Un adolescente de 16 años, que conducía un vehículo, junto con otra persona, que sería empleado de su familia, fueron secuestrados en horas de la mañana de este miércoles en un camino vecinal entre los departamentos de Amambay y de San Pedro, en las cercanías de la colonia menonita La Yeya. El adolescente fue liberado luego de que sus familiares y miembros de su comunidad pagaran la suma de G. 400 millones cerca del mediodía.
El agente fiscal José Godoy lleva adelante la investigación del supuesto secuestro exprés de un colono menonita. La víctima fue sorprendida mientras se dirigía para trabajar a su estancia, en ese momento se encontraba en compañía de un personal.
De acuerdo al reporte policial, el hecho habría ocurrido alrededor de las 9:00. La comunidad realizó una colecta de dinero para pagar a los captores, mientras que la Policía Nacional tuvo conocimiento del hecho luego de que se efectuara el pago por el plagio, y que el joven con su empleado fueran liberados. Las víctimas se dirigían a la estancia Ñu Vera, que la familia tenía arrendada para la explotación ganadera.
El hecho habría ocurrido hacia la zona de Trabuco, por el camino viejo de la Ruta PY11, que conduce a Capitán Bado, saliendo de la Colonia Río Verde, ya en el límite mismo de los departamentos de San Pedro y de Amambay. El joven adolescente y el empleado aparentemente fueron liberados recién pasado el mediodía, luego de que se efectivizara el pago millonario.
Según las primeras informaciones, señalan que el grupo que tomó secuestrado al colono y a su empleado, se presume que aproximadamente serían 10 personas desconocidas, interceptó la camioneta del colono. El caso ya quedó a cargo de la Unidad Fiscal de Antisecuestro, que ya está indagando sobre el hecho.
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Tras recientes lluvias, productores de San Pedro esperan que mejoren los cultivos
En San Pedro, productores de soja reportaron que las recientes lluvias registradas en gran parte del territorio nacional fueron de gran ayuda para sus cultivos, incluso teniendo en cuenta que muchos de ellos no han terminado de cultivar granos, así expresó Ricardo Sosa, productor de la ciudad de Guayaibí y presidente de la Coordinadora Agrícola del Paraguay (CAP), a La Nación/Nación Media.
“Da mucha esperanza esta lluvia; en algunos lugares llegó el nivel a 50 milímetros y en otras zonas no llovió, pero los productores estamos atentos al pronóstico extendido que dice que las precipitaciones van a continuar incluso hasta el jueves”, manifestó Ricardo Sosa a LN.
Dijo que si esto continúa así, las perspectivas para esta zafra se mantendrán como positivas, ya que este es el tercer año al hilo que el sector agrícola paraguayo viene sufriendo mucha sequía. “Creo que si las lluvias siguen, habrá buenas perspectivas. Muchos están esperando eso porque no están seguros plantar, nadie se quiere arriesgar”, dijo.
Teniendo en cuenta la secuencia de tres secas, muchos productores están buscando cambiar de rubro, en primer lugar por falta de financiación y por el factor clima, ya que las hojas no están funcionando y están previendo cultivar granos que exijan menos humedad como el sorgo, sésamo y otras alternativas.
“E incluso, no tenemos muchas alternativas a la soja, podría ser sorgo y otros se tiran por la chía, porque lo que buscamos es recuperándonos después de estos tres años de sequía y un impasse financiero, no solo en lo productivo”, expresó el presidente del gremio agrícola.
Proyecciones
Sin embargo, desde la Dirección Nacional de Meteorología e Hidrología alertaron sobre que los niveles actuales de precipitaciones están por debajo de lo habitual y con la instalación del fenómeno La Niña en diciembre, el impacto de la sequía en el primer semestre de 2025 será significativamente alto.
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A 22 años de un secuestro que sacudió el Este: “Todas las personas nos parecían sospechosas”
Ciudad del Este. Agencia Regional.
La década del 2000 fue el periodo en el que se registraron sucesivos hechos de secuestro en Paraguay. El 19 de noviembre de 2002, hace 22 años, la empresaria Graciela Dávalos viuda de Pereira, su hija Ivanna Graciela, de 14 años, y un empleado de la familia, Arnaldo Ocampos, de 16 años, eran secuestrados.
Fue el primer plagio en Alto Paraná después de la dictadura stronista. La empresaria fue esposa del extinto dirigente stronista Juan Eudes Pereira. Tras este secuestro, ocurrieron otros diez hechos, en algunos de los casos, con más de una víctima en un mismo ataque.
Las víctimas fueron interceptadas a las 07:15 cuando se dirigían al Colegio Santa Teresita. Los secuestradores las tomaron cerca de la plaza Monseñor Cezdich, ubicada sobre la avenida Alejo García, a pocos metros de su vivienda en el barrio Juan E. O´Leary de Ciudad del Este.
