Un bombardero de la Fuerza Aérea estadounidense escoltado por aviones de combate de países aliados, como Israel, ha sobrevolado vías marítimas clave en Oriente Medio donde se han registrado ataques a buques.
Un B-1B Lancer sobrevoló el Golfo Pérsico, el estrecho de Bab al Mandeb, el Canal de Suez y el Golfo de Omán, según informó el sábado el Mando Central de Estados Unidos (Centcom) en un comunicado.
El avión también sobrevoló el Estrecho de Ormuz, por donde pasa una quinta parte de la producción mundial de petróleo en la cabeza del Golfo, que Irán considera una zona estratégica de influencia. “La misión... pretendía transmitir un claro mensaje de tranquilidad”, dijo el Centcom.
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Aviones de combate de Israel, Arabia Saudí y Bahréin, todos ellos aliados de Estados Unidos y enfrentados a la República Islámica de Irán, escoltaron al bombardero estadounidense sobre sus respectivos espacios aéreos.
“La preparación militar para cualquier contingencia o misión -desde la respuesta a una crisis hasta los ejercicios multilaterales o las patrullas de presencia de un día como ésta- depende de asociaciones fiables”, dijo el comandante del Centcom, el general Frank McKenzie, jefe de las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio.
Los cazas egipcios también acompañaron al B-1B, un bombardero supersónico que puede transportar más carga que cualquier otro avión del ejército estadounidense. En enero, un bombardero estadounidense B-52, que puede transportar armas nucleares, sobrevoló Oriente Medio.
Irán e Israel han sido acusados desde febrero de protagonizar lo que los analistas han llamado una “guerra en la sombra”. Buques vinculados a ambos países han sido atacados en aguas del Golfo Pérsico.
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La patrulla regional, la quinta operación de este tipo del Centcom en lo que va de año, se produce en un momento en el que se han estancado las conversaciones para reactivar el acuerdo de 2015 para limitar el programa nuclear iraní.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha ofrecido en repetidas ocasiones volver al acuerdo nuclear, pero su administración ha reiterado su preocupación por la actitud de Teherán tras la toma de posesión de un gobierno de línea dura.
El expresidente Donald Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo en 2018 e impuso amplias sanciones a Irán. Teherán incumplió los acuerdos sobre su programa nuclear como represalia.
Fuente: AFP.
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Negociaciones nucleares entre EE. UU. e Irán fueron “constructivas”
- Roma, Italia. AFP.
Las conversaciones nucleares entre Irán y Estados Unidos, que se celebraron este viernes pasado en Roma, fueron “constructivas”, afirmó Washington, mientras que Teherán se refirió a negociaciones “complicadas”. Los dos países, enemigos desde la Revolución Islámica que derrocó la monarquía prooccidental en Irán en 1979, iniciaron conversaciones el 12 de abril sobre el programa nuclear iraní.
En la quinta ronda, que duró cerca de tres horas, participaron el jefe de la diplomacia iraní, Abás Araqchi, y el enviado estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff. La cita tuvo lugar en la residencia en Roma del embajador de Omán, uno de los mediadores, detallaron los medios iraníes.
Se trata de los contactos de más alto nivel entre ambos países desde que Estados Unidos abandonó el acuerdo nuclear de 2015, durante el primer mandato del presidente Donald Trump.
El pacto, que quedó prácticamente caduco tras la retirada estadounidense, buscaba impedir que Irán desarrollase se programa nuclear a cambio de un levantamiento de las sanciones internacionales.
“Las conversaciones siguen siendo constructivas: hicimos más progresos, pero todavía hay trabajo por hacer”, declaró un alto funcionario estadounidense bajo condición de anonimato.
“Ambas partes acordaron reunirse nuevamente en un futuro cercano”, añadió.
Araqchi, por su parte, dijo que las conversaciones fueron “más complicadas de lo que puede resolverse en dos o tres reuniones”. Sin embargo, calificó los intercambios con Washington de muy “profesionales”.
“Algunos avances”
El ministro de Relaciones Exteriores de Omán, Badr al Busaidi, reconoció que la cita concluyó “con algunos avances, pero sin resultados concluyentes”. “Esperamos aclarar las cuestiones pendientes en los próximos días, con el fin de avanzar hacia el objetivo común de lograr un acuerdo duradero y digno”, escribió en X.
Actualmente, Irán enriquece uranio al 60 %, muy por encima del límite del 3,67 % que estableció el acuerdo de 2015, pero por debajo del 90 % necesario para desarrollar armas nucleares.
Teherán siempre ha negado que sus actividades nucleares tengan una finalidad armamentística y defiende su derecho a tener una energía nuclear civil.
Si Washington quiere impedir que Teherán enriquezca uranio “no habrá acuerdo”, advirtió Araqchi el jueves.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump ha retomado su campaña de “máxima presión” sobre Irán.
