Corea del Norte rechazó alrededor de tres millones de dosis de una vacuna china contra el COVID-19, sugiriendo que se entreguen a los países más necesitados, informó Unicef.
Este empobrecido país fue el primero en imponer un estricto bloqueo cuando selló su frontera en enero del año pasado para evitar la propagación del coronavirus desde China, donde apareció por primera vez antes de dispersarse por el mundo.
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Pyongyang insiste en que aún no ha visto ningún caso de coronavirus -afirmación que los analistas ponen en duda-, pero pagó un enorme precio económico por el bloqueo, y el régimen admitió en junio que estaba afrontando una “crisis alimentaria”.
A pesar de ello, el país, aislado, comunicó al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) -que distribuye las vacunas en el marco del programa de acceso mundial a las vacunas anti-COVID (Covax) para países de bajos ingresos- que las dosis fabricadas en China podían ser administradas a personas en otros Estados, según la agencia de la ONU.
El ministerio de Salud Pública de Corea del Norte “comunicó que los 2,97 millones de dosis de Sinovac que Covax está ofreciendo a Corea del Norte pueden ser reubicados en países gravemente afectados en vista del limitado suministro mundial de vacunas COVID-19 y el aumento recurrente en algunos estados”, dijo un portavoz de Unicef a la AFP.
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Pyongyang “seguirá en contacto” con Covax “para recibir otras vacunas contra el coronavirus en los próximos meses”, añadió. En julio, un centro de estudios surcoreano afiliado a la agencia de espionaje de Seúl dijo que Pyongyang también había rechazado los envíos de la vacuna de AstraZeneca ofrecida por el plan Covax, aparentemente por preocupaciones sobre los efectos secundarios.
El Instituto para la Estrategia de Seguridad Nacional añadió que Corea del Norte no dispone de una cadena de frío suficiente para almacenar las vacunas de Pfizer y Moderna, y se mostró escéptico sobre la eficacia de las vacunas chinas.
Fuente: AFP.