Un proyecto que nació hace 26 años como un sueño para capitalizar el potencial y la magia de Areguá es hoy el corazón de un ecosistema artístico y cultural que crea, conecta y transforma, que resiste y avanza en comunidad. Gabriela Frers nos habla acerca del valioso aporte comunitario de Estación A en el desarrollo de la entrañable Ciudad Creativa.

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“El sueño comenzó a ini­cios de 1999, cuando Óscar Ortega, Pachín Centurión y yo decidimos dar forma a una asociación cul­tural. Óscar y yo habíamos llegado a Areguá en 1994, como tantos otros, atraídos por la serenidad y la belleza de esta ciudad que parecía suspendida en el tiempo. De a poco, empezamos a encon­trarnos con otros artistas, a sentirnos parte de su magia, a descubrir en sus calles y a su gente, un mundo lleno de historias”, cuenta Gabriela Frers, directora de Estación A-Núcleo Cultural al hablar sobre la génesis del proyecto.

“Areguá tenía todo el poten­cial: paisaje, memoria, sen­sibilidad. Pero casi no había espacios ni actividades para aquello que sabíamos hacer. Óscar, artista plástico; yo, coreógrafa. De a poco nos fuimos vinculando con la cultura local, con sus arte­sanos y su gente sabia. Apren­dimos otras formas de mirar y hacer, aportar al desarrollo de este lugar que ya sentía­mos como nuestro. Areguá nos abrazó y nosotros deci­dimos quedarnos a construir desde ese abrazo”, relata en una charla con La Nación del Finde la coordinadora de la Gobernanza de la Ciudad Creativa ante la Unesco

–¿Cuáles fueron las líneas de trabajo de la organiza­ción desde ese inicio y cuá­les son actualmente?

–En los primeros años, nuestras acciones florecían con sencillez y entusiasmo. Organizábamos peñas musi­cales, yo daba clases de danza y de ese impulso nació nues­tro elenco infanto-juvenil el Ballet de la Estación. Tam­bién abrimos espacio para exposiciones de arte, ferias artesanales y recibimien­tos artísticos para quienes llegaban al tren. Entonces, desde la estación, Areguá los esperaba con música, colo­res y movimiento. Diseña­mos un pequeño circuito guiado que invitaba a des­cubrir la ciudad desde su alma creativa. Todo era muy artesanal y apasionado. Teníamos pocos recursos, pero nos movía una alegría inmensa y la certeza de estar construyendo algo valioso.

Gabriela Frers, directora de Estación A-Núcleo Cultural

Con el tiempo, las líneas de trabajo se fueron ampliando y consolidando. Promovimos procesos de formación, crea­ción, investigación y circu­lación cultural. Trabajamos con artistas, educadores y comunidades, articulando redes, impulsando encuen­tros y cuidando la memoria. Siempre con la convicción de que la cultura es un camino para transformar, conectar y sanar.

–¿En qué aspectos fueron creciendo?

–Crecimos en capacidad de gestión cultural y nos vol­camos más al desarrollo artesanal porque lo vimos muy necesario. En 2006 nos integramos a la Organiza­ción Mundial del Comercio Justo, tuve el honor de pre­sidir la región latinoameri­cana y, desde Areguá, orga­nizamos varios encuentros internacionales. Logramos exportar artesanía a Europa, principalmente joyas de fili­grana elaboradas en Valle Pucú, y ñandutí, que viajaba desde Itauguá hasta Japón. Acompañamos a organizacio­nes artesanales de diferentes ciudades del departamento Central y del Chaco, con Óscar liderando el diseño y desarrollo de productos arte­sanales.

El espacio alberga fotografías, informaciones y obras cerámicas de artesanas de Areguá sobre Rafael Barrett

En 2010 ganamos un pre­mio de Unesco a la Excelen­cia Artesanal, por un diseño desarrollado con artesanos de filigrana y ñandutí. Al mismo tiempo, la danza y el teatro seguían latiendo con fuerza. Entre 2006 y 2016 tuvimos la Compañía Estación Dan­za-Teatro, donde confluía arte, conciencia, mensajes con obras de contenido social que presentábamos en cole­gios. En 2016 dimos vida a una Escuela de Arpas, junto al maestro Jorge Cáceres, Cigarro Po’i, que funcionó con mucho entusiasmo hasta el inicio de la pandemia. En 2021 recibimos la designa­ción de Punto de Cultura de la Nación, por la Secretaría Nacional de Cultura.

–¿Qué proyectos de su agenda se pueden desta­car?

–Desde Estación A llevamos años trabajando con constan­cia y convicción en el diseño y la gestión de proyectos que fortalecen la designación de Areguá como Ciudad Crea­tiva de la Unesco.

La danza-teatro encuentra tierra fértil en este recinto cultural

Gracias a las redes sociales y otras publicaciones estamos compartiendo mejor nues­tro trabajo. Los proyectos se elaboran en diálogo con la gente, se cocrean, con quienes los protagonizan. Este año, como organización, fuimos seleccionados por los Fon­dos FAP del Instituto Para­guayo de Artesanía, con el proyecto Difusión y Puesta en Valor de la Artesanía de Areguá, que incluye audio­visuales, materiales promo­cionales y nuevas formas de visibilización de la artesanía local. Además, conseguimos el apoyo de la Oficina Regio­nal de la Unesco, Montevideo, para el proyecto Voces de la Memoria y la Arcilla, que se desarrolla entre 2024 y 2025, con niñas, niños y adolescen­tes. Una propuesta que inte­gra narración y modelado en arcilla como herramien­tas para fortalecer la lectoes­critura, la comprensión lectora y la expresión artística.