Y aunque respalda las conversaciones, ha advertido que habrá acciones militares si la diplomacia fracasa. Irán, por su parte, busca un nuevo acuerdo que flexibilice las sanciones que afectan duramente a su economía.
Israel entra en la ecuación
La anterior ronda de conversaciones, en Mascate, capital de Omán, terminó con un desacuerdo público sobre el enriquecimiento de uranio. Witkoff dijo que Washington “no podría autorizar ni siquiera un uno por ciento de capacidad de enriquecimiento”, mientras Teherán consideró esa postura “innegociable”.
Las conversaciones se dan antes de la reunión en junio del ente de control nuclear de la ONU, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). También se producen antes de que el acuerdo de octubre de 2015 expire en octubre.
La Organización de Energía Atómica de Irán afirma que la industria nuclear del país emplea a 17.000 personas, un número similar al de otros países que enriquecen uranio para uso civil.
“Países Bajos, Bélgica, Corea del Sur, Brasil y Japón enriquecen uranio sin poseer armas nucleares”, declaró el portavoz de la organización, Behruz Kamalvandi.
La enemistad de Irán con Israel, cuyo principal aliado es Estados Unidos, ha sido también un tema recurrente en las conversaciones.
La cadena CNN, citando a varios responsables estadounidenses bajo anonimato, dijo el martes que Israel prepara ataques contra instalaciones nucleares de Irán.
El jueves salió a la luz una carta que el canciller Araqchi dirigió al secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, en la que advierte que “el gobierno estadounidense (...) asumirá una responsabilidad legal” de cualquier ataque israelí contra sus instalaciones nucleares.
La Casa Blanca afirmó que Trump mantuvo el jueves una “conversación productiva” sobre Irán con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
El acuerdo de 2015 contempla que la ONU reimponga sanciones si Irán incumple sus compromisos, un mecanismo que los tres signatarios europeos del acuerdo (Reino Unido, Francia y Alemania) ya advirtieron que activarían si se ve amenazada la seguridad del continente. Araqchi ha dicho que una medida como esa tendría “consecuencias”: no solo “el fin del papel de Europa en el acuerdo”, sino también “una escalada de tensiones que podría volverse irreversible”.
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Irán y EE. UU. reanudan conversaciones sobre acuerdo nuclear
- Teherán, Irán. AFP.
Negociadores de Irán y Estados Unidos se reúnen este viernes en Roma para una quinta ronda de conversaciones sobre el programa nuclear iraní, tras un desacuerdo público respecto al enriquecimiento de uranio de Teherán. Las conversaciones, que comenzaron en abril, son el contacto de más alto nivel entre ambos países desde que Estados Unidos abandonó el acuerdo nuclear de 2015, durante el primer mandato del presidente Donald Trump.
Desde su regreso a la Casa Blanca, Trump retomó su campaña de “máxima presión” sobre Irán y, aunque respalda las conversaciones, ha advertido que habrá acciones militares si la diplomacia fracasa. Por su parte, Irán busca un nuevo acuerdo que flexibilice las sanciones que afectan duramente su economía.
La más reciente ronda de conversaciones, en Mascate, capital de Omán, terminó con un desacuerdo público sobre el enriquecimiento de uranio. El enviado estadounidense, Steve Witkoff, dijo que Washington “no podría autorizar ni siquiera un uno por ciento de capacidad de enriquecimiento”, mientras Teherán considera esa postura “innegociable” por ser una actividad acorde con un programa nuclear con fines civiles.
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“Desacuerdos fundamentales”
Antes de las conversaciones del viernes, el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abás Araqchi, afirmó que “sigue habiendo desacuerdos fundamentales” con Estados Unidos, y advirtió que si Washington quiere impedir que Teherán enriquezca uranio “no habrá acuerdo”. Según la agencia oficial de noticias iraní, IRNA, el encuentro en Roma empezará a las 13:00 (11:00 GMT).
Estas conversaciones se dan antes de la reunión que mantendrá en junio el ente de control nuclear de la ONU, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), y de que el acuerdo de octubre de 2015 expire en octubre. Ese acuerdo buscaba impedir que Irán desarrollara una bomba nuclear, como temen algunos países occidentales, aunque Teherán niega tener ese objetivo.
A cambio de limitar su programa nuclear, Irán ha recibido un alivio de las sanciones internacionales. Sin embargo, el acuerdo se vio frustrado en 2018 cuando Trump retiró unilateralmente a Estados Unidos. Irán respondió intensificando sus actividades nucleares. Actualmente, Irán enriquece uranio al 60%, muy por encima del límite del 3,67% que estableció el acuerdo, pero por debajo del 90% necesario para desarrollar armas nucleares.
