El secretario general de la ONU, António Guterres, instó el lunes a la comunidad internacional a volver a “poner en marcha el motor del desarrollo”, en la cuarta conferencia internacional sobre financiación del desarrollo, organizada en España.
“Vivimos en un mundo donde la confianza se está desmoronando y el multilateralismo está bajo tensión (...) Un mundo sacudido por desigualdades, caos climático y conflictos devastadores”, declaró Guterres al iniciarse este encuentro de cuatro días en la ciudad andaluza de Sevilla, en el sur del país, particularmente afectado por una ola de calor.
En este contexto, es necesario “reparar y poner en marcha el motor del desarrollo”, insistió el secretario general de la ONU, quien clamó por movilizar “recursos” e invertir en “escuelas, atención sanitaria, protección social, trabajo decente y energía renovable”.
Este encuentro ocurre en un contexto particularmente preocupante para la ayuda al desarrollo, profundamente afectada por la decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de eliminar el 83 % de los fondos de programas en el extranjero de la agencia de desarrollo USAID.
Con 63.000 millones de dólares de ayuda pública en 2024, Estados Unidos había sido hasta ahora el principal país donante para numerosas agencias y ONG. Muchas enfrentan ahora importantes dificultades, ya que otras capitales como París, Londres o Berlín también redujeron sus ayudas.
“En el mundo en el que la comunidad de donantes se reduce drásticamente y dramáticamente, es el momento de dar un paso adelante y no solo reafirmar nuestro compromiso, sino también redoblarlo”, dijo de su lado el presidente del Gobierno español.
Por su parte, el presidente francés Emmanuel Macron, tildó de “aberración” la guerra comercial y los aranceles, sin nombrar a Estados Unidos.
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“Reintroducir la guerra comercial y los aranceles en este momento de la vida del planeta es una aberración”, lanzó Macron en Sevilla, criticando sobre todo los aranceles que se le imponen a “países que están empezando a despegar económicamente”.
El presidente de Kenia, William Ruto, instó a Estados Unidos a reconsiderar su postura. “Las finanzas públicas internacionales siguen siendo indispensables. África no está pidiendo favores. Estamos pidiendo justicia, colaboración e inversión”, sostuvo.
Al menos 50 jefes de Estado y de gobierno participan hasta el jueves en esta conferencia denominada FfD4, la cuarta de su tipo desde 2002, junto a responsables de las principales instituciones financieras internacionales y 4.000 representantes de la sociedad civil.
Están presentes presidentes como el colombiano Gustavo Petro, el ecuatoriano Daniel Noboa, el uruguayo Yamandú Orsi, y el francés Emmanuel Macron, pero no hay ningún representante de Estados Unidos, quien abandonó la mesa de negociaciones debido a un desacuerdo sobre el texto presentado a las delegaciones, que a su juicio infringe “la soberanía” de los países.
El objetivo de este documento de 38 páginas, denominado “Compromiso de Sevilla”, es encontrar soluciones para los países del Sur, que según la ONU enfrentan “un déficit de financiación anual estimado en 4 billones de dólares” para mantener sus objetivos de desarrollo sostenible fijados hace diez años en el marco de la Agenda 2030.
Revertir el déficit “requerirá recursos a una escala y un ritmo sin precedentes”, advirtió el lunes el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, haciendo un llamado a la movilización de todos los actores del desarrollo frente al “aumento de la deuda” y a los desafíos planteados por el cambio climático.
“Sabemos que no hay suficiente dinero dentro de los gobiernos, las organizaciones filantrópicas o las instituciones de desarrollo para cumplir con todas las proyecciones o promesas. Por eso necesitamos al sector privado”, insistió.
“Necesitamos un cambio de paradigma, nuevas formas de movilizar mucho más financiamiento”, estimó por su parte la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien agregó que “el sector privado debe participar”.
El “Compromiso de Sevilla”, que será formalmente adoptado el jueves, invita a revisar la arquitectura financiera internacional, otorgando más espacio a los países del Sur en las grandes instituciones y exigiendo una mayor cooperación contra la evasión fiscal.
Este documento, no vinculante desde el punto de vista jurídico, se complementará con anuncios unilaterales en el marco de una “plataforma de Sevilla para la acción”.
El texto recibe críticas de las ONG, que lamentan la falta de ambición y solidaridad de los países más ricos.
Varios centenares de personas se manifestaron el domingo por la noche en Sevilla para exigir la cancelación de la deuda y un impuesto a los ultrarricos.
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