El juicio oral y público contra el exintendente de Asunción Mario Ferreiro y otras personas procesadas continuará el próximo martes 18 de octubre. Ferreiro, junto a otros seis acusados, están siendo juzgados por los hechos de coacción y coacción grave, lesión de confianza y tráfico de influencias, en el caso conocido como “caja paralela” o “asado de fin de semana”, un grupo de mensajería en Telegram en el que se “cocinaba” la recaudación paralela de la Municipalidad de Asunción.
El Tribunal de Sentencia, que tiene a su cargo juzgar a los procesados, está conformado por los magistrados Yolanda Morel, Claudia Criscioni y Elsa García. Además de Ferreiro, también están acusados Carlos Marcelo Mancuello y Víctor Ocampos por lesión de confianza y tráfico de influencias, los sobrinos del exintendente, Fernando Ferreiro y Roberto Ferreiro, por delito de tráfico de influencias, y Aureliano Servín y Rocío Casco por coacción y coacción grave.
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En marzo de este año, un Tribunal de Apelación ratificó que el exintendente de Asunción Mario Ferreiro y otros acusados deben enfrentar juicio oral y público. La denuncia fue presentada por Camilo Soares el 27 de noviembre del 2019 por los delitos de cohecho pasivo, cohecho pasivo agravado, soborno, coacción, coacción grave y tráfico de influencias contra personas innominadas.
De acuerdo a la acusación, Mario Ferreiro, en su carácter de ordenador de gastos de la Municipalidad de Asunción, ocasionó a la comuna un perjuicio patrimonial de 1.611 millones de guaraníes. El caso derivó en su renuncia el 20 de diciembre del 2019.
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“Hay un robo asqueroso”, dice exdiputado liberal sobre gestión de Pereira en Itapúa
El exdiputado del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), Édgar Ortiz, lanzó duras críticas en contra del gobernador de Itapúa, Javier Pereira, a quien señala por hechos de corrupción en su administración y quien además tendría causas abiertas en el Ministerio Público por hechos punibles graves que lo vincularían con el narcotráfico y tráfico de armas.
“Nos estamos quemando los liberales con esta clase de administración, le ofrecimos a la ciudadanía algo diferente y somos peor que cualquier administración. Acá hay un robo asqueroso y no lo digo solo yo, está todo en las redes sociales, no sé qué pasa con la Fiscalía y la Contraloría”, cuestionó el exlegislador ante la 650 AM.
De acuerdo a lo que mencionó Ortiz, la empresa de la familia de Pereira es una de las proveedoras de la Gobernación. La firma se dedica al rubro de venta de plásticos y envases, no obstante presta servicios de flete a la administración departamental y esto, cuando Itapúa cuenta con camiones, por lo que en teoría, esos servicios contratados no serían necesarios.
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“Yo le pido disculpas a la ciudadanía, nosotros pedimos votos para el gobernador Pereira, y hoy puedo decir que nosotros no sabíamos que él estaba con una causa abierta por enriquecimiento ilícito, por narcotráfico, tráfico de armas y compañía, creo que nos anestesiaron en ese aspecto, de lo contrario no le íbamos a permitir llegar ni siquiera a mi casa”, aseveró.
Al mismo tiempo, cuestionó la poca difusión que se le da en la prensa de Itapúa a las irregularidades que se cometen tanto en la Gobernación como en la intendencia de Encarnación, en manos del también liberal Luis Yd. “Yo no sé si la prensa acá está anestesiada o lubricada”, refirió e indicó que existe persecuciones a quienes se animan a criticar.
“Te dicen que sos cartista, que tenés que callarte y yo no quiero ser cómplice de algo alevoso porque se está robando en la Gobernación de Itapúa, nosotros ofrecimos una administración diferente, nosotros le mentimos a la ciudadanía”, lamentó.
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Comenzó juicio para militar, su esposa y abogado por intentar meter celular para Tío Rico
Se inició el juicio oral por supuesto soborno agravado para el coronel Luis Belotto, su esposa Alba Lidia Ale y el abogado Miguel Mendieta, quienes pretendían facilitar un teléfono celular en la cárcel militar de Viñas Cué para Miguel Ángel Insfrán, alias Tío Rico.
El tribunal de sentencia que tiene a su cargo juzgar a los acusados está integrado por Ana Rodríguez, Elsa García y Matías Garcete. Mientras que los fiscales del caso son: Francisco Cabrera y Verónica Valdez, quienes ya se ratificaron en la acusación por soborno agravado contra los tres acusados.
La defensa de los acusados presentaron varios incidentes entre ellos la exclusión de varias pruebas, pero el colegiado que tiene a su cargo juzgar el caso rechazó los incidentes presentados por los abogados defensores.