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Israel en la ecuación
La Organización de Energía Atómica de Irán afirma que la industria nuclear del país emplea a 17.000 personas, un número similar al de otros países que enriquecen uranio para uso civil. “Países Bajos, Bélgica, Corea del Sur, Brasil y Japón enriquecen uranio sin poseer armas nucleares”, declaró el portavoz de la organización, Behruz Kamalvandi.
La enemistad de Irán con Israel, cuyo principal aliado es Estados Unidos, ha sido tema recurrente en las conversaciones. La cadena CNN, citando a varios responsables estadounidenses bajo anonimato, dijo el martes que Israel prepara ataques contra instalaciones nucleares de Irán.
El jueves salió a la luz una carta que el canciller Araqchi dirigió al secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, en la que advierte que “el gobierno estadounidense (...) asumirá una responsabilidad legal” de cualquier ataque israelí contra sus instalaciones nucleares.
Escalada “irreversible”
La Casa Blanca afirmó que Trump mantuvo el jueves una “conversación productiva” sobre Irán con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. El acuerdo de 2015 contempla que la ONU reimponga sanciones si Irán incumple sus compromisos, un mecanismo que los tres signatarios europeos del acuerdo (Reino Unido, Francia y Alemania) ya advirtieron que activarían si se ve amenazada la seguridad del continente. Araqchi, principal diplomático iraní, ha dicho que una medida como esa tendría “consecuencias”: no solo “el fin del papel de Europa en el acuerdo”, sino también “una escalada de tensiones que podría volverse irreversible”.
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EE. UU. inició conversaciones directas con Irán sobre su programa nuclear
- Washington, Estados Unidos. AFP.
El presidente norteamericano, Donald Trump, aseguró que Estados Unidos empezó conversaciones directas con Irán sobre su programa nuclear, pero Teherán, en cambio, las calificó de “indirectas” antes del primer encuentro entre ambos países el sábado en Omán. El sorprendente anuncio se produjo durante una reunión el lunes entre Trump y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en el Despacho Oval.
El mandatario estadounidense afirmó que tenía esperanzas de alcanzar un acuerdo con Teherán, pero advirtió que la República Islámica correrá un “gran peligro” si fracasan las conversaciones. “Tenemos una reunión muy importante el sábado y trataremos con ellos directamente”, declaró Trump a los periodistas, refiriéndose a sus homólogos iraníes.
“Quizás se llegue a un acuerdo, eso sería fantástico. Nos reuniremos el sábado en un encuentro muy importante, casi al más alto nivel”, añadió, sin precisar dónde tendrían lugar las conversaciones. El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Abás Araqchi, confirmó negociaciones el sábado en el Sultanato de Omán, pero subrayó que eran “indirectas”.
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La agencia local de noticias Tasnim anunció el martes que el propio Araqchi asistirá al encuentro, al igual que el enviado de Estados Unidos para Oriente Próximo, Steve Witkoff. “Es tanto una oportunidad como una prueba. La pelota está en el campo de Estados Unidos”, destacó el canciller iraní en X.
En 2015, Teherán concluyó un acuerdo con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Rusia, Estados Unidos, Francia y Reino Unido) más Alemania para supervisar sus actividades nucleares. El texto preveía una flexibilización de las sanciones a cambio de una supervisión de las actividades nucleares iraníes. Pero en 2018, durante el primer mandato de Trump, Estados Unidos se retiró del pacto y restableció las sanciones. En represalia, Irán se distanció del texto y aceleró su programa nuclear.
Desmantelamiento “completo”
Las potencias occidentales, lideradas por Washington, acusan a Irán de querer dotarse de armas atómicas. Teherán, en cambio, rechaza los señalamientos y asegura que su programa nuclear solo es para fines civiles. El anuncio de Trump se produjo a pesar de que el canciller iraní rechazara el domingo negociaciones directas sobre un nuevo acuerdo nuclear.
“No tendrían sentido negociaciones directas con una parte que constantemente amenaza con usar la fuerza (...) y cuyos diferentes funcionarios expresan posiciones contradictorias”, afirmó Abás, citado por su oficina. Trump había asegurado el lunes que si se alcanzara un nuevo pacto sería “diferente y quizás mucho más sólido”.
Irán tiene previsto celebrar consultas este martes en Moscú sobre el mismo asunto con sus socios más cercanos, Rusia y China. Netanyahu, que ha adoptado una línea dura contra Teherán, declaró en la Casa Blanca que el objetivo era que Irán “nunca” fabricase un arma nuclear, y pidió negociaciones diplomáticas que conduzcan a un desmantelamiento “completo” de las instalaciones.
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Trump envió el mes pasado una carta a los líderes iraníes pidiendo negociaciones sobre su programa nuclear. Pero al mismo tiempo, amenazó con bombardear la República Islámica si fracasa la diplomacia e impuso sanciones adicionales contra el sector petrolero iraní.
