Fin de semana de estreno de la obra que cuenta con libreto y dirección de José Santiago Mazó.
Con producción, dirección y libreto de José Santiago Mazó se presenta este fin de semana la zarzuela paraguaya “Fascinación”, a cargo del elenco artístico Anástasi con auspicio del Fondec. Las funciones están previstas para hoy y mañana, a las 20:30, en el Teatro Municipal “Ignacio A. Pane” (Pdte. Franco entre Chile y Alberdi). Se trata de una producción original que contará con la participación de la Orquesta Filarmónica Ipu Paraguay y del coro ArtVita, con música de Ronald Von Knobloch, Martín Monte Domecq y Natalia Funes.
“Fascinación” presenta la historia del joven Martín, quien cuenta con un anhelo principal en la vida: alejar las pesadillas del corazón de su madre, Aurora. Para ello, emprende una carrera hacia su destino, buscando en el horizonte la posibilidad concreta de hacerla feliz.
La puesta estará protagonizada en escena por Gonzalo González, Teresa Jiménez, Javier Lacognata, Felipe Jara, Fátima Báez, Ronald Maluf, Misael Centurión, Paty Galeano, Gabriela Báez, Lorena Osorio, Leo Rodríguez, Ángel Romero, José Giménez, Enri González, Rafael Cantaluppi, Ronald Von Knobloch, Dai Acosta y Camilo Sánchez.
TRAYECTORIA
Mazó Benítez, creador de la obra y fundador del elenco, es actor, director escénico, gestor cultural, abogado. Ha conformado el Coro de Ópera de la Uninorte de 2007 al 2012 y ha participado en óperas de Puccini, Verdi, Lehár, Wagner, entre otros, así como obras de ballet como “Coppelia” (2008) y “Cascanueces” (2009). En zarzuelas, ha encarnado a varios personajes, además de producir y dirigir obras de Juan Carlos Moreno González y Manuel Frutos Pane. Esta es su primera zarzuela paraguaya como dramaturgo.
Las entradas tendrán los siguientes costos por sector: paraíso G. 60.000, tertulia G. 70.000, platea G. 80.000 y palco VIP G. 90.000; ventas al (0972) 344-970. La puesta cuenta con el apoyo de la Municipalidad de Asunción, el Teatro Municipal de Asunción, el estudio de Agustín Núñez y Centro Cultural de la República El Cabildo.
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Justin Bieber reaparece con su séptimo disco “Swag”
La superestrella canadiense Justin Bieber lanzó su séptimo disco, “Swag”, algunas horas después de haber publicado un adelanto en su cuenta de Instagram. Compuesto por 21 canciones y con una duración de 54 minutos, el disco marca el retorno del cantante de 31 años a la escena musical más de tres años después de que lanzara su último single “Honest”, en un dúo con Don Toliver.
Su disco anterior, “Justice”, había salido en 2021. En su nuevo álbum, participan raperos estadounidenses como Gunna, Lil B, y Cash Cobain. El cantante había publicado el jueves un video en Instagram, en el que se ve la lista de canciones de “Swag” en una pantalla en Times Square en Nueva York.
El anuncio también apareció esta semana en ciudades como Reikiavik, Islandia, donde Bieber habría concluido el disco en abril, según medios estadounidenses. Sus fans, conocidos como los “Beliebers”, esperaban un nuevo disco desde hace meses.
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En 2022, Justin Bieber fue forzado a cancelar una parte de su gira mundial, 82 de 131 conciertos previstos, después de revelar que padecía el síndrome de Ramsay Hunt, un desorden neurológico que paralizó parcialmente su rostro. El hashtag “#SWAGOUTNOW”, “Swag ya disponible”, estuvo entre las tendencias de X horas después del lanzamiento del disco.
