Abrió su casa de moda epónima en Milán en 1975 y ascendió rápidamente a la cima con “una colección minimalista basada en la moda cotidiana”.

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Gigante de la moda italiana fallecido a los 91 años, Giorgio Armani vistió a las estrellas y luego conquistó el mundo con su imperio dedicado a recrear un estilo de vida lujoso, desde los accesorios hasta el interiorismo. “Ele­gancia discreta y lujo sofis­ticado” es como resumió su marca en Time Out Bahrain en 2009.

Con un bronceado profundo, una cabeza de cabello blanco cuidado con esmero y una silueta esculpida por entre­namientos diarios, Armani era famoso por su discre­ción. A lo largo de su notable carrera mantuvo el control total de su empresa mientras pasaba de la moda a hoteles de lujo, cosméticos, accesorios e interiores. Todo esto hizo de Armani uno de los hom­bres más ricos del mundo. La revista Forbes estimaba su fortuna en 2017 en 6.600 millones de dólares.

El legendario diseñador Giorgio Armani proponía elegancia discreta y lujo sofisticado, un estilo que se extendió más allá de la moda

AMORÍO CON HOLLYWOOD

Abrió su casa de moda epó­nima en Milán en 1975 y ascendió rápidamente a la cima con “una colección minimalista basada en la moda cotidiana”, como des­cribió Vogue París. Armani gustaba de utilizar “detalles nítidos y tejidos sencillos”, dijo una vez.

Incluso desarrolló un nuevo color llamado “greige”, una combinación de gris y beige. Atraídas por ese estilo fal­samente sencillo, las estre­llas empezaron a pedirle al genio italiano que las vistiera. En Estados Unidos, Armani vistió a numerosas estrellas, desde John Travolta hasta Julia Roberts. Con la creación del vestuario de Richard Gere en la película “Gigoló ame­ricano” (1980), se convirtió en “Il Re Giorgio” (“El rey Giorgio”). La popular serie de televisión “Vicio en Miami”, símbolo de los años 1980, con­virtió en un clásico llevar una camiseta debajo de una cha­queta Armani.

La popular serie de televisión “Vicio en Miami”, símbolo de los años 1980, convirtió en un clásico llevar una camiseta debajo de una chaqueta Armani

En 2000, el Museo Guggen­heim de Nueva York le dedicó una retrospectiva. Pionero de la alfombra roja, el ícono italiano es reconocido por su contribución a la moda con­feccionada especialmente para brillar en la alfombra roja. Vistió a estrellas como Jodie Foster, Cate Blan­chett y Beyoncé para esas noches de gala. Otras estre­llas, incluidos Tom Cruise y Katie Holmes, eligieron ves­tir Armani en su día de boda.

Podía “hacer que hombres y mujeres se sintieran seguros y a gusto con prendas fluidas, que eliminaban las restric­ciones de la sastrería tradi­cional sin perder la capacidad de conferir dig­nidad al cliente”, dijo Harper’s Bazaar en 2015. En los años 80, Armani ganó legio­nes de admiradoras entre las mujeres profesionales, pio­nero en la moda femenina basada en trajes con hombre­ras que marcaron la época. “Quiero mantenerme al día constantemente, pero sin alterar las características esenciales de mi filosofía”, explicaba por entonces.

REY DE LAS PASARELAS

Armani era un habitual en las semanas de la moda de París a Nueva York, pero nunca se sintió más en casa que en la capital del estilo de Italia, Milán. Tradicional­mente clausuraba la semana de la moda milanesa, donde aparecía brevemente con su atuendo de trabajo caracte­rístico: un top azul marino y pantalones deportivos de alta tecnología.

Con la creación del vestuario de Richard Gere en la película “Gigoló americano” (1980), se convirtió en “Il Re Giorgio” (“El rey Giorgio”)

Con el tiempo decidió diver­sificar su oferta, entrando en una gama más joven y asequible a través de Emporio Armani. En 2010 abrió su primer hotel de lujo en Dubái, en la torre Burj Kha­lifa, la más alta del mundo, donde las sui­tes cuestan varios miles de dólares por noche.

ETERNAMENTE INDEPENDIENTE

Nacido en una familia humilde de origen armenio, en su juventud quiso ser médico

Armani nació el 11 de julio de 1934 cerca de Milán, en una familia humilde de origen armenio. Estudió Medicina durante dos años, pero cam­bió de rumbo al aceptar un trabajo como escaparatista en el famoso almacén Rinas­cente de Milán, donde per­maneció hasta los 31 años.

Luego se forjó como diseña­dor durante siete años con el estilista y productor de moda italiano Nino Cerruti, antes de abrir su propia casa de moda con un amigo, Ser­gio Galeotti. Galeotti murió 10 años después y Armani se convirtió en el único propie­tario, permaneciendo como diseñador principal.

Sin hijos, no tiene un here­dero natural, aunque un sobrino y dos sobrinas están estrechamente involucrados en la empresa. Al pregun­tarle si podía imaginar ser reemplazado como la fuerza creativa guía de su compa­ñía, bromeó: “Mi ego diría, por supuesto, que nadie tra­bajaría nunca como Armani”. Pero luego concedió: “Hay talento por ahí afuera”.

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