Los criminales exigieron que la negociación sea manejada exclusivamente por la familia, sin intervención policial, y así se hizo. Minutos después de las 21:00 del mismo día del secuestro, las víctimas fueron liberadas. Se pagó para ello más de 300 millones de guaraníes.
Detalles del secuestro
Graciela, Ivanna y Arnaldo estuvieron en cautiverio más de 14 horas en una casa del Área 5 de Presidente Franco, según se pudo descubrir después. Fue un automóvil Volkswagen Santana, color verde, sin chapa, el que interceptó la camioneta Toyota Prado, con chapa AJO 030, en la que se encontraban la empresaria, su hija y el empleado.
Dos criminales intimaron a las víctimas y abordaron la camioneta hacia Presidente Franco, mientras que el vehículo del que habían bajado los dos captores se dirigió en dirección contraria.
Testigos del hecho avisaron a un guardia de la casa de la familia Dávalos y este reportó a su vez a la Policía Nacional. Ya después, fue la propia empresaria la que se comunicó con su familia, se prohibió la intervención policial y se iniciaron las negociaciones para el pago del rescate.
Fue una muy larga jornada hasta que los criminales consiguieron el pago y liberaron a las víctimas. Los más altos jefes policiales mantuvieron reuniones permanentes, se desplegaron operativos de búsquedas, allanamientos en busca de sospechosos, pero de manera independiente a las víctimas y familiares.
Ningún miembro de la familia aportó información a los policías, según lo que indicaron las fuerzas del orden en esa época: el comisario Isacio Aguilar, jefe de Policía de Alto Paraná; los fiscales Manuel Trinidad (juez y luego diputado del PLRA) y Lulio Vicente Gamarra.
Chicle de secuestrador
Los secuestrados fueron abandonados por sus captores en la vía pública, a pocas cuadras de la casa donde estuvieron un día. Un agente policial los encontró en la calle y tras identificar a las víctimas, comunicó sobre la liberación.
La casa donde estuvieron fue en el Área 5 de Presidente Franco, lote 7 de la manzana 38, sobre la calle Las cordilleras. La propiedad fue alquilada por los bandidos. La investigación deslindó responsabilidad de los dueños, relató a La Nación/Nación Media el doctor Manuel Trinidad, exfiscal de la causa.
Dijo que se pudo identificar rápidamente la casa del cautiverio mediante los datos aportados por las víctimas tras su liberación. “Hasta el chicle que tiró uno de los guardias pudo ser identificado por la señora Graciela cuando estuvo en el sitio para el reconocimiento, porque recordó lo ocurrido”, refirió el doctor Trinidad.
“Graciela identificó los ruidos, el olor a combustible que uno de los vehículos perdió, según se encontró después. También pudo ver una muralla muy alta desde la ventana de la habitación donde los mantuvieron cautivos a los tres”, indicó Trinidad. “Colchones, tabletas de medicamentos, marmitas de alimentos y otros elementos fueron todos identificados”, según el entonces fiscal.
Trinidad refirió que, según recuerda, fueron unas 12 personas las que intervinieron y los criminales llegaron al sitio del secuestro en dos vehículos. También mencionó que el dinero fue dejado en las adyacencias de la residencia de la familia Oddone Sarubbi, en el km 4.5 de la Ruta PY02.
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“Todas las personas nos parecían sospechosas”
Pasados 22 años del violento acto, Graciela Dávalos manifestó a La Nación/Nación Media que “con la ayuda de Dios y la Virgencita de Caacupé hemos conseguido dejar atrás esos recuerdos, porque realmente lo que nos tocó vivir fue muy difícil, porque hemos pasado momentos de mucho miedo, por sobre todo yo, por mi hija tan pequeña”.
Refirió que “lo más difícil después fue no querer salir a la calle porque todas las personas nos parecían sospechosas” y contó que a su hija le costó muchísimo superarlo. “Una niña en edad escolar, dejó de asistir a su colegio, tenía miedo, miedo a todo”, recordó.
Para Graciela, “el daño que ocasionan estos hechos delictivos no tiene nombre. Roguemos para que nunca más se repita en nuestro país, ni en ningún lugar del mundo”.
Valoró la investigación y el trato recibido por parte de los intervinientes. “Realmente sentí que todo lo que se hizo por nosotras fue con mucha dedicación y profesionalismo, refiriéndome a la investigación de los fiscales Lulio Gamarra y Manuel Trinidad, también los policías de aquella época. Todo lo demás ya lo olvidamos”, aseguró.
Detenidos y condenados
Ariel Galeano, alias “patota”, fue el único condenado por el hecho de secuestro con 4 años de prisión. El doctor Manuel Trinidad dijo que era como una especie de “guardia bueno”, según la propia víctima.
Refirió que la “empresaria había reconocido a casi todos sus captores tras investigaciones de otros plagios siguientes, teniendo en cuenta que parte del mismo grupo criminal también realizó otro secuestro en Alto Paraná”.
