Irán afirmó el jueves que dará una respuesta “implacable” al bombardeo israelí del sábado pasado contra sus instalaciones militares y que Israel “se arrepentirá” de ese ataque, informaron medios iraníes.
“La reciente acción del régimen sionista, que atacó partes de nuestro país, fue un acto desesperado, y la República Islámica de Irán responderá a él de una manera implacable, que hará que Israel se arrepienta”, declaró el jefe de gabinete del líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, citado por la agencia de noticias Tasnim.
El alto consejero, Mohammad Mohammadi Golpayegani, elogió a la defensa antiaérea iraní por haber “impedido la entrada de aviones de combate del régimen sionista en el territorio” y aseguró que los daños causados por los bombardeos eran “mínimos”.
Golpayegani es un influyente religioso que oficia como jefe de gabinete del ayatolá Jamenei, quien tiene la última palabra en todos los asuntos de Estado.
El 26 de octubre, el ejército israelí admitió públicamente por primera vez haber atacado objetivos militares en territorio iraní, en una operación presentada como represalia por los disparos de misiles iraníes contra Israel el 1 de octubre.
Israel declaró que sus bombardeos fueron dirigidos principalmente contra instalaciones de fabricación de misiles. Teherán, por su parte, minimizó su alcance.
El ejército iraní reportó la muerte de cuatro militares y daños de “sistemas de radar” en ese ataque, que la prensa local calificó de “débil”. Medios locales reportaron también la muerte de un civil.
El general Hosein Salami, jefe de los Guardianes de la Revolución, la milicia ideológica de la República Islámica, advirtió igualmente este jueves a Israel de una respuesta “inimaginable”.
“Israel llegó al nivel de colapso y ahora actúa a ciegas, sin respetar ninguna regla, y comete todo tipo de crímenes”, añadió, según Tasnim.
Después de los bombardeos del 26 de octubre, Israel advirtió a Irán que respondería a cualquier represalia. Irán, por su parte, que declara que no busca la guerra, prometió responder.
Fuente: AFP
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El ejército israelí aprobó el plan para una nueva ofensiva en Gaza
El ejército israelí anunció ayer miércoles que aprobó el marco para una nueva ofensiva en la Franja de Gaza, donde el movimiento islamista Hamás condenó sus “agresivas” incursiones terrestres en Ciudad de Gaza, la mayor aglomeración urbana en el territorio palestino. Testigos informaron de intensos ataques aéreos sobre la ciudad, así como de la presencia de tanques israelíes y fuertes explosiones en los barrios de Tal al Hawa y Zeitun, donde el ejército estaba demoliendo casas.
Tras 22 meses de guerra, Israel quiere tomar el control de Ciudad de Gaza, en el norte del territorio y de los campos de refugiados cercanos, una de las zonas más densamente pobladas de la Franja de Gaza. Con esta ofensiva busca desmantelar los últimos bastiones de Hamás. Por orden del gabinete militar del primer ministro Benjamin Netanyahu, el ejército, que actualmente controla tres cuartas partes del territorio, se prepara para lanzar esta nueva fase de operaciones con el fin de liberar a todos los rehenes israelíes retenidos en Gaza y “derrotar” a Hamás.
El jefe del Estado Mayor, el teniente general Eyal Zamir, “aprobó el marco principal del plan operativo del ejército en la Franja de Gaza”, según un comunicado militar, que no precisó ninguna fecha. El movimiento islamista palestino denunció “incursiones agresivas en Ciudad de Gaza” y una “escalada peligrosa por parte de Israel”. En las calles de la ciudad, familias palestinas volvían a huir, con sus equipajes y colchones apilados en bicicletas y carretas.
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“Los tanques avanzan”
“Desde hace varios días, los tanques avanzan (...) en la parte sureste del barrio de Zeitun, destruyendo casas. Los tanques también avanzan en la parte sur de Tal al Hawa”, contó a AFP Abu Ahmed Abbas, un hombre de 46 años cuya casa fue destruida en este barrio. “Las explosiones son masivas, hay muchos bombardeos (...) los tanques siguen allí y he visto a decenas de civiles huir” hacia el oeste de la ciudad, dijo Fatum, una mujer de 51 años que vive con su marido y su hija en una tienda de campaña en Tal al Hawa.