Irán no busca dotarse del arma atómica, pero “no tendrá otra opción” más que hacerlo si Estados Unidos lo ataca, advirtió el lunes Ali Larijani, un consejero del líder supremo de la República Islámica, el ayatolá Alí Jamenei.
Irán y Estados Unidos, estrechos aliados durante la monarquía de los Pahlavi, no mantienen relaciones diplomáticas desde 1980, un año después de la Revolución Islámica. Ambos países intercambian información indirectamente a través de la embajada suiza en Teherán. El sultanato de Omán y Catar desempeñaron también un papel de mediador en el pasado.
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China y Rusia urgen retirar sanciones al programa nuclear de Irán
- Pekín, China. AFP.
China y Rusia pidieron ayer viernes levantar las sanciones “ilegales” contra Teherán, en unas conversaciones tripartitas celebradas en Pekín en un contexto de fuerte presión de Washington sobre el programa nuclear iraní. Las conversaciones en la capital china se producen en un momento de efervescencia diplomática, en el que las grandes potencias tratan de reavivar el acuerdo internacional de 2015 sobre el programa nuclear iraní.
El presidente estadounidense, Donald Trump, que en su primer mandato retiró a su país del acuerdo en 2018, dice ahora estar abierto al diálogo con Teherán, al mismo tiempo que mantiene la presión con un reforzamiento de las sanciones. De hecho, el Departamento del Tesoro norteamericano anunció sanciones contra el ministro de Petróleo de Irán, Mohsen Paknejad. Washington también sanciona a tres entidades que comercializan petróleo iraní en China.
“La situación ha alcanzado de nuevo un momento crítico”, declaró el jefe de la diplomacia china, Wang Yi, al reunirse con los viceministros de Exteriores de Rusia, Serguéi Riabkov, y de Irán, Kazem Gharibabadi. “El acuerdo internacional sobre la cuestión nuclear iraní fue un logro importante, obtenido por el diálogo y la negociación”, destacó Wang. “Las sanciones unilaterales sólo exacerbarán los conflictos; las únicas opciones son el diálogo y la negociación”, enfatizó.
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Por su lado, el representante iraní acusó a “algunos países” de crear “una crisis inútil”, y se felicitó por una “reunión muy constructiva y positiva” con sus socios chino y ruso. “Hemos llevado a cabo un intercambio de pareceres en profundidad, sobre las cuestiones nucleares y el levantamiento de las sanciones”, indicó previamente Ma Zhaoxu, viceministro chino de Relaciones Exteriores, en una declaración a la prensa junto a sus homólogos.
Los tres destacaron “la necesidad de poner fin a todas las sanciones unilaterales ilegales”, según Ma. A su vez, el Kremlin animó a “mantener los esfuerzos diplomáticos” para encontrar un entendimiento, y defendió “el derecho” de Irán “al desarrollo de un programa nuclear civil”.
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El acuerdo de 2015, vaciado de contenido
Desde hace décadas, los países occidentales e Israel sospechan que Irán quiere dotarse de la bomba atómica, cosa que la República Islámica niega sistemáticamente, alegando que su programa atómico se limita a objetivos civiles, y en particular energéticos. Gharibabadi alabó las conversaciones “constructivas” llevadas a cabo en Pekín y reiteró que el programa nuclear iraní “es de naturaleza pacífica”.
“Pero, por desgracia, algunos países están intentando crear una crisis innecesaria a este respecto”, advirtió. “La principal causa de la situación actual es la retirada unilateral de Estados Unidos”, continuó. Gharibabadi declaró a la agencia de noticias iraní Mehr que China y Rusia respaldaron la postura de Irán de que cualquier nueva conversación nuclear debe “centrarse únicamente en la cuestión nuclear”.
En 2015, Irán cerró un laborioso acuerdo con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU (China, Rusia, Estados Unidos, Francia y Reino Unido) y Alemania para limitar su programa nuclear, a cambio de un levantamiento progresivo de las sanciones impuestas a causa de este.
Pero en 2018, Trump retiró a su país del acuerdo de forma unilateral. Washington reinstauró sanciones y la economía iraní ha sufrido desde entonces los efectos. En represalia, Irán se desdijo de sus compromisos y siguió enriqueciendo uranio para hacer avanzar su programa nuclear.
Desde entonces fracasaron todos los intentos por reavivar el acuerdo de 2015, vaciado de contenido. La validez del texto corre hasta octubre de este año, y algunos países no descartan imponer sanciones de nuevo a Teherán después de esa fecha.
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump se ha dicho abierto al diálogo, y reveló haber escrito una carta en ese sentido a los dirigentes iraníes, avisando de posibles acciones militares en caso de negativa en Teherán. Una estrategia que no gustó al líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, que la calificó de “imprudencia”.