Bieber alcanzó la fama con su hit “Baby” en 2010, cuando apenas tenía 15 años, convirtiéndose en una estrella del pop que después incursionó en el R&B. En agosto de 2024, el cantante y su esposa Hailey Bieber anunciaron el nacimiento de su primer hijo, Jack Blues.
Fuente: AFP.
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Tras 30 años llega la secuela de “Trainspotting” de Irvine Welsh
El escritor escocés Irvine Welsh describió la esperada secuela de su famosa novela “Trainspotting”, que se publicará en inglés el 24 de julio, como un antídoto contra un mundo lleno de “odio y veneno”. “Men in Love” está ambientada en la Escocia de finales de los años ochenta y principios de los noventa, y comienza donde terminó “Trainspotting”.
Esta primera obra, publicada hace más de treinta años en su versión original, dio a conocer a Irvine Welsh y a su banda de drogadictos enloquecidos formada por Mark Renton, Sick Boy, Spud y Begbie. Estos antihéroes afrontan su aburrimiento e infelicidad en lúgubres barrios fumando porros, inyectándose heroína o tomando supositorios de opio.
El libro fue adaptado al cine en 1996 por Danny Boyle, con el actor Ewan McGregor como protagonista. En 2017 se estrenó una secuela, T2 Trainspotting. Para “Men in Love”, Irvine Welsh quiso dejar sitio para el optimismo y el amor.
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“Vivimos en un mundo que parece lleno de odio y veneno. Es hora de que me concentre más en el amor, como una especie de antídoto contra todo eso”, declaró el escritor a la BBC. Según él, hay muchas similitudes entre los años noventa y la época actual.
La desaparición de gran parte de la industria pesada en los ochenta, como la construcción naval en el barrio de Leith, en Edimburgo, marcó una nueva época para algunos “sin trabajo remunerado”.
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“Ahora todos estamos en esa situación. No sabemos cuánto tiempo tendremos trabajo remunerado, si es que lo tenemos, porque nuestra economía, nuestra sociedad, está en una larga transformación revolucionaria”, agregó, afirmando que ve tendencias “muy distópicas” en nuestro tiempo.
Irvine Welsh también arremetió contra la inteligencia artificial y la cultura tóxica de las redes sociales. “Por un lado tenemos la inteligencia artificial y por otro una especie de estupidez natural. Nos estamos convirtiendo en máquinas idiotizadas que reciben instrucciones”, aseguró. “Y cuando las máquinas piensan por ti, tu cerebro se atrofia”, añadió.
Fuente: AFP.
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Oasis reavivó el glorioso pasado musical de Mánchester
En un día radiante y festivo en Mánchester, más de 80.000 personas recibieron como héroes a sus hijos pródigos de Oasis que actuaron en su ciudad por primera vez en 16 años. Fans veteranos y de nueva generación se reunieron en esta ciudad del norte de Inglaterra para presenciar el regreso de los hermanos Gallagher y cantar a viva voz éxitos como “Wonderwall”, “Don’t look back in anger” o “Supersonic”.
Medio millar de seguidores esperaban desde tres horas antes de la apertura de puertas para el primero de los cinco conciertos en el Heaton Park, todos ellos con las entradas agotadas. Algunos tuvieron la suerte de encontrar lugar en la sombra de los árboles, pero otros recurrían a abanicos y pequeños ventiladores para mantenerse frescos en un calor de 30 ºC inusual en esta ciudad.
En el 15º lugar de la cola estaba Lisa, una chica de 23 años que había viajado desde la ciudad francesa de Saint-Etienne con un grupo de amigas. “Fue como la gran oportunidad de nuestras vidas, nunca pensamos que podríamos verlos en directo”, afirmó la joven, que llevaba seis horas en la fila.
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La ciudad estaba expectante por el “Día Oasis” desde que los Gallagher (Liam como cantante y Noel como guitarrista) anunciaron el año pasado que habían enterrado el hacha de guerra e iban a reunir de nuevo el legendario grupo de britpop. Jack Johnson, un estudiante de 17 años que apenas tenía un año cuando la banda se separó tras el enésimo conflicto entre los hermanos, recuerda perfectamente cómo recibió la noticia.
