El psicólogo Raúl Manuel Nieto dice que la adolescencia es la etapa más corta de la vida, pero también es la más intensa. “¿De qué adolece el adolescente? Se da cuenta de que ya no es un niño, ya no es el niño que fue. Tiene las emociones de un niño, pero ya no es, y adolece del adulto que va a llegar a ser. A veces piensa como un adulto, pero todavía no es porque sus emo­ciones lo desbordan”, señala en charla con La Nación del Finde.

“Ser padre de un adolescente no es nada fácil porque a los niños, de algún modo, les podés imponer un poco algu­nas cosas, le podés direccio­nar. En cambio al adolescente hay que acostumbrarse a pro­ponerle las cosas, a dialogar, a escucharlo. Él está en con­tacto con un mundo diferente del que nosotros vemos, que él lo percibe con emociones, a veces, magnificadas”, agrega.

PACIENCIA Y ASERTIVIDAD

De acuerdo al experto, para poder guiar a un ado­lescente en esta etapa de cambios físicos, emocio­nales y sociales los papás tienen “una y otra vez que volver a la paciencia”. “Ser papás muy asertivos, deci­dirse por no ser ni agresivo ni sumiso, apocado frente al hijo, sino mostrar cierta firmeza para hacerle sentir que no se queda sin padre. Darle comprensión y res­paldo, pero aprender a rega­larle límites”, aconseja.

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El licenciado Nieto entiende que los padres de hijos adoles­centes se pueden sentir sacados por el estilo desafiante del ado­lescente. “Y no, el adolescente necesita que nosotros volvamos a nuestro centro, que sigamos siendo adultos y que le regale­mos calma, que les enseñemos a calmarse”, apunta.

MUNDO VIRTUAL

Los tiempos han cambiado y los desafíos que tenían los padres de adolescentes de antes no son los mismos para los progenitores de hoy. Antes, los adolescentes se manejaban en contacto con el imaginario, en contacto social con el mundo de sus amigos y en el contacto con el mundo familiar.

“Había uno adentro, el mundo de la imaginación, y uno afuera, el mundo de los amigos, de la familia, del entorno. Pero en este último tiempo, entre el afuera y el adentro, está el mundo vir­tual”, indica al hablar sobre los nuevos retos que tienen los papás en un escenario de dominación tecnológica en la vida de los chicos.

“Los padres de hoy deben guiar a sus hijos, ayudarles a organizar y a manejar su espacio físico, presencial, y también su espacio virtual, el mundo de su celular, el tiempo de la pantalla, el modo de relacionarse a través de las redes sociales, etc. y tam­bién ayudarle a manejarse sin estresarse en el contacto social, con sus amistades, compañeros de colegios…”, refiere.

“Todos quisiéra­mos que los ado­lescentes ter­minaran siendo adultos seguros, fortalecidos, capaces de desenvolverse, de manejarse, de interactuar, tanto cuando están en las redes, cuando están en forma virtual, pues pierden fácilmente el entorno porque están jugando PLAY y no se dan cuenta si están gri­tando o insultando o qué, como cuando están con sus amigos y cuando tienen que lidiar con las tormentas emocionales. Este merecería un capítulo especial sobre cómo ayudar al adolescente a enfrentar las tormentas de emociones que aparecen en sus días”, expone el psicólogo.

“El adolescente a veces piensa como un adulto, pero todavía no es, porque sus emociones lo desbordan”, explica el licenciado Nieto

BULLYING

Existen muchos niños y adolescentes que a dia­rio sufren acosos por parte de sus pares en el colegio y también de parte de adultos inclusive, generando conse­cuencias psicológicas. Es así como experimentan ansie­dad, inestabilidad nerviosa, tienen sentimientos de insa­tisfacción, miedo, soledad, inseguridad, abandono, des­confianza en sí mismo. Tam­bién tiene un impacto en sus relaciones familiares y socia­les convirtiéndose en una persona poco comunicativa ante una pobre red de apoyo.

“El tema del bullying es de larga data porque el bullying es el maltrato. Existe mal­trato entre adultos. En las redes sociales existe muchí­simo bullying, cuando juegan en la play hacen muchísimo bullying, escondidos detrás de un ávatar. Se puede recibir bullying dentro de la casa, de un adulto a un adolescente, de un adolescente a un adulto, de un adolescente a otro adoles­cente más pequeño y frágil. Y los motivos pueden ser por cualquier cosa”, dice.

“Es sentir enojo, irritación, rabia y rematar esa rabia agrediendo, descalificando, humillando, tratando mal a alguien porque es gordo, porque es flaco, porque es petiso, porque es alto, por­que es masculino, porque es femenino… Es todo un desa­fío ayudar al adolescente a convivir en paz, a arreglar las cosas utilizando el len­guaje, la negociación, la con­versación, tomar acuerdos, aprender a ceder, aprender a administrar las presiones del ambiente, aprender a no ata­car, pero también aprender a defenderse”, subraya.

AFIRMARSE

Para ayudar a los chicos a enfrentar el bullying, el psi­cólogo dice que el tema que tenemos que trabajar siem­pre con nuestros adolescentes es la asertividad, término que viene del inglés “to assert”, que significa afirmarse. “Ser asertivo quiere decir que no soy ni agresivo ni sumiso o víctima, apocado… sino que puedo hablar, expresar de forma correcta y educada lo que siento, mi punto de vista, sin pretender que sea un punto de vista universal”, explica.

Sostiene que los adolescen­tes deben entender que los padres no les pueden pro­meter que no van a encontrarse en ambientes donde hay bullying, discrimina­ciones o malos tratos porque esta es la realidad humana. “Pero sí podemos ayudar­les a que prendan a interac­tuar, a saber cuándo hay que pedir ayuda a un adulto, que entiendan que siempre hay que conversar con los papás de cualquier cosa que esté ocurriendo y que todos los problemas tienen solución. Buscar esa solución por medios pacíficos y adecua­dos”, remarca.

HABILIDADES BLANDAS

Para el licenciado Nieto es muy importante que el adolescente aprenda técnicas de habilidades blandas, además de las habilida­des duras, “porque es verdad que yo quiero que los adolescentes tengan comprensión de textos. De nada les servirá tener Chat­GPT si no saben leer ni escribir. No sé para qué la inteligencia artificial si al final no se ha desarrollado lo básico, lo mínimo de las habilidades duras de la inteligencia”, apunta.

Explica que tiene desarrollar las habilidades blandas como es desarrollar todo lo que se pueda la inteligencia emocional. “Poder actuar simultáneamente utilizando la razón y la emoción, no desconociendo nuestro mundo emocional, aprender a manejar­nos en medio de las tormentas emocionales. Eso es muy impor­tante”, concluye.

Raúl Manuel Nieto, psicólogo

PERFIL

El licenciado Raúl Manuel Nieto es psicólogo, tera­peuta y profesor de Teo­logía. Tiene formación en AT (Análisis Transaccional), Psicoterapia Corporal Inte­grada, Inteligencia Emocio­nal, Mindfulness, Terapias contextuales. Practica Tai­chí y QiGong. Es facilitador en numerosos talleres de grupos y seminarios sobre estos temas. Actualmente atiende un consultorio par­ticular, talleres y semina­rios. Para contactos: raul­manuelnieto@gmail.com, Youtube @Raulmanuel­nieto e Instagram @raul­nietopy.




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