El jefe del Estado Mayor señaló el miércoles “la importancia de aumentar la disponibilidad y la preparación de las tropas para el reclutamiento de reservistas”, una cuestión política espinosa, ya que los ultraortodoxos, que representan potencialmente a decenas de miles de hombres, se niegan a efectuar el servicio militar obligatorio.
La aprobación del plan coincide con el anuncio de Hamás de que una delegación del movimiento llegó a El Cairo para mantener “conversaciones preliminares” con responsables egipcios sobre una nueva tregua. Egipto indicó el martes que trabaja con Catar y Estados Unidos para lograr un alto el fuego de 60 días en la Franja de Gaza, donde la guerra estalló el 7 de octubre de 2023 tras el ataque sin precedentes de Hamás en territorio israelí. Netanyahu afirmó el domingo que el plan israelí “no tenía como objetivo ocupar Gaza, sino desmilitarizarla”.
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Significado de “victoria”
El dirigente se enfrenta a una fuerte presión por parte de la opinión pública de su país, conmocionada por la suerte de los 49 rehenes que siguen retenidos en Gaza, 27 de los cuales han muerto según el ejército. En el extranjero se multiplican los llamamientos para poner fin al sufrimiento de los más de dos millones de habitantes del territorio, amenazados por una “hambruna generalizada”, según la ONU.
El miércoles por la noche, Netanyahu comentó los recurrentes llamados para poner fin a la guerra por parte de antiguos responsables del aparato de seguridad israelí: “Les tengo mucho respeto, pero han olvidado el significado de la palabra victoria”.
Por su parte, Hamás pidió “continuar la movilización masiva contra la agresión, el genocidio y el hambre” en Gaza, con “jornadas de marcha y de ira contra la ocupación y sus apoyos” el viernes, sábado y domingo frente a “las embajadas sionistas y estadounidenses” de todo el mundo. El ataque de Hamás de octubre de 2023 que desató la guerra causó la muerte de 1.219 personas, según un balance de AFP basado en cifras oficiales.
Fuente: AFP.
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Tomar el desayuno y correr al búnker en 90 segundos
Cuando empiezan a sonar las sirenas de alerta sobre los cielos de Tel Aviv, la familia Weisman y millones como ellos buscan refugio de los misiles en camino y hoy continúan recogiendo los escombros de sus vidas.
Vera Lucía Papaterra, de origen dominicano, reportera del periódico estudiantil The Independent Florida Alligator (Gainesville, EE. UU.) busca ser una corresponsal internacional y fue invitada a Israel por la agencia de noticias del Medio Oriente para el mundo hispano parlante, Fuente Latina, para adentrarse a lo más profundo de un país que sigue en guerra pero que una vez más, da muestra de resiliencia, tras los ataques sufridos desde Irán, semanas atrás.
Una de sus entrevistadas fue una mujer israelí residente en Tel Aviv, Hadar Weisman, quien le relata como es la vida casi cotidiana bajo el sonar de las sirenas.
El decir por favor y gracias. Cómo usar cubiertos. Respetar a los mayores. A esa lista de lecciones básicas, la israelí Hadar Weisman añadió una que sus hijos repiten sin dudar: qué hacer en los 90 segundos después de que suenan las sirenas que indican que algún o varios misiles vienen en camino.
El 22 de junio de 2025 fue uno de esos días. En la llamada “Guerra de los doce días”, Israel y Estados Unidos habían atacado instalaciones nucleares iraníes e Irán había devuelto el fuego, lanzando decenas de misiles contra Israel. Varias zonas residenciales de Tel Aviv y en otras ciudades resultaron impactadas; 30 personas fallecieron y al menos 23 personas quedaron heridas. En Tel Aviv resultaron con daños severos varios edificios de Ramat Aviv,incluido el de Weisman. Fue una mañana de concreto roto y vidrios pulverizados que dejó a miles de israelíes sin casas, aunque con vida.