Por otro lado, desde 2022 nos sumamos al proyecto La Ruta de Rafael Barrett, impulsada por el MEC, y en 2024 inau­guramos el Rincón Barrett en la Estación, espacio que alberga fotografías, informa­ciones y obras cerámicas de destacadas artesanas de Are­guá sobre Barrett. Además, tenemos una exposición per­manente de fotografías anti­guas de Areguá, brindamos información turística y cul­tural, distribuimos la revista Areguá Ciudad Creativa de la Unesco, y tenemos la ofi­cina de la Coordinación del Programa Areguá Ciudad Creativa.

–¿Cuáles son los desafíos que tienen en particular como organización?

–Uno de los grandes desa­fíos es, sin duda, lograr apo­yos para programas de mayor envergadura, que puedan tener un impacto más amplio y sostenido en la comunidad. Como organización, cada año tenemos el desafío de concur­sar para obtener fondos y así dar continuidad a nuestras acciones y proyectos, lleva mucho tiempo gestionarlos y no siempre se logran los apoyos; entonces, también toca trabajar a pulmón, ahora mismo, no todo lo que hace­mos tiene financiamiento.

Y luego están los desafíos más sutiles, pero igual de importantes: los humanos. Crecer en colectivo, como en la Gobernanza, por ejem­plo, es también un ejercicio de madurez, de escucha, de renuncias necesarias. Arti­cular acciones no siempre es fácil. En Estación A segui­mos apostando a la cultura, al desarrollo local y la articu­lación. El camino no es fácil, pero cuando se siembra con el corazón, los frutos llegan. Y no llegan solos: llegan con comunidad.

PILAR DE LA CIUDAD CREATIVA

Areguá atrae hoy a “un nuevo tipo de visitante, más interesado en la cultura y en la artesanía”, observa Gabriela Frers

En el 2019, Areguá fue nominada Ciudad Creativa por la Unesco y Estación A-Núcleo Cultural tuvo una relevante participación en el proceso y consolidación de este logro. “Fuimos cofundadores de varias plataformas de participación ciudadana, como el Plan Char, articulación entre organizaciones civiles e instituciones públicas, que propuso a la municipalidad la postulación de Areguá como Ciudad Creativa de la Unesco. Trabajamos la idea, redacté la postulación y fue presentada por la Municipalidad de Areguá”, destaca Gabriela Frers.

Tras la designación, se constituyeron formalmente como Gober­nanza de Areguá Ciudad Creativa, que continúa activa hasta hoy. Estación A coordina esa gobernanza y Gabriela desempeña el rol de Punto Focal ante la Unesco, representando a la municipalidad y a la alianza articuladora. Estación A y la municipalidad impulsaron la firma del primer convenio que dio vida formal a la gobernanza, en plena pandemia, en 2020.

–¿Qué beneficios trajo la nominación de la Unesco a la vida artística y cultural de Areguá?

–En 2021, organizamos el Primer Festival Internacional Virtual de Danzas y el Primer Encuentro Internacional de Ceramistas, con una modalidad semipresencial. Ese mismo año, curiosamente, empezamos a notar un aumento en la venta de artesanías. Areguá comenzó a palpitar distinto, trajo un nuevo tipo de visitante, más interesado en la cultura y en la artesanía. Hoy se celebran ferias, festivales, exposiciones, talleres y encuentros. Basta con caminar por el casco histórico para ver los más de 200 nuevos puestos de venta de artesanías. También es notoria la mejora en la producción cerámica en cuanto a técnicas, tecnologías y diseños. La mirada institucional también cambió, hay más apoyo al sector artesanal, que se ha fortalecido visiblemente. Creció el turismo, el consumo y se dinamizó la economía local.

–¿Qué aspectos faltan fortalecer para consolidar a la ciudad como referente creativo en el país?

–Recientemente recibimos el resultado de la evaluación que rea­lizó Unesco de nuestro reporte cuatrianual 2019-2023, la califica­ción fue “muy buena” y se reconoce la seriedad y el trabajo con­sistente de la ciudad. Si no obtenemos una buena calificación, se puede perder la categoría, por lo que es una muy buena noti­cia. Sin embargo, un desafío importante es fortalecer la articu­lación interinstitucional, con mayor sostenibilidad a los apoyos, ya que estos hacen posible planificar y desarrollar de la mejor manera las acciones. La municipalidad tiene un rol fundamental para Unesco en la promoción del desarrollo sostenible a través de la cultura. En ese sentido, hay avances importantes, pero aún se necesitan más políticas públicas que fortalezcan ese compro­miso. Según la investigación que realizó la facultad de Ciencias Exactas y Naturales-FACEN/UNA, la percepción de los encues­tadas como desafíos es: lograr mayor inversión, en infraestruc­tura, señalética y otros.

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