumir responsabilidad, innovar y entregar resultados consistentes, incluso bajo presión. Como dice el viejo proverbio corporativo: “La cultura se come a la estrategia en el desayuno”. Lo que no dice —y que el tiempo actual revela con urgencia— es que, sin confianza, no hay cultura viva; y sin cultura viva, no hay liderazgo que se sostenga.
La confianza es el pegamento invisible de las relaciones humanas en el trabajo. Es lo que permite que los líderes deleguen sin vigilar obsesivamente, que los equipos asuman riesgos y que los errores sean tratados como aprendizajes. Sin ella, prevalecen el miedo, el control excesivo y el bajo compromiso.
En tiempos inciertos, en los que los líderes no siempre tienen todas las respuestas, la transparencia y la escucha activa se convierten en pilares de la confianza. Asumir vulnerabilidades, comunicar con claridad y mantener coherencia entre el discurso y la práctica construyen más confianza que los discursos inspiradores desconectados de la realidad.
La cultura, a su vez, es el conjunto de creencias, valores, símbolos, historias y comportamientos que moldean la forma en que se toman decisiones y se viven las relaciones dentro de la organización. Se expresa en lo que se celebra, lo que se tolera y lo que se silencia.
Una investigación de Deloitte (2021), realizada con 3.200 ejecutivos en 21 países, reveló que el 94 % considera la cultura crucial para el éxito de sus organizaciones. Sin embargo, solo el 19 % afirma que su cultura está donde debería estar.
Este dato pone en evidencia una crisis silenciosa: reconocemos la importancia de la cultura, pero tenemos dificultades para cultivarla de forma intencional.
Una cultura viva no es solo lo que está escrito en los cuadros de valores corporativos —es lo que se vive en los pasillos, en las reuniones, en las retroalimentaciones, e incluso en los silencios–. Y en ambientes híbridos, donde la conexión humana está mediada por la tecnología, este desafío se intensifica.
Mantener una cultura cohesionada a distancia exige rituales consistentes, narrativas alineadas y líderes ejemplares.
Las organizaciones que invierten activamente en la construcción de confianza y en el fortalecimiento cultural cosechan resultados concretos. Según una investigación de PwC (2023) con 1.500 líderes globales, las empresas con altos niveles de confianza interna presentaron un crecimiento en ingresos de hasta un 30 % superior en relación con aquellas con baja confianza.
Además, registraron menor rotación de talentos y mayor capacidad de adaptación frente a los cambios.
No es exagerado afirmar que la confianza y la cultura son la infraestructura invisible del rendimiento organizacional. Cuando se descuidan, surgen grietas que comprometen la ejecución de la estrategia. Cuando se nutren adecuadamente, se transforman en una ventaja competitiva difícil de replicar.
El rendimiento en tiempos inciertos nace de lo invisible. Y nos corresponde a nosotros, como educadores, líderes y facilitadores del futuro, hacer de lo invisible una prioridad visible.
Esta es, inclusive, la esencia de las investigaciones que hemos conducido en la Fundação Dom Cabral. Creemos que este es un tema clave para la construcción de Futuros Positivos.
¿Y en su organización?
¿La confianza es una práctica o un discurso?
¿La cultura se vive o solo se memoriza?
En tiempos inciertos, lo invisible puede ser su mayor diferencial.