“Nos estábamos llamando los unos a los otros: ‘Oh Dios mío, oh Dios mío, ¿qué está pasando?”, cuenta. “Todavía estamos asombrados de estar aquí”, añade. Aunque la mayoría recurrían al agua o los helados para mantenerse frescos, algunos empezaron la fiesta horas antes.
“Me estoy rehidratando con un poco de ginebra, un poco de vodka y un poco de limonada”, afirma Sarah Fisher, una mujer de 45 años de Loughborough, en el centro de Inglaterra. “El calor es un poco demasiado, pero llevo puesta mi loción y mi gorro”, bromea. La atmósfera le recuerda al legendario concierto de 1996 que el grupo dio en el antiguo estadio Maine Road, donde jugaba entonces el Manchester City, y al que asistió siendo adolescente.
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“Muy buena onda”
Se calcula que 400.000 personas asistirán a los cinco conciertos programados en Mánchester. El electricista Alan Clarke, de 50 años, y Paul Smith, de 41, se conocieron en la fila, pero ya son “mejores amigos”, afirma el primero. Luce una camiseta de Oasis que compró en un concierto en 1996. “Todavía me va bien, aunque ahora soy más viejo y más gordo”, bromea.
El entusiasmo se extiende por toda la ciudad, tomada por los seguidores de Oasis desde 24 horas antes de que los altavoces empezaran a rugir. “Toda la gente está como loca”, declara Andre Meyer, que voló desde Hamburgo, en Alemania, para el concierto. “La ciudad está llena de fans, con muy buena onda”, asegura este hombre cuya larga barba oculta parcialmente su camiseta de Liam Gallagher.
“Voy a llorar”
Y es que los Gallagher son estos días omnipresentes en Mánchester, en carteles colgados por las farolas o en un mural enorme pintado en el barrio Northern Quarter. Nico, de 28 años, se estaba tomando una foto frente a ese mural. Del concierto, solo daba por segura una cosa: “Voy a llorar”, dijo el joven llegado de Los Ángeles.
Para el adolescente Jonah Saw, cantante de una banda local llamada Unit 17, la conexión del grupo con Mánchester lo es “todo”. “Salí del vientre de mi madre escuchando Oasis, estoy tan emocionado”, aseguró mientras esperaba frente al recinto.
Crecido cerca de Burnage, el barrio de los Gallagher, Shaw se crió con historias de los legendarios conciertos de Oasis que le contaba su padre, que lo acompaña en la fila. El joven confía en poder hacer lo mismo en unos años. “Espero que haya la reunión de los 60 años en unos 30 años y me llevaré a mis hijos, Noel y Liam”, dice entre risas.
“Allanaron el camino”
El regreso de los hermanos Noel y Liam Gallagher a su ciudad natal, Mánchester, con motivo de la gran gira de reunión de Oasis, revive los recuerdos de la época en que la ciudad industrial del noroeste de Inglaterra era el hogar de una efervescente creatividad musical. Después de haber iniciado la gira en Cardiff (Gales), con dos conciertos, dieciséis años después de su separación, el emblemático grupo del Britpop se presenta en Mánchester, durante cinco noches con entradas agotadas, en Heaton Park.
“Claramente hay un renovado entusiasmo en la ciudad”, observa Susan O’Shea, experta en música y profesora titular en la Universidad Metropolitana de Mánchester. En los años 90, Mánchester estaba en la cúspide de su gloria cultural. Oasis dominaba las ondas, sucediendo a leyendas de la ciudad como Joy Division y The Smiths. “Estos grupos allanaron el camino para Oasis”, recuerda Ed Glinert, creador de los recorridos guiados “Manchester Walks”, dedicados a la historia musical de la ciudad.