Acusación
La acusación refiere que en fecha 26 de mayo de 2023, al mediodía, Miguel Mendieta se retira de la cárcel militar de Viñas Cué tras reunirse con su defendido y conversa con el mayor Guillermo Moral, a quien le hace entrega de unas encomiendas para el detenido Miguel Ángel Insfrán, momento en que le señala que tiene a su disposición la suma de G. 10 millones, a lo que el mayor Moral le manifiesta que no podía recibir dinero bajo ningún concepto.
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Caso Prieto revela incongruencia de la oposición y medios aliados
El caso de Miguel Prieto con una administración denunciada por corrupción desde hace varios años y actualmente sacudida con escandalosas revelaciones de mala utilización del dinero público sacó la careta a muchos políticos opositores que históricamente plantean eufóricos discursos contra el despilfarro, los privilegios en la función pública y el manejo discrecional de la cosa pública, pero ante la serie de evidencias contra el intendente esteño no tuvieron empacho en querer reorientar el foco de la cuestión para protegerlo.
Miguel Prieto le arrastró, le arrastra y seguirá arrastrando a muchos políticos afines a su línea. En el discurso, los opositores odian la corrupción, pero cuando se trata del equipo, no dudan en esquivar la mirada y buscar culpables donde sea. Después de todo, la mejor defensa es el ataque.
Si tomáramos los cuestionamientos de los charlatanes de siempre de la oposición y un sector de la prensa que funge de libre, mientras no se da por enterada de decenas de denuncias contra sus sponsors, Miguel Prieto hizo todo lo que sus aliados rechazaron siempre, al menos en los micrófonos.
Estos politiqueros y sus voceros desde medios aliados tenían un amor extraordinario a la Contraloría General de la República (CGR) cuyos informes usaban sistemáticamente para respaldar denuncias de corrupción contra sus adversarios.
Frecuentemente, recorren los medios para generar temas de seguimiento de publicaciones para mantener la agenda de su prensa amiga persiguiendo exclusivamente a un sector del partido colorado.
Sin embargo, en estas semanas, cuando la lupa del ente de control dejó ver las atrocidades administrativas de Miguel Prieto en la Municipalidad de Ciudad del Este, la Contraloría se convirtió de héroe a villano y comenzaron a orquestar una campaña de desprestigio a la institución, principalmente contra la cabeza del organismo fiscalizador.
Aquellos que frecuentemente visitaban al contralor y no desaprovechaban cámaras para posar en publicaciones de su institución como muestra de apoyo a su gestión, hoy se revelan tirando todo tipo de improperios contra su persona, menos desmentir el detallado informe de irregularidades que argumenta el pedido de intervención de los municipios del Este y de Asunción.
No estaban ni están contra la corrupción, usan el discurso anticorrupción como estrategia de persecución para dejar en desventaja a sus adversarios políticos a quienes no pueden derrotar en las urnas.
La defensa a Prieto en algunos casos de forma alevosa, otras con evasivas y otras con el silencio cómplice embarra más a la oposición y a sus medios.
En olvido quedó la narrativa de indignación contra el nepotismo, el planillerismo, las licitaciones armadas a favor de los amigos, los sobreprecios, la coima, la falta de transparencia, el curso del dinero y el uso discrecional de los fondos públicos planteados en los informes de Contraloría, investigaciones fiscales de sonados casos como el de Tía Chela y el del humilde constructor de pozo artesiano fallecido hace un mes.
Excepto unos pocos, gran parte de la oposición quedó expuesta en su incoherencia y en su hipocresía. Capaz el caso Prieto era una de las últimas chances que tenían para reivindicarse, pero con la misma infructuosidad de siempre, demostraron que solo están para el ejercicio de la charlatanería.
La ciudadanía es testigo del ridículo espectáculo que vienen haciendo. Tirotean contra algunos políticos con parientes en el Estado pese a que muchos no son ordenadores de gastos en las instituciones donde prestan servicios sus familiares.
Prieto, sin embargo, contrató a la parentela en un ente donde el paga sueldos y firma los cheques como las incorporaciones, pero los suyos no se inmutan.
No se trata de justificar la práctica de ubicar parientes en el Estado. Se trata de coherencia, objetividad e igualdad al momento de cuestionar el uso de los recursos públicos. Difícilmente los impresentables de la oposición entiendan y manifiesten posturas más justas. De hecho, privan a la ciudadanía de llegar a la verdad de todo con lo intentos de frenar una intervención que dará la luz que se requiere en ambas administraciones municipales.
Mientras los oportunistas opositores se dediquen a sus intereses meramente políticos partidarios, seguirán siendo furgón de cola de sus adversarios de siempre y sin redituarle mayores provechos a este país
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Prieto
- Aníbal Saucedo Rodas
¿Existen posibilidades reales de que Miguel Prieto pueda llegar a la Presidencia de la República? Evaluando la respuesta en tiempo actual: ninguna. En este punto aparecerán las objeciones parvularias como, por ejemplo: “¿Entonces, por qué le persiguen?”.