Misma sirena, diferente final
Aquella mañana, a las 7:23, tocaron a la puerta de Weisman. Eran los repartidores de un gavetero que había pedido una semana antes. Lo pusieron en el dormitorio. Apenas salieron, sonó la alerta. “Estamos muy acostumbrados a entrar al cuarto seguro”, cuenta Weisman. “Con los niños lo hacemos desde antes del 7 de octubre (del 2023 cuando terroristas de Hamás atacaron Israel)”.
Todos en casa de Weisman estaban ya vestidos y despiertos por el ruido de los obreros, así que caminaron con calma hacia la mamád, la habitación reforzada que muchos israelíes tienen en sus casas para protegerse de los misiles. El impacto llegó minutos después. El misil cayó entre los edificios de la cuadra. Ninguna estructura recibió un golpe directo, pero el golpe de la onda expansiva convirtió la casa en escombros. “Todo el edificio se sacudió y se cortó la luz”, recuerda Weisman, doctora en economía y profesora de microeconomía en la Universidad de Tel Aviv que vivía en ese apartamento desde 2019. “Nos quedamos 45 minutos en la oscuridad, sin saber qué habría cuando abriéramos la puerta”.
Sentados con una bolsa de caramelos
Dentro del cuarto seguro, un detalle dominguero: la tapa plástica del conducto del aire acondicionado salió volando y por ahí entraron polvo y residuos del edificio tras el impacto. Sentados en un colchón, con el teléfono en una mano y una bolsa de caramelos en la otra, los padres usaron el tiempo para hacer llamadas y tranquilizar a los niños. El mayor, de nueve años, lloró pensando en sus juguetes.
El impacto en el más pequeño, su hijo de tres años y medio, se mide más allá de una preocupación por sus cosas. En sí, el niño siempre pregunta la ubicación del cuarto seguro —como quien pregunta por el baño— cuando llega de visita a una casa desconocida. “Es una forma de vida y no debería serlo”, dice visiblemente emocionada Weisman. “No es manera de criar a nuestros hijos”.
Afuera, el grupo de WhatsApp del edificio se convirtió en un mapa humano. Vecinos reportaban quién estaba adentro y quién estaba en la calle para que los equipos de rescate no perdieran tiempo en búsquedas inútiles. Policías, bomberos y la unidad de rescate de la Fuerza de Defensa israelí subieron piso por piso. Forzaron la puerta acorazada del quinto piso, que quedó doblada, del apartamento de los Weisman. “Menos mal que esperamos”, dice. “Si hubiéramos intentado salir, el corredor estaba cubierto de muebles y cosas caídas. Nos habrían caído encima”.
Hay que mantener la rutina
El edificio de Weisman es uno de los más nuevos en el barrio y sus cimientos resistieron mejor que otros. Otros en la cuadra, no tanto. La familia pasó dos semanas en un hotel y luego consiguió un subarriendo en el mismo barrio para que los niños siguieran asistiendo a su misma escuela y su kínder. “Volveremos, dicen que para Pascua”, explica, con ese optimismo que nace de una rutina resistente. “Creo que será más tarde, quizá en julio”, añade con una sonrisa corta, como quien ya aprendió a negociar con la incertidumbre.
El ataque del 22 de junio fue parte de una escalada de doce días que cruzó fronteras y agendas políticas. Para Weisman, sin embargo, la política se traduce en una caminata sabatina. Ella asiste cada sábado a las manifestaciones por la paz que se llevan a cabo en la avenida Begin de Tel Aviv, donde discurso tras discurso pide el fin de la guerra y el retorno de todos los rehenes. “Voy desde antes de octubre”, cuenta, refiriéndose al 7 de octubre del 2023. “Esto no puede seguir así. Incluso si alguien creyó que al principio había justificación, ya no se ve un final ni resultados positivos. Es la forma equivocada de hacer las cosas”.