Mítico concierto de los Sex Pistols
Delante de la entrada de la Free Trade Hall, Glinet cuenta la influencia decisiva que ejerció en aquellos grupos un concierto de los Sex Pistols, en 1976, en esa sala, hoy reconvertida en hotel y centro de conferencias.
“Miles de personas afirman haber asistido a ese concierto... pero en realidad solo había 42 en el público”, bromea el guía.
Entre los asistentes estaban el cantante de The Smiths, Steven Patrick Morrissey, o Mark E. Smith (The Fall), además de miembros de Joy Division, grupo que luego se transformaría en New Order. Todos ellos contribuyeron al renombre musical de Mánchester. Aunque la ciudad está actualmente agobiada por una ola de calor veraniega, el famoso mal tiempo fue un “factor muy importante” en este legado musical, afirma Ed Glinert.
“La mayor parte del año, el clima es oscuro, gris, frío, húmedo y ventoso. Eso se refleja en la música”, dice Glinert. A finales de los años 80, el mítico club The Hacienda impulsó a la ciudad hacia una nueva era, con la llegada del house y la escena rave.
Así nació el fenómeno “Madchester”, un juego de palabras con ‘Mad’ (loco) y el nombre de la ciudad, impulsado por grupos como Happy Mondays y The Stone Roses, a quienes los hermanos Noel y Liam Gallagher han citado frecuentemente como inspiración.
“Los Stone Roses fueron realmente los primeros de la escena de Mánchester que influyeron en Oasis”, considera Pete Howard, de 77 años, propietario de la tienda “Sifters”, donde los hermanos Gallagher solían comprar sus discos.
“Mister sifter”
Inmortalizado en la canción Shakermaker, segundo sencillo de Oasis, con el nombre de “Mister Sifter”, Howard sigue recibiendo hoy a seguidores de todo el mundo. “Para nosotros, esto es una peregrinación. Es como conocer a una leyenda viva”, confiesa Veronica Paolacci, una milanesa de 32 años, sobre el septuagenario.
La escena local sigue siendo dinámica. Susan O’Shea menciona a los grupos emergentes PINS y The Red Stains, a los raperos Aitch y Bugzy Malone, así como lugares como The Peer Hat o Gullivers. Sin embargo, la fama internacional de Mánchester parece haberse atenuado. “Era mucho mayor cuando la Britpop era más popular”, opina Dan Verberkel, un fan de esta música, ingeniero neerlandés de 38 años que ha venido para el concierto de Oasis.
Además de Mánchester, otras ciudades también han contribuido a forjar la identidad musical británica del siglo XX, como Birmingham, con el heavy metal, o Bristol, con el trip-hop. Pero desde los años 2000, las cosas han cambiado. Según Ed Glinert, el auge de lo digital ha roto las dinámicas regionales. “Hoy en día puedes producir música desde tu ordenador en tu habitación, sin que tenga ninguna conexión particular con el lugar donde vives”, señala.
Fuente: AFP.
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Bad Bunny sacude Puerto Rico con serie de 30 conciertos
Miles de puertorriqueños asistieron el viernes pasado por la noche al lanzamiento de la histórica residencia de Bad Bunny en San Juan, una serie de conciertos que muestra el orgullo y la resiliencia de la isla, y que en su etapa inicial está limitada a los locales. Con camisetas con la bandera de Puerto Rico o simplemente arropados con esta, los fanáticos abarrotaron el área que rodea el Coliseo de Puerto Rico en San Juan antes del espectáculo titulado “No me quiero ir de aquí”. La noche fue una celebración.
Por momentos, el popular artista de 31 años pareció detenerse para celebrar la ocasión, esbozando una sincera sonrisa mientras observaba a sus miles de eufóricos compatriotas. Disfrutar el presente y honrar el pasado es una lección extraída de su sexto álbum, “Debí tirar más fotos”, en el que dedica una oda a todo pulmón a la herencia puertorriqueña.
