El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, celebró este viernes la autorización condicional que obtuvo de Estados Unidos para usar armas entregadas por Washington contra objetivos en territorio ruso.
Un alto funcionario estadounidense reveló el jueves que el presidente Joe Biden dio luz verde a que Ucrania use esas armas contra objetivos limítrofes de la exrepública soviética, “con fines de contrataque en la región de Járkov”, que enfrenta una ofensiva rusa.
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“Se trata de un paso adelante hacia el objetivo (...) de defender a nuestro pueblo que vive en las aldeas situadas a lo largo de la frontera” con Rusia, afirmó Zelenski durante la tercera cumbre Ucrania-Europa del Norte en Estocolmo.
Las potencias occidentales mostraron su creciente apoyo, bajo ciertas condiciones, al uso de sus armas por Ucrania, confrontada a una invasión rusa desde hace más de dos años, contra zonas rusas cercanas a la frontera.
Tras el anuncio de Estados Unidos, Alemania autorizó este viernes el recurso a sus equipamientos contra objetivos militares en Rusia, especialmente en respuesta a la ofensiva que Moscú lleva a cabo desde principios de mayo en la región de Járkov, en el noreste.
El portavoz del gobierno alemán, Steffen Hebestreit, recordó que Ucrania tiene “derecho” a defenderse con las armas de las cuales dispone, “incluidas aquellas que le entregamos”.
La decisión de Biden supone un giro de 180 grados, ya que hasta ahora Washington temía que esta autorización arrastrase a la OTAN a un conflicto directo con Rusia.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que “ya se están utilizando armas de fabricación estadounidense para intentar efectuar ataques en territorio ruso”.
Esta es una prueba “del alcance de la implicación de Estados Unidos en este conflicto”, añadió.
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, declaró el viernes que su país seguirá “adaptando” su apoyo militar a Ucrania, aunque mantiene su posición sobre la prohibición del uso de sus armas hacia dentro del territorio ruso.
También indicó que la OTAN responderá al aumento de ataques híbridos rusos contra varios de los países aliados, tras una reunión informal entre los jefes de la diplomacia de la OTAN en Praga.
Crece la tensión
Rusia ya criticó el jueves a la OTAN por lanzar “un nuevo ciclo de escalada”. Sin embargo, el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, restó importancia a la amenaza de escalada y afirmó que esta solo se enmarca en “los esfuerzos del presidente” ruso, Vladimir Putin, “para evitar que los aliados de la OTAN apoyen a Ucrania”.
El secretario recordó que otros países ya han apoyado el uso de armas occidentales para atacar suelo ruso, como Francia y Reino Unido, aunque algunos siguen oponiéndose, como Italia.
El canciller turco, Hakan Fidan, declaró que su país apoya “la continuación de la ayuda a Ucrania”, pero no quiere “que la OTAN participe en esta guerra”.
Stoltenberg declaró que los aliados proporcionaron “aproximadamente 40.000 millones de euros (43.500 millones de dólares) al año en ayuda militar a Ucrania” desde el comienzo de la invasión. “Debemos mantener como mínimo este nivel de apoyo cada año, el tiempo que sea necesario”, aseguró.
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Por otra parte, los ministros de Relaciones Exteriores del G7, grupo de las siete mayores economías que reúne a las principales potencias occidentales y a Japón, se declararon el viernes “gravemente preocupados” por la creciente cooperación entre Rusia y Corea del Norte, instando al cese de “las transferencias ilegales de armas”.
Fuente: AFP