Su crítica tiene varios destinatarios. A su gobierno, que a su juicio no ha ofrecido una salida real ni ha priorizado un acuerdo para los rehenes capturados en el ataque del 7 de octubre. A Hamás, “una organización terrible, mala para Israel y aún peor para los gazatíes”. Y a cualquiera que crea que “disparar es mejor que hablar”, o que la vida de alguien vale menos que “un pedazo de tierra”. “Es inexcusable porque es obra humana”, dice Weisman, y la frase le tiembla en la garganta.
La confianza, admite, ya estaba dañada antes de octubre. “Siguen intentando cambiar el Estado de derecho en medio de la guerra”, señala Weisman sobre las modificaciones constitucionales que el gobierno trata de implantar para fortalecer los poderes ejecutivos y legislativos a expensa del judicial, algo que ha creado malestar en sectores de la sociedad israelí. Weisman escucha rumores sobre comicios, sospechas de fraude y un clima que erosiona las instituciones. Aun así, la decisión íntima no es simple. “Si nos paramos y decimos que esto es demasiado y nos vamos, ¿quién se queda? ¿Los que creen que esto está bien? Tampoco quiero que mi hijo cargue con esto”. Lo discuten en casa, una y otra vez.
Como casas de muñecas
Al volver a su apartamento en ruinas para recoger papeles y ropa, Weisman mira por la ventana y ve fachadas abiertas como casas de muñecas. Luego baja la mirada al pasillo, donde antes no se podía caminar sin tropezar, y recuerda la lección que repite a los niños: Hay una alarma. Se hace lo que toca. La vida va primero. “Estamos bien”, les dice. “La casa es solo cosas”.
La normalidad se despega a veces en pequeños gestos. Volver al subarriendo con mochilas y bolsas. Hacer la tarea de matemática. Preparar una cena sencilla. Y sí, repetir las reglas: por favor y gracias, respetar a los mayores, así se agarra un tenedor. Y esa otra, más urgente y aprendida a la fuerza, que suena como un juego pero enseña a sobrevivir: Sirenas en el aire. Un minuto y medio. Respira. Vete al búnker. Cierra su puerta reforzada. Espera. Vuelve a salir. Sigue adelante.
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Netanyahu defiende su nuevo plan para “terminar la guerra” en Gaza
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó el domingo que su nuevo plan militar para Gaza “es la mejor forma de terminar la guerra” contra Hamás, a pesar de los llamamientos para poner fin a los combates en el devastado territorio. En Nueva York, el Consejo de Seguridad de la ONU inició una reunión urgente sobre el conflicto, durante la cual un alto cargo de esta organización advirtió que el plan israelí “probablemente desencadenará otra calamidad”.
Después de 22 meses de guerra, Netanyahu enfrenta una fuerte presión en Israel por el destino de los 49 rehenes todavía en manos del movimiento islamista palestino Hamás. También recibe presiones del extranjero para que termine con la guerra en la devastada Franja de Gaza, donde más de dos millones de palestinos están amenazados de una “hambruna generalizada” según la ONU.
“Hemos completado gran parte del trabajo. Tenemos entre el 70% y el 75% de Gaza bajo control militar israelí”, declaró el dirigente durante una rueda de prensa en Jerusalén. “Pero nos quedan todavía dos bastiones: son Ciudad de Gaza y los campos” del centro de la Franja de Gaza, agregó.
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“Plazos bastante cortos”
Este plan “no tiene como objetivo ocupar Gaza, sino desmilitarizar Gaza”, repitió Netanyahu. “Esta es la mejor forma de terminar la guerra y la mejor forma de terminarla rápido”. “En primer lugar, desarmar a Hamás. En segundo lugar, liberar a todos los rehenes. En tercer lugar, desmilitarizar Gaza. En cuarto lugar, Israel ejercerá un control de seguridad preponderante. En quinto lugar, una administración civil pacífica no israelí”, resumió.
Netanyahu afirmó que permitirán a la población civil “abandonar con toda seguridad las zonas de combate para ir a zonas seguras designadas” y que se le entregará víveres “en abundancia”. También prometió “corredores protegidos” para la distribución de ayuda y “aumentar el número de puntos de distribución de ayuda de la GHF”, la fundación privada apoyada por Estados Unidos e Israel.