El ambicioso repertorio incluyó muchos de los temas más recientes de Bad Bunny que subrayan las injusticias en la isla caribeña estadounidense, pero la noche supuso sobre todo una mirada a Puerto Rico que se centra en su resistencia, orgullo y alegría. La primera canción era inédita y no se dieron detalles sobre si finalmente se lanzará oficialmente.
Los primeros nueve conciertos de una serie de 30, que se realizarán en el Coliseo de San Juan durante tres fines de semana consecutivos hasta septiembre, están abiertos exclusivamente a residentes puertorriqueños y a alguna celebridad como LeBron James, quien asistió al espectáculo del viernes por la noche.
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“Su reguetón nunca falla”
Bad Bunny rindió homenaje a la cultura e historia puertorriqueñas, pero también hizo un repaso a su carrera, mostrando la inmensa variedad que ritmos que ha exhibido desde su irrupción, hace menos de una década.
El espectáculo incluyó el potente trap latino de su éxito de 2018, “La Romana”, y el hit de discoteca de 2020, “Yo perreo sola”, ejemplos brillantes de su trabajo previo en el reguetón que lo catapultó a la fama.
“Su reguetón nunca falla”, dijo el estudiante John Hernández Ramírez antes del concierto.
Este joven de 21 años comentó que en un comienzo se sintió atraído por los ritmos vibrantes de Bad Bunny y más recientemente por su evolución lírica.
Originario de una zona rural de Puerto Rico, Hernández Ramírez dijo que encontró una resonancia particular en “Lo que le pasó a Hawái”, una exploración sobre la gentrificación, el turismo tóxico y la colonización.
Bad Bunny destacó estos temas en los preparativos del concierto, proyectando hechos históricos en una pantalla gigante sobre un exuberante escenario tropical.
“Puerto Rico ha sido una colonia desde que Cristóbal Colón ‘descubrió’ la isla durante su segundo viaje al Nuevo Mundo en 1493”, dijo un espectador.
Parte de la escenografía incluía una casa construida al estilo típico de la isla, que había aparecido en un cortometraje que el artista realizó con el legendario cineasta puertorriqueño Jacobo Morales, del cual también se proyectaron fragmentos en la pantalla grande.
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“Una leyenda”
Desde lo alto de la estructura, Bad Bunny interpretó algunas de sus canciones más icónicas, incluyendo la reciente “Nuevayol” y “Tití me preguntó”.
Luego regresó al escenario principal para una secuencia de salsa que le hizo mover las caderas, vistiendo un traje sastre de los años 70, al estilo de los íconos del género que lo precedieron.
Serpentinas con los colores de la bandera puertorriqueña colgaban del techo mientras el músico guiaba a los fans en un hipnótico popurrí que incluía “Baile inolvidable”, acompañado por una banda completa.
El espectáculo duró tres horas, pero los fans —muchos de ellos ataviados con atuendos de la bandera y otros con camisetas de béisbol de la leyenda del béisbol puertorriqueño Roberto Clemente, no se cansaron.
Marta Cuellar, colombiana de 61 años que reside hace mucho tiempo en Puerto Rico, declaró a la AFP que esta serie de conciertos constituyen una excelente manera de celebrar la isla y un regalo a la cultura latinoamericana en general. “Bad Bunny”, pronosticó, “se está convirtiendo en una leyenda”.
El respetado historiador puertorriqueño Jorell Melendez Badillo, que colaboró con elementos visuales en el último disco de Bad Bunny, estimó que el show es una celebración “no solo de Benito, sino de nosotros mismos”. “Es nuestro. Sentimos como si estuvieramos con Benito a lo largo de este viaje. También lo hemos visto crecer” a lo largo de su carrera. “Lo logró”, añadió el historiador. “Y todos lo logramos con él”.
Fuente: AFP.