Y se contestarán a sí mismos: “Porque le tienen miedo”. Nadie, sin embargo, examinó el informe de la Contraloría General de la República, por el cual solicitó al Poder Ejecutivo la intervención de la comuna de Ciudad del Este (artículo 165 de la Constitución Nacional).
Por ahí deberíamos empezar a desenredar la madeja de este paisaje donde abundan las opiniones, pero no las refutaciones al trabajo del ente contralor. Ninguno de sus adherentes, repito, escudriñó tal documento. Tampoco yo lo haré, porque mis observaciones se reducen exclusivamente a la proyección política mirando las elecciones generales de 2028.
El procedimiento se ajusta a lo que establece nuestra ley fundamental, pues, entre las causales para adoptar dicha medida se puede leer en el apartado 3 del artículo precedentemente citado: “Por grave irregularidad en la ejecución del presupuesto o en la administración de sus bienes, previo dictamen de la Contraloría General de la República”. En la misma situación se encuentra el intendente de la ciudad de Asunción, Óscar Rodríguez, de extracción colorada.
La intervención no podrá prolongarse por más de 90 días. La destitución solo podrá vehiculizarse por mayoría absoluta de la Cámara de Diputados.
Para que Miguel Prieto tenga chances ciertas de acceder al Palacio de López precisará, indefectiblemente, articular un proyecto que involucre al Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), tal como lo hizo Fernando Lugo en 2008. Sin embargo, no creo, sinceramente, que el partido político más antiguo de nuestro país renuncie a liderar el proceso. Sobre todo, después de la desagradable experiencia con el exobispo de San Pedro.
Miguel Prieto es lo más parecido a Kattya González en sus enviones electorales. Y me animo a arriesgar que tendrá el mismo desenlace. Rebobinemos. El 8 de marzo de 2022, la entonces diputada lanza su candidatura a la Presidencia de la República, por el Partido Encuentro Nacional (PEN), con el lema “Renace Paraguay”.
Tenía como aliado al movimiento Yo Creo, del intendente Miguel Prieto. Precisamente en la capital del departamento de Alto Paraná oficializa su proyecto el 19 de marzo de ese mismo año, en el Anfiteatro del Lago de la República.
Finalmente, sus pretensiones sucumbieron ante el cerrado cerco de la Concertación Nacional que presentaba a Efraín Alegre en su tercera aparición como aspirante al sillón de López. Con el consabido resultado de la derrota.
Hay que resaltar que la campaña de Kattya González comenzó mucho antes. Ya hacia finales de 2020. No me considero un profeta de lo obvio ni oráculo del día después, porque fundamento mis hipótesis en la observación rigurosa del comportamiento humano en sus repeticiones y consecuencias.
Escribía el viernes 13 de noviembre de 2020: “La diputada Kattya González, quien actualmente aspira posicionarse para la Presidencia de la República mirando el 2023, solo tiene como sustento, por ahora, las luces y las portadas de los medios.
Dentro de la vieja escuela de la propaganda política el discurso ampuloso y grandilocuente posee el atractivo de la novedad o la curiosidad, sin arraigo en el tiempo”. Aquí va lo que creo que le sucederá a Prieto: “Las candidaturas sin proyección real suelen tener una presencia pasajera en los medios. Sobre todo, si no logran consolidarse en la preferencia ciudadana. La política de exhibición, como lo denominan algunos analistas, difícilmente se desplace hacia una política de decisión”.
Miguel Prieto está muy distanciado de la capacidad argumentativa de Kattya, cuando ella se decide a pronunciar un discurso en serio, lejos del lenguaje panfletario del cual también suele abusar.
Mucho menos es comparable con Paraguayo Cubas, porque Payo venía de una larga lucha gremial en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Asunción, como militante del sector contestatario del Partido Colorado.
En su tiempo, entre los estudiantes, fue uno de los oradores más lúcidos e inteligentes. Incursionó en las movilizaciones populares, hasta que un día decide intentar la aventura presidencial, adoptando poses histriónicas –rayando la locura–, que yo sospecho fue bien meditado. Despertó la atención de una juventud desinteresada por la política y sumó detrás a una larga legión de descontentos con la clase dirigente. No percibo en Prieto esos atributos.
El PLRA, insisto, no aceptará ningún otro candidato que no sea el propio. Si Miguel Prieto decide presentarse como una tercera opción, ocurrirá lo que también ya dije: “Terminará siendo funcional al partido que pretende derrotar”.
En este país, decía el querido Kostia, a nadie se le niega un poema y un cigarrillo. Y, tampoco, una opinión, agrego yo. Esta es la mía. Buen provecho.