Trinidad detalló que “uno de ellos es el expolicía Sergio Martínez Brítez, por quien se dictó orden de captura y fue considerado el más violento, el que maltrataba a sus víctimas. Nunca pudo ser capturado”, remarcó.
Fueron emitidas órdenes de captura contra varios, pero uno solo fue juzgado en ese momento. “La mayoría de los que fueron reconocidos cayeron por la investigación del secuestro del empresario César Cabral (ocurrió ocho meses después del caso de la familia Dávalos), recuerdo muy bien porque me tocó investigar los dos hechos y se trataba de la misma gavilla de secuestradores”, concluyó Trinidad.
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ANR recibió afiliaciones de 1.500 jóvenes de Amambay
Un grupo de jóvenes procedente del departamento de Amambay llegó hasta la sede de la Junta de Gobierno del Partido Colorado en Asunción para participar de un encuentro político con el presidente de la Asociación Nacional Republicana (ANR), Horacio Cartes, a quien, además, le fueron entregadas solicitudes de afiliación de 1.500 jóvenes de la región norteña del país.
La comitiva, que estaba encabezada por el gobernador de Amambay, Juan Acosta, fue recibida por el titular colorado y, aparte de agradecer por el gesto, el exmandatario los invitó a continuar con su formación y a capacitarse para soñar “con un Paraguay mejor”, según sus propias expresiones.
Más jóvenes se suman
A finales de octubre pasado, otro grupo de cerca de 400 jóvenes, esa vez procedente del departamento de Guairá, llegó igualmente hasta la sede partidaria para presentar sus respectivas solicitudes de afiliación para formar parte del Partido Colorado. En esa oportunidad, también fueron recibidos por el presidente de la ANR y el secretario general de la Junta de Gobierno, Eduardo González, quien se refirió acerca de los nuevos jóvenes afiliados puntualizando que su apoyo constituye una clara muestra de la apuesta de la juventud por la tradicional nucleación política.
“El informe que tengo es que han llegado cerca de 400 jóvenes. Se trata de un grupo que ha acompañado al gobernador del Guairá, César Sosa, y pidieron conversar con el presidente de la ANR, Horacio Cartes. Realmente impresiona esta juventud que se está uniendo al partido”, expresó González, quien recordó que, a pesar de la campaña de algunos medios afines a la oposición, la ANR es el partido que más va creciendo en números de afiliados y simpatizantes en todo el país.
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Dos indígenas murieron tras ser embestidos en la Ruta PY05
Pedro Juan Caballero (Emerson Dutra, corresponsal)
El fatal percance se registró en la colonia Guavirá, a unos 30 kilómetros de Pedro Juan Caballero, la capital del departamento de Amambay, informó la Policía Nacional.
Datos revelan que dos indígenas fallecieron aparentemente tras ser embestidos por un vehículo cuyas características se desconocen. El hecho habría ocurrido en horas de la noche de ayer miércoles, sin embargo los cuerpos recién fueron hallados esta mañana.
Según se informó, los cuerpos de los aborígenes fueron encontrados al costado de la transitada arteria por algunos lugareños que, accidentalmente, pasaban por la zona.
Tras ser alertados, agentes policiales se trasladaron al sitio. “Encontramos los cadáveres al costado de la ruta y, a pocos metros, una motocicleta y también bebida alcohólica”, explicaron los uniformados.
Tras ser inspeccionados por el médico forense, se constató que el accidente se habría producido en horas de la noche del pasado miércoles.
Las víctimas no tenían en su poder documentos de identidad. Por disposición del Ministerio Público, los cuerpos sin vida de los indígenas fueron trasladados hasta la morgue del Hospital Regional.
Niña indígena fue mordida por una víbora
Desde el departamento de Amambay también informaron sobre el ataque de una víbora, que se habría registrado durante el pasado fin de semana en la comunidad indígena Marangatú, ubicada en la colonia San Fernando de la ciudad de Capitán Bado, a unos 100 kilómetros de la capital departamental.
De acuerdo a los datos, resultó víctima una niña de 3 años de edad. La sospecha es que la menor fue mordida por una serpiente cascabel.
En grave estado, la criatura fue socorrida por personal del Puesto Policial Nro 9, el cual trasladó a la víctima hasta el hospital de ese distrito para la atención médica correspondiente.
Debido a su delicado estado, los médicos del lugar optaron por trasladarla hasta el Hospital Regional de Pedro Juan Caballero.
“Aparentemente, tras ser atacada por la serpiente, tardaron en auxiliarla por lo que agravó su estado de salud”, explicó la funcionaria del centro asistencial, Elsa Barrios, a los medios de prensa.
Ante la persistencia del estado crítico de la niña, los galenos optaron por trasladarla hasta la capital del país.