“Hablamos en términos de plazos bastante cortos porque queremos poner fin a la guerra. (...) Vamos a ganar la guerra con o sin el apoyo de otros”, aseguró, tras las críticas a su plan por parte de la comunidad internacional. España y otros siete países europeos condenaron en un comunicado conjunto el plan israelí, asegurando que podría ocasionar “una cifra inaceptablemente elevada de víctimas mortales” y “comprometer aún más la vida de los rehenes”.
El anuncio del plann suscitó el horror de las familias de los cautivos secuestrados durante el sangriento ataque de Hamás en Israel el 7 de octubre de 2023, quienes lo ven como una condena a muerte de sus seres queridos. Hamás advirtió que la nueva ofensiva terminaría con su “sacrificio”.
El sábado por la noche, decenas de miles de personas volvieron a salir a las calles de Tel Aviv, exigiendo un acuerdo que garantice el regreso de todos los rehenes -incluidos los cuerpos de los 27 declarados muertos por el ejército israelí- a cambio del fin de las hostilidades.
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“Quiero toda la Franja de Gaza”
Al mismo tiempo, la ultraderecha, que integra la coalición gubernamental, expresó su desacuerdo. “El primer ministro y el gabinete se han rendido a los débiles”, criticó el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich. “Quiero toda la Franja de Gaza, la transferencia (de su población, NDLR) y la colonización”, añadió el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, otra figura de la ultraderecha.
El líder de la oposición, Yair Lapid, también estimó que el plan de Netanyahu es una “catástrofe”. “Van a movilizar a última hora a 430.000 reservistas (...) Están desmantelando el país desde dentro”, insistió el domingo en los medios. “El gabinete decidió el destino de los rehenes: los vivos serán asesinados y los muertos desaparecerán para siempre”, acusó por su parte Einav Zangauker, madre de uno de ellos y figura de la movilización de las familias.
Algunos padres de rehenes llamaron a una huelga general el próximo domingo. En la radio del ejército, el especialista en asuntos militares Doron Kadosh estimó que “el plan podría no comenzar hasta octubre”. Hasta entonces, “la pelota está en el lado de los mediadores”, cuya última tentativa de resolución fracasó en julio, subraya el diario Ma’ariv.
En en terreno, la Defensa Civil de Gaza afirmó que el ejército israelí mató a 27 personas este domingo, entre ellas 11 por disparos cuando esperaban la distribución de comida. El ataque del 7 de octubre, que desencadenó la guerra en Gaza, causó la muerte de 1.219 personas en el lado israelí, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP realizado a partir de datos oficiales. La operación israelí en Gaza ya ha causado 61.430 muertos, en su mayoría civiles, según los datos del Ministerio de Salud del territorio -gobernado por Hamás-, considerados fiables por la ONU.
Fuente: AFP.
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Tiroteo en el Times Square deja tres heridos
Un adolescente armado de 17 años abrió fuego e hirió a tres personas este sábado en Times Square, en Nueva York, indicó la policía de la ciudad. El incidente tuvo lugar alrededor de la 01:20 local (05:20 GMT) tras una disputa, informó a AFP un portavoz de la policía.
Una mujer de 18 años sufrió un rasguño en el cuello, mientras que un hombre de 19 años y otro de 65 años resultaron heridos en las extremidades inferiores.
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Las tres víctimas fueron trasladadas al Hospital Bellevue de Nueva York, donde se determinó que se encontraban en estado estable. “El autor fue detenido por la policía y se recuperó un arma de fuego”, añadió el portavoz.
El sospechoso no ha sido acusado formalmente. Imágenes difundidas en redes sociales muestran a una multitud presa del pánico, aunque AFP no pudo confirmar inmediatamente su autenticidad.
Hay que señalar que finales del mes pasado, un hombre armado disparó a cuatro personas y luego se suicidó en un rascacielos de Manhattan.
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Fuente: AFP